INTRODUCCIÓN
La parada cardiorrespiratoria consiste en la interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la respiración y circulación espontánea, manifestada clínicamente en forma de apnea, ausencia de pulsos y pérdida de la consciencia. Esta situación representa el extremo más grave dentro de las situaciones de emergencia con elevadas tasas de mortalidad1.
En Estados Unidos se reportan más de 500.000 casos y menos del 15% sobrevive2. En el continente europeo se estima que existen entre 67 a 170 casos de paro cardíaco extrahospitalario por cada 100.000 habitantes, con tasas de supervivencia que oscilan entre 0 y 18%. En el entorno hospitalario por cada 1000 ingresos existen entre 1,5 y 2,8 casos de paro cardiorrespiratorio cada año, con tasas de supervivencia de 15 a 34% al mes del alta3.
En nuestra región no existen datos respecto a la incidencia real de parada cardiorrespiratoria y muerte súbita, sin embargo, las patologías cardiovasculares en aumento, así como en todo el mundo, representan un gran problema de salud pública y se atribuye a ellas la causa en más de la mitad de los casos4.
La reanimación cardiopulmonar representa un conjunto de intervenciones ejecutadas ante la constatación de una parada cardiorrespiratoria. Consiste en maniobras de compresión torácica, ventilación, así como desfibrilación y el uso de fármacos con base en el ritmo de paro detectado. Las maniobras tienen la finalidad de preservar el flujo sanguíneo hacia el corazón y el sistema nervioso central y evitar así daños importantes, a pesar de que el flujo que proporcionan se encuentra muy inferior al flujo sanguíneo que reciben estos órganos en condiciones normales, aun cuando se sigue de manera estricta las pautas recomendadas5.
Las pautas sobre reanimación cardiopulmonar (RCP) son establecidas por organismos cuyo objetivo se centra en brindar recomendaciones sobre soporte vital básico y soporte vital avanzado, tanto en adultos como en niños, basadas en revisiones de evidencias científicas. La entidad encargada es la International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR), que reúne a los representantes más grandes de todo el mundo como los miembros de la American Heart Association (AHA), la European Resuscitation Council (ERC), entre otros6.
Los factores que definen el pronóstico y la supervivencia se relacionan con el tiempo en que se tarda en reconocer la parada cardiorrespiratoria y el tiempo transcurrido entre el reconocimiento y el inicio de la reanimación, por ello una de las recomendaciones de la AHA se basa en la rápida sucesión de acciones una vez activada la cadena de supervivencia7. Otro factor determinante del índice de supervivencia se relaciona con el entrenamiento que posee el personal que asiste al paciente ya que de ello depende la calidad de RCP brindada. Entre los factores que definen la calidad de la reanimación se mencionan la frecuencia y profundidad de las compresiones torácicas, la cantidad de interrupciones entre compresiones, así como que se deben evitar ciertas situaciones como la postura de inclinación excesiva y la hiperventilación8.
Varios estudios han mostrado el bajo nivel de conocimiento sobre este tema por parte del personal sanitario9,10. El personal de enfermería en muchas ocasiones es quien detecta una parada cardiorrespiratoria, activa la cadena de supervivencia e inicia las maniobras de RCP, de ahí la importancia del entrenamiento adecuado tanto en conocimientos teóricos como habilidades prácticas. Por tal motivo se recomienda la capacitación cada 2 años de manera a mejorar el conocimiento, pulir las habilidades y mejorar la sobrevida en estos pacientes11.
La reanimación cardiopulmonar es una técnica crucial que puede salvar vidas, el personal de enfermería juega un papel fundamental en la atención y respuesta rápida ante estas situaciones, por lo que es esencial que cuenten con un nivel adecuado de conocimiento y habilidades. Las guías y pautas de RCP están sujetas a cambios y actualizaciones periódicas, por lo tanto, es importante evaluar el nivel de conocimiento del personal de enfermería para identificar posibles brechas y necesidades de capacitación o actualización ya que de ello depende garantizar la calidad y seguridad en la atención de los pacientes.
Un nivel insuficiente de conocimiento en RCP puede tener consecuencias graves en situaciones de emergencia. La realización del presente trabajo de investigación sobre el nivel de conocimiento en RCP permitirá evaluar el conocimiento en el tema y detectar áreas en las que se requiere mejora. Los resultados obtenidos pueden servir como base para desarrollar programas de capacitación y educación continua en RCP para el personal de enfermería. Esto contribuirá a mejorar la formación y la práctica clínica, aumentando la confianza y la competencia en el manejo de situaciones de emergencia
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional descriptivo de asociación que incluyó al personal de enfermería de las especialidades troncales, de todas las edades y ambos sexos del Hospital Nacional de Itauguá durante el mes de julio de 2023. Se excluyó a aquellos enfermeros que se negaron a participar en la investigación y las encuestas incompletas. El muestreo fue por conveniencia.
Se analizaron variables sociodemográficas como sexo, edad, procedencia y especialidad troncal en la que desempeña sus funciones, además del nivel de conocimientos sobre RCP. Para medir este último se utilizó el “Cuestionario de conocimientos enfermeros sobre las recomendaciones de reanimación cardio-pulmonar”12, éste consta de 12 ítems que evalúan conocimientos de reanimación cardiopulmonar tanto en adultos como en niños; el mismo fue aplicado con consentimiento previo de los participantes y considerando la disponibilidad y accesibilidad en el lugar de estudio.
Con respecto al nivel de conocimiento, y tomando en cuenta las directrices de la American Heart Association, que considera un puntaje mínimo satisfactorio de 84% en este tipo de pruebas6, se estableció en 10 respuestas correctas el mínimo considerado como conocimiento adecuado. Así, se consideró el nivel de conocimiento: “adecuado” (10 aciertos); “medio” (8 a 9 aciertos); “bajo” (7 aciertos) e “insuficiente” (menos de 7 aciertos).
Los datos recabados fueron organizados en una planilla Excel y analizados posteriormente en el programa estadístico SPSS. Las variables cualitativas fueron presentadas mediante frecuencia, porcentajes, y las variables cuantitativas como medias y desvío estándar. Para comparar los puntajes promedios entre las especialidades se utilizó ANOVA y la prueba de Bonferroni y para la comparación del porcentaje de participantes con conocimientos insuficientes entre cada especialidad troncal se utilizó la prueba chi cuadrado, todas a un a un nivel de significancia de 0,05.
El protocolo fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación de la Universidad del Pacífico y en todo momento se respetó la confidencialidad y la autonomía de los participantes.
RESULTADOS
Participaron del estudio 122 enfermeros/as, 36 de Ginecología y Obstetricia, 33 de Medicina Interna, 30 de Pediatría y 23 de Cirugía General. La edad promedio de los participantes fue de 37,63 ± 7,75 años, el 69,7% de sexo femenino y el 54,9% procedía de ciudades del departamento Central. Las variables sociodemográficas y las relacionadas con la especialidad troncal del personal de enfermería pueden observarse en la Tabla 1.
Variable | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Sexo | ||
Femenino | 85 | 69,7 |
Masculino | 37 | 30,3 |
Edad (media ± DE) | 37,63 ± 7,75 años | |
Procedencia | ||
Central | 67 | 54,9 |
Interior del país | 30 | 24,6 |
Asunción | 25 | 20,5 |
Especialidad troncal | ||
Ginecología y Obstetricia | 36 | 29,5 |
Medicina Interna | 33 | 27 |
Pediatría | 30 | 24,6 |
Cirugía General | 23 | 18,9 |
En la Tabla 2 se presentan las respuestas correctas a las preguntas del cuestionario.
Preguntas | Respuesta correcta n (%) |
---|---|
Tras una parada cardiorrespiratoria no presenciada por los servicios de urgencias médicas, si al monitorizar al paciente presenta ritmo desfibrilable, se recomienda la desfibrilacion tras analizar el ritmo sin un periodo previo de RCP | 23 (18,9) |
Un número apreciable de muertes podría evitarse si se siguiera la llamada «cadena de supervivencia». Señale cual es el primer eslabón: reconocimiento inmediato del paro cardiaco y activación precoz del sistema de urgencias | 72 (59,0) |
¿Cuál es la relación compresiones torácicas/ventilaciones artificiales adecuadas en un adulto tanto para uno o 2 reanimadores? 30:2 | 54 (44,3) |
Se recomienda administrar compresiones torácicas en la RCP con una frecuencia de: al menos 100 compresiones/min | 65 (53,3) |
¿Cuál es el tratamiento más efectivo en aquellas personas que sufren una parada cardiorrespiratoria por fibrilación ventricular? Desfibrilación | 23 (18,9) |
En la muerte súbita no traumática del adulto, ¿cuál es el ritmo cardiaco inicial más frecuente? Fibrilación ventricular | 76 (62,3) |
Si no se puede conseguir un acceso IV periférico para administrar fármacos durante la RCP avanzada, ¿cuál sería la segunda vía de administración recomendada? A través de la vía intraósea | 71 (58,2) |
En la RCP del adulto se recomienda comprimir el tórax con una profundidad de: al menos 5 cm | 83 (68,0) |
La relación compresión - ventilación en niños cuando se encuentran 2 o más reanimadores profesionales es: 15:2 | 77 (63,1) |
La técnica de compresión torácica en lactantes consiste en comprimir con 2 dedos para reanimadores individuales y con 2 pulgares rodeando el tórax para 2 o más reanimadores | 64 (52,5) |
En la fibrilación ventricular del adulto, la intensidad de descarga eléctrica recomendada con desfibriladores bifásicos, es 200 J | 37 (30,3) |
Sobre las compresiones torácicas, ¿que se recomienda? continuar las compresiones torácicas durante la carga del desfibrilador | 32 (26,2) |
En relación con el nivel de conocimientos, el puntaje promedio obtenido por los participantes fue de 5,55 ± 2,72 puntos; el mayor puntaje promedio fue obtenido por el personal de enfermería de cirugía general con un puntaje de 6,61 ±2,39 puntos, el menor puntaje se obtuvo en el personal de enfermería pediátrico con 3,40 ± 2,59 puntos. El nivel de conocimiento encontrado en el personal de enfermería de las diferentes especialidades troncales presentó una diferencia estadísticamente significativa con un valor p = 0,001. El 56,6% tuvo un nivel de conocimiento insuficiente al obtener menos de 7 aciertos en el cuestionario. Con respecto al nivel de conocimientos según la especialidad troncal; los demás puntajes se observan en la Tabla 3.
Especialidad troncal | Nivel de conocimientos | ||||
---|---|---|---|---|---|
X̅: ± DE | Adecuado | Medio | Bajo | Insuficiente | |
Cirugía General | 6,61±2,39 | 8,7% | 43,5% | 4,3% | 43,5% |
Medicina Interna | 6,58±1,85 | 0 | 33,3% | 27,3% | 39,4% |
Ginecología y Obstetricia | 5,72±2,73 | 0 | 33,3% | 8,3% | 58,3% |
Pediatría | 3,40±2,59 | 0 | 13,3% | 3,3% | 83,3% |
Total | 5,55 ± 2,72 | 2 (1,6%) | 37 (30,3%) | 14 (11,5%) | 69 (56,5%) |
X̅: Promedio; DE: Desviación estándar, ANOVA: valor p= 0,001
DISCUSIÓN
En este estudio se describe el nivel de conocimiento del personal de enfermería de las especialidades troncales del Hospital Nacional de Itauguá. El nivel de conocimiento hallado es insuficiente en alrededor del 60% de los participantes, hallazgo similar al estudio realizado por Huamaní que reporta conocimientos deficientes en el 55%13, pero menor a los resultados encontrado por otros estudios como el Barrero y cols.14 en el que el conocimiento fue satisfactorio en un 75%, así como lo reportado por Falcón que informaron un nivel de conocimiento medio y bajo con tendencia al desconocimiento15, y los hallazgos de Gálvez en donde el conocimiento fue medio en 69,44%16. Estas diferencias podrían explicarse por el uso de diferentes cuestionarios y escalas de medición. Por otra parte, el promedio general en el presente estudio fue de 5,55 ± 2,72, superior a lo reportado por un estudio en el que se midió el conocimiento antes y después de impartir un curso de RCP, en el que el puntaje promedio pre-curso que obtuvieron los participantes fue de apenas 4,1 de un total de 12 puntos17.
La distribución del nivel de conocimientos según la especialidad troncal demuestra al personal de enfermería pediátrico con puntuaciones sustancialmente más bajas comparado a las otras especialidades, que podría explicarse por la mayor cantidad de ítems en el cuestionario referidos al manejo de la parada cardiorrespiratoria en adultos. Sin embargo, este resultado concuerda con lo reportado en la investigación de Cueto que estudió el nivel de conocimientos del personal de enfermería en un centro materno-infantil y en el que 71,4% obtuvo una puntuación insatisfactoria18. A pesar de que el mayor puntaje promedio se dio en los enfermeros del servicio de cirugía general, el nivel alcanzado fue insuficiente en el 43,5%, aun así, esta cifra es mucho menor en comparación con los hallados en una investigación llevada a cabo en un centro de especialidades quirúrgicas que reportó un 79,4% de conocimiento inadecuado en materia de RCP19.
En un trabajo llevado a cabo en el personal de un hospital de Asturias, la mayor cantidad de aciertos se dio en el personal de unidad de cuidados intensivos y de urgencias-reanimación20. Esto último probablemente por la mayor posibilidad de presenciar parada cardiorrespiratoria en las mencionadas unidades.
En conclusión el nivel de conocimientos encontrado en el personal de enfermería del Hospital Nacional de Itauguá es deficiente, y reconociendo que todo profesional de salud debe poseer una formación sólida para aplicar maniobras de RCP cualquiera que sea el lugar en el que desempeñe sus funciones, los resultados obtenidos en el presente estudio sirve de base para futuras investigaciones y para la inversión tanto de tiempo como de recursos en la capacitación teórico práctica adecuada del personal de enfermería.