INTRODUCCIÓN
Yaguarón, ciudad cuna de mitos y leyendas, distante a unos 47 kilómetros de la capital del país, Asunción, es una de las localidades del noveno departamento Paraguarí, y en los últimos años ha incursionado fuertemente en el desarrollo de la actividad turística y busca posicionarse como uno de los destinos turísticos preferidos de paraguayos y extranjeros, destacándose por sus atractivos naturales y culturales que giran en torno a la historia mítica del cerro que lleva el mismo nombre de la localidad (Municipalidad de Yaguarón, 2021).
La ciudad, debe su nombre a pueblos originarios ya conformados, incluso antes de la fundación de la Casa Fuerte Nuestra Señora de la Asunción, actual capital del Paraguay. Según el poeta Narciso R. Colman es la cuna de la mitología guaraní, la cual se dio origen en el Cerro Yaguarón y finaliza con la muerte de los siete hermanos mitológicos, conocidos como los 7 mitos hijos de Tau y Kerana1 a unos 8 kilómetros de la actual iglesia, sitio denominado Moñai Kuaré o lugar del Moñai2 (Ibarra, 2017).
Sin embargo, la muerte de los siete hermanos sietemesinos y monstruos da origen a una gran tradición mitológica que, en la cultura paraguaya, tradición e idiosincrasia del paraguayo persiste hasta hoy en día. Más de una persona asegura haber escuchado o presenciado a estos monstruos rondar por la ciudad, el campo o los montes cercanos, extendiéndose posteriormente a todo el territorio paraguayo, crédulos o incrédulos, han oído relatos de personas -los casos ñemombe’u- donde se describen eventos sobrenaturales relacionados a estos personajes mitológicos.
Sin duda, esta localidad tiene mucho que contar sobre mitos y leyendas, que no solo refiere a los mitos guaraníes, sino también a brujas, cíclopes, espíritus protectores, espectros, energías o centros energéticos y lugares de curación, puesto que es considerado como una localidad con espacios mágicos y la inmanencia característica del Turismo Místico como lo refiere Gamboa (2016), el turismo místico tiene como principal atractivo (o atractivo superior) la energía inmanente del lugar, lo que, hace de Yaguarón una localidad con gran potencial para el desarrollo de esta modalidad turística.
A continuación, se presentan aspectos conceptuales para comprender mejor esta modalidad turística y sus relaciones con otras modalidades, sus características, ejemplos de turismo místico llevados a cabo a nivel internacional y algunos de los recursos inmateriales propios de la ciudad de Yaguarón que pudieran ser trabajados para cubrir esta demanda turística que va emergiendo en los últimos años.
ACTUALIDAD
Turismo místico, conceptos, características, relación con otras modalidades
Para abordar el concepto del turismo místico primeramente definimos lo relacionado con la actividad turística, según la Organización Mundial del Turismo, el turismo comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, por negocios y otros, así mismo místico o misticismo hace referencia a la experiencia de la unidad con lo inefable, el cual es una experiencia cultural universal. (Cabrera Méndez et al., 2020, p. 105). Dicha experiencia no pertenece exclusivamente a una tradición religiosa, se encuentra en varias culturas y tradiciones como ser los sufís del Islam, los cabalistas del Judaísmo, y cristianos como San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús se relacionaron con la mística (Brescia, 2016). Para la cultura guaraní, lo místico está relacionado con todo lo que le rodea, su cosmovisión, la naturaleza -su hogar-, los eventos climáticos, su relación con su tava o comunidad, aquellos eventos que para estos pueblos eran inexplicables pero que los mantenían unidos y relacionados con seres superiores, espíritus, donde la figura del payé o chamán representaba gran autoridad, los conocimientos ancestrales como la utilización de las hierbas medicinales, sitios de gran importancia cultural -lugares de caza o pesca- así como la creencia misma de llegar al Yvymarane´y o La tierra sin mal, un sitio donde se estaría resguardado de cualquier peligro o desastre, lo que provocaba grandes migraciones de toda la comunidad (Monte de López Morerira, 2013).
Considerando estos rasgos, se realiza un acercamiento al concepto del turismo místico, como los viajes realizados por motivos de vivir una experiencia transcendental, en busca de la elevación espiritual, el reencuentro con uno mismo, integrarse con la naturaleza de donde provenimos, una auto terapia, buscar la sanación del cuerpo y del alma al entrar en contacto con lugares energéticos, medicina tradicional, rituales, recargarse de energías, entre otros. (Brescia, 2016; Gamboa, 2016; Olivera, 2011; Tananta Paredes et al., 2010).
Dentro de las actividades desarrolladas se encuentran: participar en rituales tradicionales -chamanismo-, recibir terapias alternativas, medicina tradicional, visitar a lugares sagrados cargados de energía o sitios enigmáticos -espacios mágicos-, investigar saberes tradicionales o recibir una formación en estos saberes, estar en sitios donde se pueda trascender, recuperar la paz espiritual, encontrar el bienestar (Brescia, 2016; Flores, Fabián Claudio; Oviedo, 2017; Gamboa, 2016; Olivera, 2011; Tananta Paredes et al., 2010).
Analizando las definiciones y las actividades que se realizan en esta modalidad turística la podemos relacionar con otras varias modalidades del turismo, como ser el turismo cultural, el turismo rural comunitario, turismo religioso, turismo New Age, el Turismo Chamánico, Turismo Espiritual o Energético, Turismo Esotérico, entre otros (Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2015; Gamboa, 2016; Grego y Vega Duarte, 2016; Olivera, 2011).
Desarrollo del turismo místico a nivel internacional
En gran parte del mundo la práctica del turismo místico se desarrolla grandemente, el auge del New Age, en la década de los años 60’, principalmente en Estados Unidos, generó una gran afluencia de visitantes a un sitio denominado el Monte Shasta en California, donde se producen los primeros movimientos y visitas a lugares considerados centros energéticos, sitio considerado por los visitantes como cargado de energía (Gamboa, 2016), otros sitios y lugares de práctica de esta modalidad turística son según Olivera (2011), la Puerta del Sol en Bolivia, próxima al Lago Titicaca, Machu Pichu, Uluru en Australia y los tours en busca de iluminación a Palenque, Uxmal y Chichen Itza, acompañados de maestros espirituales. Así mismo, como se refiere Brescia (2016), en Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia y en otros países latinoamericanos esto muchas veces involucra -haciendo mención al turismo místico- a la ingesta ritual de brebajes o polvos elaborados a partir de plantas maestras (wachuma/sanpedro, ayahuasca, willka/yopo, tabaco, hojas de coca, toé/borrachero/floripondio y peyote, entre otras especies botánicas) y/o la combinación de las mismas.
Entre otros destinos podemos mencionar, Navarra, España, con su “Ruta de la Brujería”, Beselare en Bélgica, Salem en Estados Unidos, “La grupa del Padre Pio” “La Aurora” y Departamento de Lavalleja en Uruguay, “Capilla del Monte”, Argentina, entre otras. (Gamboa, 2016, 2019; Olivera, 2011).
Potencialidades de la ciudad de Yaguarón - Paraguay, para el desarrollo del turismo místico
Finalmente, en este aportado se hacen mención a varios de los recursos turísticos, el patrimonio inmaterial y la espiritualidad de la localidad de Yaguarón factibles de trabajar para que sirvan de atractivos turísticos en la modalidad del turismo místico y con ello incrementar la llegada de turistas nacionales e internacionales.
Como se menciona inicialmente, la ciudad de Yaguarón es considerada como la cuna de la mitología guaraní, se la ubica en el centro del inicio de la unión maldita de Tau -el espíritu del mal y la unigénita hija del dios Marangatú- Kerana. De esa unión nacen los siente hijos monstruosos que son las figuras icónicas de la mitología paraguayo-guaraní, estos son: Teju Jagua, Mbói Tui, Moñái, Jasy Jatere, Kurupi, Ao Ao y Luisö (Colman, 1937).
El alumbramiento de estos seres se da en la actual localidad de Yaguarón, los historiadores y pobladores mencionan que se da específicamente en el Cerro Jaguaru, actual Cerro Yaguarón, donde se encuentran varios lugares que hacen referencia a este acontecimiento, como ser:
Cerro Jaguarú, Ñaguaru o actualmente Cerro Yaguarón, como refiere Miró Ibars (2007): Según una antigua tradición lugareña (..), venía cabalgando sobre un dragón de oro, que, arrastrándose por el suelo desde lejana e ignorada tierra, llegó a la comarcar de Ñaguaru, donde encontró una laguna azul que eligió para su morada, donde quedó inmóvil para siempre. Aquí habitaba el Teju Jagua, que según Rosicrán (Narciso R. Colman) “era uno de los hijos de Tá´u y Kerana, incinerado por Pa´i Tume Arandu, mensajero de Tupâ, Dios Guaraní, en Moñáicuare, Yaguarón”. Este personaje mítico simboliza el genio protector de la riqueza del cerro legendario de la profanación de los mortales a semejanza de la Serpiente Ladón que custodiaba el jardín de la Hesperides, según clásica tradición.
Los lugareños y guías locales, refieren al cerro como un lugar místico, llego de energía, donde se bifurcan los vientos y carga con un magnetismo a lugar. Relatan además que era el lugar preferido de la “Micaela Yaharí” para sus rituales y lugar de meditación.
El Ykua Kerana, refieren que tras la muerte de sus siete hijos se halla en la cima del cerro desconsolada y llora, llora sin parar, “llora hasta que la fuente de sus lágrimas se agota y al fin, desfalleciente, se deja caer sobre sí misma dando un último suspiro. Kerana ha muerto y en el sitio de su muerte un pequeñísimo surgente deja correr un hilo de agua para toda la eternidad” (De Hoyos, s.f.) ,
Huellas en las Piedras, las pisadas de Pa’i Sume o Tume Arandú y para los locales “Las Pisadas de Santo Tomás” -otro personaje de la cosmogonía guaraní - “en algunas versiones se menciona que desde una roca Santo Tomás se elevó hacia los cielos dejando sus pies marcados en la piedra” (De Hoyos, s.f.; Miró Ibars, 2007). Por su parte, Rosicrán menciona en el Génesis de la Raza Guaraní que se trata de una patada de “rabia” dada por Tau, maldiciendo a Tume Arandu y jurando venganza por la muerte de sus hijos (Colman, 1937; De Hoyos, s.f.; Miró Ibars, 2007). En relato de los guías locales estas huellas o pisadas tienen una energía mágica, que al pisarlas y pedir un deseo o realizar una intensión o pedido, si la misma es con fines bondadosos se cumplirán.
La cueva o gruta, hay versiones que dicen que la misma es la Cueva donde habitó inicialmente Tome,Tume, Zume, Pa´i Arandu, Paisandu o Santo Tomás, para los católicos (Miró Ibars, 2007), para Narciso R. Colman, es el sitio donde se encontraba uno de los hijos de Taú y Kerana y referenciando a su obra “Ñande Ypykuéra” menciona que esa cueva fue donde Tume Arandu y su tribu destruyeron a los siete hijos fenómenos de Tau y Kerana, o sea a Teju Jagua (que era quien habitaba ese lugar sin poder abandonarlo dada su deformidad), Moñái, Jasy Jatere, Kurupi, Luisõ, Mboi Tui y Ao Ao, quienes murieron junto a la inmolada Porãsy, hija de Marangatu, En cambio pobladores y guías locales afirman que ese lugar donde fueron quemados los siete hijos y el sacrificio de Poräsy se halla en otro lugar (Colman, 1937).
La cumbre del Cerro, una leyenda algo más reciente se narra por los pobladores y guías locales referentes a un sitio elevado en la cima del cerro donde mencionan ronda el “póra” alma en pena de un hombre que en vida era muy malvado y se había quitado la vida colgándose en ese sitio. El fantasma del hombre, ronda especialmente al mediodía, hora en que había fallecido, por lo que siempre recomienda no subir al cerro en ese horario, ya han reportado varias apariciones y sustos de turistas que se adentraron en la zona en ese horario.
La compañía Sa Guasu o Mbáe Sa Guasu, sitio donde se relata la existencia en tiempos memoriales de la leyenda de un cíclope antropófago que asediaba a quienes se arriesgaban a adentrarse entre los matorrales, las arboledas y la enmarañada trama del valle de Sa Guasu, hombres o mujeres de manera indistinta ya no continuaría con su recorrido al intentar atravesar el valle. Ahora aquel valle donde vivió el monstruo atemorizando a las gentes se llama Mbae Sa Guasu, pero ya no hay ningún monstruo antropófago en él. Plantaciones y Chacras cubren lo que ayer fue la morada del terrible homúnculo de un solo ojo.
Una hechicera poderosa, la bruja de Yaguarón, “Micaela Yaharí”, en la mente de los pobladores de esta ciudad, aún queda la figura de una temida bruja que, según relatos de los lugareños, vivió unos doscientos años, la misma se desprendía de su cuerpo para salir a recorrer la ciudad y observar a quienes incautos rondaban por la misma. La figura de esta mítica mujer ha creado muchos relatos, cuentan que al morir no pudieron alzar el féretro de los pesado que era y se necesitó varias yuntas de bueyes para tirarlo, sin embargo, el sacerdote de la iglesia de Yaguarón no permitió el ingreso del cuerpo de la bruja en el lugar santo por lo que su alma en pena sigue rondando la ciudad y los campos cercanos a lo que era anteriormente su casa. Existen pobladores que aseguran haberla visto o sentido su presencia, se habla de que en el Castillo de Saguasu o el Castillo de Micaela hasta hace unos años se sentían movimientos paranormales (Pino &Talavera Fernández, 2019).
El Castillo de Micaela Yahari, también conocido como el Castillo de Saguazú, actualmente es un hospedaje turístico que invita disfrutar de sus instalaciones y amplios espacios para acampar, pero, no siempre fue así, unos años atrás este caserón en forma de castillo, fue habitado por la bruja Yahari, son muchas las historias que envuelven al Castillo, aseveraciones de la existencia "almas en pena" y muchos movimientos paranormales, lleno de una energía mística, un lugar ideal para quienes son apasionantes de estos sucesos y todo un desafío para quien quiera pasar la noche en uno "castillo embrujado" (Extra, 2020).
CONCLUSIÓN
Sin lugar a dudas esta localidad está llena de historias, mitos y leyendas que persisten en la actualidad y que son fruto de una trasmisión oral de generación en generación y que tiene sitios particulares, personajes principales y acotamientos de gran relevancia para el desarrollo de turismo místico en la localidad. Reúne las condiciones necesarias para ser considerada como “espacios mágicos”, “centros energéticos” lugares cargados de energía. Pero lo importante para el turismo es que cuenta con un gran número de recursos turísticos patrimoniales de carácter inmaterial-intangible que es posible potenciar. Tales componentes son reales, irreales y lugares de memoria Olivera (2011), como ser:
Componentes reales: aunque no visibles más que a través de elementos materiales, por ejemplo, el Cerro Yaguarón, imágenes representativas de los Siete Mitos Guaraníes,
Componentes Irreales: pero que añaden valor, son lugares ideados en la literatura, o representados en la imaginería popular, como ser: las apariciones o “póras”, los mitos guaraníes, la bruja Micaela Yahari, El Ciclope de la compañía Sa Guasu.
Lugares de memoria: donde pueden quedar huellas materiales y elementos recordatorios o no, en este caso, referimos al Castillo de Saguazú, la pisada en la piedra de Santo Tomás, el Ykua Kerana, la Gruta o Cueva del Teju Jagua.
Al considerar estos elementos, estamos confirmando que Yaguarón cuenta con grandes recursos y atractivos turísticos potenciables que pudieran ser trabajados-desarrollados para cubrir esta demanda turística que va emergiendo en los últimos años.