INTRODUCCIÓN
A continuación se presenta una síntesis de siete tesis que desde una perspectiva transdisciplinar reconoce algunas dimensiones importantes, entre otras posibles y también necesarias, para situarse y aplicar herramientas en la resolución de problemas en el contexto contemporáneo de la sociedad de la complejidad, sea bajo una perspectiva estructural o sistémica.
Asumiendo en su propia selección y abordaje determinadas conceptualizaciones que de por sí constituyen la expresión de causas y efectos resultantes de determinadas relaciones de saberes-poder históricas. Tratando inexorablemente el tema epocal de la pandemia como coyuntura particular, considerando diversas áreas del conocimiento e incorporando debates fruto del intercambio con colegas de variadas especialidades y nacionalidades. Escenario que presenta problemas y oportunidades, abriendo el planteo de resoluciones duales desde la biopolítica, según la orientación que se siga, por las opciones que se tomen respecto a cada una de estas tesis en separado y en su enlace, como interpretación, como acción consciente y alcance posible.
Sociedad moderna capitalista neoliberal:
La apropiación del excedente, y la naturaleza de la misma, no se han modificado, más allá de la concentración del primero, y la extensión de la relación capital-trabajo a nivel mundial, dentro de un contexto global de división del trabajo y nichos de recursos, tanto naturales como de mano de obra.
Claro está que el desarrollo de la modernidad presenta fases no lineales, inercias e idas y vueltas históricas. Así se oscila desde el liberalismo más duro en el proceso industrial bajo el análisis de Karl Marx (1867), al desarrollo de estados de bienestar (Welfare State) en los países europeos ya a inicios de la primera mitad del siglo XIX. El contexto mundial es muy variable, entre experiencias híbridas latinoamericanas, el proteccionismo norteamericano y lo que sucede en continentes como África subdesarrollada, un Medio Oriente y Oriente, donde se confunden dominio carismático-religioso y hegemonía capitalista en países hasta de ideologías opuestas como el caso paradigmático de China.
Existiendo distintas formas de medir tanto la riqueza de los países, en promedio por Producto Interno Bruto (PIB), así como su nivel de desarrollo y pobreza. Es importante destacar que, aun a través de un indicador como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que trata de incorporar variables más allá de las únicamente econométricas, el tema de la propiedad o relación propiedad-apropiación nunca se problematiza. Definiendo el límite conceptual admisible, de las relaciones enunciables o no hasta ahora, acerca de lo que se considera legítimo. Solo existe un problema y respuestas al mismo, si esta plausible de al menos enunciarse. Límite histórico de la social democracia y desarrollo del estado de bienestar.
Así, se hace estratégico destacar el proponer o contemplar siempre situaciones de equilibrio, es decir, cómo desarrollar el sistema o la estructura social, dependiendo del abordaje, con mayor igualdad y equidad, contemplando actores diversos que al mismo tiempo de mejorar su calidad de vida, lo legitiman.
El hombre como sujeto moderno de conocimiento:
En el decir de Michel Foucault, desde su famosa y polémica obra Las palabras y las Cosas (1969), el hombre es un invento reciente. Mostrando que el ser humano es definido y colocado como sujeto de conocimiento en el discurso de la modernidad. Fundamentalmente, con la hegemonía del saber racional, y a posteriori cientificista, articulando lo teórico racional con una base empírica observacional. En gran parte, a través de las ciencias de la salud, de las disciplinas del campo de la vida, que comienza por medio de las autopsias, buscar el secreto de la vida en la muerte.
A partir de su legitimidad y el desarrollo de las disciplinas, la biopolítica comienza a desarrollar y aplicar dispositivos que se denominan tecnologías del yo (1990), que sujetan al sujeto (sujeción) (1988a) en una auto referencia y cuidado de sí, para producir, consumir y extender el tiempo de edad productiva con mejor calidad de vida. Cuestión que se prueba con la evolución de todas las estadísticas vitales. Cada vez se vive más y mejor, al menos, tomando como referencia épocas anteriores.
Claro está que la misma es desigual, base de la era del capital, según continentes, clases, u otras formas de exclusiones. Lo cual, como contraparte, genera el desarrollo de las organizaciones civiles y políticas de resistencia, contestación, denuncia, reivindicación y hasta de presentación de proyectos alternativos basados en otros modelos socio económicos. Bajo el lema otro mundo es posible, se sintetizan demandas por la igualdad y equidad según un variado abanico de dimensiones, variables e indicadores: trabajo-capital; étnicas; género; migrantes, ecologistas.
Biopolítica, producción, consumo y rendimiento:
Siguiendo el camino de la desnaturalización del mundo de la vida social, de Marx (1867) a Foucault (1969), con aportes importantes de Deleuze (1999), Deleuze y Guatari (1994), pasando por la colonización de la vida de Habermas (1989), la del dominio del sistema de Luhmann (1985; 1990) a las más contemporáneas de Harari (2020; 2020a), Zizek (2020), Aganbem, Deleuze y Pardo (2005), Aganbem (2008), y Han (2012; 2014; 2014a; 2020a), entre otros, se exponen registros de los cambios históricos con variabilidades de las diversas estrategias e innovaciones que se van aplicando en el despliegue cada vez ‘más y mejor’ de la eficiencia y la eficacia del control y la vigilancia.
Desde la gradualización de la extensión y la profundidad, al cambio, tanto del concepto, como de las herramientas según las nuevas metas. Primero fue generar la legitimidad de la expropiación para la apropiación del excedente, del derecho divino-religioso al de la propiedad privada-derecho; luego de esta aceptación hecha carne, como estructuras internalizadas dirían Bourdieu & Passerón (1981), alienación para los marxistas, bajo la piel según Harari (2020; 2020a), o fruto del ejercicio del psicopoder según Han (2014a); preparándose los cuerpos para su explotación -hacerlos útiles, docilizándolos (Foucault, 1980)única forma de hacernos (los) ir a trabajar todos los días por cuatro o cinco décadas en condiciones de vida rondando la pobreza; de acuerdo cada vez más, según una relación indirectamente proporcional entre el empobrecimiento del que trabaja respecto a la riqueza social producida año a año.
La vigilancia y el control acompañan toda la era de afirmación del capital, distribuyendo sanciones según una nueva economía del castigo-recompensa, generando legalmente cuerpos útiles (productivos-consumidores) y dóciles (políticamente-contribuyentes), que hegemónicamente, aunque no sin resistencias y pérdidas, garantizan la dominación a mediano y largo plazo.
En la contemporaneidad, varias obras y análisis señalan otra fase de desarrollo de la biopolítica a través de la integración cada vez más sistémica de colaboración entre los desarrollos de la inteligencia artificial, la microbiología y el dataísmo. Con el Bigdata como gran estandarte de la síntesis y previsión en el arte del gobierno, tal es, conducir las conductas, encauzarlas, inducirlas, normalizando que el sujeto asuma como suyos los intereses, fruto de su libre elección (libre albedrío) lo que no es más que una programación social smart.
El ejercicio del poder y la conducción positiva es más efectiva cuando menos evidente es, y en cada acción de los sujetos la programación solo se afirma y desarrolla. La diagnosis y previsión según modelos de simulación, tanto formales, naturales como sociales están por detrás de estos desarrollos, así como sus dispositivos y aplicaciones tácticas.
Al mismo tiempo, su extensión más allá de lo estrictamente sanitario como la naturalización de la geolocalización, el uso del brazalete digital, de monitoreamiento permanente de datos, etc., problematizan tanto desde el punto de vista ético, pero al mismo tiempo socio-político, cultural y económico el riesgo-incertidumbre de controles cada vez más autoritarios y totalitarios.
Así, para Han, en la sociedad del enjambre (2014) y del cansancio (2012), el hombre, en términos genéricos, por medio del psicopoder ha incorporado la auto explotación bajo el rendimiento, teletrabajo, y el flujo permanente on line sin horario, sin pausas sin espacios físicos ni desplazamientos. Auto control y vigilancia que se confunden con un concepto productivo-consumista y hedonista de libertad bajo el neoliberalismo de la modernidad tardía. Así, mientras este sujeto asume y cree que es libre, en realidad es más funcional al sistema, que se extiende con garantías de un condicionamiento desde dentro, sea este bajo la piel, en el decir de Harari (2020; 2020a), e inconsciente para Han (07 de abril del 2020a; 2014a).
Así, no es solo el reproductivismo desanudado por Bourdieu y Passerón (1981) o su análisis de origen de Marx (1867), es además, y sobre todo, una asedio permanente a sí mismo como sujeto del rendimiento asociado a la libertad y la felicidad. La atomización y fragmentación de cualquier resistencia y demanda social, oculta una de sus contracaras más siniestras, que impiden dentro de la lógica del sistema que las nuevas formas de relacionamiento se transformen en prácticas sociales colectivas transformadoras.
Binomio salud-enfermedad y su des-naturalización:
El paradigma médico como verdad frente a la pandemia, no es algo nuevo, tiene larga historia, y es hasta comprensible. ¿Por qué? Porque en la muerte reside el secreto de la vida. Y si el ser humano se define a sí mismo como especie, como homo sapiens sapiens, sustituyendo a Dios por la razón ilustrada que ilumina el desarrollo gradual, evolutivo, progresivo, el equilibrio sistémico de la modernidad.
¿Qué es estar enfermo-sano, loco-cuerdo? No es que los autores digan que debe ser así, o no, sino que registran el diálogo permanente con la salud en la afirmación de la modernidad capitalista, acompañando los conceptos, las transformaciones producto de los cambios sociales. No existe un concepto universal a-histórico a-temporal a su respecto, como tampoco en relación a la sexualidad y, particularmente, respecto a la homosexualidad, considerada ‘erróneamente’ como enfermedad mental hasta hace unos pocos años.
La biopolítica no se equivoca, impone omnipotente, de acuerdo a la búsqueda incesante de la naturalización de la preparación, control eficiente y eficaz de la vida para su utilidad.
Por tanto no es casual la coincidencia de autores y obras al respecto desde una perspectiva crítica que en ese primer período de la sociedad contemporánea se produzca la hegemonía del saber-poder-moral de la medicina, como orientación de su aplicación como dispositivo de dominación de amplio espectro.
Textos de autoría de Foucault, como Las palabras y las cosas (1969), Los anormales (2000), La Historia de la Locura (1987a), Seguridad, población u territorio (2006), La hermenéutica del sujeto,(1994), El Nacimiento de la Clínica (2001), Historia de la Sexualidad: la voluntad de saber (1987b), y Las Tecnologías del yo(1990), entre otros, desnudan la construcción ‘natural’ de lo que es salud, el cuerpo y los placeres.
En la muerte reside el secreto de la vida:
Para no repetir lo ya discutido en los tópicos anteriores, se puede apreciar, a partir de ciertas afirmaciones a manera de tesis y constataciones, que a finales del siglo XX e inicios del XXI, se da el desplazamiento del saber-poder-moral de la medicina al saber-poder-moral de la neotécnica. El abordaje de lo real, conjugando de una forma limpia, supuestamente incontaminada por lo subjetivo, por el modelístico de saberes y tecnologías, con aplicaciones provenientes de las ciencias duras. Como ser la matemática, la ingeniería de sistemas, el pensamiento como complejidad estable y autopoietica, la inteligencia artificial, las TICs, las redes. Que, como antes se produjera el cambio de la economía del castigo y la domesticación en el pasaje de la sociedad de la punición a la de la restitución, descrito en Vigilar y Castigar (Foucault, 1980). Ahora, con la máscara del rendimiento, desaparecen las distancias, los territorios, los desplazamientos, reduciendo los tiempos y pudiéndolos ajustar ad hoc, tras el teletrabajo y la entrada en la vida cotidiana de la internet, del Bigdata, del dataísmo -flujo incesante de datos, dando la sensación de libertad, respecto a la forma anterior. Pero más eficiente, más eficaz, controlado 24 horas, y lo más importante, buscando mayores dosis de libertad, me vigilo y exploto a mí mismo. El flujo de datos opera a modo de dopamina digital.
Esa inducción alcanzada a través del psicopoder, producto de la aplicación técnica con las contribuciones desde dichos campos de conocimiento, marca el rumbo de las próximas décadas.
Los ajustes en los modelos de qué enseñar y cómo enseñar han sido impuestos una vez más históricamente sobre la mesa. Al igual que en los más diversos temas, como el teletrabajo, tele compras, drones y delivery, inauguran un mundo futuro que está hoy ya aquí, sin que la mayoría de la gente tenga la más mínima idea de lo que está pasando, a dónde está yendo y cómo se está normalizando el futuro de ellos y su descendencia en un mundo ya otro, del cual ya forma parte y debe seguir sus pasos y dictados. Como puede apreciarse hoy en día, la mayoría de los debates vía Webinar, Zoom, Googlemeet, ya se instaló una agenda al respecto, a la cual nos sometemos, y entramos ya en su canal de contestación, pero no inauguramos otros mundos o canales posibles que le saquen el micrófono al orador.
Sucesión, complementariedad, y superposición de la biopolítica: el rizoma:
Lo dicho en la tesis 3, aunque también en la 4 y 5 respecto a las estrategias desplegadas de la biopolítica acerca de la producción, consumo y rendimiento, no implican linealidad, ni conllevan necesariamente a pensarlas como el desarrollo de etapas sucesivas. Se debe recordar que este es el registro de una diagnosis a posteriori, haciendo visible su emergencia, cambios en las economías del control, la vigilancia y la estimulación de a la autoexplotación inconsciente. En tiempos y espacios diferentes, las cuales pueden solaparse, combinarse, acelerarse.
Se han desarrollado saberes anticipatorios, o de previsión de escenarios a partir de desentrañar la lógica del desarrollo en algunas estructuras o sistemas sociales.
De esta manera, desde la economía, así lo ha hecho Marx (1867) respecto a la naturaleza y evolución del capitalismo sin más limitaciones que las que imponían sus propias circunstancias históricas. Esta aquí, una postura estructural, historicista y critica.
Por otro lado, desde una perspectiva sistémica, se priorizará el mantenimiento del establishment, dándole garantías internas de desarrollo e integración. Sobre todo, y gracias al concepto de autopoiesis desde la biología por Maturana y Varela (1980). Y coincidente con los aportes desde otros lugares disciplinar, como por Morin (1973) desde su paradigma de la complejidad, y por Niklas Luhmann (1985; 1990), permitiendo pensar la sociedad como sistema.
Así mismo, de una manera crítica desde la micropolítica, se cuenta con el aporte de trinomio constituido por Foucault (1974), Deleuze y Guattari (1994), con conceptos como el de rizoma y del poder como relación social -fuerza/resistencia, que se ejerce, deviniendo toda y cualquier relación, en una de sus dimensiones, relación de poder.
La autonomía y desarrollo rizomático de los sistemas es lo que permite su extensión, con niveles, e independencias casi totales entre sí. Lo que anticipa un tipo de desarrollo muy equilibrado del sistema, con mucha atomización, dando muchas más garantías y resistencias al cambio radical. Permitiendo la innovación, la adaptación progresiva de manera autopoietica, dotándole de una gran estabilidad.
Orientaciones:
Una breve síntesis de algunos de los enfoques teóricos más importantes nos muestra al: a) estructuralismo que supone que todo es producto de una construcción social, por lo tanto en su dinámica puede generarse igualmente la desconstrucción de la sociedad como un todo integral; o de manera parcial, donde la acción de los sujetos como actores colectivos es central; b) la sistémica, que analógicamente presupone funcionalidad, tradicionalmente asociada a un organismo vivo y contemporáneamente a la realidad digital del Big data, de la programación, de la neurociencias, la inteligencia artificial y por tanto, eje transversal esencial al ejercicio del psicopoder; y, c)la del acontecimiento, como la posición asumida por Zizek (2020), de base marxista pero individualista metodológica, entendido como un hecho que por su densidad, podría cambiar las reglas de juego, y hasta el propio juego, a manera de revolución, o de discontinuidad paradigmática. Esto cree Zizek (2020), por ejemplo, al considerar que el papel de la actual pandemia puede inercialmente implosionar las estructuras de la sociedad capitalista.
Se comparte con Han en que no solo se equivoca Zizek (2020), sino que el sistema no varió en lo sustancial a pesar de toda la cobertura de la propaganda alrededor del tema. Sistema que, lejos de colapsar, ha salido robustecido, con más extensión, profundidad, eficiencia y eficacia, con menos resistencias, y una legitimidad dada en un aparente neutral saber o paradigma sanitario. Que sin embargo no debe confundirse con su uso político en el ejercicio del poder que traspasa la dimensión estrictamente asociada a la salud-pandemia. Y menos aún, con algo así, como gobierno de un estamento sanitario, con un saber tecno médico con el estandarte de un saber científico válido más allá de su ámbito.
Cabe la frase de Lenin (1904/1976), dar dos pasos atrás -parar el orbe- para dar un paso adelante, en mejores condiciones de profundizar la sociedad de la disciplina (Michel Foucault, 1980) y del rendimiento (Byung Chul Han, 2012; 2014), paradójicamente, con mucho ruido-flujo de datos, que no permite al enjambre ni siquiera comunicarse. Menos organizarse para una acción colectiva con una propuesta alternativa más allá de resistencias fragmentadas (colectivos segmentados) cuando no de carácter individualista liberal (atomización), espejo de lo que se asocia a resistir.
La era del vacío (Lipovetsky, 1986), de lo pos (Lyotard, 1979), nos recuerda el carácter visionario del concepto de modernidad líquida de Bauman (2000).
Concluyendo
Se han expuesto así las 7 tesis propuestas a manera de intercambio de ideas y experiencia encima de algunas cuestiones estratégicas desde perspectivas reconocidas en el ámbito tanto académico, como político y empresarial. El recorrido no presupone obligatoriamente un orden necesario, el cual puede modificarse y -claro está-, cambiar los tópicos así como acrecentarlos: (1)Sociedad moderna capitalista neoliberal; (2) El hombre como sujeto moderno de conocimiento;(3) Biopolítica, producción, consumo y rendimiento; (4) Binomio salud-enfermedad y su des-naturalización; (5) En la muerte reside el secreto de la vida (6) Sucesión, complementariedad, y superposición de la biopolítica: el rizoma; (7)Orientaciones.
Tiempos complejos nos interpelan a pensar nuestra forma de concebir la producción de conocimiento científico y sus aplicaciones de una manera no solo de emergencia, sino diferente. Ya como recurso del bien y hacia el bien público. Asimismo, asumiendo la necesidad trans como integración disciplinar como complejidad, considerando las consecuencias e impactos en temas que hacen a nuestra sobrevivencia como especie.
La pandemia por COVID-19 ha desplazado del escenario mediático a toda una serie de problemáticas acumuladas, que permaneciendo hoy en un segundo plano, han sido igualmente producto de nuestras propias creaciones históricas como sistemas u estructuras sociales.
No por ello asimismo menos relevantes, por el contrario, se consideran antecedentes negados por los ‘tomadores de decisiones’, e igualmente naturalizados socialmente como aspectos normales; que han coadyuvado en el presente escenario de crisis. Las discusiones respecto al medio ambiente, la sustentabilidad energética-productiva, renovación de recursos naturales, mantenimiento de nichos ecológicos y humanos, riesgos cíclicos de hambruna, entre otras, exigen respuestas tipo ecosistema.
El conocimiento y la tecnología no están más acá o allá de las relaciones de saber-poder históricas; pero se pueden pensar desde otro tipo de relaciones de saber-poder que las del presente, en el decir de un amigo, como inteligencia colectiva interdisciplinaria.