INTRODUCCIÓN
Aunque existen indicadores legales, constitucionales y biológicos para establecer claramente si un individuo califica como ser humano, los parámetros psicológicos para la humanidad son más difusos (Kteily et al., 2015). Por tanto, la acción de privar a las personas de su naturaleza humana y tratarlos como si fueran objetos se denomina deshumanización (Lammers & Stapel, 2011), a su vez, la deshumanización ocurre cuando un grupo de personas percibe a otro como que no fuera totalmente humano (Boysen et al., 2020). Por tanto, aquellos grupos percibidos como menos humanos pierden su posición moral en la sociedad y son blancos de agresión y rechazo (Haslam & Loughnan, 2014).
A nivel teórico, existen dos formas de deshumanización: sútil y evidente (Haslam, 2006; Haslam & Loughnan, 2014). Según Haslam, la deshumanización sutil se produce cuando un grupo humano percibe a otro grupo, como si tuviera más rasgos de animales o de máquinas en comparación con los rasgos humanos, por ejemplo, usar términos como “primitivo” o “reemplazable” corresponden a deshumanización animalística y mecanística, respectivamente. En cambio, la deshumanización evidente es la negación obvia e intencional de la humanidad de un grupo de personas y, en su dimensión extrema, se expresa en actos como esclavitud, guerras o genocidios (Kteily & Bruneau, 2017b; Kteily et al., 2015). Por ejemplo, el término “cockroaches1” fue usado para referirse a la etnia Tutsi en el genocidio de Rwanda.
En los últimos años, varios trabajos investigaron la deshumanización evidente, por ejemplo, Kteily y Bruneau (2017b) identificaron que dicha deshumanización es un predictor de varias formas de sesgo, incluyendo actos de discriminación política. Además, existen varios grupos que son deshumanizados, como: musulmanes (Kteily & Bruneau, 2017a; Kteily et al., 2015), inmigrantes (Kteily & Bruneau, 2017a; Kteily et al., 2015), personas en situación de calle (Bruneau et al., 2018), personas con obesidad (Kersbergen & Robinson, 2019) y población con enfermedades mentales (Boysen, Chicosky et al., 2020; Boysen, Isaacs et al., 2020).
Cabe destacar que los antecedentes referidos usaron población general; quienes son personas que, comúnmente, desconocen las características de las enfermedades mentales. Por tanto, los hallazgos reportados y la limitada cantidad de estudios en otras culturas inducen a plantear una investigación acerca de la deshumanización evidente de los psicólogos hacia sus pacientes. Se enfatiza que dichos profesionales tienen una experticia en las enfermedades mentales y, por tal razón, su conocimiento podría matizar la deshumanización hallada en estudios previos. Por tales motivos, se plantearon las siguientes preguntas de investigación: ¿los psicólogos profesionales presentan deshumanización evidente hacia sus pacientes? y ¿existen diferencias según el sexo, edad y los años de experiencia de los psicólogos?
Método
Participantes
Participaron 141 psicólogos profesionales (116 mujeres, 82%; y 25 hombres, 18%), obtenidos mediante muestreo por conveniencia y de edades entre 22 y 69 años (M = 39.4, DE = 10.1). Los años de profesión fueron entre 1 a 39 años (M = 8.9, DE = 7.8). Acerca de su situación sentimental, el 72% refirió estar en pareja y el 28%, soltero/a. A su vez, el 67% refirió ser católico, 12% cristiano, 8% agnóstico, 5% cristiano y la población restante presentó otras creencias. Los criterios de inclusión fueron: (a) hombres y mujeres voluntarios y alfabetizados, (b) castellano hablantes, (c) de 18 años en adelante, y (d) graduados de la carrera Psicología y ejerciendo la profesión. A su vez, no se detectaron participantes que abandonaron el estudio.
Instrumentos
Escala de los Ancestros Humanos (AOH). Es un instrumento autoadministrable compuesto por un ítem único desarrollado por Kteily et al. (2015) para evaluar la deshumanización evidente. El test solicita a los participantes a indicar el nivel de evolución que consideran que tienen las personas promedio de algún grupo humano. Las respuestas se evalúan mediante una escala de cinco opciones, esta escala contiene cinco imágenes que corresponden al camino evolutivo del ser humano, desde el australopithecus hasta el homo sapiens sapiens. Es decir, menores valores indican mayor deshumanización evidente. Acerca de la validez, varios estudios muestran que es una escala ampliamente usada para medir la deshumanización evidente (e.g., Bruneau & Kteily, 2017; Bruneau, et al., 2018; Kteily & Bruneau, 2017; Kunst et al., 2017), además, los valores de este instrumento presentan correlaciones con términos notoriamente deshumanizantes, como “salvaje”, “no sofisticado”, “bárbaro”, “primitivo” e “irracional” (Kteily et al., 2015).
Procedimiento
Los datos fueron obtenidos mediante la aplicación individual del instrumento y el formulario de consentimiento informado, en formato online, desde febrero hasta abril del 2022. Las aplicaciones se realizaron mediante Google Forms, las autoridades de la Universidad Gran Asunción UNIGRAN revisaron los aspectos éticos del estudio. El tiempo de aplicación aproximado fue de cinco minutos. Para proteger los datos, cada individuo participó en condiciones de anonimato y no recibió ningún estímulo económico o de otra índole. En el análisis de datos se realizaron pruebas de normalidad, de diferencias intergrupales y análisis de coeficientes de correlación Producto-Momento de Pearson, asimismo, se utilizó el software estadístico Infostat (Versión 5.13.1; Di Rienzo et tal., 2018).
Aspectos éticos
La solicitud para participar en el estudio fue personal y se adjuntó un apartado de compromiso por parte de los investigadores, se consideraron los aspectos éticos de APA (2002), como el resguardo y anonimato de cada participante, etc.
RESULTADOS
Para identificar el nivel de deshumanización evidente se realizaron análisis de frecuencias absolutas y relativas. Se encontraron hallazgos que indican que: (a) 72 participantes (51%) identificaron que sus pacientes promedio corresponden a la imagen del homo sapiens sapiens; (b) 38 participantes (27%) contestaron ver a sus pacientes como un homo neanderthalensis; (c) 29 contestaron (21%) ver a sus pacientes como un homo erectus; y (d) 2 personas (0.01%) afirmaron percibir a sus pacientes promedio como homo habilis. Estos hallazgos significan que una parte de los psicólogos presentan deshumanización evidente hacia sus pacientes.
Las estadísticas descriptivas de la deshumanización evidente se muestran en la Tabla 1, asimismo, se realizaron análisis de diferencias intergrupales según el sexo. Los hallazgos de la prueba de Mann-Whitney mostraron diferencias significativas a favor de las mujeres en comparación con los hombres. Dichos hallazgos significan que las psicólogas presentan más deshumanización evidente hacia sus pacientes, en comparación con los psicólogos (ver Tabla 1).
Variable | Hombres | Mujeres | W | p | ||
---|---|---|---|---|---|---|
n H | Media (DE) | n M | Media (DE) | |||
Deshumanización evidente | 25 | 4.64 (0.57) | 116 | 4.20 (0.87) | 21.64 | 0.01 |
Nota. n, tamaño de la muestra. DE, desviación estándar. Se evaluó la deshumanización evidente mediante una escala del 1 al 5 y los valores bajos corresponden a mayor deshumanización. La media total de la deshumanización evidente fue de 4.28 (DE = 0.84).
Para identificar las asociaciones entre la deshumanización evidente con la edad y los años de profesionalización de los psicólogos, se analizó la normalidad y los coeficientes de correlación Producto-Momento de Pearson, ya que son estadísticos comúnmente usados en estudios de covariación de variables (Moncho, 2015). Se encontraron hallazgos que indican que no existen relaciones significativas entre la edad y años de profesionalismo con la deshumanización evidente (ver Tabla 2).
DISCUSIÓN
En este estudio se buscó analizar la deshumanización evidente de una muestra de psicólogos de Paraguay con respecto a sus pacientes. Entre los principales hallazgos se destaca que: (a) se encontró deshumanización evidente solo en una parte de los profesionales psicólogos, (b) las profesionales mujeres presentaron mayor deshumanización, y (c) no hay relaciones entre la deshumanización latente con la edad y años de experiencia.
Los hallazgos de la deshumanización evidente hacia pacientes presentan coherencia con varios antecedentes: en primer lugar, en este estudio se identificó una deshumanización evidente media2 de 85.6 y Boysen, Chicosky et al. (2020) hallaron una deshumanización de 66.75 hacia pacientes de diversas enfermedades mentales (e.g., depresión, anorexia, bipolaridad, etc.) y de 80.35 hacia pacientes con ansiedad. Asimismo, Boysen, Isaacs et al. (2020) hallaron una media de 65.54 de deshumanización evidente hacia personas con enfermedades mentales. Cabe destacar que, aunque en los tres estudios se observan valores que muestran niveles de deshumanización evidente, existen diferencias en los valores encontrados entre los psicólogos y la población general; y dichos valores inducen a suponer diferencias en la deshumanización evidente de ambas poblaciones. De ser cierta esta conjetura, puede explicarse porque la formación en salud mental de los psicólogos habría disminuido las actitudes de etnocentrismo hacia personas con enfermedades mentales.
Se concluye que una parte de los psicólogos presentan deshumanización evidente hacia sus pacientes promedio; a su vez, dicha deshumanización es mayor en mujeres y no hay relaciones entre el nivel de deshumanización y la edad o los años de experiencia profesional.
Limitaciones y Recomendaciones
Una de las principales limitaciones del estudio es que el instrumento fue aplicado mediante Google Forms, por tanto, la ausencia de una supervisión física en las mediciones pudo facilitar errores de medición. Además, la pandemia del COVID-19 dificultó el acceso a poblaciones mayores de psicólogos, debido a que una cantidad importante dejó de ejercer de forma activa la profesión y, por ende, no pudieron ser considerados en este estudio.
Por otro lado, se propone que futuras líneas de investigación verifiquen las aparentes diferencias en la deshumanización evidente entre psicólogos y otras poblaciones. A su vez, se recomienda plantear estudios de las causas de la deshumanización evidente, sus repercusiones en los servicios de salud mental y las formas de intervención. Incluso se sugiere analizar los posibles beneficios de la deshumanización evidente, ya que, aunque la deshumanización es por sí mismo un proceso psicológico negativo, Lammers y Stapel identificaron que puede tener elementos funcionales para tomar decisiones complejas y racionales a nivel político.
Finalmente, se destaca que este estudio tiene importancia social, educativa y clínica. A nivel social, se ha evidenciado la deshumanización evidente en personas de un país de América del Sur, por tanto, podría ser una explicación de la discriminación y violencia que se dirige a población migrante (e.g., migrantes de Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú, etc.). En el aspecto educativo, los datos reportados pueden incentivar la creación de intervenciones que disminuyan, en general, el etnocentrismo. Finalmente, en el aspecto clínico se puede discutir las implicancias de percibir a los pacientes como menos evolucionados; ya que dicha deshumanización evidente puede generar sesgos en las evaluaciones e intervenciones psicológicas, incluso en profesiones con técnicas más mecanizadas como la enfermería, odontología, etc.