INTRODUCCIÓN
La odontogénesis es el proceso de desarrollo dental que conduce a la formación de los elementos dentales en el seno de los maxilares y la mandíbula, en el que aparecen sucesivamente dos clases de dientes: los dientes primarios y los dientes permanentes. Los dientes se desarrollan a partir de brotes epiteliales. Es un proceso complejo en el que están implicadas dos capas germinativas primarias: el epitelio ectodérmico, que origina el esmalte, y el ectomesénquima que forma los tejidos restantes (complejo dentinopulpar, cemento, ligamento periodontal y hueso alveolar). En la odontogénesis, el papel inductor desencadenante es ejercido por el ectomesénquima o mesénquima cefálico (células derivadas de la cresta neural que han migrado hacia la región cefálica). En el proceso de la odontogénesis se distinguen dos fases: la morfogénesis o morfodiferenciación y la histogénesis o citodiferenciación)1,2. El desarrollo del niño desde la concepción hasta los primeros años de vida está marcado por muchos cambios. Hasta cierto punto, los órganos dentales pueden presentar variaciones en su tamaño, forma y localización, lo cual podría estar considerado dentro de los límites de normalidad.
La erupción dental es un proceso largo en el tiempo e íntimamente relacionado con el crecimiento y desarrollo del resto de las estructuras craneofaciales, se define como el movimiento de un órgano dental de su sitio de desarrollo, dentro del proceso alveolar hasta su posición funcional en la cavidad bucal. Tradicionalmente, se denomina erupción dental al momento eruptivo en que el diente rompe la mucosa bucal y hace su aparición en la boca del niño3. El periodo normal de erupción de los dientes primarios se inicia aproximadamente a los seis meses de edad, con los incisivos centrales inferiores y termina alrededor de los 24 meses con los segundos molares superiores, lo cual es un hito en términos de cambios funcionales y psicológicos en la vida del niño, así como en términos emocionales para los padres. Las expectativas sobre la erupción de los primeros dientes son grandes, pero pueden ser aún mayores cuando los dientes aparecen temprano en la cavidad oral4. Los dientes que aparecen antes de tiempo, desde el nacimiento o posterior a éste se les ha llamado comúnmente dientes natales o neonatales.
Terminología para los dientes natales y neonatales
Varios términos han sido utilizados para referirse a los dientes que han erupcionado prematuramente, tales como: dientes congénitos, dientes fetales, dientes precoces, dientes predeciduous, dientes de la infancia, así como dentitia praecox y dens connatalis, entre otros5,6,7,8,9. Massler y Savara10, fueron los que definieron a este tipo de dientes desde hace más de 60 años, y hasta ahora es la definición más ampliamente aceptada por autores de todo el mundo5,6,7,11,12,13,14,15; de esta manera son llamados dientes natales aquellos que ya están presentes en el bebé al momento de su nacimiento. En cambio los dientes neonatales aparecen durante los primeros treinta días de vida. Los dientes que hacen erupción más allá del período de 30 días (es decir, erupción dentro de 1-3.5 meses) se refieren a ellos generalmente como dientes de la infancia temprana16. Basado en estos antecedentes, Mhaske et al.,8 mencionan que estos términos sólo definen el momento/tiempo en que estos dientes erupcionan y no dan ningún indicio de si los dientes son un componente de la dentición primaria o si son supernumerarios, por lo que plantean que se deben proponer nuevos sinónimos.
Historia, mitos y creencias
Los dientes natales y neonatales se observaron desde la antigüedad y se tiene registro de ellos en fuentes muy remotas, tales como las inscripciones cuneiformes encontradas en Nineveh (59 a.C). Por otro lado, Celso (25 a.C. a 50 d.C.), publicó en su libro De re Médica, en el capítulo VII diversos temas que atañen a los niños; entre ellos el de la persistencia de los dientes natales, la reposición de piezas permanentes con erupción en mala posición, y el uso de la lima para suavizar los bordes cortantes de una fractura incisal cuando ocasiona erosiones en el labio. Posteriormente en tiempos romanos, Cayo Plinio Segundo, naturalista romano nacido en el año 23 y fallecido en el 79, durante la erupción del Vesubio, escribió Historia Natural, en cuyo capítulo VII nos informa sobre la existencia de los dientes natales y neonatales. Otro libro importante escrito por Tito Libio, con el nombre Historia Romana describe en el capítulo XLI, el caso de una niña que nació con dientes, lo que en la sociedad romana se consideraba un signo de prosperidad. Se dice que Luis XIV, Ricardo III, Napoleón, el Cardenal Mazarino, Mirabeau, Zoroaster, Haannibal y el Cardenal Richelieu nacieron con este tipo de dientes4,7,17,18.
La presencia de dientes al nacer se consideró un mal presagio por las familias de los niños chinos, que creían que si el bebé mordía a alguno de los padres, éste podría morir. En Inglaterra, la creencia era que los bebés que nacían con dientes crecerían para ser soldados famosos. Mientras que en Francia e Italia se creía que esta condición garantizaría la conquista del mundo. En Polonia, India y África, la superstición ligada a los dientes natales y neonatales prevaleció durante mucho tiempo. En muchas tribus africanas los niños que nacían con dientes fueron asesinados poco después del nacimiento, ya que se creía que traían mala suerte para todos los que se ponían en contacto con él. Las supersticiones y el folklore concernientes a estos dientes variaron, desde creer que estos niños estaban favorecidos excepcionalmente por Dios en la creencia de que eran unos magos, y en algunos países del este de Europa se tomaba esta condición como una premonición diabólica4,17,18.
Clasificación
Clasificar se refiere a ordenar o dividir un conjunto de elementos en clases a partir de cierto criterio determinado previamente. Es un proceso que facilita el estudio de algún evento, considerando su grado de sencillez o complejidad; se pueden realizar grupos por su apariencia, función y hasta utilidad. Se puede tomar en cuanta también, las semejanzas en la forma y la estructura. Aunque resulta difícil formar grupos perfectos, clasificar nos sirve para organizar, para ordenar y para investigar. De esta forma, se han propuesto diferentes formas de clasificar los dientes natales y neonatales. De acuerdo al grado de maduración se pueden clasificar como se describe en la tabla 1 6.
Spoug & Feasby19, propusieron una clasificación clínica tomando en cuenta su grado de madurez (Tabla 2). Hebling et al.20 realizaron una clasificación de acuerdo a la apariencia de cada diente natal dentro de la cavidad en cuatro categorías de la siguiente manera, tal como los dientes emergen en la cavidad oral (Tabla 3).
Epidemiología
Estudios epidemiológicos refieren una prevalencia que puede variar entre 1 en 44 a 1 en 30,0004,13,15. Hay que tomar en cuenta que estas cifras también pueden variar entre los diferentes grupos raciales9. Las tablas 4 y 5 presentan los resultados de algunas prevalencias observadas alrededor del mundo, en población general4,13,15,21,22,23,24 y con alguna condición4,25,26,27,28.
Adaptado de Cunha et al, 2001, Kana et al., 2013 y datos recientes
* Examinados clínicamente, ** Utilizando entrevistas.
Los dientes natales son más frecuentes que los dientes neonatales siendo la proporción aproximadamente de 3.5 a 129, y raramente se presentan los dos tipos en un mismo paciente15,16. Por lo general, pertenecen a la dentición primaria, sólo entre 1.1% a 5% de los casos son supernumerarios, por lo que hay que tener en cuenta esta situación cuando el tratamiento de elección sea la extracción. La literatura internacional ha demostrado que el 85% de los dientes natales/neonatales son incisivos centrales inferiores, el 11% de incisivos centrales superiores, 3% son caninos o molares inferiores y 1% son caninos y molares maxilares. Se ha observado que raramente se presentan en la región molar superior. Pueden ocurrir de forma bilateral; de hecho, algunos autores mencionan que el 61% suele presentarse en pares6,7,14,30,31,32.
Algunos datos epidemiológicos interesantes se mencionan a continuación. Leung33 observó 50,892 partos (durante 17 años) y encontró que la incidencia de los dientes natales era 1:3,392. Kates et al.5 en Estados Unidos incluyeron 18,155 recién nacidos, la prevalencia para dientes natales fue de 1:726 cuando fueron examinados clínicamente y de 1:3,667 cuando se realizó por entrevistas al personal de salud. En Marruecos, la prevalencia de dientes natales encontrada por El Khatib et al.,22 fue de 1:3400, en una muestra de 17,000 bebés. Alaluusua et al.,21 examinaron 34,457 infantes Finlandeses y observaron una prevalencia de dientes natales/neonatales de 1:1000. En Taiwan, Wang et al.,15 realizaron un estudio en 12,019 recién nacidos, la prevalencia de dientes natales o neonatales fue de 1:401.
Aunque para algunos autores no hay preferencias en cuanto al sexo34, otros autores reportaron un predominio del sexo femenino de esta alteración9; por ejemplo; Kates et al.,5 observaron una mayor prevalencia de dientes natales en el sexo femenino con un porcentaje de 66%, similar al 60%, encontrado recientemente por Prol et al.24 en España y 63% por Wang et al.,15 en Taiwan.
Al parecer la variación en la prevalencia depende de la población estudiada y de los métodos empleados en cada estudio. En varios estudios no se especificaba si se trataba de dientes natales, neonatales o ambos; por lo que es necesario estandarizar los métodos. Por otro lado, determinar la presencia de dientes neonatales es más complicado por el seguimiento de al menos 30 días.
Etiología
Todavía de etiología desconocida, los dientes natales y neonatales siguen siendo un fenómeno poco común. Por lo que se han realizado diversas hipótesis para explicar su aparición. Por ejemplo; se ha atribuido a diferentes factores como6,8,15,29,32,34,35,36,37:
- Deficiencias nutricionales como la hipovitaminosis, causada por la mala salud materna.
- Antecedentes patológicos e infecciones maternos como: trastornos endócrinos, episodios febriles, pielitis durante el embarazo, y sífilis congénita;
- Estimulación hormonal (disturbios endócrinos de la pituitaria, tiroides o gónadas);
- Traumatismos;
- Estados febriles;
- Actividad osteoblástica en un área de los gérmenes dentales;
- Factores ambientales: bifenilos policlorados (PCB) y dibenofuran parecen aumentar la incidencia de dientes natales. Estos niños suelen presentar otros síntomas asociados, tales como uñas distróficas de los dedos, hiperpigmentación, etc.
- Factor hereditario (gen autosómico dominante) en un 15% de los casos; y
Se relaciona con síndromes como el de Ellis-van Creveld (displasia condroectodérmica), Jadassohn-Lewandowsky (Paquioniquia congénita), Hallerman-Streiff (oculomandibulofacial con hipotricosis), disostosis craneofacial, steacystoma multiplex, Sotos, Rubinstein-Taybi Wiedemann-Rautenstrauch, Meckel-Gruber, Pierre Robin, Wiedeman-Rautenstrauch, Ciclopía (también ciclocefalia o sinoftalmia), Pallister-Hall, Pfeiffer, short ribpolydactyly tipo II, labio y/o paladar hendido, displasia ectodérmica, esteacitoma múltiple, sotos, adrenogenital, epidermólisis bullosa simple incluyendo van der Woude y síndromes de Walker-Warburg. También hay dientes natales en el hipertiroidismo congénito y en disfunciones gonadales o suprarrenales como el síndrome adrenogenital.
Sin embargo, la teoría más aceptable entre los científicos es que existe una localización más superficial de lo normal del germen dental.
Características clínicas y radiográficas
Aunque en su forma clínica los dientes natales y neonatales se ven como los dientes primarios normales, suelen ser más pequeños, algunas veces de forma cónica. Generalmente son móviles, debido a la falta de formación radicular, lo que se puede corroborar radiográficamente. En un alto porcentaje se puede observar que presentan alteraciones del esmalte, pueden revelar una apariencia inmadura con hipoplasia del esmalte de bordes irregulares y agudos, su coloración puede ser marrón-amarillento / opaco blanquecino. El diagnóstico diferencial se hace con los quistes de la lámina dental y los nódulos de Bohn. Están unidos a una almohadilla de tejido blando por encima de la cresta alveolar, de vez en cuando cubierto por mucosa, y como resultado, tienen una movilidad exagerada6,15,31,32.
Se presentan principalmente en la mandíbula y pocas veces se puede observar en el maxilar5,15,34. En la mayoría de los casos se ha observado en pares, ya sean dientes natales o neonatales. Casi siempre pertenecen a la dentición primaria y pocas veces son supernumerarios (5,15,38.
Las radiografías ponen de manifiesto que aún no se ha formado la raíz. Se puede observar una delgada línea radiopaca del esmalte y la cámara pulpar es muy amplia.
Características histológicas
Una gran cantidad de los dientes natales/neonatales presenta anomalías en su estructura, observándose también alteraciones histológicas39. A pesar de la estructura básica normal de los dientes natales, su erupción temprana se asocia con alteraciones en la mineralización del esmalte. El primer reporte microscópico de dientes natales y neonatales fue de Howkins en 1932, posteriormente Boyd y Miles realizaron una investigación histológica más detallada40. Histológicamente, la mayoría de los dientes natales y neonatales pueden seguir un patrón de mineralización normal del esmalte, pero también han presentado diversos grados de displasias y/o hipomineralización a ausencia total del esmalte en algunas regiones; por lo que el esmalte puede presentar espesor variable y la unión amelodentinaria se presenta casi en línea recta. La alteración en la amelogénesis se presume es debida a la exposición prematura del diente a la cavidad oral, lo que resulta en la alteración metaplásica del epitelio normal del esmalte a una configuración escamoso estratificado. En la dentina, se ha observado osteodentina atubular en la fosa central oclusal equivalente a la dentina terciaria depositada a un estímulo como caries y atrición; sugiriendo que los odontoblastos estuvieron expuestos al ambiente bucal antes de tiempo. La dentina puede mostrar alteraciones con deposiciones atípicas de dentina tubular, principalmente en el tercio cervical y ocasionalmente de osteodentina; lo cual es atribuido a la estimulación por la movilidad dental, causando igual cambios histológicos en el cemento.
Se observa igual dentina interglobular en las regiones de la corona con inclusiones celulares anormales, así como un patrón irregular de orientación de los túbulos dentinarios y la capa granular de Tomes. Tanto la vaina de Hertwig y el cemento pueden estar ausentes. La cavidad pulpar y los conductos radiculares son más amplios, aunque la pulpa muestra un desarrollo normal. Otros descubrimientos incluyen la falta de la zona de Weil (zona pobre de células) y la zona rica de células (Zona de Höl). También se observó ausencia de formación de la raíz, la falta de formación de cemento, la falta de cámara pulpar, y una formación de dentina irregular; y un incremento en el número de vasos sanguíneos dilatados en la pulpa. Los dientes natales sin formación de esmalte son extremadamente raros32,36,38,41,42.
Manejo odontológico
El establecimiento de un plan de tratamiento es un desafío para el profesionista. El tratamiento debe ser adaptado a cada diente y cada niño. La decisión de mantener o no el diente deben considerar diversos factores. Los tratamientos disponibles para los cirujanos dentistas son: la extracción o el mantenimiento del diente en la arcada37,43. Sin embargo, antes de iniciar el tratamiento se debe descartar con una radiografía si es un diente supernumerario, en cuyo caso está indicada su extracción. Pero, si pertenece a la dentición primaria, se debe observar si los bordes cervicales de la corona son visibles y evaluar la movilidad extrema; en este caso también está indicada la extracción. Si pertenece a la dentición primaria, no se observan los bordes cervicales de la corona y hay poca movilidad. Se debe intentar preservarlos, para esto hay que eliminar las asperezas de los bordes del esmalte incisal, así como aplicar fluoruro tópico con frecuencia (una vez al mes) con un hisopo para evitar la caries dental6.
Si impiden la alimentación adecuada, se les debe extraer por el peligro de que sean tragados o broncoaspirados durante el amamantamiento. Aunque no hay informes en la literatura al respecto. Se recomienda aplicar anestésico local y tener cuidado con el sangrado en los primeros días de vida, debido a la hipoprotrombinemia o a la falta de formación de Vitamina K6,44. Incluso, en algunas ocasiones, debe evaluarse la interrupción del amamantamiento44.
En la tabla 6 se muestran las opciones de tratamiento que han empleado diversos autores en Latinoamérica, además de ciertos aspectos epidemiológicos3,12,42,44,45,46,47,48,49,50,51,52. En el 48.1% de los casos se realizó la extracción dental como tratamiento, en el 22.2% se llevó a cabo sólo observación y seguimiento, y en 14.8% se hizo pulido de bordes incisales.
Tabla 6. Resumen de 27 casos clínicos publicados recientemente en la literatura científica latinoamericana.
*En días que llegó a la consulta, N/D= no disponible.
Complicaciones
La complicación más común de los dientes neonatales o natales en recién nacidos es la ulceración traumática de la parte ventral de la lengua debido a la fricción, llamada úlcera de Riga Fede en la superficie ventral anterior de la lengua. Coldrallin describió por primera vez esta condición en 1857. Riga y Fede la describieron la lesión histológicamente, por lo que fue después que comenzó a ser conocida como enfermedad de Riga - Fede29. Es llamada también úlcera eosinofílica de la mucosa oral, granuloma eosinofílico ulcerado diutinum, granuloma eosinofílico ulcerado o granuloma traumático ulcerado. Típicamente la lesión empieza como una úlcera en la superficie ventral de la lengua debido al trauma repetido, posteriormente progresa a una masa fibrosa alargada de apariencia de un granuloma ulcerado y en su etiología están implicados los traumas y alteraciones de la barrera epitelial inducida por un tóxico o virus, con activación de linfocitos y liberación de interleuquinas para luego impulsar la maduración de eosinófilos.
Otra de las complicaciones es que puede haber dificultad o rechazo en la alimentación debido al dolor, disminución de la succión y alimentación debido al efecto de masa de esta lesión y por ende malnutrición, por lo tanto, es necesario reconocer esta entidad y tratarla a tiempo31,32,44. Otra complicación es la laceración del pezón de la madre, lo que dificulta también la alimentación al seno materno6,31,32,53.
La hipermovilidad es motivo de preocupación ya que el bebé puede deglutir el diente38. Algunos procedimientos en la boca también pueden desalojar los dientes natales/neonatales, por ejemplo, en un reporte publicado por Soto & Calderón45, a una paciente que se le realizó sedación, durante la intubación se luxó el diente natal. A la interconsulta ya no estaba presente el órgano dental por lo que se solicitó radiografía de tórax en la que se observó que la pieza dental se encontraba en vías digestivas. A los tres días se solicitó nueva placa radiográfica, en la cual ya no se observó la pieza dental, por lo que se consideró que fue expulsada del tubo digestivo.
Finalmente, a pesar de que no existen reportes de broncoaspiración, existe un riesgo potencial de inhalación del diente por parte del niño, además es una preocupación frecuente tanto del clínico como de los padres, por lo que la extracción del diente con movilidad trae mayor beneficio que el correr el riesgo de asfixia por inhalación con la exfoliación espontánea32,22,34,51,53,54.
CONCLUSIÓN
Los dientes natales y neonatales son poco comunes, y más raros la presentación de ambos en el mismo paciente. La extracción dental es el tratamiento electivo en la mayoría de los casos. El tratamiento de los dientes natales y neonatales debe valorarse con mucho cuidado; estimando su movilidad, integridad y la presencia de una úlcera (Riga Fede) en la superficie ventral de la lengua. Aunque otros aspectos como los socioeconómicos de la familia pueden jugar un papel importante. Cabe destacar que actualmente no existen criterios diagnósticos objetivos para determinar el grado de movilidad como el pronóstico a corto y largo plazo de dientes natales/neonatales, por lo que se sugiere que se lleven a cabo estudios enfocados a contestar estas interrogantes y establecer protocolos de tratamiento51.