Dengue, aunque marginalmente, está circulando en todo el país en este verano 2022-2023. Según los datos de Vigilancia de la Salud, hasta la semana 12 del corriente año todos los Departamentos del país reportaron casos de DEN1 o DEN2 y en algunos co-circulan ambos serotipos, además del virus que esta vez predomina: Chikungunya 1. Pero recordemos que el Dengue viene causando epidemias importantes en Paraguay desde hace más de 20 años, hasta que finalmente fue declarado endémico en el 2009. Los 4 serotipos en varias oportunidades han circulado en simultáneo, pero cada uno de ellos ha predominado casi por turno en cada una de las grandes olas de epidemias significativas de las últimas décadas. Durante la gran epidemia del 2006-2007 fue el DEN3, en el 2011-2012 fue DEN2, durante el 2015-2016 DEN1 y en los años 2019-2020 fue el DEN4. Esto hace que hoy, haya pocas cohortes de poblaciones susceptibles a algunos de los cuatro serotipos. Infiriendo de esta manera, aunque circulen de forma permanente en todo el territorio nacional (como ocurre ahora) la próxima gran ola epidémica de dengue solo deberá darse cuando vuelva a reingresar al país un serotipo que hace un buen tiempo no circula de manera masiva, en este caso sería cuando vuelva el DEN3. Si esto ocurre, deberá afectar a las cohortes más jóvenes que nacieron luego de esa gran epidemia del 2006-2007. Afortunadamente ninguno de los países vecinos está con una circulación importante de este serotipo, pero ante la gran movilidad global siempre hay que mantenerse en alerta.
Luego de la última gran epidemia de DEN4 a inicios del 2020, la cual se cortó de modo abrupto por el inicio de las cuarentenas ya que se iniciaba la pandemia del SARS-CoV2, no tuvimos brotes muy importantes en todo el país por ninguna arbovirosis, hasta que se inició la actual epidemia de Chikungunya. Esta epidemia de Chikungunya está entre las más grandes reportadas en las Américas, lo cual ha alertado a todos los países de la región 2.
Chikungunya fue descrito por primera vez circulando en Paraguay durante los años 2015 y 2016, en unos brotes concentrados en el Departamento Central y Asunción. En la secuenciación del ARN viral realizada por el Laboratorio Central de Salud Pública se describió como un linaje que pertenece al genotipo asiático, pero procedente del Brasil. En esos años también hubo co-circulación de otros arbovirus, como Zika y DEN1 de manera considerable. Durante el mes de abril del 2018 se volvió a describir otro brote importante al norte del país, en Pedro Juan Caballero. En este brote se describió la presencia de otro genotipo también procedente del Brasil: el genotipo conocido como Este-Centro-Sur-África (ECSA). Este brote en nuestra ciudad fronteriza con la ciudad brasileña de Punta Porâ nos mostró por primera vez con mayor claridad la gran diversidad y gravedad de manifestaciones clínicas de la enfermedad en sus diferentes fases: aguda, subaguda y crónica 3.
La actual epidemia de Chikungunya se inició como brote a mitad del 2022, entre las ciudades de Mariano Roque Alonso y Limpio del área metropolitana de Asunción.
Cuando se iniciaron los períodos de lluvias (octubre noviembre) comenzó el aumento considerable de casos, superando masivamente al Dengue. Vuelve a ser el genotipo ECSA, también procedente de linajes del Brasil, pero esta vez diseminándose a una gran velocidad, empezando en el área metropolitana de Asunción, para expandirse luego a las diferentes áreas urbanas del país 1.
La gran epidemia de Chikungunuya se explica por una parte por la introducción de un virus prácticamente nuevo en una población que ha sufrido de varios ciclos epidémicos de Dengue. Pero considero que esta vez se agregaron otros dos elementos relacionados más bien al vector que son muy importantes para que la mezcla sea finalmente explosiva. Primero, es el inicio del brote durante el periodo de inicio de las temporadas de lluvia. Esto facilita que la epidemia esté activa todos los meses que dure la temporada de lluvias, generalmente hasta antes del inicio del invierno del año siguiente. Lo segundo, es que el brote comience en el área metropolitana de Asunción, donde se reúnen aproximadamente 3 millones de habitantes. Equivalente al 40% de la población nacional. Es la región con mayor densidad poblacional del país, y por ende casi un “banquete servido” para el vector.
Según informes del SENEPA ningún distrito urbano del país está con índices de infestación aceptables durante al menos un mes del año. Esto se multiplica en las temporadas de lluvias 4. De esta manera la densidad de mosquitos prácticamente define el ritmo de la contagiosidad o el índice de transmisibilidad (Rt) de cualquier arbovirosis, y en este caso para Chikungunya, haciéndola totalmente explosiva si además se desarrolla en un mar de individuos totalmente susceptibles al virus.
La literatura es tajante en que la inmunidad por Chikungunya es prolongada y difícilmente se den reinfecciones 5. Se deberán hacer estudios de seroprevalencia para estimar correctamente la proporción de la población que ha pasado la enfermedad al menos en nuestras ciudades más importantes, porque esto nos dirá cómo será el próximo verano y cuál es la necesidad de adquirir o ser parte del desarrollo de alguna vacuna para Chikungunya. Pero es muy probable que luego de esta epidemia “respiraremos” de este virus por algún tiempo.
Esta experiencia debe ponernos en alerta de que estamos totalmente expuestos a una diversidad de virus transmitidos por el que es el real enemigo, el Aedes Aegypti. En su momento nos trasmitía Dengue con sus diferentes serotipos, ahora es Chikungunya, también pueden ser Zika, el virus Mayaro, la Fiebre A marilla, entre otros. Es la hora de que antes de volver a enfrentarnos a cada enfermedad por turnos casi infinitos, marchemos a la raíz del problema, porque si controlamos al mosquito, controlamos una diversidad de enfermedades 6.
Además, debemos hacer algo diferente de lo que vinimos haciendo desde hace más de 20 años, y concentremos ahora los esfuerzos en políticas públicas que vayan más allá de lo que hace el Ministerio de Salud.
A los esfuerzos del SENEPA, de Vigilancia y de los Servicios de Salud que son los que finalmente salvan vidas, sumemos la educación a las soluciones de este mal en todos los niveles, mejoremos la gestión de residuos de nuestras grandes ciudades, y trabajemos hacia un urbanismo saludable.