INTRODUCCIÓN
Se ha referido que el emprendimiento implica algo nuevo, comprendiendo una empresa individual o un grupo de empresas para explotarla como una situación y una nueva oportunidad. El emprendimiento requiere una conducta activa frente a un nuevo producto, proceso, ingresar a nuevos mercados, nuevas situaciones que se pueden apreciar en una nueva organización (Hisrich, Peters y Shepherd, 2017); sin embargo, cada vez más se describen muchas experiencias de emprendimiento en la que participan muchas mujeres. Las mujeres emprendedoras constituyen un grupo heterogéneo, pero que se pueden agrupar teniendo en cuenta sus actividades comunes y las fases de su ciclo de vida en las que empiezan esta actividad empresarial y en las que destacan un perfil de logro y autonomía (Avolio, 2008).
También se ha definido el emprendimiento como una actividad polifacética y describe al emprendedor como una persona que tiene la tendencia a correr riesgos con ideas innovadoras y generar diversos servicios. Asimismo, se ha definido el emprendimiento como el tomar riesgos en el diseño e implementación de un negocio, ejercer el liderazgo, capacidad para adaptarse a los cambios, necesidad de éxito y autoconfianza. Las mujeres que son emprendedoras se caracterizan por ser optimistas, pero con algunos temores frente a los riesgos del inicio de actividades de emprendimiento. También se apreció que la edad, la calificación, la educación y los problemas del hogar influyeron en la toma de decisión de la mujer para emprender una actividad empresarial o comercial (Castrillón y Ricaurte, 2011; Vences, Bolio, J., Bolio, H., 2018).
También ha sido caracterizado como un sentido común, un sentido práctico para los negocios, tener grandes aspiraciones e ideas progresistas acerca del mercado, las finanzas, las relaciones humanas y mucho más y es el corazón de esta conducta. Entonces, tendría dos características teóricas, una teoría del desarrollo económico y una teoría del emprendimiento aplicado a la permanente creatividad (McMullan y Kenworthy, 2015). Un aspecto de la teoría del emprendimiento es su rostro de mujer y de migrante, que incluye una capacidad de adaptación a los diferentes medios, el emprendimiento étnico que caracteriza a las realidades latinoamericanas, tensión en los valores culturales, pero que suscita la adaptación y el cambio y asimilación permanente.
Hay diversos autores que este comportamiento de emprendimiento se asocia con otras conductas, tales como: calidad de vida, autoestima, autoconcepto, optimismo, etc, pero existe una condición que no ha sido suficientemente estudiada, como es la actitud hacia el cambio.
La actitud hacia el cambio social se ha definido como “la alteración de la estructura o el funcionamiento del sistema social que tiene efectos relevantes para la vida de sus miembros” (Sánchez, 2002, p. 137). Lewin (citado por Hersey, Blanchard y Johnson, 1998) supone que el cambio consiste en la ruptura del equilibrio resultante de fuerzas impulsoras y de resistencia que compiten entre sí; el cambio, por lo tanto, es un movimiento en la dirección de la innovación. Si no hay cambio es porque cada acción que se dirige hacia el cambio, se le opone otra de igual fuerza que la neutraliza determinando la inmovilidad. Desde este punto de vista, el cambio es el producto de una reducción en la valencia de las fuerzas de resistencia o un aumento en las fuerzas de innovación, interrumpiéndose momentáneamente el equilibrio
El cambio planificado se origina en la decisión de esforzarse deliberadamente para mejorar un sistema disfuncional, con la ayuda de un agente externo(Lippitt, Watson y Westley, 1970), Por lo tanto, el cambio planificado no sólo es considerado posible sino también necesario. Su tratamiento supone la selección de metas u objetivos. Constituye un proceso racional que expresa una relación calculada entre fines y medio, tomando en consideración el tiempo. El cambio planificado puede traer muchas dificultades, pero el objetivo siempre será el obtener determinados logros sociales para un sistema social en un período de tiempo determinado. En este propósito, la influencia del grupo, de la sociedad, de la comunidad, del grupo, es muy importante. En este sentido, el compartir las responsabilidades sociales al interior del grupo, fomentan la discusión, el debate, la toma de decisiones y el asumir las responsabilidades de sus consecuencias.
También es muy importante la influencia de la sociedad en la determinación del cambio del comportamiento a través de un funcionamiento normado por el propio grupo, esto mejora la responsabilidad social en la toma de decisiones. El debate de las ideas promueve la acción de grupo, la expresión, la autonomía y determinación de las ideas. Igualmente, importante es la diversidad o heterogeneidad de criterios y en determinadas condiciones puede ser un promotor de soluciones creativas bajo criterios de consenso.
Lewin (1951) propuso que el cambio se producía en tres fases: una que requería el descongelamiento del statu quo, la segunda que impulsa una dinámica hacia una nueva condición y la tercera que intentaba un re-congelamiento o nueva conexión con la nueva situación o condición para garantizar el nuevo status quo, los nuevos propósitos y las nuevas metas. La primera fase que busca el cambio de las rutinas de los grupos y sistemas, control de soportes anteriores, cuestionamiento de su estructura, roles y funciones anteriores, y empleo de incentivos con la nueva disposición al cambio. Esta fase busca bloquear e ir extinguiendo las costumbres, tradiciones y hábitos anteriores para obtener condiciones y aceptar el nuevo status y los nuevos objetivos y metas.
Para Kelman (1958) la segunda fase de impulso y movimiento: identificación, interiorización y sumisión: La identificación se produce cuando el sujeto aprecia y se influido por nuevos comportamientos, tradiciones y hábitos. La interiorización permite la asimilación de los comportamientos percibidos en la fase identificación. En la fase de sumisión se da cuando el cambio queda señalado y aceptado y la fase de recongelamiento se caracteriza por la aceptación del nuevo comportamiento, de la norma, de la costumbre y del hábito de forma permanente en el sistema social.
Desde la óptica de la teoría socio-cognitiva y cambio social (Bandura, 1997), este autor enfatiza sus conceptos en el análisis de los temas relativos al cambio sociocultural y la innovación. La innovación o el cambio diferirán de acuerdo a la moral, los valores y prácticas prevalentes y su relación dinámica entre ellas sobre la conducta de cambio o innovación, y que las personas sean proveídas de habilidades, creencias y los incentivos para superar las incomodidades iniciales del proceso del cambio.
En el contexto Bandura (1997) plantea que el contexto es fundamental de tomarlo en cuenta y que tiene mayor probabilidad de asegurar el cambio cuando los actores del mismo tienen algún nivel de disposición al cambio, también puede ser importante emplear los ejemplos los o modelos iniciales de cambio como demostración de la bondad de la voluntad del cambio y apreciar sus beneficios, consolidando su aplicación. Bandura (1997) recomienda preparar las condiciones para el cambio, por ejemplo, brindado la información suficiente para no crear resistencia, crear conciencia de los beneficios de la innovación, conocer los objetivos, ventajas, desventajas y el impacto de la nueva práctica. En este sentido, es muy útil considerar las creencias eficaces, las expectativas y los problemas que impiden los logros. Para Bandura (1977) también es importante supervisar la implementación exitosa de la nueva iniciativa: observar el impacto del uso de los modelos exitosos, apreciar el comportamiento de las redes de individuos con intenciones comunes y que pueden ser empleados como modelos positivos si tienen características comunes a la nueva idea.
En el proceso de capacitación de las lideresas se ha observado diversas motivaciones para constituir actividades de tipo negocio o empresarial, como, por ejemplo, realizar actividades para más ingresos y satisfacer las necesidades de la familia. Las actividades que realizan generalmente se relacionan al sector industrial de confecciones, comercio. Lo que también se ha observado es que estas lideresas emplean algunos de sus ingresos para ayudar a sus hijos y personas de la comunidad con ciertas necesidades.
Los aspectos del emprendimiento y la disposición hacia el cambio es el objetivo fundamental de la presente investigación en mujeres lideresas de San Juan de Lurigancho
MÉTODO
Se emplea un diseño de investigación de tipo descriptivo-comparativo y correlacional (Hernández, Fernández y Baptista, 2018).
Participantes
Mediante el muestreo no aleatorio se seleccionaron a 256 mujeres lideresas con un promedio de: X= 50.2 años y DS=10.6 años; el rango de edad más frecuente es: 51-60 años y la edad más frecuente es: 59 años, la edad mínima es 20 y la máxima es 68 años, con una instrucción predominante de educación secundaria (f: 123; 48%), en la muestra predominan las casadas (f: 104; 42.6%) y en segundo lugar, las solteras (f: 60; 24.6%). Las muestras de lideresas tienen en mayor porcentaje un solo hijo (f: 192; 86.1%; un 11.8% - f: 27 mujeres lideresas tienen entre 4 a 5 hijos). De acuerdo al lugar de procedencia, predominan las de Lima (f: 130; 50.8%) y en segundo lugar de la región Loreto (f: 17; 6.6%). En la instrucción del padre predomina el nivel de secundaria (f: 124; 48.4%). La instrucción de la mamá predomina el nivel de secundaria (f: 118; 46.1%). Se precisa que el nivel de educación técnica y superior es mayor en el caso de los papás de las lideresas (Papás: 21.5% y 18.8%; Mamás: 17.2% y 5.5%).
Instrumento
Se emplearon los inventarios de persona emprendedora (Alcaráz, 2004) y el inventario de disposición al cambio (Roth, 2008). En la presente investigación se han obtenido los siguientes valores de validez y confiabilidad del inventario de personas emprendedoras: ítem-test (r: ,216 - ,533). En el inventario de actitud hacia el cambio la consistencia es: (r desde: ,36 - ,60). En la confiabilidad mediante el alfa de crombach se obtuvo en el inventario de mujeres emprendedoras: α: 0.900 y en el inventario de actitud hacia el cambio: α: 0.903
Procedimiento
Los instrumentos de investigación fueron aplicados por personal profesional de la educación y psicología entrenado con este fin. Estas profesionales forman parte del staff profesional de trabajo con las lideresas que forman parte del Programa de Capacitación de Lideresas de San Juan de Lurigancho. Se obtuvieron los consentimientos informados de aceptación de participación y la aplicación fue en pequeños grupos de su jornada de actividades de capacitación. Todas mostraron mucha motivación por el proceso de aplicación de los instrumentos y hubo algunas preguntas acerca del cuestionario, que fueron absueltas satisfactoriamente.
RESULTADOS
Niveles descriptivos: Niveles de emprendimiento y de disposición al cambio
La mayor frecuencia y porcentaje de la escala de emprendimiento se produce en el nivel alto (f: 126; %:49.2%), seguido del nivel muy alto (f: 73; %:28.5%) Los niveles de la escala de disposición al cambio obtiene los siguientes valores: en el nivel alto (f: 126; %:49.2%), seguido del nivel muy alto (f: 113; %:44.1%) (Tabla 1).
Emprendimiento | Disposición al cambio | ||||
---|---|---|---|---|---|
Niveles | f | Porcentaje | f | Porcentaje | |
Nivel muy bajo | 1 | 0.4 | 1 | 0.4 | |
Nivel bajo | 1 | 0.4 | 1 | 0.4 | |
Nivel medio | 55 | 21.5 | 15 | 5.9 | |
Nivel alto | 126 | 49.2 | 126 | 49.2 | |
Nivel muy alto | 73 | 28.5 | 113 | 44.1 | |
Total | 256 | 100.0 | 256 | 100.0 |
En la frecuencia y porcentaje de las variables emprendimiento y disposición al cambio de acuerdo a factores sociodemográficas se encontraron los siguientes valores: La mayor frecuencia y porcentaje de emprendimiento de acuerdo a la edad es en el rango de las edades de: 51 a 60 años (55.7%), seguido de las edades de 41 a 50 años:(48.7%)(Tabla 2).
Rangos | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
20-30 | 0a, b (0.0%) | 0a, b (0.0%) | 5b (38.5%) | 7a, b (53.8%) | 1a (7.7%) | 13 (100.0%) |
31-40 | 0a, b (0.0%) | 0a, b (0.0%) | 12b (35.3%) | 13a (38.2%) | 9a, b (26.5%) | 34 (100.0%) |
41-50 | 1a (1.3%) | 0a (0.0%) | 21a (27.6%) | 37a (48.7%) | 17a (22.4%) | 76 (100.0%) |
51-60 | 0a, b (0.0%) | 1a, b (1.1%) | 13b (14.8%) | 49a (55.7%) | 25a, b (28.4%) | 88 (100.0%) |
61-70 | 0a, b (0.0%) | 0a, b (0.0%) | 4b (8.9%) | 20b (44.4%) | 21a (46.7%) | 45 (100.0%) |
Cada letra del subíndice denota un subconjunto de emprendimiento (Agrupada) categorías cuyas proporciones de columna no difieren de forma significativa entre sí en el nivel ,05.
De acuerdo al grado de instrucción, la muestra de estudio, en educación primaria presenta porcentajes en los que predomina el nivel muy alto de características de emprendimiento (39.1%); en secundaria (50.4%) predomina el nivel alto; en superior técnica (45.9%) predomina el nivel alto y en educación superior universitaria predomina el nivel alto (68.0%) (Tabla 3).
Instrucción | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
Primaria | 0a (0.0%) | 0a (0.0%) | 6a (26.1% | 8a (34.8%) | 9a (39.1%) | 23 (100.0%) |
Secundaria | 1a (0.8%) | 0a (0.0%) | 24a (19.5%) | 62a (50.4%) | 36a (29.3%) | 123 (100.0%) |
Superior Técnica | 0a (0.0%) | 1a (1.2%) | 22a (25.9%) | 39a (45.9%) | 23a (27.1%) | 85 (100.0%) |
Superior Universitaria | 0a (0.0%) | 0a (0.0%) | 3a (12.0%) | 17a (68.0%) | 5a (20.0%) | 25 (100.0%) |
Cada letra del subíndice denota un subconjunto de emprendimiento (Agrupada) categorías cuyas proporciones de columna no difieren de forma significativa entre sí en el nivel ,05
Tomando en cuenta el estado civil, se observa que en las lideresas solteras predomina el nivel alto de emprendimiento (38.3%), en las casadas el nivel alto (58.7%), en las convivientes (38.5%), en las viudas el nivel alto (57.1%) y en las divorciadas también el nivel alto (64.3%) (Tabla 4).
Condición Civil | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
Soltera | 0a, b (0.0%) | 0a, b (0.0%) | 15a, b (25.0%) | 22b (36.7%) | 23a (38.3%) | 60 (100.0%) |
Casada | 0a, b (0.0%) | 0a, b (0.0%) | 16b (15.4%) | 61a (58.7%) | 27a, (26.0%) | 104(100.00%) |
Conviviente | 1a (1.9%) | 1a (1.9%) | 17a, (32.7%) | 20c (38.5%) | 13b (25.0%) | 52 (100.0%) |
Viuda | 0a, (0.0%) | 0a (0.0%) | 2a (14.3%) | 8a (57.1%) | 4a (28.6%) | 14 (100.0%) |
Divorciada | 0a, b (0.0%) | 0a, b (0.0%) | 4a (28.6%) | 9a (64.3%) | 1a (7.1%) | 14 (100.0%) |
Total | 1 (0.4%) | 1 (0.4%) | 54 (22.1%) | 120 (49.2%) | 68 (27.9%) | 244 (100.0%) |
De acuerdo al número de hijos, el nivel más alto de características se evidencia cuando el número de hijos tiene 3 hijos (100%). (Tabla 5).
Número de hijos | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
1 | 1(0.5%) | 1a (0.5%) | 46a (24.0%) | 87a (45.3%) | 57a (29.7%) | 192 (100.0%) |
2 | 0a (0.0%) | 0a 0.0% | 1a (33.3%) | 2a (66.7%) | 0a (0.0%) | 3 (100.0%) |
3 | 0a (0.0%) | 0a (0.0%) | 0a (0.0%) | 0a (0.0%) | 1a (100.0%) | 1 (100.0%) |
4 | 0a (0.0%) | 0a (0.0%) | 2a (14.3%) | 8a (57.1%) | 4a (28.6%) | 14 (100.0%) |
5 | 0a (0.0%) | 0a (0.0%) | 0b (0.0%) | 8a (61.5%) | 5a (38.5%) | 13 (100.0%) |
Total | 1 (0.4%) | 1 (0.4%) | 49 (22.0%) | 105 (47.1%) | 67 (30.0%) | 223 (100.0%) |
Niveles de disposición al cambio
En las frecuencias y porcentajes de la disposición al cambio de acuerdo a factores sociodemográficos se encontraron los siguientes valores: La mayor frecuencia y porcentaje de disposición al cambio de acuerdo a la edad es en el rango de las edades de: 20 a 30 años (55.7%), seguido de las edades de 41 a 50 años: (49.2%)(Tabla 6).
Rango de edad | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
20-30 | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 10 (76,9%) | 3 (23,1%) | 13 (100,0%) |
31-40 | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (5,9%) | 20 (58,8%) | 12 (35,3%) | 34 (100,0%) |
41-50 | 1 (1,3%) | 0 (0,0%) | 4 (5,3%) | 45 (59,2%) | 26 (34,2%) | 76 (100,0%) |
51-60 | 0 (0,0%) | 1 (1,1%) | 9 (10,2%) | 39 (44,3%) | 39 (44,3%) | 88 (100,0%) |
61-70 | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 12 (26,7%) | 33 (73,3%) | 45 (100,0%) |
Total | 1 (0,4%) | 1 (0,4%) | 15 (5,9%) | 126 (49,2%) | 113 (44,1%) | 256(100,0%) |
De acuerdo al grado de instrucción, predomina el nivel alto, con énfasis en la educación superior universitaria (64%), seguido de la superior técnica (52.9%) y la secundaria (46.3%) (Tabla 7).
Instrucción | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel Medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
Primaria | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (4,3%) | 8 (34,8%) | 14 (60,9%) | 23 (100,0%) |
Secundaria | 1 (0,8%) | 1 (0,8%) | 5 (4,1%) | 57 (46,3%) | 59 (48,0%) | 123 (100,0%) |
Superior Técnica | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 9 (10,6%) | 45 (52,9%) | 31 (36,5%) | 85 (100,0%) |
Superior Universitaria | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 16 (64,0%) | 9 (36,0%) | 25 (100,0%) |
Total | 1 (0,4%) | 1 (0,4%) | 15 (5,9%) | 126 (49,2%) | 113 (44,1%) | 100,0%) |
De acuerdo al lugar de procedencia, las lideresas de mayor disposición al cambio provienen de las ciudades de Ayacucho, Cusco y Puno (Tabla 8).
Procedencia | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
Lima | 1 (0,8%) | 0 (0,0%) | 8 (6,2%) | 69 (53,1%) | 52 (40,0%) | 130 (100,0%) |
Arequipa | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (50,0%) | 1 (50,0%) | 2 (100,0%) |
Ayacucho | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (100,0%) | 2 (100,0%) |
Cajamarca | 0 (0,0%) | 0 (0,0) | 1 (14,3%) | 3 (42,9%) | 3 (42,9%) | 7 (100,0%) |
Callao | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (25,0%) | 6 (75,0%) | 8 (100,0%) |
Cusco | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (,0%) | 0 (0,0%) | 3 (100,0%) | 3 (100,0%) |
Huancavelica | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (20,0%) | 4 (80,0%) | 5 (100,0%) |
Huánuco | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (100,0%) | 0 (0,0%) | 1 (100,0%) |
Junín | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (11,1%) | 6 (66,7%) | 2 (22,2%) | 9 (100,0%) |
Loreto | 0 (0,0%) | 1 (5,9%) | 1 (5,9%) | 7 (41,2%) | 8 (47,1%) | 17 (100,0) |
Madre de Dios | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 3 (75,0%) | 1 (25,0%) | 4 (100,0%) |
San Martin | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (100,0%) | 0 (0,0%) | 2 (100,0%) |
Pasco | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (100,0%) | 0 (0,0%) | 1 (100,0%) |
Ucayali | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (100,0%) | 0 (0,0%) | 2 (100,0%) |
Puno | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (100,0%) | 2 (100,0%) |
Piura | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (12,5%) | 4 (50,0%) | 3 (37,5%) | 8 (100,0%) |
Lambayeque | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (66,7%) | 1 (33,3%) | 3 (100,0%) |
La Libertad | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 3 (37,5%) | 5 (62,5%) | 8 (100,0%) |
Ancash | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 5 (55,6%) | 4 (44,4%) | 9 (100,0%) |
Ica | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (2,5%) | 2 (25,0%) | 5 (62,5%) | 8 (100,0%) |
Total | 1 (0,4%) | 1 (0,4%) | 15 (5,9%) | 126 (49,2%) | 113 (44,1%) | 256 (100,0%) |
De acuerdo al estado civil, se observa un predominio del nivel alto de disposición al cambio; las lideresas que muestran más alto nivel son las convivientes (59.6%), seguida de las viudas (48.1%) y de las solteras. (Tabla 9).
Estado Civil | Muy bajo | Bajo | Medio | Alto | Muy alto | Total |
Soltera | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (3,3%) | 28 (46,7%) | 30 (50,0%) | 60 (100,0%) |
Casada | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 8 (7,7%) | 50 (48,1%) | 46 (44,2%) | 104(100,0%) |
Conviviente | 1 (1,9%) | 1 (1,9%) | 3 (5,8%) | 31 (59,6%) | 16 (30,8%) | 52 (100,0%) |
Viuda | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 7 (50,0%) | 7 (50,0%) | 14 (100,0%) |
Divorciada | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (14,3%) | 5 (35,7%) | 7 (50,0%) | 14 (100,0%) |
Total | 1 (0,4%) | 1 (0,4%) | 15 (6,1%) | 121 (49,6%) | 106 (43,4%) | 244(100,0%) |
Teniendo en cuenta el número de hijos, el nivel más alto de disposición al cambio se evidencia cuando el número de hijos tiene 3 hijos (100%), seguido de las lideresas que tienen 5 hijos (53.8%) (Tabla 10).
Número de hijos | Nivel muy bajo | Nivel bajo | Nivel Medio | Nivel alto | Nivel muy alto | Total |
1 | 1 (0,5%) | 1 (0,5%) | 14 (7,3%) | 90 (46,9%) | 86 (44,8%) | 192 (100,0%) |
2 | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 2 (66,7%) | 1 (33,3%) | 3 (100,0%) |
3 | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (100,0%) | 1 (100,0%) |
4 | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 8 (57,1%) | 6 (42,9%) | 14 (100,0%) |
5 | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 7 (53,8%) | 6 (46,2%) | 13 (100,0%) |
Total | 1 (0,4%) | 1 (0,4%) | 14 (6,3%) | 107 (48,0%) | 100 (44,8%) | 223 (100,0%) |
Aspectos Inferenciales
La prueba de normalidad de distribución de la muestra de estudio evidencia que los datos no se distribuyen normalmente (<, 001). Se ha encontrado que las variables emprendimiento y la disposición hacia el cambio se correlacionan en un nivel muy aceptable y con valores de alta significatividad (r: ,733; p < 0.000) (Tabla 11).
Disposición al Cambio | ||
r Pearson | Sig. | |
Disposición al Cambio | 1 | |
Emprendimiento | ,733** | 0.000 |
Nota: KMO: >, 05 y <, 05
En relación al emprendimiento y las dimensiones de la disposición del cambio, esta correlaciona de manera directa: Competencias para el cambio (r: ,614; p < 0.000); incertidumbre/pesimismo:(r: ,414; p < 0.000); proactividad para el cambio: (r: ,661; p < 0.000); conservadurismo: (r: ,478; p < 0.000); rigidez: (r: ,518; p < 0.000) (Tabla 12).
Emprendimiento | |||
r Spearman | Sig | ||
Emprendimiento | 1.000 | ||
Competencias para el cambio | ,614** | .000 | |
Incertidumbre/pesimismo | ,414** | .000 | |
Proactividad para el cambio | ,661** | .000 | |
Conservadurismo | ,478** | .000 | |
Rigidez | ,518** | .000 | |
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). |
El emprendimiento y la disposición al cambio de acuerdo a los factores edad, instrucción, condición civil y número de hijos demuestra que tales variables correlacionan con un alto índice con los factores sociodemográficos, en especial con el número de hijos (r = > .72.8 - .74.9; p = .000) (Tabla 13).
DISCUSIÓN DE RESULTADOS Y CONCLUSIONES
En la presente investigación se ha descrito el emprendimiento y la disposición hacia el cambio de acuerdo a algunas características sociodemográficas de las lideresas del Programa de Capacitación de lideresas de una universidad privada de San Juan de Lurigancho. En este sentido, se ha podido evidenciar que las características del emprendimiento de las lideresas se relacionan de una manera significativa con la disposición al cambio. El comportamiento emprendedor se relaciona con mayor significatividad con las dimensiones de proactividad para el cambio y con competencias para el cambio, lo que nos estaría indicando que es complementaria la proactividad y las competencias para el cambio y para el éxito. De acuerdo a Iversen (2005) la mujer emprendedora, se caracteriza, entre otras conductas por su capacidad de adaptarse a los cambios, necesidad de éxito y autoconfianza.
Para Hersey, Blanchard y Johnson (1998) el cambio es una tendencia hacia la innovación, es decir, las lideresas, como se aprecia, son personas de mucha actividad, tendencia al riesgo y se adaptan permanentemente a los cambios que provoca el medio en donde tratan de lograr cambios, luchando contra las fuerzas que se oponen al mismo. Según Lippitt, Watson y Westley (1970) el cambio tiene un origen y objetivo planificado, una meta, que en muchas de ellas tiene que ver con el cambio de sus condiciones actuales sociales, económicas y familiares y como personajes principales en el proceso de cambio.
Se ha encontrado que los niveles, tanto de emprendimiento y disposición al cambio son bastantes altos, lo que permite sostener que ambas condiciones son necesarias y complementarias para hablar de lideresas con condiciones psicosociales para posibilitar el cambio y el éxito que un grupo humano pretende.
En cuanto a las características de las variables sociodemográficas del emprendimiento de la muestra de estudio, aspectos dominantes son: el predominio de los rangos de 41 a 60 años de edad, el predominio de la educación secundaria, un gran porcentaje son casadas, hay un promedio de 4 hijos en la muestra analizada. En la disposición al cambio se aprecia un predominio de 20 a 30 años, los de mayor educación tienen niveles de disposición al cambio, las lideresas de características de cambio provienen de: Ayacucho, Cusco y Puno, en esta característica la mayor disposición al cambio se aprecia en aquellas lideresas que tienen 3 hijos.
Ahora, si bien es cierto que no se ha descrito frecuentemente a las lideresas, el hecho de estudiar sus perfiles de emprendimiento y la disposición al cambio, de acuerdo a factores sociodemográficos, lo que encontramos es que, la edad, el grado de instrucción, el estado civil, la procedencia geográfica y el número de hijos tienen que ver con un perfil de éxito y de cambio en una muestra que pretende apoyar el cambio en sus familias. Según Avolio (2008), si bien es cierto, las mujeres no constituyen un grupo homogéneo, cada una posee características y experiencias que aportan a su individualidad y forma de percibir el mundo y de conducir sus propias empresas familiares. Al parecer, el número de hijos sería un factor de poder para explicar sus inclinaciones y actitudes hacia el emprendimiento y el cambio. Las lideresas estudiadas provienen de zonas andinas del país, tradicionales de gran actitud hacia el trabajo y el cambio, hecho que se trasmite de generación en generación.
Esta investigación tiene limitaciones relacionadas con el tamaño de la muestra, la falta de uniformidad de los tamaños muestrales por cada uno de los factores sociodemográficos y el tipo muestreo empleado, lo que nos motiva a seguir indagando acerca de estas variables, así como aplicar procedimientos causales estadísticos de las dimensiones del emprendimiento en la disposición al cambio en mujeres lideresas con características de emprendimiento en relación a diversos factores sociodemográficos explicativos o predictivos.
CONCLUSIONES
Existe relación significativa entre el emprendimiento y disposición al cambio, y de acuerdo a los factores sociodemográficos.
El emprendimiento se relaciona con todas las dimensiones de la disposición al cambio.
El emprendimiento y la disposición al cambio se relaciona con mayores niveles de significatividad con las variables: condición civil y número de hijos
Predominan altos niveles de emprendimiento y disposición al cambio.