INTRODUCCIÓN
La enfermedad del Chikungunya es una arbovirosis producida por el virus del Chikungunya, alfavirus, miembro de la familia Togaviridae, en zonas de África, Asia y las Américas. El virus se transmite a través de picaduras de mosquitos Aedes aegypti o Aedes albopictus portadores del virus(1).
Después de un periodo de incubación de dos a doce días, los pacientes suelen desarrollar síntomas de la fase aguda de la enfermedad que abarca las tres primeras semanas y se caracteriza por la aparición abrupta de fiebre súbita, dolores articulares incapacitantes, cefalea, mialgias, náuseas y vómitos, rash cutáneo, poliartritis y conjuntivitis. La segunda fase, denominada fase subaguda abarca desde los veintiún días hasta el final del tercer mes y se caracteriza por la persistencia de dolores articulares incapacitantes, astenia intensa y alteraciones neuropsicológicas. A partir del cuarto mes, algunos pacientes persisten con alteraciones, pasando a la fase crónica de la enfermedad, pudiendo tener una duración de meses a años(2).
El primer caso de enfermedad por Chikungunya fue descrito en Tanzania en el año 1952, y posteriormente aparecieron brotes en otros países de Asia y África(3). En 2013 se registró por primera vez en las Américas y en 2015 se confirmó la circulación autóctona en Paraguay. A partir de la semana epidemiológica número 40 del año 2022 se produjo un aumento alarmante no solo en la cantidad de casos reportados sino también en cuadros atípicos y defunciones, razón por la cual se declaró alerta epidemiológica(4). Desde el inicio en la semana epidemiológica 40 del 2022 hasta la semana 20 del 2023, fueron confirmados 86.761 casos, 58% del sexo femenino, 8227 ingresos hospitalarios y 248 fallecidos(5).
Se está llevando a cabo un intenso monitoreo. La secuenciación genómica demostró que el brote se debe a un linaje del virus perteneciente al genotipo asiático pero procedente de Brasil denominado Este-Centro-Sur-África (ECSA); en la enfermedad producida por esta variante predomina la diversidad y gravedad de manifestaciones clínicas(6).
A pesar de los esfuerzos por avanzar hacia la caracterización adecuada del virus, su comportamiento epidemiológico, su detección y vigilancia, el impacto que la enfermedad tiene en la calidad de vida de las personas que la padecen es significativo, pues por su tropismo hacia las articulaciones ocasiona rigidez, bursitis, sinovitis o derrames articulares que afectan de manera profunda la calidad de vida de los pacientes(7-9).
Estos síntomas persistentes afectan el desempeño de los pacientes, las limitaciones físicas que sufren a causa del dolor afectan su vida cotidiana, laboral y social(10). Esto desemboca en un aumento masivo en las consultas a los servicios de reumatología de los diferentes centros asistenciales del país(11-12).
Este estudio tuvo como objetivo determinar las características clínicas y la calidad de vida posterior a la infección por Chikungunya.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional, descriptivo, de corte transversal. Fueron incluidos 192 pacientes mayores de 18 años, de ambos sexos, con antecedente de Enfermedad por virus Chikungunya, que acudieron a la consulta en centros asistenciales del departamento Central, durante el mes de agosto del 2023.
Se utilizó un cuestionario basado en la guía de manejo clínico de la enfermedad por CHIKV. El cuestionario fue previamente validado, la primera parte dirigida a la recolección de datos sociodemográficos como edad, sexo y procedencia. La segunda referida al diagnóstico de infección por CHIKV, duración de la enfermedad y manifestaciones clínicas. Finalmente, la tercera parte consistió en la versión española del “Cuestionario de calidad de vida SF-36” (13,14); éste incluye 36 ítems agrupado en 8 escalas que evalúan: funcionamiento físico, desempeño físico, dolor corporal, salud mental, vitalidad, salud general, funcionamiento social y cambio de la salud en el tiempo. Las escalas del SF-36 están ordenadas de forma que, a mayor puntuación, mejor es el estado de salud.
Interpretación de los resultados de la encuesta de calidad de vida SF-36: para cada dimensión, los ítems son codificados, agregados y transformados en una escala que tiene un recorrido desde 0 (el peor estado de salud para esa dimensión) hasta 100 (el mejor estado de salud). Los puntajes por escala se transformaron en una puntuación de 0 a 100 mediante la siguiente fórmula: Escala transformada = [(puntaje obtenido - puntaje más bajo posible) / rango posible] x 100(15).
Análisis estadísticos
Los datos recabados se organizaron en planillas de Microsoft Excel para su posterior análisis. Se aplicó la estadística descriptiva para todas las variables. Las variables cuantitativas se expresaron en media y desviación estándar; las variables cualitativas en frecuencias y porcentajes. Se utilizó el programa estadístico Epidat 4.2.
RESULTADOS
Se realizaron encuestas en un total de 192 pacientes. La edad promedio de la población de estudio fue 36 +/- 13,62 años, del total de participantes el 53,65% fue del sexo femenino. Los participantes procedían de ciudades del departamento Central. Los casos confirmados por laboratorio (técnicas moleculares de RT-PCR convencionales, RT-PCR en tiempo real o Aislamiento viral) fueron 37,5%, sopechoso 32,8% y probable 29,7%.
En la Figura 1 se observan los diferentes tiempos de diagnóstico previos a la encuesta realizada en los participantes.
En cuanto a los síntomas más frecuentes de la enfermedad, el 91,2 % presentó fiebre, el 84,5% presentó poliartralgias, el 67,4% cefalea, el 68,4% mialgias y el 66,8% poliartritis. Otros síntomas que también manifestaron fueron rash cutáneo, dolor de espalda, náuseas y vómitos (Tabla 1). Además, 67/192 (34,9%) mencionaron que continúan con algunos síntomas hasta la actualidad.
Síntomas | n | % |
---|---|---|
fiebre | 176 | 91,2 |
poliartralgias | 163 | 84,5 |
cefalea | 130 | 67,4 |
mialgias | 132 | 68,4 |
poliartritis | 129 | 66,8 |
dolor de espalda | 126 | 65,3 |
rash cutáneo | 115 | 59,6 |
náuseas | 38 | 19,7 |
conjuntivitis | 25 | 13 |
vómitos | 21 | 10,9 |
manifestaciones atípicas | 15 | 7,8 |
otros | 27 | 14 |
En la Figura 2 se realizó una comparación de las dimensiones de la calidad de vida de la población, en donde se observa que el dolor y la vitalidad se encuentran por debajo de la media (50%).
Sobre el estado de salud, observamos que tenían un peor estado de salud las mujeres (68,93%) vs los varones (55,06%). Con respecto a la edad, hemos observado que el peor estado de salud aumentaba con la edad (Tabla 2).
Rango de edad / Estado de salud | Mejor n(%) | Peor n(%) |
---|---|---|
18-27 años | 34(50,70) | 33(49.25) |
28-38 años | 16(32) | 34(68) |
39-49 años | 12(30,77) | 27(69,23) |
50-60 años | 8(33,33) | 16(66,67) |
61-72 años | 2(16,67) | 10(83,33) |
Sexo | ||
Masculino | 40(44,94) | 49(55,06) |
Femenino | 32(31,07) | 71(68,98) |
En cuanto a la diferenciación por sexo, los hombres presentaron menor afectación en el estado de salud general (Tabla 3).
DISCUSIÓN
En este trabajo hemos observado que la calidad de vida de los pacientes con Chikungunya se encuentra disminuida, lo que impacta en su vida cotidiana, tal como indican otros autores(16-19).
La prueba de confirmación fue de RT-PCR, confirmándose solo en el 32,7% de los casos, siendo los demás tratados como casos sospechosos y probables, considerándolos positivos por nexo epidemiológico. La OMS(1) recomienda la prueba de RT-PCR en la primera semana de la enfermedad, posterior a esto se recomienda técnicas para medir niveles de anticuerpos en la primera semana después del inicio de la enfermedad y que estos niveles perduren durante unos 2 meses.
Los síntomas más frecuentes del estudio fueron fiebre (91,2%), poliartralgias (84,5%), mialgias (68,4%), cefalea (67,4%), y otros, además de que el 34,9% de los participantes mencionaron tener algunos de estos síntomas hasta el momento del estudio, como los describen Rodríguez et al.(20).
El cuestionario SF-36 se utilizó para evaluar la calidad de vida en los pacientes que refirieron tener Chikungunya o sus síntomas, siendo 3 componentes los más afectados en ambos sexos, como la vitalidad, el dolor y rol físico, similar a los resultados de otros trabajos(16-19).
En este estudio encontramos que las mujeres y el rango de edad de 61 a 72 años son los que tienen peor estado de salud, siendo esto similar a lo mencionado por Couturier y cols(19), cuyo estudio duró 2 años, donde se observó una menor duración de los síntomas en los grupos de edad más jóvenes y en los pacientes masculinos, donde también mencionan que probabilidad de recuperación completa a 1 año fue de 0,39. Los que no se recuperaron eran de mayor edad, tenían más comorbilidades y un estadio agudo más largo con hinchazón articular.
Las limitaciones de nuestro estudio corresponden a no haber realizado comparaciones de grados de actividad de la enfermedad, además del número limitado de pacientes y la encuesta transversal de naturaleza retrospectiva en las respuestas. No obstante, la fortaleza corresponde al hecho de ser el primer trabajo publicado en nuestro medio, que describe la calidad de vida en pacientes con CHIKV.
CONCLUSIÓN
Los síntomas de la fiebre Chikungunya más frecuentes presentados fueron fiebre, poliartralgias, cefalea, mialgias y el 34,9% sigue manifestando algunos síntomas de manera crónica. La calidad de vida de la población estudiada se observó disminuida en las esferas del rol físico, dolor y vitalidad, siendo más afectado el sexo femenino y a mayor edad.