A nivel mundial, la violencia urbana se ha convertido en una preocupación importante para la salud pública. Investigaciones resaltan que la violencia es un factor de riesgo significativo para la salud mental de los individuos 1,2. La exposición a eventos traumáticos relacionados con la violencia urbana, como asaltos, robos o violencia interpersonal, puede tener consecuencias graves para la salud mental. En el contexto continental, América Latina se ha visto especialmente afectada por la violencia urbana 3. Estudios epidemiológicos en países latinoamericanos han demostrado que la violencia urbana está asociada con un mayor riesgo de trastornos de ansiedad, estrés y depresión en la población joven y adulta 4,5.
A nivel nacional, el Paraguay enfrenta desafíos significativos en términos de violencia urbana. Aunque la situación ha mejorado en los últimos años, persisten altos índices de violencia relacionada con el crimen, pandillas y conflictos socioeconómicos 6. La población joven se encuentra particularmente expuesta a estos eventos traumáticos, lo que plantea preocupaciones sobre el impacto en su salud mental.
Con base en lo anterior, decidimos estudiar el impacto de la violencia urbana en la salud mental de los adultos jóvenes del Asunción y Departamento Central del Paraguay en junio de 2023, en términos de ansiedad y depresión y su relación con el evento traumático sufrido. 143 adultos fueron evaluados con la Escala de Ansiedad y Depresión de Goldberg (EADG) y la Escala de Impacto de Evento - Revisada (EIE-R). Asimismo, se recolectaron datos sociodemográficos y de exposición a violencia urbana.
La EADG es un cuestionario autoadministrado que evalúa la ansiedad y la depresión Consiste en 16 ítems, divididos en dos subescalas: ansiedad (8 ítems) y depresión (8 ítems). Cada ítem se puntúa en una escala de respuesta de 0 a 3, según la intensidad de los síntomas, desde "nunca" hasta "mucho". La puntuación total varía entre 0 y 54 para la ansiedad y la depresión por separado. Puntuaciones más altas indican una mayor presencia de síntomas de ansiedad o depresión 7. Por su parte, la EIE-R es un cuestionario que consta de 22 ítems diseñados para evaluar tres dimensiones principales del impacto psicológico: Intrusión, Evitación e Hiperactivación 8. Cada ítem se califica en una escala de tipo Likert de 5 puntos, que abarca desde "0" (ausencia del síntoma) hasta "4" (presencia del síntoma con alta intensidad). La interpretación de los resultados implica la suma de las puntuaciones de los ítems correspondientes a cada dimensión. La puntuación total de cada dimensión puede variar de 0 a 28 puntos, y también se puede obtener una puntuación total de estrés sumando las puntuaciones de las tres dimensiones, con un rango de 0 a 88 puntos 8.
Se encontró que la edad media de los participantes era de 21,8 ± 3,18 años, con predominio del sexo femenino (71,3 %). La mayoría residía en el Departamento Central (57,3 %). 112 participantes (78,3 %) reportó haber sido víctima de violencia urbana. Los eventos de acoso físico o psicológico fueron reportados por el 49,7 % de los participantes, mientras que el 19,6 % afirmó haber experimentado un asalto a mano armada y el 35 % mencionó haber sido víctima de un robo de pertenencias.
Se encontró que 83,9 % de la muestra presentó al menos un síntoma de ansiedad. La cifra trepó a 88,1 % en el caso de síntomas depresivos. Además, el 47,6 % de los adultos jóvenes presentó signos y síntomas compatibles con trastorno de estrés postraumático.
Se encontraron asociaciones significativas entre el trastorno de estrés postraumático y la violencia urbana (p=0,006) y entre el trastorno de estrés postraumático y el acoso físico o psicológico (p=0,037). Otras asociaciones no fueron demostradas. Además, se vio una correlación positiva significativa entre el trastorno de estrés postraumático y la ansiedad (r=0,630, p<0,001), así como entre el trastorno de estrés postraumático y la depresión (r=0,769, p<0,001).
Si bien en nuestro análisis participaron más mujeres, se debe destacar que estas tienen una mayor probabilidad de ser víctimas de violencia urbana y experimentar consecuencias adversas en su salud mental debido a factores sociales y culturales que aumentan su vulnerabilidad a la violencia 9. La edad media de 21,8 años encontrada es coherente con una etapa vital de mayor exposición a violencia 10-12.
Una abrumadora mayoría manifestó haber sido víctima de algún tipo de violencia. El acoso físico o psicológico fue el evento más frecuentemente reportado, seguido del robo de pertenencias y el asalto a mano armada. Estos resultados concuerdan con investigaciones previas que informan de los distintos tipos de violencia urbana a los que están expuestas las poblaciones jóvenes y que impactan negativamente en su salud mental 13,14.
En relación con la salud mental de los participantes, los resultados son preocupantes, puesto que evidencian altos porcentajes de síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático. Estos hallazgos son consistentes con investigaciones previas que han demostrado que la exposición a la violencia urbana puede desencadenar una serie de consecuencias negativas para la salud mental, incluyendo trastornos de ansiedad y depresión, así como la aparición de síntomas de estrés postraumático 14-16.
Las asociaciones significativas encontradas dan sustento a que la exposición a violencia urbana, especialmente el acoso físico o psicológico, puede tener un impacto en el desarrollo de síntomas de estrés postraumático en población joven; a su vez, la presencia de estrés postraumático está asociada al desarrollo de ansiedad y depresión. Lo anterior ya ha sido reportado en investigaciones previas 17,18.
Consideramos que esta aproximación, aunque discreta, proporciona evidencia preliminar sobre el impacto de la violencia urbana en la salud mental de adultos jóvenes de Asunción y del Departamento Central de Paraguay. Esta información podría servir para que las instituciones encargadas de la seguridad del país, así como aquellas responsables de la salud, optimicen las medidas preventivas, de intervención y reparadoras que mitiguen los efectos negativos de la violencia urbana en la salud mental de la población.