INTRODUCCIÓN
La salud bucodental es un componente indisociable de la salud general y forma parte del ciclo vital de las personas1, puede interferir en la calidad de vida, principalmente en la alimentación, la comunicación, el relacionamiento con los demás y la autoestima. Muchas enfermedades sistémicas se manifiestan primeramente en la boca por lo que es importante el diagnóstico precoz de los problemas de salud bucal2-4.
Las enfermedades bucodentales afectan con mayor frecuencia a los países en vías de desarrollo, y a la mayoría de la población adulta5. En Paraguay, el 63% de la población está representada por habitantes de entre 15 y 60 años de edad, considerados adolescentes y adultos jóvenes dentro de las etapas del ciclo vital6. Las enfermedades bucodentales más frecuentes en esta población son la caries y la enfermedad periodontal7.
La caries dental es una enfermedad infecciosa multifactorial, crónica, transmisible y prevenible, sin embargo y a pesar de los esfuerzos, es considerada una problemática en Salud Pública por su alta incidencia y prevalencia8.
Las enfermedades periodontales son condiciones inflamatorias crónicas que afectan a los tejidos de soporte y protección del diente. Incluyen la gingivitis y la periodontitis crónica. Esta última puede causar la pérdida de dientes, pero hay que considerar que se inicia como una gingivitis y puede ser reversible aplicando medidas de prevención y tratamiento adecuadas9-10.
Entre los factores que intervienen para el surgimiento y la expansión de las enfermedades pueden considerarse los biológicos, el desarrollo económico, el desarrollo social y educativo de un país, así como la cultura y la tradición que regulan ciertos hábitos a nivel tanto individual como colectivo en una población11. Los conocimientos sobre salud bucodental inciden sobre el estado de salud de acuerdo a los factores anteriormente citados12 y repercuten en las actitudes positivas o no hacia la prevención y cuidado de las enfermedades13-14.
El mayor conocimiento sobre salud bucodental crea condiciones favorables para mejorar las acciones de salud y modificar el comportamiento de las personas. Por lo tanto, los servicios de salud bucodental serían más concurridos ya desde las primeras manifestaciones de la enfermedad y se llevarían a cabo esquemas de promoción de la salud, prevención y atención de las afecciones que conllevaría a mejorar la esperanza y calidad de vida de las personas15.
El propósito de este estudio fue evaluar el nivel de conocimientos y las prácticas sobre salud bucodental de estudiantes de posgrado de la Carrera de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Asunción en el año 2018.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se llevó a cabo un estudio observacional descriptivo de corte transversal, con componente analítico, de tipo censal entre los meses de mayo y junio del 2018. La población de estudio estuvo constituida por 166 estudiantes de ambos sexos, de entre 20 y 60 años de edad, que dieron libre consentimiento para participar del mismo y que se encontraban matriculados en los cursos de posgrados de la Carrera de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud UCA en el periodo 2018. Se excluyeron los estudiantes de posgrado que estaban involucrados en el estudio, que se encontraban cursando más de un posgrado a la vez, con condición irregular y cuyos cursos no se iniciaban hasta abril.
Se utilizó un cuestionario autoadministrado y de carácter anónimo que incluía preguntas cerradas constituido por tres secciones: Datos sociodemográficos, prácticas de salud bucodental y conocimientos sobre salud bucodental. Las primeras dos secciones se adaptaron del estudio de Barrientos, Becerra, Parra & Jouannet en adolescentes en el 201416, y la tercera sección se adaptó del estudio de Dho12 en adultos en el 2015 y Morel, Diaz y Quintana en el 201817.
Los datos obtenidos se asentaron en planillas electrónicas para su tabulación y análisis estadístico utilizando el Programa IBM SSPS Statistics 23.0.
Se estableció un punto a las respuestas correctas y las no correctas o sin respuestas quedaron sin valor. De acuerdo a los puntajes obtenidos se determinaron los niveles de prácticas y conocimientos en: Nivel bueno (≥80%), Nivel Regular (≥50%) y Nivel Malo (˂50%) que finalmente fueron codificados con los números 3, 2 y 1 respectivamente,
La asociación de variables se estableció mediante la prueba de chi cuadrado de Pearson a un nivel de significancia de 0,05.
RESULTADOS
Fueron incluidos 166 estudiantes de posgrado, en su mayoría del sexo femenino (75,3%), de entre 20 y 29 años (54,8%), pertenecientes al área de la salud (94%), y que cursaban algún programa de especialización (57,8%) (Ver Tabla 1).
El nivel de conductas o prácticas sobre su salud bucodental fue regular en el 55,42% o malo (19,88%). El nivel de conocimiento sobre salud bucodental fue regular en el 57,83% o malo (31,93%) de los participantes (Figura 1).
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Figura 1: Nivel de conocimientos y prácticas sobre salud bucodental de estudiantes de posgrado CE FCS UCA 2018. n: 166
Los estudiantes refirieron no utilizar cepillo dental para su higiene bucal en 0,6%, que la duración del cepillado fue menor a 2 minutos en 61,4%, que 70,5% consumía azúcares entre las comidas y que 42,2% no se cepilla los dientes después del desayuno (Tabla 2).
Los estudiantes reconocieron a la caries como principal enfermedad bucodental de los adultos, no así a la gingivitis y la enfermedad periodontal en 59% y 89,2% respectivamente. Indicaron como causa de la caries principalmente a la mala higiene bucal (97%) pero no reconocieron en 76,5% de los casos que el flúor es un factor protector ante la caries. No reconocieron, además, que el hábito de fumar puede causar gingivitis (83,1%) y que las maneras de prevenirlas pueden ser consumiendo frutas con fibras (77,7%) y utilizando hilo dental (67,5%) (Ver Tabla 3)
Se encontró asociación entre el nivel de conocimiento y la edad (0,013). Las demás variables sociodemográficas no presentaron asociaciones con los niveles de conocimientos y prácticas.
Tabla 4: Nivel de conocimientos sobre salud bucodental según edad CE FCS UCA. 2018. n: 166
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Valor p = 0,013
Además, se encontró asociación entre el nivel de prácticas con respecto al nivel de conocimientos sobre salud bucodental (0,001) (Tabla 4).
Tabla 5: Nivel de prácticas en relación al nivel de conocimientos de los estudiantes de posgrado CE FCS UCA 2018. n: 166
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DISCUSIÓN
Dentro de los hallazgos en esta investigación resalta que la población universitaria casi en su totalidad (95,8%) reconoció la caries como enfermedad bucal de los adultos. En contraste con el estudio de Lawder et al. en 200818 que encontraron que el 60% de la población, de nivel de escolaridad bajo, reconoció la caries como enfermedad bucal. Además de la caries, los participantes de este estudio reconocieron en el 40% de los casos a la gingivitis como enfermedad bucal de los adultos y apenas 10,8% a la periodontitis.
En Baltimore14 en un estudio realizado en el 2011 en adultos de bajos ingresos con apenas 12 años de escolaridad, el 91% reconoció al consumo de azúcares como causa principal de la caries. Sin embargo, en el presente estudio el conocimiento de los hidratos de carbono como causa de caries fue solo del 28,9%, siendo la más reconocida la mala higiene bucal. Esta discordancia puede deberse a que la palabra azúcar no estaba explícita en el cuestionario utilizado debido a las modificaciones realizadas para esta población adulta. Por otro lado, el 82% de los participantes en el estudio de Baltimore indicó que la caries podría prevenirse con el cepillado dental y uso del hilo dental, casi concordante con este trabajo donde el 89,9% reconoció como factor protector al cepillado dental después de cada comida, seguido por las consultas periódicas al odontólogo y el uso del hilo dental. Pero llama la atención que solo el 23,5% identificó que el flúor es un factor protector, cuando que Mattos-Vela et al.19, en un estudio a padres y profesores de preescolares lo identificaron en un 74,8% y 73% respectivamente. Tales diferencias pueden deberse a que los estudiantes marcaron los factores protectores asociándolos a las prácticas que realizan regularmente.
Con respecto al sangrado de las encías durante el cepillado, el 88% creía que es normal, pero consideraron en un porcentaje similar que la gingivitis es una reacción de defensa ante las bacterias de la placa bacteriana. Los factores más reconocidos que pueden ayudar a prevenirla son el cepillado dental diario y la consulta periódica al odontólogo y en un porcentaje mucho menor el uso del hilo dental y el consumo de frutas con fibras en apenas 32,5% y 22,3%, respectivamente.
En general, en esta investigación se encontró que los estudiantes de posgrado de la Carrera de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Asunción presentaban conocimientos regulares en 57,83% con respecto a la salud bucodental y prácticas también regulares en 55,42%. Por lo tanto, los niveles superiores de educación en las personas no se asocian a los buenos conocimientos y buenas prácticas sobre salud bucodental.
En algunos estudios presentados con anterioridad se utilizaron escalas diferentes para medir los conocimientos y prácticas sobre salud bucodental, lo que dificulta la comparación con los resultados de la presente investigación. Benítez et al.20 encontraron que el 33% de los participantes presentaron un nivel de conocimiento suficiente y 8% de pácticas adecuadas. Nakagawa et al.21 en el 2015 hallaron que el 56% de los participantes presentaron niveles de prácticas desfavorables, y un nivel de conocimiento bajo en 58,75% de los casos.
Delgado & Ayala22 en el 2012 midieron el nivel de conocimiento acerca de la salud bucal de los docentes de educación inicial y primaria en Perú, en el que encontraron un nivel regular en 53%, datos similares a los que Núñez et al.23 hallaron en embarazadas en una clínica privada en Chile, con un nivel de conocimientos regular en un 64%. En contraste, Rivadeneira, et al.24 encontraron un nivel malo de conocimientos sobre salud bucodental en pacientes de más de 15 años que pudieron corroborar por la presencia de enfermedades bucales en los participantes. Tal situación clínica también fue encontrada por Dho et al.25 al examen bucal en su estudio de 2013, no coincidente con el nivel de conocimientos que predominó en su estudio que resultó ser bueno.
En el 2015, Dho12 encontró un nivel de conocimientos de salud bucodental aceptable en el que aquellos con nivel socioeconómico medio-bajo presentaron conocimientos significativamente menores que los niveles alto, medio-alto y bajo.
Como instrumento de recolección de datos, la muestra censal, puede considerarse un método eficaz y válido en la selección o reclutamiento de los participantes para lograr una muestra representativa de la población de estudio. Aunque, debido a la irregularidad de algunos estudiantes en los programas aplicados, al ausentismo en los días de aplicación del instrumento y a la alta tasa de deserción de los mismos en los primeros meses de estudio no se pudo acceder a la totalidad de matriculados.
A pesar de las posibles limitaciones mencionadas, el presente estudio proporciona una visión general de los conocimientos y prácticas de salud bucodental que presenta la población adulta con un nivel de instrucción elevado.
Considerando que esta investigación no contempló el examen clínico de los encuestados ni las actitudes de las personas hacia su salud bucodental, se recomienda agregar inspecciones bucales y la medición de las actitudes en futuros estudios, con el objeto de contrastar lo que las personas conocen y hacen para cuidar su salud bucal con respecto a su estado bucal general; y evidenciar las actitudes de las personas hacia su cuidado partiendo de la premisa que además de tener conocimientos, es necesario mantener y fomentar la actitud preventiva y positiva sobre la salud bucodental en todas las etapas del ciclo vital, con la cual se logren prácticas favorables y el goce de una buena salud bucodental y mejora de la calidad de vida.