INTRODUCCION
El bazo humano tiene una función inmunitaria clave en la defensa contra diversos microorganismos, en especial las bacterias encapsuladas1. Los quistes esplénicos son infrecuentes y presentan una baja incidencia (0.07%)2. Las etiologías son varias, pero las principales según Fowler en 1913, se deben a quistes parasitarios y no parasitarios3. Entre los primeros se encuentran los quistes hidatídicos por equinococosis que son más comunes sobre todo en zonas endémicas; se describen también quistes y pseudoquistes postraumáticos, congénitos, hemangiomas, metástasis quísticas al bazo y quistes epidermoides. Los quistes epidermoides del bazo recubiertos por células epiteliales son clasificados como quistes verdaderos y corresponden aproximadamente al 20 % de todos los quistes del bazo2,3. El 75% de los casos de quistes epidermoides esplénicos se observan en niños y adultos jóvenes, y dos terceras partes en mujeres. Suelen ser solitarios4.
Entre todos los métodos auxiliares disponibles en la actualidad, la ecografía y la tomografía abdominal permiten la diferenciación de una masa sólida de una quística5. El absceso esplénico, o quiste esplénico infectado, es una condición poco frecuente y tiende a diagnosticarse en forma tardía; si se deja sin tratamiento, puede ser fatal6.
CASO CLINICO
Paciente de sexo femenino de 17 años de edad, estudiante, procedente de Asunción, Paraguay. Acude al Servicio de Cirugía General del Hospital General de Luque, remitida por facultativo, refiriendo cuadro de 6 días de evolución que inicia con dolor, tipo puntada de moderada intensidad, localizado en hipocondrio izquierdo, sin irradiación, que no cede con analgésicos comunes; tres días antes de su ingreso, se acompaña de fiebre graduada en 38° C, con escalofríos sin predominio de horario, en dos oportunidades. Niega náuseas, vómitos y otros síntomas acompañantes.
Al examen físico, paciente se encuentra lúcida, colaboradora, con Glasgow 15/15, Hemodinamia conservada; abdomen plano, blando, depresible, no doloroso a la palpación superficial, doloroso a la palpación profunda en hipocondrio y flanco izquierdo, signos de defensa muscular en hipocondrio izquierdo, pero sin irritación peritoneal, con RHA normales.
Laboratorio que porta al ingreso, llama la atención, Glóbulos Blancos: 13.500 con Neutrófilos de 83%, Hb: 13, Hto: 39.9%, PCR: positivo y demás laboratorios en rango, con serología para Hidatidosis negativa. Además, la ecografía abdominal informa; Bazo alterado en su morfología, por una imagen tumoral de bordes bien definidos, de contenido denso, que ocupa el Hilio esplénico, con circulación periférica al Doppler, pero sin flujo vascular infratemporal. Con un volumen aprox de 77cc. (Figura 1)
Además, se realiza una tomografía axial computarizada (TAC) con doble contraste de abdomen en la que se observa, bazo de tamaño aumentado, de aprox. 155mm, parénquima homogéneo en la región posterior, heterogénea en región anterior, a expensas de imagen nodular hipodensa que m ide 123 mm x 102 mm x 120 mm. Realce de las paredes y finos tabiques periféricos. En relación a quiste complejo. (Figura 2).
Con estos hallazgos en imágenes y la clínica de la paciente, se plantea diagnóstico de quiste esplénico infectado, programando acto quirúrgico, el cual se realiza sin complicaciones, con exeresis de pieza operatoria (Figura 3 y Figura 4).
Se recibe retorno cultivo de secreción del quiste (Salmonella sp; sensible a amoxicilina sulbactam y cefalosporinas), y 72hs tras la cirugía con buena evolución, es dada de alta hospitalaria con antibioticoterapia. Retorna a control posoperatorio en su séptimo día, con buena evolución. Informe final de anatomía patológica: quiste epidérmico esplénico, sin atipias ni células neoplásicas malignas.
DISCUSIÓN
El quiste esplénico es una entidad poco frecuente en la práctica clínica y representa menos del 1% de todas las masas esplénicas1. La mayoría de los quistes son asintomáticos se diagnostican incidentalmente durante la realización de estudios por otras causas. Sin embargo, cuando se presentan síntomas, los pacientes pueden presentar dolor abdominal, masa palpable, fiebre y leucocitosis, entre otros2 como lo es el caso de la paciente del caso quien presentó dolor abdominal en hipocondrio izquierdo, fiebre y cambios laboratoriales de infección.
La ecografía abdominal y la tomografía computarizada permitieron identificar una imagen tumoral en el bazo que luego de correlacionarla con la clínica fue sugestiva de quiste infectado.
El tratamiento de elección para los quistes esplénicos sintomáticos es la esplenectomía, aunque en algunos casos seleccionados se puede realizar alternativas menos invasivas3,4. En este caso, se procedió a esplenectomía debido a alta sospecha de infección del quiste. El abordaje quirúrgico se realizó a través de una laparotomía, extremando medidas para evitar la ruptura del quiste y la diseminación de su contenido infeccioso en la cavidad abdominal.
En cuanto a la etiología de los quistes esplénicos, la mayoría son de origen no parasitario, como los quistes epidermoides, que son verdaderos quistes con revestimiento epitelial5. Estos quistes son más frecuentes en niños y adultos jóvenes, como el caso presentado. En cambio, los quistes parasitarios, como los hidatídicos, son comunes en áreas endémicas. El cultivo de la secreción del quiste arrojó crecimiento de Salmonella sp. La asociación de quiste esplénico con Salmonella es poco frecuente, pero ha sido reportada en la literatura médica6.
Es fundamental una adecuada evaluación clínica y radiológica para llegar a un diagnóstico preciso y plantear un tratamiento quirúrgico oportuno si fuera necesario. La infección del quiste esplénico es una complicación poco frecuente pero potencialmente grave.