INTRODUCCIÓN
La vitamina B12 (cobalamina, poseer cobalto)1 participa activamente en el metabolismo, desempeñando funciones como cofactor en la síntesis de ADN2, así como en el metabolismo de ácidos grasos. La deficiencia de esta vitamina causa una disfunción de los adipocitos3 y aminoácidos4, participa en la formación de la vaina de mielina5 y en la maduración de los eritrocitos en la medula ósea6. El ser humano la obtiene de alimentos de origen animal o mediante suplementos o alimentos enriquecidos con esta vitamina7.
La función que desempeña la vitamina B12 en el desarrollo de la hipertensión arterial se ha valorado en el contexto fisiopatológico: en situaciones de déficit insidioso de vitamina B12 incrementaría la presión arterial debido a la anemia8, la cual requiere un mayor gasto cardiaco para compensar la falta de oxigenación9. Las glándulas del sistema endócrino son susceptibles a las deficiencias de vitamina B12, por lo que pueden presentar respuestas alteradas en la secreción de adrenalina, noradrenalina, angiotensina u otras hormonas que generan incrementos del gasto cardiaco y la presión arterial10. Asimismo, la vitamina B12 participa en la transformación del aminoácido homocisteína en metionina11, la deficiencia de esta vitamina provoca la acumulación excesiva de este aminoácido, el cual genera disfunción endotelial12, que puede cursar con esclerosis arterial e insuficiencia cardiaca13.
La mayoría de investigaciones relacionadas a las vías de la hipertensión arterial en presencia de deficiencia de vitamina B12 generalmente hacen referencia a contextos clínicos donde los valores de esta vitamina se encuentra por debajo de los rangos considerados normales14, por ello, es de interés conocer la relación entre estas variables en individuos cuyas concentraciones de esta vitamina no se encuentren en condiciones patológicas, así como su grado de influencia sobre la presión arterial, con la posibilidad de considerarlo como otro de los numerosos factores relacionados a la etiopatogenia de este trastorno. Por ello, el objetivo de esta investigación fue analizar la relación entre las concentraciones de vitamina B12 y la presión arterial en adultos normoglucémicos.
MATERIAL Y METODOS
Diseño y población de estudio
Estudio observacional, analítico, retrospectivo y transversal, a partir de datos de 4154 adultos que se realizaron estudios en un centro de salud, perteneciente a la encuesta de salud y nutrición de México, el cual es un conjunto de datos abiertos disponible en: https://www.kaggle.com/datasets/frederickfelix/hipertensin-arterial-mxico/data 15: que comprendió adultos de 18 a 74 años de ambos sexos. Se estudió al total de la población disponible en la base de datos, por lo que no hubo cálculo de muestra ni aleatorización, excluyéndose solo a adultos con probable prediabetes o diabetes debido a que la hiperglucemia crónica puede causar alteraciones en la presión arterial16. Por tanto, se excluyó a todo individuo con niveles de glucemia basal igual o mayor a 100 mg/dl según parámetros de la asociación americana de diabetes (ADA)17, considerándose como probable diabetes a todo valor de glucemia basal igual o mayor a 126 mg/dl debido a que no se contó con otros criterios diagnostico como pruebas de confirmación ni criterios clínicos.
Variables y mediciones
Las mediciones se realizaron después de la extracción de sangre venosa en ayunas. Las variables fueron: vitamina B12, como variable numérica, cuyos valores normales son de 200 a 900 picogramos por mililitro (pg/ml)18, presión arterial, como variable numérica así como categórica dicotómica donde se dividió según la presencia de hipertensión si los valores de presión sistólica fueron igual o mayores a 130 milímetros de mercurio (mmHg)19. El sexo, dicotomizado en: hombre/mujer, usado para observar si existen diferencias significativas en la relación entre vitamina B12 y presión arterial.
Análisis estadístico
Se establecieron frecuencias, medias y valores mínimos y máximos. Se empleó la prueba t de student para muestras independientes para comparar los promedios de cada variable según sexo. Se utilizó el coeficiente de correlación de Spearman para determinar la correlación entre los niveles de afectación de cada variable estudiada; esta prueba fue utilizada debido a que la distribución no fue normal según la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Los datos fueron reunidos y procesados con el programa SPSS statistics-25TM(20.
Consideraciones éticas
Al ser un estudio proveniente de una fuente secundaria, disponible en una base de datos abierta, solo se tuvo acceso a datos concernientes a la investigación, siendo imposible el acceder a datos personales debido a que la encuesta de la página de ENSANUT no incluye dicha información21, por lo que la identidad de los participantes es completamente reservada.
RESULTADOS
Los promedios de vitamina B12 estuvieron en el rango normal, existiendo valores mínimos por debajo de los rangos normales. El promedio de presión arterial sistólica estuvo dentro de los rangos normales, existiendo adultos con valores mínimos y máximos compatibles con hipotensión e hipertensión. Tabla 1
Mínimo | Máximo | Media | Desviación estándar | |
Vitamina B12 (pg/ml) | 59 | 752 | 251,16 | 238,92 |
Presión arterial (mmHg) | 80 | 200 | 124,17 | 20,16 |
Edad(años) | 4 | 93 | 46,95 | 14,52 |
Peso (Kilogramos) | 57,00 | 130 | 76,03 | 17,19 |
Estatura (centímetros) | 134,0 | 192 | 153,75 | 6,77 |
mmHg: milímetros de mercurio; pg/ml: picogramos/mililitro
Se observó que los promedios de vitamina B12 fueron menores en presencia de presión arterial igual o mayor a 130 mmHg (hombres:217,12 pg/ml; mujeres204,51 pg/ml) respecto a cuándo se comparó con niveles de presión arterial sistólica entre 90 a 129 mmHg (hombres; 266,98 pg/ml; mujeres: 205,18 og/ml). Tabla 2
Hombres (p=0,023) | N | Promedio vitamina B12 | Desviación estándar |
Desde 130 mmHg | 662 | 217,12 pg/ml | 101,02 |
90-129 mmHg | 952 | 266,98 pg/ml | 119,13 |
Mujer (p<0,020) | |||
Desde 130 mmHg | 767 | 204,51 pg/ml | 163,42 |
90-129 mmHg | 1772 | 305,18 pg/ml | 486,88 |
Total (p=0,008) | |||
Desde 130 mmHg | 1429 | 231,76 pg/ml | 113,42 |
90-129 mmHg | 2724 | 341,34 pg/ml | 104,08 |
mmHg: milímetros de mercurio; pg/ml: picogramos/mililitro
Hubo una correlación baja y negativa en hombres (Rho=-0,022), mujeres (Rho=-0,182) y en ambos grupos en conjunto (-0,171). Tabla 3
DISCUSIÓN
Si bien los niveles promedio de vitamina B12 estuvieron dentro del rango normal, fueron más bajos en adultos hipertensos que en normotensos. Asimismo, se observó una correlación baja y negativa entre la vitamina B12 la presión arterial. Si bien la etiología de la hipertensión arterial es multifactorial22, las concentraciones sanguíneas de vitamina B12 serían otro de los elementos a considerar como factores relacionados en la fisiopatología de la hipertensión, si bien su influencia es baja en el desarrollo de esta enfermedad. Esta probable relación ha sido explorada en investigaciones como la de Xiong y colaboradores, cuyo estudio realizado a partir de la base de datos de la encuesta nacional de salud y nutrición de adultos de Estados Unidos, tuvo como objetivo evaluar si la ingesta de vitamina B6 y B12 se asociaban con la hipertensión arterial, hallando que el consumo de vitamina B12 se asocia negativamente con la hipertensión23. La relación entra las concentraciones séricas de vitamina B12 y la presión arterial podría darse incluso desde la infancia24, y con menor relación en adultos mayores25. Wolffenbuttel, en un estudio cuyo objetivo fue evaluar la relación entre las concentraciones de vitamina B12 y la mortalidad en población, halló que los bajos niveles de esta vitamina se asociaron con un aumento de la mortalidad por diferentes enfermedades, entre ellas, la hipertensión26.
Entre las hipótesis relacionadas a la fisiopatología de la hipertensión en relación a las concentraciones séricas de vitamina B12, se postula que la disminución de esta vitamina incrementa la cantidad de homocisteína debido a que la vitamina B12 envía un grupo metilo a la homocisteína, convirtiéndola en metionina27. El exceso de homocisteína puede generar un aumento de la presión arterial al dañar las células endoteliales(28), incrementando el grosor de las células del musculo liso vascular(29) y reduciendo la capacidad vasodilatadora sistémica(30). Los estudios mencionados anteriormente hacen referencia a las intervenciones nutricionales de la administración de vitamina B12 sobre un presunto beneficio sobre la hipertensión. Pero en la presente investigación se pudo observar que esta asociación se da incluso en etapas con valores normales de esta vitamina en correlación con los valores de presión arterial, por lo que los cambios en las concentraciones de vitamina B12 podrían predecir el desarrollo de hipertensión en un porcentaje pequeño, pero significativo, de pacientes, y las intervenciones dietético-nutricionales orientadas al aumento de la ingesta vitamina B12 como la realizada en las recientes investigaciones mencionadas, podrían potencialmente beneficiar a la población adulta asintomática con o sin hipertensión.
Es importante considerar las limitaciones de este estudio, ya que debido al tamaño de la población estudiada (n=4154), se requiere que el estudio sea reproducido con un mayor número y en diferentes poblaciones y contextos. Asimismo, no se tuvo la certeza sobre si hubo adultos en tratamiento antihipertensivo, o que estén tomando suplementos vitamínicos que tuvieran vitamina B12. A su vez, los cambios en la presión arterial dependen de factores ambientales y endógenos que no fueron explorados en este artículo, a excepción de los niveles de glucosa basal ya que se excluyó a adultos con niveles de glucosa en el rango diabético.
En conclusión, los adultos hipertensos tienen menores promedios de vitamina B12 que los normotensos de adultos mexicanos evaluados en un establecimiento de salud. Asimismo, la vitamina B12 se correlaciona de forma débil y negativa con la presión arterial. Los niveles normales de vitamina B12 con tendencia hacia los limites bajos podrían ser uno de los muchos factores que inciden en la fisiopatología temprana del desarrollo de hipertensión. Se requieren de más estudios para validar estos hallazgos para establecer una inferencia causal.