INTRODUCCIÓN
La infancia es una etapa crucial en el desarrollo de la persona, ya que en ella se produce el crecimiento físico y mental del niño (Urbina-Medina, 2015). Durante este período, se forma la arquitectura del cerebro, lo que hace que sea fundamental una nutrición adecuada (Caridad, 2015). Sin embargo, existen diversos factores socioeconómicos y geográficos que condicionan el acceso a una alimentación saludable de las familias con sus niños (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [ ;UNICEF], 2019).
Por esta razón, el Código de Niños y Adolescentes, en su artículo 43, establece que los niños y adolescentes tienen derecho a recibir una atención integral que cubra sus necesidades básicas de salud, educación, vivienda, protección legal y alimentación. Asimismo, la Legislación de Seguridad Alimentaria Nutricional, crea un marco jurídico para el fomento de políticas públicas alimentarias y nutricionales, reconociendo estos aspectos como derechos esenciales de los niños (Diario Oficial El Peruano, 2021).
La calidad de vida depende de la zona geográfica, los medios de producción, la posición social, el trabajo y la distribución de la riqueza (Capote, 2005). También se relaciona con el grado de funcionalidad en las actividades diarias (Tejeda et al., 2014); es por eso, la Unicef (2017) pide a los gobiernos que inviertan urgentemente en servicios para los niños pequeños, especialmente los más necesitados. Un buen comienzo en la vida implica aumentar el presupuesto para el desarrollo de la primera infancia, así como el acceso a servicios en el hogar, la escuela, la comunidad y la clínica; de esta manera, los gobiernos podrán cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y poner el desarrollo de la primera infancia en lo más alto de su agenda política y económica. Los derechos del niño, al igual que los derechos humanos, son universales e indivisibles, lo que significa que ninguno puede prevalecer sobre otro (Davila, 2011). Estas características se resaltaron en la Declaración de Viena, un documento clave para reforzar la protección de los derechos humanos y sociales, económicos y culturales de los niños, así como sus derechos civiles y políticos (Unicef, 1993). La salud de los niños se ha medido internacionalmente con indicadores clave como: las tasas de mortalidad, desnutrición, vacunación y morbilidad. Además, recientemente se han incorporado otros indicadores relacionados con la protección de niños y jóvenes, como las tasas de abuso infantil (Álvarez, 2016); asimismo, se ha considerado el sistema de valores, la cultura, las perspectivas, los objetivos, los criterios y las inquietudes del entorno donde viven los niños, así como su bienestar psicológico, físico, social y ambiental (Organización Mundial de la Salud, 2018).
La desnutrición, se caracteriza por una deficiencia de nutrientes esenciales, es un problema grave que afecta a los niños en su crecimiento y desarrollo, especialmente en los países pobres. Según Unicef (2019), una alimentación deficiente puede provocar enfermedades y reducir el bienestar de los niños, que depende también de las condiciones sociales y económicas de sus familias (Caloca, 2016); por lo tanto, es necesario cuidar la alimentación de los menores y garantizar su seguridad alimentaria, que es un derecho humano para tener una vida activa y saludable (Bárcena et al., 2019). La desnutrición infantil es el resultado de una serie de factores que afectan el acceso, la disponibilidad y el consumo de alimentos nutritivos, así como la prevención y el tratamiento de las enfermedades infecciosas.
El grado de educación y empleabilidad de los jefes de hogar influye en la capacidad de proveer una alimentación adecuada a sus hijos (Vera y Vera, 2013); el desempleo de los jefes de hogar tiene un impacto negativo en el desarrollo de los niños, ya que dificulta el acceso a los recursos básicos para su bienestar; ya que los padres desocupados pueden sufrir problemas socioemocionales, depresión y estrés, lo que afecta también a sus hijos (Urzúa, 2010).
La desnutrición y la anemia infantil son problemas que afectan al desarrollo de los niños en el Perú, según el MIDIS (2021), el departamento de Amazonas ha logrado reducir estos indicado- res en 2.5% y 8.1%, respectivamente, entre los años 2018 y 2019, lo que representa un avance significativo para la región y el país (Banco Mundial, 2017). De la misma manera la Organización Mundial de la Salud (2018), ha señalado que se están implementando nuevos proyectos para erradicar la desnutrición y promover la salud y el bienestar de todos, en colaboración con los estados miembros y mediante políticas globales de nutrición basadas en evidencias científicas y económicas.
A lo largo del tiempo, muchos investigadores han estudiado los factores que influyen en la des- nutrición infantil, incluyendo aspectos sociales, económicos y culturales, que se relacionan con el estado nutricional y que requieren un conocimiento profundo de varios conceptos (Susan, 2015). En ese sentido, el estudio se propone como objetivo, analizar los factores económicos que inciden en la calidad de vida infantil en los asentamientos humanos del distrito Chachapoyas, ya que la situación económica de las familias es determinante para su bienestar.
MATERIALES Y MÉTODOS
En este estudio utilizó el tipo de investigación básica con un enfoque descriptivo, de corte transversal correlacional cuantitativo; la población de estudio estuvo conformada por los jefes de hogar de las familias de los diferentes asentamientos humanos del distrito de Chachapoyas, que cuentan con niños menores a 05 años; que según el censo nacional de hogares del Instituto Nacional de Estadística e Informática [INEI] (2017), era de 8359 jefes de hogar; de los cuales se realizó un muestreo probabilístico de poblaciones finitas y se calculó una muestra de 147 con la siguiente fórmula:
Donde N representa toda la población que es igual a (8359); Z representa el nivel de confianza (95%); P representa la variabilidad positiva (0.5); Q representa la variabilidad negativa (0.5); D representa el error (8%).
Posteriormente para levantar la información a través de las encuestas y entrevistas se distribuyó por asentamiento humano del distrito de Chachapoyas. Los instrumentos de investigación utilizados fueron la encuesta y la entrevista validada por juicio de expertos, se aplicó durante los meses de enero hasta marzo del 2020; con las cuales se pudo obtener información de la situación socioeconómica donde viven, con el fin de identificar la calidad de vida que tienen los niños y qué factor está ligado a ello, además se utilizaron pruebas de codificación y selección no paramétricas, donde la información se organizó en Excel 2013 y se procesó en el paquete estadístico SPSS V.23, para realizar análisis específico de tablas y figuras de acuerdo al objetivo de la investigación.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los asentamientos humanos del distrito de Chachapoyas tienen una población mayoritariamente de bajos ingresos, con un nivel educativo medio y una diversidad de ocupaciones; se ubican en zonas vulnerables a desastres naturales, con deficiencias en infraestructura y servicios básicos, estas condiciones generan problemas de pobreza, exclusión y desigualdad social. En la figura 1 se presenta las dimensiones e indicadores que se tuvieron en consideración para el levantamiento de información.
Fuente: elaboración a partir de las principales características sociales y económicas, Rojas (2021).
En la actualidad, diversos enfoques y principios de instituciones y gobiernos buscan impulsar proyectos para favorecer la integración de los planes de gobierno con las distintas características socioculturales de cada región, provincia, distrito y/o asentamiento humano (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2019). Por lo tanto, se requiere de una atención especializada y diferenciada para cada contexto y población. En este sentido, la familia, como un sistema humano dinámico, afectivo y consanguíneo que propicia el desarrollo del ser humano (Cervel, 2005), necesita de cuidados especiales tanto para el niño como para la madre, inclu- yendo atención prenatal y postnatal. Además, el aprendizaje y la atención deben considerar los medios de comunicación e información, que son una instancia relevante en la orientación de los programas y actividades vinculadas a este aspecto tan importante para lograr la calidad de vida de las familias (Roncallo, 2015).
El nivel educativo de los jefes de hogar es un factor que influye en la calidad de vida de las familias, pues determina las oportunidades de empleo, ingreso y acceso a servicios básicos; de acuerdo con los resultados, se observa que el 28.57% de los jefes de hogar tienen educación media baja, el 10.2% tienen educación superior y el 6.8% tienen educación primaria incompleta (Figura 2). Por otro lado, el 51.7% de los jefes de hogar son mujeres, pues el 43.6% son solteras y el 36.1% amas de casa; además, el 51.7% no tiene agua en casa, saca agua de pozo o la comparte con otros vecinos, el 61.9% no tiene baño en casa, usa fosa séptica. En cuanto a la accesibilidad a los servicios de salud, el 80.3% cuenta con un Seguro Integral de Salud (SIS) y el 56.5% no cuenta con un centro de salud cercano.
Estos datos evidencian que, a mayor nivel educativo del jefe de hogar, mejores condiciones y calidad de vida tienen los miembros del hogar; teniendo en cuenta que el grado de instrucción es condicional en la posición del hogar en la distribución del ingreso (Segnana, 2021); pues la educación incrementa el bienestar individual y social a través de las oportunidades de empleo, por ende, se percibe un ingreso mayor, mejorando el crecimiento económico, lo que favorece al mejor cuidado de los niños (Van der Berg, 2008). Sin embargo, también se evidencia que hay una brecha de género y una falta de servicios básicos que limitan el desarrollo integral de las familias. Por lo tanto, se requiere de una intervención estatal que garantice el acceso equitativo a la educación, el agua potable, el saneamiento y la salud.
Ingresos | Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje acumulado |
---|---|---|---|
500 a 800 soles | 79 | 53,7 | 53,7 |
801 a 1000 soles | 38 | 25,9 | 79,6 |
1001 a 1500 soles | 20 | 13,6 | 93,2 |
Más de 1500 soles | 10 | 6,8 | 100,0 |
Total | 147 | 100 |
Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta realizada a los jefes de hogar, (2020).
De acuerdo con la (Tabla 1), de todos los encuestados, el 53.7% afirma tener ingresos entre los 500 a 800 soles, así mismo el 25.9% mencionan que sus ingresos oscilan entre 801 y 1.000 soles. Estos datos evidencian, que cuando las familias tienen ingresos más bajos, las necesidades básicas de la familia son más limitadas, por lo tanto, no todas están cubiertas (Castro et al., 2020). El nivel de ingresos está asociado con otros factores que afectan la calidad de vida, como el acceso a servicios básicos, la educación, la salud y la seguridad, en consecuencia, existe una brecha de desigualdad entre las familias de diferentes niveles de ingresos, que se refleja en su calidad de vida.
Por otro lado, se hizo una correlación no paramétrica, a partir de la siguiente hipótesis: Ho: el ingreso del jefe de hogar incide significativamente en la calidad de vida de los niños y familias del distrito de Chachapoyas 2020 y Ha: el ingreso del jefe de hogar no incide significativamente en la calidad de vida de los niños y familias del distrito de Chachapoyas 2020.
Las variables de estudio utilizadas para determinar la correlación, se tuvieron al ingreso eco- nómico promedio mensual del jefe de hogar, ya que este permite a las familias mantener una estabilidad, para solventar los gastos tanto en alimentación, salud, educación, etc. Teniendo en cuenta las características de la desnutrición en la ciudad de Chachapoyas.
Ingreso del jefe de hogar | Calidad de Vida de los niños y familias | |||
Rho de Spearman | Ingreso del jefe de hogar | Coeficiente de correlación | 1,000 | 0,001 |
Sig. (bilateral) | . | 0,993 | ||
N | 147 | 147 | ||
Calidad de Vida de los niños y familias | Coeficiente de correlación | 0,001 | 1,000 | |
Sig. (bilateral) | 0,993 | . | ||
N | 147 | 147 |
Fuente: elaboración propia a partir de la encuesta realizada a los jefes de hogar del distrito de Chachapoyas, (2020).
Según el Rho de Spearman, el nivel de correlación es 0.001 y el nivel de significación es 0.993, por lo que se rechaza hipótesis alternativa (Ha) y se aceptó la hipótesis nula (Ho); en ese sentido se puede afirmar el ingreso del jefe de hogar incide significativamente en la calidad de vida de los niños y familias del distrito de Chachapoyas 2020; esto se puede verificar de acuerdo a la (Tabla 1), donde se observa que el 53.7% de los jefes de hogar de las familias en los asentamientos humanos del distrito de chachapoyas, reciben un salario de entre 500 y 800 soles, lo que es muy bajo de acuerdo al salario mínimo del país, esto limita que los niños y las familias tengan una mejor calidad de vida. Según Giraldo et. al (2019) los ingresos económicos permiten el abaste- cimiento de alimentos y necesidades nutricionales un punto importante a considerar en estos casos de desnutrición, además de deficiencias nutricionales, puede causar bajo peso al nacer porque la madre no está satisface sus necesidades nutricionales o dietéticas. Sin embargo, a pesar de la pérdida de seguridad alimentaria los hogares o las personas pueden aumentar el riesgo de desarrollar diversas formas de desnutrición, y también intervienen otras variables, como el nivel educativo, vida, medio ambiente y hábitos alimentarios (Liboreiro, 1984).
Las tasas de pobreza están asociadas con un mayor riesgo y daño para las familias, especialmente en condiciones como la desnutrición y los problemas de salud mental (Souza et al., 2021); las familias especialmente los pobres, necesitan intervención y acción para cambiar los determinantes sociales de su salud (Morán et al., 2019). La pobreza se puede entender como un estado social dinámico de estabilidad, definida como los riesgos que enfrentan algunas familias debido a la dificultad para mantener o incrementar sus niveles de inclusión y bienestar social (Castellón y Suárez, 2017).
Es por eso, que para tener acceso a una vida de calidad es necesario acceder eficientemente a condiciones sociales y económicas dignas, mediante el desarrollo eficiente de las capacidades, aprovechando oportunidades que brinda la sociedad, por lo que es importante, crear una cultura organizacional que fomente el crecimiento y desarrollo infantil, enfocado a reducir la desnutrición, buscando fortalecer las acciones institucionales y la coordinación constante de los actores involucrados.
CONCLUSIONES
Según el diagnóstico realizado en este estudio, se observa que en los asentamientos humanos del distrito de Chachapoyas, la mayoría de los jefes de hogar (53,7%) tienen ingresos entre 500 y 800 soles, y que la mayor parte solo cuenta con educación secundaria (28,6%) o educación primaria (19,7%). Estas condiciones limitan el poder adquisitivo de las familias y afectan la alimentación adecuada de los niños y la calidad de vida. Por eso, se requieren políticas públicas del gobierno regional que se enfoquen en generar empleo para las familias y brindar el acceso adecuado a los servicios básicos, como salud, educación, programas sociales, etc. Estas medidas ayudarían a reducir de manera progresiva la desnutrición crónica en la región.
Existe una relación directa entre los ingresos del jefe de hogar y la calidad de vida de los niños; según el coeficiente de Spearman, que es de 0,001, y el grado de significancia, que es de 0,993, se acepta la hipótesis nula, que afirma que los ingresos del jefe de hogar tienen una incidencia significativa en la calidad de vida de los niños y las familias del distrito de Chachapoyas en el año 2020. Esto se debe a que los sueldos que perciben estos jefes de hogar son relativamente bajos para cubrir todos los gastos familiares. Por lo tanto, es necesario hacer un seguimiento a los avances registrados en el cumplimiento de las metas específicas dirigidas a los niños, considerando indicadores de salud, nutrición, educación, entre otros.
Es muy importante fomentar la calidad de los servicios que favorezcan el desarrollo integral de los niños, así como brindar programas de información que orienten a los padres sobre diversos temas relacionados con la educación, la salud y la alimentación de sus hijos; estas acciones con- tribuirán a mejorar los indicadores de desnutrición y anemia infantil en la región.