INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la adolescencia como el período de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años. Es una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento 1.
Dentro de las características biológicas que describen la adolescencia se encuentra la edad de la menarquia, que es la primera menstruación en la vida de las niñas, se produce normalmente entre los 10 y 15 años. Es el indicador de maduración sexual más comúnmente utilizado, suele aparecer entre 2-3 años tras el inicio de la pubertad y que en las últimas décadas se ha adelantado sobre todo en los países de América (2.
Se ha visto que la edad de la menarquia se correlaciona positivamente con la edad ósea, el índice de masa corporal (IMC) y negativamente con el remanente de crecimiento de crecimiento (3.
Si se hace una revisión de los principales estudios epidemiológicos de la menarquia en niñas de todo el mundo, se podrá observar un adelantamiento de esta y entre los factores que influyen se destaca la obesidad infantil y los factores sociodemográficos como la pobreza, encontrándose además una correlación entre la disminución de la edad de inicio de la menarquia en las últimas dos décadas y un aumento en el porcentaje de embarazos adolescentes (4.
Entre los factores ambientales asociados con la menarquia se mencionan a los nutricionales, tanto la malnutrición por exceso como por déficit como por ejemplo la maduración tardía de las adolescentes cuando presentan desnutrición (5.
El aumento del tamaño corporal y el estrés psicosocial, que se asociaron con un nivel socioeconómico más bajo, podrían influir en la alteración de la edad de la menarquia. Además, se ha examinado la relación entre la edad de la menarquia materna, el IMC, la edad materna al nacer, la nutrición, la altura y la edad media de la menarquia 6.
Se menciona la existencia de un fuerte componente hereditario, ya que la edad de la menarquia de las madres influye entre un 50 y un 75 % en la de las hijas. Así también, otros factores ambientales como el nivel socioeconómico, factores geográficos, el estado de salud en general y la sobrecarga física estarían involucrados. La relación entre el peso al nacer y la menarquia es discutible, y se desconocen los mecanismos que regulan esa asociación (7.
Incluso la ruralidad podría tener un efecto en la edad de inicio de la menarquia pues se ha encontrado que las niñas que residían en las zonas urbanas tuvieron la menarquia más temprana que las de las localidades rurales (8.
En este contexto también es importante conocer el funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal en condiciones normales y también las patologías que pueden retrasar el inicio puberal (9,10.
El adelanto del inicio de la pubertad dado por la menarquia se asocia con el incremento de peso en la población infantil incluso a nivel mundial (11 situación la cual también podría estar ocurriendo también en nuestro país incurriendo en un inicio más temprano de la capacidad reproductiva de las niñas y adolescentes.
La edad de menarquia constituye un elemento para comparar poblaciones, a lo largo de un periodo de tiempo e igualmente en diferentes poblaciones en un momento y situación específica (12.
La presente investigación tuvo por objetivo, determinar la presencia de menarquia y la edad de inicio en adolescentes del 6° grado de instituciones educativas seleccionadas de la zona urbana y periurbana de Encarnación y al mismo tiempo, evaluar su asociación con el estado nutricional y con la menarquia de sus madres.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación fue de enfoque cuantitativo, de tipo observacional, descriptivo, de corte transverso con componente analítico con datos primarios recabados por las investigadoras realizado entre los meses de setiembre a diciembre del año 2022.
Fueron incluidas todas las adolescentes con edades de 11 a 12 años, que estaban matriculadas en el sexto grado de la Educación Escolar Básica (EEB) del Centro Regional de Educación Gral. Patricio Escobar y la Escuela Alemana, instituciones públicas y la Escuela Bautista, institución privada, pertenecientes a la ciudad de Encarnación, cuyos padres o tutores dieron el consentimiento por escrito. Fueron excluidas adolescentes bajo régimen de adopción o con patología endocrinológica.
La muestra fue obtenida por muestreo no probabilístico de casos consecutivos y estuvo constituida por 112 adolescentes de 11 a 12 años, 61 de las cuales corresponde a una institución educativa periurbana y 51 de una institución urbana. Se incluyeron todas las adolescentes cuyos padres o tutores dieron su autorización.
Fueron consignados los datos relacionados con la presencia o no de menarquia de las adolescentes y su edad de aparición, así como también datos de edad de menarquia de sus respectivas madres. También fueron incluidos datos de la localización de la institución educativa.
Datos de mediciones antropométricas fueron obtenidas para la valoración nutricional según como sigue:
Peso en kilogramos (kg). Para la obtención de esta variable la niña fue pesada en una balanza mecánica, previamente calibrada y puesta en cero. Fueron pesados ubicados en el centro de la balanza, con la menor cantidad posible de ropa y sin calzados.
Talla en centímetros. Para su medición, se tomaron en consideración las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Circunferencia abdominal en centímetros en punto equidistante siguiendo la línea axilar media entre la última costilla y la cresta ilíaca.
Valoración nutricional: fue realizada en base al puntaje z del Índice de Masa Corporal (IMC) conforme a los lineamientos nacionales (13 basados en los criterios de la OMS (14.
Índice de masa corporal por edad.
-Desnutrición aguda: puntaje z IMC/E por debajo de - 2 DE.
-Riesgo de desnutrición: puntaje z IMC/E entre -1 y - 2 DE.
-Normal: puntaje z IMC/E entre -1 y + 1 DE
-Sobrepeso: puntaje z IMC/E entre +1 y +2 DE
-Obesidad: puntaje z IMC/E > + 2 DE
La obtención del puntaje z fue realizado con el software ANTHRO Plus? de la OMS (15.
Obesidad central: Se evaluó la circunferencia abdominal aumentada para lo cual fueron utilizados los valores límites recomendados por Fernandez y cols (2004) (16) considerándose una circunferencia elevada o de riesgo cuando el valor se encontraba en el percentil 90° o más.
La información obtenida y las mediciones y la encuesta fueron asentados en una planilla Microsoft Excel y luego procesados con el paquete estadístico SPSS?v20.
Para la descripción de las variables se utilizaron tablas descriptivas. Las variables cualitativas fueron expresadas en frecuencia absoluta y relativa, mientras que las variables cuantitativas en medidas de tendencia central y de dispersión. El análisis bivariado se realizó mediante Chi cuadrado (?2) con la Prueba de Fischer con un nivel de significancia p<0,05.
Para la comparación de promedios de muestras independientes según homogeneidad de varianza fue utilizada la prueba del T de Student siendo considerado significativo también con p<0,05.
Para la investigación, previamente se solicitó el permiso a las autoridades de cada institución educativa, posteriormente se realizó la comunicación sobre la investigación a las docentes encargadas de los grados seleccionados que en este caso correspondió al sexto grado (6to.) de la Educación Escolar Básica (EEB), así como también a los padres o tutores. Para este proceso, se acompañó con un material explicativo del trabajo de investigación.
El protocolo ha sido aprobado por el comité de ética y se ha solicitado consentimiento informado de las madres. En todo momento fueron tenidos en cuenta los principios de respeto a las personas, beneficencias/no maleficencia, justicia e igualdad (17.
RESULTADOS
Fueron incluidas un total de 112 adolescentes del 6to. grado de la EEB de instituciones educativas de la ciudad de Encarnación, dos de la zona urbana y la una periurbana y excluidas aquellas, bajo régimen de adopción o con patología endocrinológica. Las edades estuvieron comprendidas entre 11 y 12,8 años, sin diferencias entre adolescentes de zona urbana y periurbana tal como se observa en la Tabla 1 en la cual también se puede apreciar que el peso corporal, así como el IMC y la circunferencia de cintura abdominal fueron mayores en quienes pertenecían a la zona periurbana.
La edad de inicio de la menarquia fue significativamente menor en las adolescentes de zona periurbana (Tabla 1). No se observó diferencias entre las edades de la menarquia materna por zona.
Del total de adolescentes, el 77,7% (n=87) refirió presentar menarquia; el 90,2% (n=46) era de zona urbana mientras que el 67,2% era de zona periurbana (?2 Fisher p=0,003). La edad promedio de inicio de 11,1±0,7 años (valores límites: 9 y 12) años la cual fue menor en zona periurbana que la urbana (10,7±0,8 vs 11,4±0,5 T Student p=0,0001).
En cuanto al estado nutricional dado por el puntaje z IMC/Edad, se pudo determinar que, el 46,5% de las adolescentes tenía sobrepeso u obesidad mientras que el 23% de las adolescentes de zona periurbana presentaba obesidad versus el 7,8% de la zona urbana (?2 p=0,002) como se puede ver en el Gráfico 1.
Con respecto a la situación nutricional de la talla, no se observó diferencias en cuanto al diagnóstico por zona (Gráfico 2).
Al evaluar la menarquia conforme el estado nutricional, se pudo ver que la edad de inicio en las adolescentes con obesidad fue de 10,6?0.9 años mientras que en el resto fue de 11,1?0.7 años (T Student p=0,03).
El 13,4% (n=15) del total presentaba una circunferencia abdominal aumentada en el percentil 90° o más, esta situación se observó en el 20% (n=5/25) de las que aún no presentaban menarquia y en el 11,5% que sí menstruaba (?2 p=0,2). En el área periurbana el 19,7% (n=12) versus el 5,9% (n=3) del área urbana, presentaron circunferencia abdominal igual o mayor al P90° (?2 p=0,029).
El promedio de edad de menarca fue de 10,6?0,7 años en quienes tuvieron circunferencia abdominal aumentada en tanto que en el resto fue de 11,1?07 (T Student p=0,03).
Por último, al analizar el tiempo de menarquia de las adolescentes del 6to. grado (n=87) pudo verse una edad de inicio menor que las de sus madres (11,1±0,7 vs 12,8±1,4 años (T Student p=0,0001).
No hubo correlación entre las edades de inicio de menarquia de madres e hijas (Pearson r= -0,02).
DISCUSIÓN
Este estudio muestra el comportamiento de la menarquia en adolescentes de 10 a 12 años de zonas urbana y periurbana de Encarnación en el que se observa menor edad de inicio que sus madres y cuando presentan obesidad, mayor promedio de diámetro de cintura o pertenecen a la zona periurbana.
Los datos de esta investigación dan cuenta de que el promedio de inicio de menarquia es de 11,9 años, similar a lo hallado por el estudio realizado en nuestro país por Mora L. y cols.18 en el que en una valoración de adolescentes durante el 2012 al año 2015, observaron que la menarca ocurrió en promedio a los 12 años.
Desde tiempos remotos hasta la actualidad, los datos sugieren que en la mujer paleolítica la menarquia ocurría a una edad de entre 7 y 13 años mientras que la edad de la menarquia en el medioevo era de aproximadamente a los 14 años, poco después de la revolución industrial, debido al deterioro de las condiciones de vida, la menarquia ocurría entre los 15 y los 16 años. En el siglo XX, especialmente en la segunda mitad de este, en los países industrializados, la edad de la menarquia disminuyó significativamente, como consecuencia de la mejora de las condiciones socioeconómicas, ocurriendo a los 12-13 años (19.
En el trabajo realizado por Torres et. al en La Plata, Argentina (2019) (20 encontraron una edad de inicio de 12,1 años para la menarquia, valor que aumenta cuando las adolescentes presentaron desnutrición y fue menor cuando tenían exceso de peso. Estos datos concuerdan con nuestros hallazgos ya que la edad de inicio de menarquia en adolescentes con obesidad fue incluso un año menor que la edad del promedio general. En nuestra muestra la frecuencia de desnutrición fue baja por lo tanto no permitió valorar si con el bajo peso se prolonga la edad de menarquia.
La cantidad de adolescentes de la zona periurbana de este estudio que aún no presentaba menarca fue mayor que las que residían en zona urbana, sin embargo, paradójicamente la edad de inicio fue más temprano en ellas que las de la zona urbana. La mayoría de los estudios zonales mencionan la ruralidad vs zona urbana, poco se encuentra en cuanto a estudios comparativos para la zona periurbana.
En Méjico, en otro estudio del Distrito Federal, el promedio de la menarquia fue de 11,9 años, y en otras regiones fue de 12,2 años (21. En Lima (Perú) se informó sobre una edad promedio de ocurrencia de la menarquia de 12,7 años, ligeramente superior al estudio realizado en Encarnación (22.
En comparación con sus madres, en la presente investigación, las adolescentes presentaron la menarquia a edad más temprana. En el trabajo realizado por Rubinstein y cols (2017) (4 encontraron que la menarca ocurrió un año antes en promedio en las hijas que en sus madres. Se observó una tendencia a la disminución de la menarca promedio en niñas con aumento del índice de masa corporal pero no hallaron asociación entre la edad de la menarca y el nivel socioeconómico o lugar de residencia. Sin embargo, los datos del presente estudio muestran menor edad de inicio de menarquia en las adolescentes de zona periurbana.
Los resultados muestran una clara disminución de edad de menarca entre las adolescentes con obesidad. La mayoría de los estudios coinciden en que existe una relación entre la obesidad y el desarrollo de una pubertad precoz, basándose en datos objetivos como el IMC y la cantidad de tejido adiposo23,24.
La obesidad se ha posicionado como la patología nutricional más frecuente en este siglo y su asociación con el inicio temprano de la menarquia obliga a analizar el patrón alimentario y los hábitos que predisponen o protegen contra su aparición tal como lo demuestra el estudio de Yang y cols25 (2022) en el que observaron que la lactancia materna, la ingesta de yogur y la menor ingesta calórica retrasarían la menarquia mientras que por otro lado, el consumo de grandes cantidades de proteínas podrían adelantar su inicio.
Por otra parte, podría ser que haya una asociación entre menarquia temprana y la insatisfacción de la imagen corporal conforme a lo hallado por Tillería y cols. (26 (2018) lo cual podría luego predisponer a conductas psicosociales inadecuadas y a hábitos alimentarios restrictivos.
Una de las preocupaciones por el inicio precoz de la menarquia tiene que ver con conductas de riesgo tal como lo muestra Leal y cols. (27 (2015) quien encontró la menarquia temprana se asoció al inicio precoz de actividad sexual.
Finalmente, la preocupación por una menarquia temprana, así como también la tardía, tiene relación con que varios estudios hasta la fecha han descrito la asociación entre la menarquia temprana y problemas psicosociales como la delincuencia y las conductas sexuales de riesgo, así como problemas de salud física como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de mama a lo largo de la vida de la mujer (28.
Entre las limitaciones del presente estudio cabe mencionar que el tamaño de muestra no permite hacer aproximaciones a la población general y no se ha podido investigar otros aspectos endocrinológicos y psicosociales de las adolescentes y de su entorno familiar.