INTRODUCCIÓN
El 11 de marzo del 2020 y tras la dispersión del virus SARS-COV19 en el ámbito global, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) declaró a la enfermedad COVID-19 como una pandemia mundial. Unos días después, el 23 de marzo del mismo año, la Secretaría de Educación Pública ([SEP], 2020a) en México, decretó la suspensión de clases en todos los niveles y todas las escuelas del país como medida de contingencia para evitar los contagios.
Lo anterior implicó la implementación urgente de medidas para continuar con la labor docente para la formación de millones de estudiantes en México, entre las que se encontraron: redefinición de horarios, adecuación de estrategias pedagógicas acordes a las tecnologías de información y comunicación, así como la disponibilidad de equipos electrónicos de profesores y estudiantes, y la creatividad para el fomento de la socialización en ambientes virtuales. La modalidad de aprendizaje en línea se acompañó de programas de capacitación docente y de difusión de contenidos educativos en medios tradicionales como el radio y la televisión (SEP, 2020b). Toda esta reestructura y adaptación a nuevos procesos de trabajo tuvo que realizarse en tiempos récord, procurando evitar la interrupción del proceso educativo.
Pero la vida académica se vio agravada particularmente en el Estado de Tabasco, donde se presentaron 3 ciclones tropicales los cuales afectaron la zona sureste de México: la tormenta tropical Gamma, y los huracanes Delta y Zeta. Estos incrementaron el nivel del mar, las precipitaciones y los flujos submarinos de aguas subterráneas, generando inundaciones históricas en este Estado que afectaron a toda la población (Servicio Mareográfico Nacional, 2020; Bautista & Aguilar, 2021). Protección civil del Estado de Tabasco reportó más de 368 mil personas damnificadas, 8 decesos y más de 12 mil afectados ubicados en refugios temporales (los cuales, por cierto, fueron 200 instituciones educativas). Igualmente, casi 400 escuelas fueron afectadas en su infraestructura física, mobiliario, equipo y material didáctico. Esto ocasionó la Declaratoria de Emergencia para el territorio del Estado de Tabasco y la suspensión de clases virtuales por un período de un mes (Latinus, 2020; Mestizo, 2020; SEP, 2020c).
Todo esto se tradujo en mayores demandas psicosociales y situaciones estresantes para los docentes en el Estado de Tabasco durante la pandemia, las cuales pusieron en riesgo la salud física y psicológica de vida de estos trabajadores de la educación, con posibles repercusiones negativas en su calidad de vida o bienestar. Estos últimos dos términos han recibido múltiples definiciones, las cuales no se detallarán aquí, sin embargo, para efectos de la investigación presente, se toma la de la OMS (1997, p. 1): “la percepción del individuo de su posición en la vida en el contexto de la cultura y sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones.” La definición ofrecida de salud mental es: “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad” (OMS, 2001, p.1). Por tanto, el objetivo del estudio es identificar el grado de afectación durante las inundaciones y la pandemia COVID-19 sobre la calidad de vida de los docentes. Los resultados pueden ayudar a las autoridades respectivas a diseñar modelos de prevención no sólo durante dicha problemática sino también una vez terminada ésta.
Es bien sabido que, con antelación a la contingencia por COVID-19, de por sí, parecían existir vulnerabilidades de los docentes ante el desgaste laboral (burnout) o la calidad de vida; sin embargo, varias revisiones previas puntualizaron la necesidad de más estudios (Araldi et al., 2021; Monroy-Castillo & Juárez-García, 2019; Tabares et al., 2020; Juárez-García et al., 2014).
Asimismo, revisiones sistemáticas específicamente en población latinoamericana como la de Rojas-Solís et al. (2021) concluyeron respecto a la necesidad de estudiar también factores protectores o positivos que los docentes poseen en sus entornos laborales, los cuales son magros en la investigación actual. De hecho, un estudio sobre efectos psicológicos en una muestra multi-ocupacional en México (profesionales de la salud, empleados de reclusorios, trabajadores administrativos, obreros, docentes, etc), encontró: la ocupación docente presentó los niveles más altos en efectos psicológicos positivos tales como la satisfacción y la autoeficacia, sobre las demás ocupaciones (Juárez, 2008). Esto coincide con otras investigaciones las cuales destacan las condiciones que señalan también la existencia de ambientes de trabajo positivos en la docencia los cuales influyen en el engagement laboral (Extremera et al., 2019). El engagement laboral es un estado motivacional positivo de realización vinculado al trabajo, caracterizado por el vigor, la dedicación y la absorción (Schaufeli, 2014), y se ha encontrado mayor prevalencia de éste en comparación con el síndrome de burnout en estudios con muestras de docentes mexicanos (Ruiz de Chávez et al., 2014) y españoles (Extremera et al., 2005).
No obstante, lo anterior, son prácticamente inexistentes lo estudios del engagement laboral durante la contingencia y etapa crítica de la pandemia, lo cual no quiere decir que este efecto psicológico haya sido totalmente ausente o sea imposible de co-existencia con otros efectos psicológicos negativos. En este sentido, vale la pena señalar: durante la pandemia por COVID-19 mientras algunos estudios señalaron niveles altos de burnout en el 20% y 25% de los docentes mexicanos (Brito et al., 2021; Soto & Escorza, 2022), otros estudios identificaron el surgimiento paralelo de cambios positivos de adaptabilidad, autocuidado y de resiliencia, los que se manifestaron en paciencia, empatía y desarrollo de habilidades los cuales permitieron desempeñar el trabajo docente aún en las circunstancias adversas provocadas por la pandemia (Mozqueda et al., 2022; González-Rivas et al., 2021); esto también sucedió con docentes quienes enfrentaron la pandemia en otros contextos iberoamericanos (Román et al., 2020).
Por otro lado, es bien sabido que la reestructura de las funciones laborales de los docentes durante la pandemia implicó diversos cambios súbitos e inmediatos, significando grandes retos; entre ellos se encontraron: creación de nuevos espacios de trabajo virtuales, elaboración de materiales y dinámicas nuevas de aprendizaje virtual, redefinición de horarios, adecuaciones de estrategias acordes a las tecnologías de la información y comunicación disponibles (TICS), además de buscarse tiempo para recibir capacitación constante. Todos estos aspectos pudieron significar exigencias laborales que llevaron a sobresfuerzos psicológicos de parte de los académicos y al mismo tiempo las recompensas y las satisfacciones laborales pudieron disminuir. Justamente estos factores psicosociales del trabajo han sido estudiados bajo el modelo “Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa”, cuya principal hipótesis indica: los trabajos que combinan una situación simultánea de alto esfuerzo y baja recompensa generan un estrés crónico residual el cual representa un riesgo para diversas enfermedades de origen laboral (Siegrist, 1996). Tres son los constructos fundamentales de este modelo: Esfuerzo extrínseco, Esfuerzo intrínseco (o sobreinvolucramiento) y Recompensas. El primero se refiere a la cantidad de demandas y obligaciones requerida por el trabajo; el segundo, el comportamiento compulsivo de trabajar como un estilo personal de sobrecompromiso con el trabajo, y finalmente, el componente de las recompensas, las cuales incluyen: el salario, el reconocimiento, y las oportunidades de desarrollo profesional (incluyendo la seguridad de permanencia en el trabajo y oportunidades de ascenso) (Siegrist et al., 2004).
De este modo y de acuerdo con este modelo, cuando los docentes percibieran aportar más de lo recibido, surgiría el Desequilibrio, generador de distrés, con sus secuelas psicológicas, sociales y orgánicas; empero esta situación se agudiza si la persona está muy comprometida con su trabajo, muy motivada para sobresalir en espera de mayores recompensas de todo tipo, o sea, para recibir reconocimiento a su labor (Siegrist, 2010). Sin embargo, se desconoce la valoración psicosocial de la relación entre el Esfuerzo y las Recompensas que las y los docentes mexicanos pudieron hacer en la situación de contingencia por la pandemia de COVID-19. Las recompensas forman parte de la calidad de vida al constituir un aspecto positivo del trabajo.
Otro modelo empleado en la presente investigación fue el del Síndrome de Quemarse por el Trabajo (Gil-Monte, 2005; 2019), el cual incluye los siguientes factores: Ilusión por el Trabajo, Agotamiento, Indolencia y Culpa. Este modelo surgió del trabajo clínico llevado a cabo por el autor con diversos tipos de trabajadores en España. Este modelo tiene una ventaja: a diferencia de muchos otros, incluye una faceta positiva del trabajo: Ilusión (Gil-Monte, 2005; 2019), mientras otros instrumentos, por caso, el Copenhagen Burnout Inventory (Kristensen et al., 2005) y el Shirom-Melamed Burnout Measure (Shirom & Melamed, s.f.) sólo apuntan a los aspectos negativos, con lo cual se manifiesta una tendencia a contemplar únicamente una posibilidad como si el trabajo tuviera sólo aspectos de deterioro y no positivos.
Según el modelo de Gil-Monte (2005; 2019) del Síndrome de Quemarse por el Trabajo (SQT), la Ilusión por el Trabajo incluye sentimientos de experimentarlo como un reto, una gratificación, una fuente de realización personal la cual aporta cosas positivas: se convierte, así, en un factor integrante de la calidad de vida. El Agotamiento implica cansancio, desgaste emocional, sentirse extenuada(o) y agobiada(o). La Indolencia significa indiferencia hacia las personas objeto del trabajo, considerarlas como cosas, mostrarles ironía; la Culpa incluye sentir remordimiento por el trato dado a algunas personas, sentirse mal al respecto, necesidad de pedir disculpas. La presencia de los tres últimos factores mencionados menguaría la calidad de vida.
Por otro lado, y en conformidad con la meta de la presente investigación se decidió incluir también el modelo de Calidad de Vida de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1997) el cual comprende cuatro factores: Salud Física Percibida, Salud Mental Percibida, Relaciones Sociales y Entorno. Para efectos de esta pesquisa sólo se consideraron los dos primeros factores. La Salud Física se refiere a la percepción de la energía y la fatiga, el dolor y el malestar, así como al sueño y al descanso; en la Salud Mental se encuentran los siguientes aspectos: imagen corporal y apariencia, sentimientos positivos, sentimientos negativos, autoestima, aprendizaje, memoria y concentración. Para evaluar la calidad de vida la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó dos versiones: una larga de 100 reactivos y una corta, denominada BREF, la cual contiene 26 reactivos, empleada en la investigación objeto del presente informe. Las puntuaciones superiores a la media teórica de las opciones de respuesta implicarían mejor calidad de vida.
Dado todo lo anterior, una pregunta surge para esta investigación: ¿Cuáles fueron los efectos psicológicos positivos (engagement, ilusión por el trabajo, salud física y salud mental percibidas) y negativos (esfuerzo extrínseco, sobreinvolucramiento, desequilibrio, agotamiento, indolencia y culpa) presentados por los docentes de Tabasco quienes enfrentaron los desafíos que supone su trabajo en la situación por la pandemia de COVID-19 y las inundaciones? En otras palabras ¿cuál sería el balance de la calidad de vida de los docentes, al contemplar tanto los factores positivos como los negativos de su trabajo?
METODOLOGÍA
Participantes
La muestra estuvo conformada por 276 personas dedicadas a la docencia, a quienes se invitó a responder voluntariamente los instrumentos mencionados más adelante. Se lanzó una convocatoria abierta para ser respondida por quien quisiera participar. El único requisito fue ser docente.
Las edades se distribuyeron de la siguiente forma: 3.1% declaró tener entre 20 y 30 años, el 15.6% estuvo entre los 31 y los 40 años, el 21.7 señaló tener entre los 41 y 50 años y el 62.7 % indicó tener más de 51 años. El 55.2% se identificó como hombres y 44.8% como mujeres. Con respecto al grado de instrucción el 31.6% indicó tener el grado de doctor; el 49.6%, el grado de maestría y el 18.8%, título universitario. Respecto del estado civil, el 25.6% declaró ser soltero; el 61.6%, casado; el 1.4%, viudo; el 8.6%, divorciado y el 2.8% mencionó vivir en unión libre.
Del total de la muestra, el 78.9% mencionó trabajar como docente en el sector público mientras el 20.3% mencionó el sector privado y el 0.8% señaló trabajar en otro sector.
Instrumentos
A continuación, se describen brevemente los instrumentos empleados en la presente investigación:
Esfuerzo-Recompensas. Este cuestionario fue desarrollado por Siegrist (1996, Siegrist et al. 2004); consta de 23 reactivos. Los cuales miden tres variables principales: Esfuerzo físico (o extrínseco), Recompensas y Sobreinvolucramiento. Las dos primeras variables mencionadas se responden en una escala de cinco opciones: “Muy en desacuerdo” hasta “Muy de acuerdo”. mientras la última contiene cuatro: “Muy en desacuerdo” hasta “Muy de acuerdo”. eliminándose la posibilidad de responder “Ni de acuerdo ni en desacuerdo”. Con ellas se obtiene una escala secundaria: Desequilibrio entre el Esfuerzo y las Recompensas, calculada mediante una fórmula proporcionada por el autor del modelo (Siegrist, 1996; 2010).
Las premisas del modelo se han probado previamente a la pandemia en estudios con docentes italianos (Zurlo et al., 2010); alemanes (Lehr et al., 2009), chinos (Ren et al., 2019), y, obviamente, mexicanos (López & Alcántara, 2015; Vera et al., 2021).
Entusiasmo o Inmersión (engagement). Schaufeli y Bakker (2011) presentaron el concepto de Entusiasmo o Inmersión (engagement) el cual se refiere a un estado mental relativo a un trabajo positivo y completamente satisfactorio caracterizado por el vigor, la dedicación y la absorción. El primer término está caracterizado por la inversión en el trabajo de altos niveles de energía, así como por la disposición para dedicar esfuerzo y persistencia aún cuando se presenten ciertas dificultades; la Dedicación se refiere a estar completamente involucrada(o) en el trabajo, experimentando un sentido de significación, de entusiasmo, de inspiración, orgullo y reto. La Absorción implica una concentración y atención intensas en el trabajo al grado en el cual no se siente pasar el tiempo, además de sentir cierta dificultad para desprenderse del mismo. Estos factores se diseñaron en contraposición al concepto de agotamiento ocupacional (burnout) preconizado por Maslach et al. (1986) con sus tres factores: Desgaste emocional, Despersonalización y Carencia de logro.
Las siete opciones de respuesta del cuestionario de Inmersión se refieren al tiempo en el cual las personas han experimentado las tres categorías, desde “0, nunca o ninguna vez” hasta “6, siempre o todos los días”. Se ha traducido el término engagement también como entusiasmo (Juárez-García et al., 2015).
CSQT (Cuestionario sobre el Síndrome de Quemarse por el Trabajo) de Gil-Monte (2005, 2019). Este cuestionario comprende cuatro factores: Ilusión por el trabajo (referente a la perspectiva de la persona a considerar a sus labores como una fuente de realización personal, como un reto gratificador cuyas consecuencias son positivas). Agotamiento (la persona se siente agobiada, exhausta y cansada físicamente). Indolencia (indiferencia hacia las personas quienes son objeto del trabajo y sin ganas de atenderlas, pero con tendencia de mostrarles ironía). Culpa (quien contesta manifiesta preocupación y remordimientos por el trato dado a algunas personas y con la necesidad de solicitar disculpas). El instrumento original ha sufrido varias reducciones en el número de reactivos. La versión última, empleada en la presente investigación constó de 20 enunciados. los cuales se responden en una escala de cuatro opciones: desde “Nunca: 0” hasta “Muy frecuentemente o todos los días: 4”.
El modelo del Síndrome de Quemarse por el Trabajo ha sido objeto de numerosas publicaciones en revistas científicas para informar de su validez. Por ejemplo, Gil-Monte et al. (2009) aplicaron el cuestionario a una muestra de 698 docentes de primaria en la Ciudad de México; los resultados confirmaron la estructura de los cuatro factores propuestos originalmente.
Igualmente, Velázquez (2018), para obtener el grado de Maestra en Investigación Educativa, aplicó el Cuestionario del Síndrome de Quemarse por el Trabajo (Gil-Monte, 2005; 2019) a 80 docentes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, encontrando la validez factorial del instrumento.
El Cuestionario del Síndrome de Quemarse por el Trabajo se ha aplicado y validado en muy diversas ocupaciones; sólo a manera de ejemplo se mencionan: docentes en Yucatán, México (Villamar et al., 2019), empleados de prisiones en México (Gil-Monte et al., 2013), enfermeras en Perú (Broncano, 2014), choferes de taxi en Arica, Chile, (Álvarez-Cabrera et al., 2017) y muchas más.
WHOQOL-Bref, por otro lado, dadas las posibles repercusiones del desequilibrio entre el Esfuerzo extrínseco y las Recompensas sobre la Salud física se decidió incluir también este instrumento el cual fue diseñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS,1997). Bonicatto y Soria (1998) lo adaptaron a la lengua castellana. Mide las variables: Salud Física, Salud Mental, Relaciones sociales y Medio ambiente. Para los efectos de la presente investigación, en consideración al marco teórico, sólo se incluyeron las dos primeras variables. Se responde en una escala de cinco opciones desde “Nada” hasta “Siempre, totalmente o en extremo”.
El BREF ha sido validado en múltiples países de Latinoamérica. A continuación, se mencionan sólo algunos estudios al respecto. Espinoza et al. (2011) lo validaron entre1,185 mujeres adultas mayores en Chile.
Cardona-Arias e Higuita-Gutiérrez (2014) emprendieron una búsqueda de investigaciones con el BREF-26 publicadas en el ámbito mundial; el mayor número de pesquisas efectuadas en Latinoamérica correspondió a Brasil. “En esta revisión, la población total fue 234 414 personas en quienes se aplicó el WHOQOL-BREF, esta incluyó sujetos enfermos de diferentes estadios, sanos, individuos con limitaciones físicas o mentales y personas con diferencias en aspectos sociodemográficos, lo que refleja una gran validez externa” (p.186).
Es importante mencionar un aspecto: al proponer diversas posibilidades de respuesta en los instrumentos se reduce el error del método común, de acuerdo con las recomendaciones de Podsakoff, et al. (2003).
Procedimiento
Los cuestionarios fueron aplicados de manera virtual mediante el formato Google con instrucciones precisas para ser contestados en forma voluntaria; respondieron 276 personas. La razón de esta forma de aplicación del cuestionario se debió a que los docentes realizaban clases virtuales desde sus hogares como consecuencia del confinamiento dispuesto por las autoridades del gobierno central, debido a la pandemia ocasionada por el virus denominado COVID-19 y a las inundaciones sufridas en ese Estado.
No se ofreció recompensa alguna por responder al cuestionario enviado. Se insistió en el anonimato y se explicó la finalidad de la investigación, cumpliéndose así los requisitos éticos. Para el análisis de los datos y la obtención de las estadísticas se empleó el paquete Statistical Package for Social Sciences (SPSS) versión 26.
RESULTADOS
El Esfuerzo físico proporcionó una media de 3.52, en una escala de 1 a 5, o sea, un poco por encima del punto medio teórico (3). En el Sobreinvolucramiento, el promedio resultó de 2.74 en la escala de opciones de respuesta de 1 a 4, igualmente por encima del punto medio teórico. Las Recompensas fueron calificadas en 3.22 (escala de 1 a 5). Al calcular el Desequilibrio, éste resultó de 0.63 (Tabla 1).
Son de resaltarse las medias del modelo Engagement (entusiasmo o inmersión) las cuales indican un sentimiento extremo en las variables del modelo pues resultaron definitivamente cargadas hacia las puntuaciones del lado derecho de las respectivas curvas de distribuciones, especialmente el factor de Dedicación (5.18 en la escala de 1 a 6). En seguida, la variable Vigor, con una media de 4.81 la cual ocupó el segundo lugar. La puntuación menor en este modelo correspondió al factor Absorción con una media de 3.59, colocándose por encima del punto medio teórico del rango de posibles opciones de respuesta.
En cuanto al modelo de Quemarse por el Trabajo (Gil-Monte, 2005; 2019), la media de la variable Ilusión por el trabajo, la cual fue de 3.31, siendo la puntuación máxima posible de 4, indica una satisfacción máxima en las labores. Otro resultado digno de mencionarse es el del Agotamiento (1.73) el cual se encontró por debajo del punto medio teórico de la escala (0-4). Igualmente, las otras dos variables de este modelo se localizaron debajo de dicho punto medio: Indolencia (0.39) y Culpa (0.72). De acuerdo con el trabajo clínico de Gil-Monte (2005; 2019) cuando una persona obtiene bajas puntuaciones en la variable Ilusión por el Trabajo y altas en Agotamiento, Indolencia y Culpa es de sospecharse alto grado de burnout. Entonces, a partir de las puntuaciones mencionadas antes, la mayoría de los docentes de la muestra se encontraban libres de este padecimiento.
Al analizar las correlaciones Spearman entre todas las variables incluida en la presente investigación y expuestas en la tabla 2 se confirma la relación teórica entre ellas. Así, la asociación entre el Esfuerzo Físico y el Agotamiento resultó altamente significativa (r =0.52**, p < 0.01) así como con la Indolencia (r = 0.24**, p < 0.01), en cuanto a las asociaciones positivas. La asociación entre dicho Esfuerzo y la Salud Física fue de -0.22** (p <. 01).
Nota. **La correlación es significativa en el nivel 0.01 (bilateral). En la diagonal principal se incluyen los índices omega de confiabilidad.
El sobreinvolucramiento exhibió una correlación de 0.65** con el Agotamiento (p<0.01), de -0.46** (p<0.01) con la Salud Física y de -0.39** (p<0.01) con la Salud Mental. Las Recompensas mostraron las siguientes correlaciones: 0.36** con la Ilusión, 0.32** con la Dedicación, 0.26** con la Salud Mental y 0.25** con la Salud Física. Todas estas asociaciones tuvieron una probabilidad de <.01. Una nota de atención se refiere a las altas correlaciones del Desequilibrio con el Esfuerzo Físico y las Recompensas, las cuales se deben al hecho de formar parte de la fórmula para calcular dicho Desequilibrio; en otras palabras: se trata de una asociación espuria.
Las correlaciones entre el Vigor y las demás variables fueron: 0.73** con la Dedicación, 0.44** con la Absorción, 0.56** con la Ilusión, -0.43** con el Agotamiento, - 0.36** con la Indolencia, 0.54** con la Salud Física y 0.50 con la Salud Mental**; todas con p<0.01. Por su parte la asociación entre la Dedicación y la Absorción fue de 0.55** (p<0.01), entre la primera y la Ilusión 0.59** (p<0.01).
Ya se mencionó la correlación de la Ilusión por el Trabajo (0.36**) con las Recompensas; las asociaciones de éstas con las demás variables fueron: -0.32** con Agotamiento, -0.30** con Indolencia, 0.42** con la Salud Física y 0.43** con la Salud Mental. Nuevamente, todas señalaron una p<0.01. El Agotamiento correlacionó con Indolencia 0.34** (p<0.01), -0.53** (p<0.01) con la Salud Física y con - 0.40** (p<0.01) con la Salud Mental.
Las correlaciones de la variable Indolencia resultaron así: 0.32** (p<0.01) con Culpa; -0.39**(p<0.01) con la Salud Física y -0.34** (p<0.01) con la Salud Mental. -0.20** (p<0.01) y -0.26** (p<0.01) fueron las cifras obtenidas entre la Culpa y la Salud Física y la Salud Mental respectivamente. Por último, la asociación entre la Salud física con Salud Mental fue de 0.78** (p<0.01).
Como puede observarse fácilmente todas las correlaciones tienen sentido desde el ángulo teórico; si bien algunas no resultaron tan intensas sí fueron significativas desde el ángulo estadístico.
En adición se calcularon los índices omega de confiabilidad (McDonald,1999). En conformidad con la clasificación de los coeficientes omega de confiabilidad propuesta por Chaves-Barboza (2018) y Rodríguez-Miranda (2018) dichos índices se consideran “Buenos” si se localizan entre 0.81 y 0.90, “Aceptables” si caen en el rango de 0.71 a 0.80 y “Débiles” si el resultado está en el rango de 0.61 a 0.70. Como puede apreciarse en la Tabla 1, sólo factor Indolencia estuvo en este último rango. En tanto, los demás factores se consideran “Buenos”, con excepción de “Sobreinvolucramiento” y “Salud mental" los cuales reciben la denominación de “Aceptables”.
DISCUSIÓN
Los datos mencionados previamente sobre el modelo de Engagement (traducido como Entusiasmo (Juárez-García et al., 2015)., o Inmersión (Arias, 2017) significan una factor protector contra los efectos nocivos del distrés generados durante la pandemia COVID-19 pues las medias en las variables de este factor resultaron marcadamente inclinadas hacia el extremo derecho de las posibilidades de respuesta, es decir, hacia las calificaciones altas en la escala de calificación 4.81 en Vigor y 5.18 en Dedicación, respectivamente, en la escala de 0 a 6. Lo mismo puede decirse en cuanto a la variable Ilusión por el Trabajo en el modelo del Síndrome de Quemarse por el Trabajo (Gil-Monte, 2005; 2019) pues la media fue de 3.31 cuando la puntuación máxima posible es de 4.
Los resultados de los cuales se informa en el presente artículo contribuyen a llenar un vacío notable en cuanto a los factores psicológicos favorables entre los docentes latinoamericanos, como lo hicieron notar Rojas-Solís et al. (2021) en su revisión sistemática al respecto. En el mismo tenor, concuerdan con los hallazgos de Juárez (2008), quien encontró altos niveles de satisfacción en las personas dedicadas a la enseñanza al compararlas con otras ocupaciones.
Igualmente, con la presente investigación se apoya el cumplimiento de ampliar el rango de pesquisas científicas respecto a las personas dedicadas a la docencia según lo señalaron en varias revisiones previas (Araldi et al., 2021; Monroy-Castillo & Juárez-García, 2019; Tabares et al., 2020; Juárez et al., 2014).
Los hallazgos de los cuales se informa aquí refuerzan otras investigaciones mencionadas párrafos arriba con ambientes de trabajo positivos en la docencia los cuales influyen favorablemente en el engagement laboral, por ejemplo, Extremera et al. (2019). Igualmente, Ruiz de Chávez et al. (2014) informaron la cifra del 99% de docentes con altos niveles de engagement, en una muestra de 156 docentes del área de la salud en una universidad (no indicaron la zona geográfica).
Algunas pesquisas señalan la existencia de agotamiento ocupacional entre las(os) docentes. Por caso Brito et al. (2021) aplicaron el cuestionario de Burnout (Maslach et al., 2016) a 65 profesoras(es) de una universidad privada en la Ciudad de México durante la pandemia; encontraron: un 20% de las personas se localizaron en los niveles moderados y altos del cansancio emocional y un 60% de los docentes que se ubicaron en niveles altos de carga de trabajo presentaron los mayores niveles de cansancio emocional. No obstante, estos autores mencionan “La investigación permitió encontrar que no existen casos de Burnout en las y los docentes que participaron en el estudio” (p. 34).
Por su parte, Soto y Escorza (2022) aplicaron el cuestionario de Burnout de Maslach et al. (2016) a 8 docentes de primaria en el Estado de Nuevo León, México. Según sus resultados el 25% presentó agotamiento ocupacional durante la pandemia COVID-19; este resultado no concuerda con los hallazgos de la investigación presente.
Una crítica a los dos estudios previos, así como a muchos otros, radica en el hecho de emplear sólo un cuestionario de agotamiento ocupacional como si el trabajo sólo presentara facetas negativas. En otras palabras, se contempla únicamente una cara de la moneda, haciendo a un lado los aspectos favorables del trabajo. Por el contrario, a fin de subsanar dicha tendencia negativa, en la presente investigación se incluyeron también facetas favorables; los resultados mencionados en páginas previas indican un peso mayor de éstas en el ánimo de las personas al compararlas con las negativas.
Los resultados de esta investigación en el sentido de encontrar alta Ilusión por el Trabajo y niveles bajos de Agotamiento concuerdan con los de Velázquez (2018) quien, en una muestra de 80 docentes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, obtenida antes de la pandemia COVID-19, encontró las siguientes medias: Ilusión por el Trabajo: 3.64; Agotamiento: 1.37; Indolencia: 0.51 y Culpa: 0.69. Recuérdese: las opciones de respuesta van de 0 a 4.
Igualmente, en esta pesquisa se encontraron altos niveles de Ilusión por el Trabajo, lo cual concuerda con los resultados de Villamar et al. (2019) quienes informaron de un 96.8% de docentes de una universidad pública en México con altas calificaciones en esta dimensión. En cuanto al Agotamiento, estos autores informaron de un 13.4 % en el nivel muy bajo,17% en Indolencia y en Culpa 21.5%. Infortunadamente no mencionaron los criterios para adjudicar los niveles.
En el ámbito internacional, no obstante, se encontraron disminuciones en el factor de Vigor del engagement, atribuible, quizá, al espacio reducido para trabajar y la necesidad de ocuparse más intensamente de otras personas, especialmente las madres académicas; no obstante, la mayoría se sintió dedicadas(os) e inmersas(os) en su trabajo, según una investigación cualitativa con 49 participantes (por medio de varias aplicaciones por internet) efectuada en el Reino Unido por Walker et al. (2020). Los autores informan también sobre la satisfacción en el trabajo: la mayoría se sintió con altos niveles al respecto, aunque experimentaron mayores cargas en las labores. Una interrogante, en este caso, va en el sentido de la posible influencia de los factores culturales en los resultados.
CONCLUSIONES
Algunas conclusiones pueden obtenerse en la pesquisa presente. Los resultados indican, en concordancia con la crítica expresada en párrafos previos la superioridad de las facetas favorables del trabajo sobre las negativas, lo cual apoya la idea de la fortaleza psicológica de las personas pues aún en situaciones de alto riesgo (inundaciones y COVID-19) las(os) docentes se sobrepusieron a las adversidades y siguieron disfrutando del trabajo. Inclusive, quizá, éste pudo aportar un efecto terapéutico al mantener ocupada la mente para enfrentar los nuevos retos impuestos por el empleo de nuevas tecnologías.
Es importante mencionar las limitaciones de la investigación presente. En primer lugar, se trató de una muestra de conveniencia, no aleatoria, En segundo lugar, la muestra se tomó de una sola región del país; estas dos situaciones pueden reducir la posible generalización de los resultados. No obstante, la comparación con otras investigaciones semejantes, no sólo durante la pandemia, sino en otras circunstancias igualmente catastróficas pueden demostrar la fortaleza psicológica de la mayoría de las personas. Se sugiere efectuar otras investigaciones a fin de generalizar los resultados.