INTRODUCCION
Diversas variables influyen en el aprendizaje de los estudiantes universitarios, siendo algunas de ellas el tipo de educación secundaria; la orientación elegida; el nivel educativo máximo alcanzado por los progenitores; razonamiento espacial, abstracto y verbal; la velocidad y precisión; la ortografía y el leguaje; el cálculo; los estilos de pensamiento; la capacidad educativa; fortalezas y virtudes de carácter moral; el proceso de admisión a la carrera elegida; el bienestar psicológico; y los estilos de aprendizaje 1-9.
En lo que respecta a los estilos de aprendizaje, éstos pueden definirse como aquellos rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables de cómo los estudiantes perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje10. Son cognitivos puesto que explicitan la diferencia en los sujetos respecto a la forma de aprender; son afectivos, pues señalan el deseo y la disposición actitudinal de aprender, la motivación y expectativa; y son fisiológicos, puesto que tienen en cuenta los biotipos y biorritmos propios del estudiante 10,11.
Todos estos rasgos coexisten e interactúan entre sí, aunque es usual que alguno se encuentre más desarrollado, facilitando la adquisición de una clase específica de contenidos y dificultando la de otros 1,12.
En la carrera de Medicina, el desafío de impartir una gran cantidad de conocimiento, en un limitado periodo de tiempo, y que este conocimiento sea asimilado y efectivamente interpretado por un estudiante, ha sido el motor de cambios cruciales en el campo de la educación médica, con un viraje de la didáctica tradicional centrada en el docente, a una didáctica interactiva, basada en competencias, en resolución de problemas y centrada en el estudiante 13-15. Se ha teorizado que el conocimiento de los estilos de aprendizaje de los estudiantes de Medicina puede ser útil tanto para ellos como para los docentes, ya que los docentes pueden amoldar las estrategias pedagógicas utilizadas con los estilos de aprendizaje de sus estudiantes 16-18. Investigaciones realizadas en estudiantes de Medicina de Europa 19, Asia 15, Norteamérica 18,20 y América Latina 21,22 así lo demuestran.
Varios cuestionarios se han desarrollado para caracterizar el estilo de aprendizaje predominante en estudios universitarios. En 1986, Honey y Mumford 23, siguiendo las teorías de Kolb 24, crearon el “Cuestionario de Estilos de Aprendizaje”, constituido por 80 ítems comportamentales de respuesta dicotómica (+ o -), a los que los examinados deben contestar según su acuerdo con cada afirmación. Para estos autores, cuatro son los estilos de aprendizaje, que corresponden a las fases de un proceso cíclico y continuo: activo; reflexivo; teórico y pragmático. Las características de cada estilo pueden leerse en la Tabla 1 23,24.
Alonso adoptó el cuestionario original de Honey y Mumford, al idioma español, respetando su configuración teórica, su estructura original y su modalidad de respuesta 10. En esta investigación se ha decidido, entonces, utilizar el Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA), que cuenta con una consistencia interna aceptable y una adecuada estabilidad de medición en el tiempo, tanto en muestras españolas 10 como latinoamericanas 11,25-27.
No existen investigaciones realizadas acerca de los estilos de aprendizaje de estudiantes de Medicina de Paraguay. Reconocer dichos estilos puede permitir a académicos y autoridades universitarias realizar ajustes a los estilos de enseñanza impartidos y a las metodologías didácticas, en aquellas áreas relevantes para los objetivos educativos 22. Esto puede ser aún más importante si el reconocimiento de los estilos de aprendizaje se hace en estudiantes que han sido admitidos recientemente a la carrera y que están iniciando así su vida universitaria. Con base en lo anterior, el objetivo de este trabajo fue caracterizar los estilos de aprendizaje de estudiantes de primer año de la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción, a través de la utilización del CHAEA.
METODOLOGIA
Estudio observacional, analítico transversal, con muestreo no probabilístico de casos consecutivos. Los participantes fueron la totalidad de estudiantes de primer año, quienes fueron admitidos a la carrera de Medicina en febrero de 2017, tras haber aprobado el “Curso Propedéutico de Admisión a la Carrera de Medicina” de la Universidad Nacional de Asunción, en sus dos sedes: 150 estudiantes del campus de la ciudad de Asunción, y 40 estudiantes del campus de la ciudad de Santa Rosa del Aguaray.
Por tratarse de estudiantes de primer año, se eligió el comienzo del año académico para identificar el perfil de aprendizaje con que ingresan a la carrera. Es así como en el marco del Seminario de Introducción a la Vida Universitaria, llevado adelante como inicio de las actividades académicas, se presentó la investigación a los estudiantes y se les invitó a participar de la misma. En la investigación fueron incluidos todos los estudiantes que desearon y aceptaron participar voluntariamente de la misma, previa firma de un consentimiento informado. No se hicieron distinciones de sexo, edad ni de ninguna condición particular. Se excluyó de la investigación a aquellos estudiantes que no completaron la totalidad del instrumento utilizado.
Los participantes contestaron de manera anónima un instrumento compuesto por dos secciones: en la primera, una encuesta socio-académica; y en la segunda, el CHAEA. Se les otorgó un total de 20 minutos para completar el instrumento: 5 minutos para la encuesta socio-académica y 15 minutos para completar el CHAEA, en consonancia con lo propuesto por sus autores 10.
El instrumento utilizado constó de dos secciones:
Encuesta socio-académica. Para caracterizar la muestra se recabaron datos sobre sexo (hombre, mujer), edad (en años), tipo de colegio de procedencia (público, privado o subvencionado), promedio general de calificaciones de la educación secundaria (en escala de 1 al 5) y número de veces que el participante ha intentado ser admitido a la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción.
Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA). Evalúa 4 estilos de aprendizaje (teórico, reflexivo, activo, pragmático) mediante 80 ítems (20 por cada estilo, distribuidos de forma aleatoria) de respuesta dicotómica (+ o -) que el examinado debe responder según su acuerdo o desacuerdo con cada sentencia 10. Para clasificar la preferencia de acuerdo a la puntuación obtenida en cada uno de los estilos, se utilizó el baremo general abreviado de preferencias de estilo de aprendizaje desarrollado por Alonso y colaboradores 10. El puntaje establece grados de preferencia: muy baja, baja, moderada, alta y muy alta para cada uno de los estilos, de tal modo que cada estudiante obtuvo un puntaje en los 4 estilos. La puntuación máxima que se puede obtener es de 20 puntos en cada estilo. La puntuación absoluta que cada sujeto obtuvo en cada grupo de 20, indicó el nivel que alcanza en cada uno de los cuatro estilos. La validez local (fiabilidad) del CHAEA se realizó con el test α de Cronbach.
Se excluyeron del análisis aquellos instrumentos incompletos. El análisis de datos abarcó la distribución promedio del puntaje que establece el estilo de aprendizaje para la muestra total y la distribución en promedio y porcentaje de las preferencias según los estilos 10. Los datos se analizaron utilizando el paquete de análisis estadísticos Epi Info versión 7.2 (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Atlanta, Estados Unidos de América). Para la comparación de medias, se utilizó la prueba t de Student. El nivel de significancia quedó establecido en p<0,05.
Consideraciones éticas
Toda la información recogida se manejó en forma confidencial, no develando la identidad de los participantes. La participación del estudio fue libre y voluntaria y los participantes firmaron un consentimiento informado, que se encontró en la primera parte del instrumento. Se garantizó a los participantes el anonimato de sus respuestas y la confidencialidad de los datos proporcionados. Todos los participantes recibieron el mismo trato y las mismas oportunidades para participar de la investigación. No se hicieron distinciones de ningún tipo. El estudio no recibió apoyo financiero y los autores se declaran sin conflictos de intereses, siendo los mismos quienes autofinanciaron el proyecto.
RESULTADOS
El cuestionario fue completado por 190 estudiantes de Medicina del primer año, de los cuales fueron incluidos en la muestra 181, ya que 9 estudiantes se excluyeron por no completar totalmente el instrumento de medición. La muestra estuvo conformada por 54,1% de mujeres y las edades se encontraron entre 17 y 24 años (media=20±1).
En cuanto al tipo de colegio, el 43,6% procedía de un colegio privado y contaba con un promedio de notas del colegio de 4,5 ± 0,5 (escala del 1 al 5). En cuanto al número de intentos para ser admitidos a la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción, el mínimo fue de 1 y el máximo de 5 intentos, con un promedio de 2±1. Estos datos pueden verse en detalle en la Tabla 2.
Se evaluó la validez local (fiabilidad) del CHAEA con el test α de Cronbach. Los valores encontrados para cada estilo fueron los siguientes: activo (0,633), reflexivo (0,563), teórico (0,577) y pragmático (0,498).
En cuanto a los estilos de aprendizaje de los estudiantes de Medicina participantes, los perfiles con mayores puntajes promedio fueron el reflexivo (media=15,86±2,599) y el teórico (media=14,52±2,740). Le siguen el estilo pragmático (media=13,15±2,678) y, por último, el activo (media=9,51±3,260). En esa misma línea, tomando como estilo de aprendizaje principal a aquel con mayor cantidad de ítems respondidos, se observó que los estudiantes de Medicina son “reflexivos” (60,8%), “teóricos” (23,2%), “pragmáticos” (9,4%), y “activos” (6,6%).
En la Tabla 3 pueden observarse, en detalle, las preferencias sobre los estilos de aprendizaje que tienen los estudiantes de Medicina participantes. Se observa que existe una preferencia “muy alta” por el estilo teórico (39,78%) y “alta” por el estilo reflexivo (27,07%).
El estudio analítico de las variables informó que existe relación entre los estilos reflexivo (p=0,041) y pragmático (p=0,012) y el sexo masculino, no así para los otros estilos o para el sexo femenino. No se encontró asociación entre el tipo de colegio (público, privado o subvencionado), el número de intentos para ser admitidos a la carrera de Medicina, o el promedio general de calificaciones de la educación secundaria y los estilos de aprendizaje preferentes.
DISCUSION
En todo el mundo, los catedráticos están reconociendo la importancia de entender los diferentes estilos de aprendizaje de los estudiantes, habida cuenta del rol que tienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje 12,28.
Los resultados del presente estudio son parcialmente similares a los encontrados por Bhalli y colaboradores 29 en Paquistán (reflexivos: 46,75%; pragmáticos: 27,27%; teóricos: 16,88%; y activos: 9,09%) y por Rasool y Rawaf 30 en el Reino Unido (reflexivos: 44%; activos: 16%; teóricos: 5%; pragmáticos: 5% y duales reflexivos/teóricos: 33%. Nuestro estudio coincide con Bhalli y colaboradores en que el estilo más predominante es el reflexivo y el menos preferente es el activo, difiriendo en lo que respecta a los estilos teórico y pragmático. En el caso del estudio de Rasool y Rawaf 30, solo se coincide en la mayor preferencia del estilo reflexivo. Estas diferencias podrían atribuirse a los diferentes tipos de participantes en los estudios, así como a diferencias culturales entre los países en los que se llevaron adelante las investigaciones.
Por otra parte, nuestros resultados coinciden con los encontrados por Palacios y colaboradores en la Universidad de Concepción, Chile, quienes encontraron que el perfil de aprendizaje de los estudiantes de primer año de Medicina fue con predominio para los estilos reflexivo y teórico. Les siguió el estilo pragmático, mientras que el estilo con menor puntaje promedio fue el activo 22. Las semejanzas regionales del Cono Sur americano podrían explicar esta concordancia.
Este estudio mostró cierta preferencia de los hombres por los estilos reflexivo y pragmático, la cual fue estadísticamente significativa, en contraste con los resultados de Slater y colaboradores 31, quienes no encontraron dichas preferencias. Los resultados del presente estudio, en cambio, si coinciden con una investigación realizada por Wehrwein y colaboradores 32, quienes afirman que los hombres y las mujeres poseen estilos de aprendizaje significativamente diferentes.
Se observó que no existió relación entre los diferentes estilos de aprendizaje y el promedio general de calificaciones de la educación secundaria (p=0,484), lo que está en línea con investigaciones realizadas en la Universidad de la Reina de Belfast - Reino Unido 33 y la Escuela de Medicina Manilpal - Nepal 34. Esto podría entenderse teniendo en cuenta que el rendimiento académico es una variable que no solamente se ve influenciada por el estilo de aprendizaje preferente del estudiante de Medicina, sino que por el contrario es afectado por múltiples variables educativas, personales y de la vida diaria 35,36.
En este estudio se evidenció que los estudiantes de Medicina participantes fueron principalmente “reflexivos” (60,8%) y “teóricos” (23,2%), mientras que con menor frecuencia se encontraron los “pragmáticos” (9,4%) y los “activos” (6,6%). Esto es sumamente importante teniendo en cuenta la teoría que sirve de base a la clasificación propuesta por Honey y Alonso 10, que expresa que los estudiantes deberían enfocar el aprendizaje siguiendo un ciclo que se inicia en el estilo activo (buscando y recolectando información), pasa por el estilo reflexivo primero (a fin de analizar la información desde varias aristas) y por el estilo teórico después (realizando una conceptualización o teorización propia de los datos) y finaliza en el estilo pragmático (aplicando lo aprendido en la solución de un problema), reiniciándose aquí el ciclo nuevamente (Figura 1).
Con base en lo anterior, y en consonancia con las expresiones de Palacios y colaboradores 22, esta investigación identifica una posible debilidad en los estudiantes de Medicina paraguayos, quienes tienen muy poca preferencia por el estilo activo (y, por ende, por la búsqueda de nuevas experiencias para adquirir información) al iniciar su vida universitaria. Lo anterior podría dificultar el pasaje a las siguientes etapas del ciclo propuesto por Honey y Alonso, y generar dificultades en su proceso de enseñanza-aprendizaje. Asimismo, así como los estudiantes tienen un estilo de aprendizaje preferente, los docentes de la carrera de Medicina también lo tienen. Lo anterior es crucial, puesto que cuando un docente enseña acorde a su propio estilo, solo beneficiará el aprendizaje de los estudiantes que tienen preferencia por dicho estilo, dificultando a aquellos estudiantes que prefieran otros.
La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción tiene aquí la oportunidad de intervenir, enfocando la docencia y las prácticas docentes a los estilos preferidos por los estudiantes desde su primer año en la carrera y, asimismo, estableciendo estrategias que permitan la utilización de los estilos menos preferidos, logrando así que el ciclo de aprendizaje se produzca y que ese aprendizaje sea significativo 37.
Alonso, Galleo y Honey 10 han ofrecido pautas que favorecen el aprendizaje de los estudiantes cuando los mismos (y también sus docentes) se decantan o prefieren un estilo determinado, así como para desarrollar y fortalecer los estilos en los que la preferencia es baja o muy baja en las puntuaciones obtenidas en el CHAEA. Estas preferencias se clarifican a través de ciertas preguntas que se hacen los estudiantes y los docentes que prefieren un determinado estilo (Tabla 4).
La educación médica ha evolucionado. Los estudiantes de Medicina han pasado de ser “meros oyentes” 38 y de ser los pasivos receptores de un aprendizaje centrado en el docente a ser los protagonistas del aprendizaje centrado en ellos mismos. Para completar la transición del aprendizaje centrado en el docente al aprendizaje centrado en el estudiante, es que se necesita información e investigaciones detalladas sobre sus estilos de aprendizaje para descubrir, por ejemplo, por qué los estudiantes prefieren algunos estilos sobre otros, la compatibilidad de un estilo con las prácticas docentes o la pedagogía médica 39,40 y los efectos que tienen los estilos de aprendizaje sobre diversas variables de la vida del estudiante de Medicina.
Conocer los estilos de aprendizaje de sus estudiantes debe ser una prioridad de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción a fin de asegurar que sus modelos educativos, planeamientos y guías docentes incluyan el conocimiento acabado de los estilos posibles. Esto es crucial en el contexto que tienen los estilos de aprendizaje en la educación médica y, principalmente, en la elección futura de la especialidad y la satisfacción y eficiencia de sus estudiantes y graduados 41,42.
Limitaciones
Una limitación de esta investigación es que se trata de un estudio transversal y sólo refleja resultados de un momento determinado, por lo que sería ideal realizar el seguimiento de los participantes a lo largo de la duración de la carrera de Medicina, a fin de evaluar la evolución temporal de sus estilos de aprendizaje. Otra limitación es que el método de identificación de los estilos de aprendizaje estuvo basado en un cuestionario de “autorreporte”, que podría ser menos fiable que otro tipo de instrumentos que se basan en la observación directa del estudiante 43,44.
La validez local (fiabilidad), evaluada a través del test α de Cronbach, arrojó los siguientes resultados para cada estilo de aprendizaje: activo (0,633), reflexivo (0,563), teórico (0,577) y pragmático (0,498). Estos valores podrían no parecer suficientes para garantizar la fiabilidad de la escala; no obstante, los mismos son aceptables y están en consonancia con los resultados de otras investigaciones 44-46. Finalmente, algunos investigadores han afirmado que el CHAEA podría infravalorar al estilo de aprendizaje activo 47, por lo que es recomendable realizar más investigaciones con otras herramientas de medición, que permitan comparar los resultados y asegurar que los mismos reflejen la realidad de los estudiantes de Medicina.
CONCLUSIONES
Los estilos de aprendizaje pueden definirse como aquellos rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los estudiantes perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje.
En este trabajo se utilizó el CHAEA para evaluar los estilos de aprendizaje de los estudiantes del primer año de la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción. Se evidenció que los estudiantes de Medicina participantes de este estudio son mayormente “reflexivos” (60,8%). Los “teóricos” (23,2%) también fueron prominentes. Mientras que con menor frecuencia se encontraron los “pragmáticos” (9,4%) y los “activos” (6,6%).
Esta investigación identifica una posible debilidad en los estudiantes de Medicina paraguayos, quienes tienen muy poca preferencia por el estilo activo al iniciar su vida universitaria.
Los estudiantes deberían enfocar el aprendizaje siguiendo un ciclo que se inicia en el estilo activo (buscando y recolectando información), pasa por el estilo reflexivo primero (a fin de analizar la información desde varias aristas) y por el estilo teórico después (realizando una conceptualización o teorización propia de los datos) y finaliza en el estilo pragmático (aplicando lo aprendido en la solución de un problema).
Conocer los estilos de aprendizaje es crucial debido a la influencia que pueden tener los mismos en la educación médica y, principalmente, en la elección futura de la especialidad y la satisfacción y eficiencia de sus estudiantes y graduados.