INTRODUCCIÓN
Las noticias falsas no son nuevas, la hemos visto en relación con revistas disfrazadas de periódicos en la línea de pago de comestibles que proclaman la presencia de extraterrestres extraños y brebajes herbales que ayudan a perder 5 kilos en la primera semana, hasta las famosas teorías conspirativas del nuevo orden mundial y los iluminatis. Entonces ¿Qué podemos creer? ¿Cómo sabemos qué es verdad y qué no? (Yaffe, 2017). A cuanta más información tengamos acceso, más difícil será seleccionar los bits buenos, usarlos y aplicarlos de manera relevante a nuestras vidas. Todos son consumidores de información, y deben tener las habilidades necesarias para ser consumidores críticos y creadores de información. Siendo la intención el de producir pensadores críticos, investigadores y consumidores de información proactivos que puedan eludir la información falsa y sus efectos nocivos (Cooke, 2017).
Según ha declarado la OMS, el brote de COVID-19 y la respuesta correspondiente han estado acompañados de una infodemia masiva, es decir, de una cantidad excesiva de información, el término se refiere a un gran aumento del volumen de información relacionada con un tema particular, que puede aumentar en un período corto debido a un incidente concreto como la pandemia actual. (Organización Panamericana de la Salud, 2020). En esta situación aparecen en escena la desinformación y los rumores, junto con la manipulación de la información con intenciones dudosas. Este fenómeno se amplifica mediante las redes sociales, propagándose más lejos y más rápido, como un virus (OPS/OMS, 2020). Muchas instituciones se han interiorizado debido al flujo de información existente es por ello que la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) ha desarrollado su infografía sobre cómo detectar noticias falsas; una simple, aunque efectiva herramienta que ofrece una alternativa, basada en la convicción de que la educación es la mejor forma de que los usuarios adquieran confianza y de que los gobiernos no disculpen una censura innecesaria (IFLA, 2017).
La información es difundida de manera espontánea por medio del WhatsApp, las noticias llegan a los estudiantes de manera rápida y estos por lo general acceden a ella sin siquiera indagar en la fuente, “la diseminación de noticias falsas con el objetivo de manipular la opinión pública es un asunto que cada vez preocupa más en todo el mundo” (Gragnani, 2018) es un desafío que plantea la política posterior a la verdad a la autoridad docente en alfabetización informacional que para dilucidar por qué la evaluación de la fuente de enseñanza no es, en sí misma, un antídoto para las noticias falsas u otra evidencia del analfabetismo mediático de los estadounidenses (Bluemle, 2018) y la utilización de noticias y desinformación para la manipulación del estado de opinión de la sociedad ha sido más relevante (López-Borrull, Vives-Grácia y Badell, 2018), es más los bibliotecarios se han involucrado en librar una lucha que reivindica la utilidad social de la información validada o verificada y calificada como verdadera frente a lo que claramente son mensajes apelativos que inciden en la conducta de los ciudadanos (Ríos, 2018).
REFLEXIÓN
En cuanto a las bibliotecas y su función con las noticias falsas. Se han convertido en una palabra de moda desde las elecciones estadounidenses en 2016, pero la creación deliberada de información falsa desinformación, propaganda y la mala representación o distorsión de información objetiva no son nada nuevo, especialmente para bibliotecarios. La búsqueda de noticias falsas en casi cualquier base de datos o servicio de descubrimiento producirá una gran cantidad de resultados (Rose-Wiles, 2018). Restringir el acceso a la información falsa o censurarla probablemente sea ineficaz y contrario a la ética de la información profesional. En cambio, el camino a seguir es promover y practicar la alfabetización informativa significativa (Oltmann, Froehlich y Agosto, 2018).
Cuando se trata de información, el rol del bibliotecario universitario es fundamental, en especial en el tiempo que vivimos. La Pandemia del COVID 19 ha sido uno de los retos por que el profesional de la información debe demostrar sus facetas para con sus usuarios que en su gran mayoría son jóvenes y estos acceden a noticias falsas o fake new , la Comisión Europea (2018) lo conceptualiza como “toda información falsa, imprecisa, o engañosa, presentada y promovida para obtener ingresos o causar daño público intencionadamente” (Bernal-Treviño y Clares Gavilán, 2019), pues bien “las bibliotecas universitarias también son vistas necesarias para el fomento del pensamiento crítico” (Martínez-Cardama y Algora-Cancho, 2019). En muchas instituciones se desarrolla la formación de Alfabetización Informacional para crear lecciones que este tema como una solución efectiva, basándonos en la experiencia y la investigación de profesores y bibliotecarios en lecciones de alfabetización informacional, podemos asegurar que los estudiantes aprendan estas habilidades vitales (Benson, 2019). En muchas universidades esta función cumple el área de comunicaciones o marketing digital, pero bien son los bibliotecarios quienes cuentan con la preparación en cuanto a diseminación de la información, “la educación y la alfabetización digital son un punto de partida para la enseñanza y el aprendizaje acerca de la verificación de hechos fact-checking, pues ayudan a los usuarios a reconocer qué información es auténtica y cómo denunciar una noticia falsa” (Duran y Tusa, 2019).
Cuando se trata del trabajo bibliotecario, quizás muchos creen que su única función es la del cuidado del acervo bibliográfico de una biblioteca, pero en la actualidad el rol del profesional de la información en las bibliotecas universitarias es la alfabetizar en información a sus usuarios mediante el medio disponible es decir presencial como así también virtual, consecuente a esto se suma el fake news o información falsa que “es un intento de hacer creer a un grupo de personas que algo falso es real” (Baratz, 2017) que circula en los usuarios de una comunidad educativa que constantemente se encuentra pendiente de su celular y por este en las redes sociales a su vez la es infoxicación o exceso de información existente en los estudiantes universitarios pues al tener tantos recursos digitales e impresos es difícil seleccionar la información pertinente (Martínez, 2019).
Las cadenas de información que circula entre usuarios universitarios muchas veces crea conflicto ya que muchos de ellos se dejan influenciar y no investigan en otras fuentes la información que le fue proveída, es ahí donde “el valor agregado de la biblioteca actual consiste en satisfacer las necesidades de información de sus usuarios a través de medios virtuales con el fin de crear canales de comunicación más certeros y veraces” (Leal Cárdenas, 2018). La Pandemia del Covid - 19 ha valorado la labor de los bibliotecarios y más aún en las bibliotecas universitarias donde la confianza con sus usuarios se denota por el nexo en común que son la lectura y el acompañamiento en formación virtual; el empoderamiento de las personas a través de la alfabetización mediática e informacional (MIL) es uno de los requisitos más importantes para fomentar el acceso equitativo a la información y al conocimiento y para promover medios de comunicación y sistemas de información libres, independientes y pluralistas (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2017).
Cabe mencionar que las bibliotecas se encuentran posicionadas en el mismo lugar, quizás, de la investigación en una institución universitaria debido al trabajo en conjunto y transversal que cumplen por ende “en la era de las noticias falsas la investigación puede informar las decisiones de individuos, gobiernos y organizaciones y ayudarlos a dirigir la sociedad hacia un futuro exitoso” (Baciu, 2018). Una tarea lateral muy importante de las bibliotecas, en la que persisten rezagos, es la de brindar acceso a información de calidad a un mayor sector de población, lo que implica fortalecer la alfabetización científica y promover que haya más proyectos de open access, así como más publicaciones de divulgación científica. Por supuesto, también es necesario que los programas de ALFIN sigan promoviendo el aprovechamiento de estos recursos y enseñando cómo hacerlo (Cortés-Vera, 2019).
En cuanto a las experiencias de la alfabetización informacional y las noticias falsas. La implementación de la formación en Alfabetización en Información (ALFIN) en las universidades en tiempo de noticias falsas sobre la pandemia del Coronavirus “es la cura ante la intoxicación de la pandemia” (Pineda, 2020), así pues “en un ecosistema mediático en el que se institucionaliza la mentira con sobre información y una gran abundancia de fuentes, se hace necesario comprobar la veracidad de las noticias” (Fernández, 2017). La difusión de noticias falsas es un problema real y grave que enfrentan muchos países, incluido Singapur. La educación es una forma de capacitar a las personas para discernir información. El programa SURE (fuente, comprensión, investigación, evaluación) de la Junta Nacional de Bibliotecas tiene como objetivo promover la alfabetización informacional y alentar a los singapurenses a pensar críticamente cuando consumen información. En última instancia, la primera línea de defensa contra las falsedades en línea es una ciudadanía exigente y bien informada (Pek y Wang, 2018).
Según estudios en cuanto a la ALFIN, pero no otras alfabetizaciones, aumenta significativamente la probabilidad de identificar noticias falsas. Los resultados mostraron que la alfabetización informacional, que enfatiza las habilidades de los usuarios para navegar y localizar información verificada y confiable, se asoció positivamente con la identificación de noticias falsas, pero los otros tipos de alfabetización no mostraron una relación significativa. (Jones, Mortensen y Liu, 2019). Una experiencia realizada por los bibliotecarios de una universidad estatal en Florida en el 2017 desarrollaron un programa de instrucción de alfabetización de noticias que incluía divulgación de la facultad de instrucción, planes de lecciones para sesiones de instrucción de alfabetización informativa a través de los criterios RADAR de Jane Mandalios, que significa justificación, autoridad, fecha, precisión y relevancia, (Rationale, Authority, Date, Accuracy and Relevance) (Neely-Sardon y Tignor, 2018).
Un estudio realizado en el Líbano encontró que los estudiantes para identificar la autoridad de la información dependen de la facultad en la que están inscritos y la importancia de enseñar alfabetización mediática e informativa. La instrucción debe centrarse no sólo en evitar el plagio y comprender las referencias y citas, sino también en cómo evaluar críticamente la información y las fuentes de información con una postura escéptica, al tiempo que enfatiza la necesidad de reconocer un lenguaje sesgado (El Rayess, Chebl, Mhanna y Hage, 2018).
Las habilidades de los estudiantes para discernir entre noticias reales y falsas a menudo no son muy buenas. A medida que más personas reciben sus noticias es importante que esos sitios web de las redes sociales también sean parte de la solución al problema de las noticias falsas al iluminar el contenido sin fundamento. La fuente de la información es siempre un buen punto de partida para evaluar la validez de la historia. (Donovan, Poljak, & Pullman, 2018), a su vez se destaca el pensamiento crítico y la búsqueda de llegar a la verdad en jóvenes universitarios “existe una gran desconfianza informativa entre los más jóvenes, esto se debe a la brecha generacional” (Vara Miguel, 2020).
Una institución canadiense postsecundaria notó una superposición sustancial en los conceptos recurrentes asociados con sus percepciones de las habilidades de Alfabetización Informacional y las habilidades necesarias para detectar noticias falsas. También se vio una desafortunada desconexión entre la conciencia del valor de la educación de ALFIN y su implementación universal en toda la institución. La investigación adicional necesita evaluar la efectividad de la educación actual de ALFIN para impartir habilidades percibidas de evaluación crítica de la información. (Delellis & Rubin, 2018)
En cuanto a Big Data y las burbujas de información. Este análisis matemático ha sido usado por las grandes corporaciones para ajustar nuestros gustos y ofrecernos la información de la manera en que pueda captar la atención:
La tecnología de big data permite recolectar, almacenar y preparar grandes volúmenes de datos para analizar o visualizar la relación entre ellos. Esto inclusive a partir de datos que se estén generando en tiempo real y que provienen de redes sociales, sensores, dispositivos de diversa índole o de fuentes de audio y video. De esta manera, es posible identificar y predecir con detalle las causas o efectos de eventos, sucesos o procesos complejos. (Salazar, 2016).
Las grandes plataformas y las redes sociales utilizan algoritmos de selección para proponer a cada individuo una selección de contenidos que cuadran con sus preferencias, deducidas por el algoritmo a partir de la huella digital de la persona usuaria. Esta práctica crea auténticas burbujas informativas pobladas por personas afines ideológicamente. La noticia falsa se construye con forma verosímil en un medio en línea de apariencia también verosímil, se inyecta en las correspondientes burbujas informativas de las redes sociales, que mediante la aplicación de los algoritmos viralizan rápidamente la distribución de la noticia falsa a todas las burbujas que tienen una comunidad de intereses similares a la orientación de la falsedad, a menudo sirviéndose de bots para multiplicar la efectividad de la viralización (Suárez, 2018). En un estudio de los medios periodísticos mexicanos en la plataforma de redes sociales Facebook, se ilustra cómo los individuos quedan atrapados en burbujas de filtros en las que contenidos, interacciones y usuarios tienden a concentrarse en aquello que las redes imponen (Rodríguez Cano, 2017).
El caso Cambridge Analytics puso de manifiesto que la evolución actual de las tecnologías big data genera una situación de desigualdad de poder entre la ciudadanía y un grupo que ejerce un poder despótico sobre la explotación de los datos y la información. Esto afecta a derechos fundamentales como la privacidad, la protección de datos personales o el derecho a la información, y también a la calidad democrática de los estados. (Suárez, 2018). Los esfuerzos actuales para combatir la epidemia de noticias falsas: compilar listas de sitios de noticias falsas, marcar historias como disputadas como falsas, descargar complementos para detectar noticias falsas, muestran un malentendido fundamental de la cuestión. Estas marcas han aparecido en las redes sociales más utilizadas en el mundo, tales como Facebook, Twitter e incluso el WhatsApp eso ha impulsado una combinación con una desconfianza general de todas las noticias, un defecto fundamental en el sistema de clics como recompensa permite que las noticias falsas y otros ganen viralidad sin obstrucciones (Hudron Kari y Emmanuel Baro, 2018).
Sobre la responsabilidad cívica de velar por la verdad. Existe en la actualidad un importante debate social sobre la proliferación de noticias falseadas en “los medios de comunicación y en las redes sociales, especialmente, por el deterioro que estas suponen para los sistemas democráticos, en general” (Pérez, Samy, Tejedor y Pulido, 2018). Fernández García hace referencia a dos personajes públicos muy importantes como el expresidente de los EEUU Barack Obama y el papa Francisco que han hablado de los peligros de la difusión de información falsa en especial porque las personas toman decisiones a partir de la información que reciben (Fernández, 2017).
Sin duda un evento muy mencionado sobre la información a la que accedemos como parte de toma de decisiones se evidenció en las elecciones presidenciales de los EEUU en el 2016 ya que el mundo ha sido abrumado por una afluencia agotadora de noticias e información. Es crucial para el desarrollo de una población de pensadores independientes que pueden combinar el acceso sin precedentes a la información con la evaluación constante (Mcgivney, Kasten, Haugh y Devito, 2017). Aunque el efecto real de las noticias falsas sobre las decisiones de los votantes aún se desconoce, las preocupaciones sobre el efecto percibido de las noticias falsas en línea han prevalecido en los EE. UU y otros países. Con base en un análisis de las respuestas de la encuesta de muestras nacionales (n = 1299) en los Estados Unidos, existe una fuerte tendencia de la percepción en tercera persona (Jang y Kim, 2018).
Siguiendo el contexto sociopolítico de las Fake News, un estudio hecho en el contexto de las elecciones presidenciales en Brasil diseminadas grupos familiares en WhatsApp en velan el nivel de desinformación de los usuarios. La información total o parcialmente falsa que circuló en estos grupos se caracteriza por usar imágenes fijas con información textual, emplearon un lenguaje simple, apropiado para ser compartido en la movilidad, además de utilizar contenidos manipulados y fabricados. Los grupos analizados han funcionado como un canal de circulación masiva de noticias falsas durante el período preelectoral, es decir, han funcionado como un canal de desinformación (Renedo Farpón, 2019). Una revisión realizada por Sullivan en el 2019 reveló que han caracterizado el problema de las noticias falsas y la información errónea de varias maneras, como un problema ipso facto, como un síntoma de algún problema más profundo o como la fuente de otras preocupaciones intratables. En la mayoría de los casos, las soluciones ofrecidas se han extraído de la tienda tradicional de herramientas de alfabetización informacional, aunque la crisis percibida ha llevado a muchos a actualizar esas herramientas, y a otras personas a buscar apoyo en medios de comunicación y noticias (Sullivan, 2019).
En un estudio descriptivo a 383 periodistas españoles, así como cuatro entrevistas en profundidad a expertos del área, se comprobó la gravedad y el corte deontológico del problema de las noticias falsas, pero la ética periodística no fue considerada la medida más efectiva para luchar contra las fake news. Ambos grupos coinciden en responsabilizar del fenómeno a la situación económica del sector y la nueva forma de comunicación (no necesariamente periodística) en la Red, a lo que añaden la formación de los consumidores como una medida eficaz contra las noticias falsas (Blanco y Arcila, 2019).
Los consumidores de información de todas las edades tienen problemas para interpretar la información y decir lo real de lo falso. En el mundo actual de las noticias falsas, los consumidores de contenido corren el riesgo de tomar decisiones y comunicar información deficiente basada en información falsa. La educación y la práctica es la mejor esperanza para que los estudiantes se conviertan en creadores de contenido ético (Auberry, 2018). Es importante considerar que la cotidianidad ha hecho que seamos tan consumidores como productores de información, lo que aporta significativamente al gran fenómeno de la viralización.
CONCLUSIÓN
Finalmente, podemos afirmar que la Alfabetización en Información no es una competencia nueva para los bibliotecarios, muchos quizás pese a conocerlo no lo aplican, en cambios otros profesionales en nuestro país consideran a la ALFIN como la mejor herramienta para con sus usuarios. La Pandemia del COVID-19 ha despertado el interés de muchas organizaciones con la intención de que las personas accedan a información fiables y evitar que las fake news afecten a nuestros usuarios. Por consiguiente, lo ideal es que el profesional de la información por medio de la ALFIN informe a los miembros de la comunidad universitaria como otro servicio para concientizar y promover la información en Pandemia y otros temas en ahora en adelante. Los usuarios, así como productores y consumidores de la información deben de cuidar lo que publican en sus redes sociales, fundamentando lo dicho o publicado, no centralizar la atención de la información que se consume en las mismas redes sociales o las envidas en grupos de WhatsApp; sintetizando que google por medio de la big data de los perfiles recupera información que uno acostumbra consultar y recuperar, genera un perfil tan perfecto que esta se ve condicionada a tus gustos.