INTRODUCCIÓN
La violencia contra la mujer, definida como cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, en el ámbito público o el privado, es un fenómeno frecuente a nivel mundial, donde las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud afirman que 1 de cada 3 mujeres la padecen en alguna de sus formas a lo largo de sus vidas (física, psicológica o sexual), con terribles consecuencias para la vida de quien la padece (Organización Mundial de la Salud, 2021) (Asamblea General - ONU, 1994).
En el Paraguay, la situación no dista de las mencionadas a nivel global, según los datos del Observatorio de la Mujer, en el año 2022 han ocurrido 47 feminicidios, así también las denuncias por violencia son muy frecuentes y presentan grandes variaciones con los años, por ejemplo en 2017 con 4458 denuncias, en 2018 con 23587 denuncias, y 2019 con 9661 denuncias, lo que demuestra lo cotidiano de esta situación (Observatorio para el seguimiento sobre violencia hacia las mujeres, 2022)(Misión Permanente de Paraguay ante la ONU, 2019).
Este mal es reflejo de la situación de desigualdad y desventaja de la mujer en relación con el hombre, que ha derivado en dominación, discriminación y la interposición de obstáculos para que las mismas logren su pleno desarrollo. Es decir, constituye una violación a los derechos humanos de las mujeres que impide el goce pleno de sus derechos y por lo tanto debe ser combatido (Ministerio de la Mujer Paraguay, 2016).
En el año 2016, en el Paraguay se promulgó la Ley 5777/16, de Protección Integral a las Mujeres, contra toda forma de violencia, cuya finalidad es la de establecer políticas y estrategias de prevención de la violencia hacia la mujer, mecanismos de atención y medidas de protección, sanción y reparación integral, tanto en el ámbito público como en el privado, y se posiciona como un hito relevante dentro de la historia nacional y el punto de partida para múltiples acciones tendientes a intervenir de manera eficaz y oportuna en las situaciones adversas por las que atraviesan las mujeres en el Paraguay. Así también, un punto importante de esta ley es que caratula 15 tipos de violencia de las cuales pueden ser víctimas las mujeres, yendo más allá de la física, psicológica y sexual, para dar paso a formas como la violencia feminicida, contra los derechos reproductivos, patrimonial, laboral, política, intrafamiliar, obstétrica, mediática, telemática, simbólica, institucional y contra la dignidad, abriendo un abanico mucho más amplio de reconocimiento de los derechos y protección (República del Paraguay, 2016).
El foco de interés de esta investigación se relaciona con la violencia telemática, teniendo en cuenta el auge de las tecnologías de la informática y la comunicación, las redes sociales y los servicios de mensajería, que han permitido no solo la conexión rápida e inmediata de las persona desde cualquier parte del mundo, sino que ha aumentado la exposición a la que se someten las personas en el uso de estas herramientas, en este contexto, son comunes los mensajes de odio, acosos y mensajes fuera de lugar, lo que generan múltiples reacciones en la víctima, que pueden incluso generar secuelas importantes (Tachella Prado, 2018).
El objetivo de este trabajo fue el de caracterizar la violencia telemática sufrida por las mujeres y sus consecuencias emocionales, en Paraguay año 2022, teniendo en cuenta la escasa evidencia disponible en el contexto nacional y en espera de que la información recolectada permita establecer las características propias del fenómeno, sirviendo de fuente de información científica para la toma de decisiones por parte de los organismos del estado encargados de velar por la protección de los derechos de las mujeres.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este trabajo fue de carácter cuantitativo, descriptivo de corte transversal, realizado en una población de 459 mujeres mayores de 18 años, que cuentan con redes sociales o aplicaciones de mensajería, mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia.
El instrumento consistió en un formulario de Google, socializado mediante un enlace por las redes sociales y aplicaciones de mensajería (Facebook, WhatsApp, correo electrónico), a contactos mujeres mayores de 18 años y que aceptaron participar previo consentimiento, en el mismo se midieron las variables sociodemográficas y relacionadas con la exposición a situaciones de violencia telemática, así como las consecuencias emocionales a través de la Escala de Impacto del Evento - Revisada EIE-R de Horowitz, consistente en 22 preguntas con respuestas tipo Likert, validado en la versión chilena por Caamaño y colaboradores en 2011, identificando una consistencia interna de Alpha de Cronbach de 0,98 y una adecuada validez discriminante (Caamaño W et al., 2011).
Los datos obtenidos fueron consignados a una planilla electrónica y analizados utilizando el software estadístico SPSS versión 21, presentando los mismos en formas de números y porcentajes.
Las variables de estudio fueron:
Datos sociodemográficos: consistió en datos como la edad, estado civil, salario mensual, procedencia, escolaridad y profesión, vivienda, número de hijos, relación familiar.
Frecuencia de la violencia telemática: número de casos de violencia telemática en la población de estudio, expresado en forma numérica y porcentual.
Consecuencias de la violencia: consiste en el tipo de daño o problema generado a consecuencia de haber sufrido violencia telemática, en diferentes contextos.
Acciones ante la violencia: se relaciona con las medidas tomadas ante la violencia sufrida.
Otras formas de violencia sufridas: situaciones de violencia sufridas por las mujeres además de la violencia telemática.
Conocimiento de la Ley 5777: conocimiento con que cuentan las mujeres acerca de la Ley de protección integral de la mujer contra toda forma de violencia.
RESULTADOS
La muestra estuvo conformada por 459 mujeres, de las cuales 84 (18,3%) han sufrido violencia telemática.
Datos sociodemográficos:
De las mujeres que padecieron de esta forma de violencia, los datos sociodemográficos fueron:
La edad promedio fue 36 años ±11 años, con una mínima de 18 años y máxima de 63 años, 50 (60%) son de estado civil solteras, 52 (61,9%) perciben salario mayor al mínimo legal vigente, 36 (43%) provienen del departamento Central y 33 (39%) son de Capital, 72 (85,7%) cuentan con nivel de formación universitaria y 46 (54,75%) son profesionales de alguna rama de la salud (Ver Tabla 1).
Estado civil | Frecuencia | Porcentaje |
Casada | 22 | 26% |
Soltera | 50 | 60% |
Divorciada | 7 | 8% |
Unión Libre | 5 | 6% |
Total | 84 | 100% |
Salario mensual | Frecuencia | Porcentaje |
Más del salario mínimo | 52 | 61,9% |
Salario mínimo | 18 | 21,5% |
Menos del salario mínimo | 2 | 2,4% |
Sin ingresos | 12 | 14,2% |
Total | 84 | 100% |
Procedencia | Frecuencia | Porcentaje |
Capital | 33 | 39% |
Central | 36 | 43% |
Caaguazú | 6 | 7% |
Itapúa | 3 | 4% |
Paraguarí | 2 | 2,4% |
Caazapá | 1 | 1,15% |
Guairá | 1 | 1,15% |
Ñeembucú | 1 | 1,15% |
Presidente Hayes | 1 | 1,15% |
Total | 84 | 100% |
Escolaridad | Frecuencia | Porcentaje |
Secundaria | 2 | 2,4% |
Terciaria | 10 | 11,9% |
Universitaria | 72 | 85,7 |
Total | 84 | 100% |
Profesión | Frecuencia | Porcentaje |
Profesional de Salud | 46 | 54,75% |
Estudiante | 10 | 11,9% |
Funcionaria pública | 5 | 6% |
Docente | 5 | 6% |
Abogada | 5 | 6% |
Administración | 2 | 2,4% |
Contadora | 2 | 2,4% |
Empleada | 2 | 2,4% |
Secretaria | 2 | 2,4% |
Ama de casa | 1 | 1,15% |
Audiovisual | 1 | 1,15% |
Ingeniera Agrónoma | 1 | 1,15% |
Veterinaria | 1 | 1,15% |
Sin profesión | 1 | 1,15% |
Total | 84 | 100% |
Fuente: datos obtenidos mediante la investigación, año 2022.
En relación con la casa donde vive: 33 (39,3%) vive en casa familiar, 22 (26,2%) con la pareja, 20 (23,8%) vive con sus padres, 6 (7,1%) vive sola y 3 (3,6%) vive con amigos.
El número de hijos de la muestra fue: 38 (45,2%) no tienen hijos, 15 (17,9%) tiene uno, 16 (19%) dos, 11 (13,1) tres, 3 (3,6) cuatro y 1 (1,2%) cinco o más hijos.
La relación familiar de las mujeres participantes fue buena para 61 (72,6%), regular 22 (26,2%) y mala para 1 (1,2%).
32 (38,1%) mujeres ocupan cargo públicos o posiciones donde su imagen este mayormente expuesta.
Frecuencia de la violencia telemática:
En lo relacionado con la frecuencia de la violencia telemática, esta se ha dado mayormente a veces con el 54,8% (Ver Tabla 2).
Indicador | Frecuencia | Porcentaje |
Siempre | 1 | 1,2% |
Casi siempre | 14 | 16,7% |
A veces | 46 | 54,8% |
Casi nunca | 23 | 27,4 |
Total | 84 | 100% |
Fuente: datos obtenidos mediante la investigación, año 2022.
Esta ha provenido de 28 (33%) personas desconocidas, 25 (29,7) contactos de la mujer, 24 (28,5%) compañeros de trabajo, 14 (16,6%) pareja y 10 (11,9%) familiares.
Los medios por los cuales se ha dado esta violencia se presentan en la Tabla 3.
Medio | Frecuencia | Porcentaje |
60 | 71,4 | |
33 | 39% | |
11 | 13% | |
4 | 4,7% | |
Otros | 17 | 20,2% |
Fuente: datos obtenidos mediante la investigación, año 2022.
Teniendo en cuenta que en esta opción podían marcar más de un ítem, el WhatsApp es el principal medio por el cual se han llevado a cabo las muestras de violencia telemática.
Forma | Frecuencia | Porcentaje |
Mensajes | 40 | 47,6% |
Fotografía o imágenes | 36 | 43% |
Audios | 19 | 22,6% |
Videos | 15 | 17,8% |
Otros | 24 | 28,5% |
Fuente: datos obtenidos mediante la investigación, año 2022.
De la forma como se llevó a cabo la violencia, y teniendo en cuenta que las participantes podían marcar más de una opción, la más frecuente fueron los mensajes (47,6%) seguido de las fotografías o imágenes (43%).
Consecuencias de la violencia:
Los resultados de la aplicación de la Escala de Impacto de Evento fueron los siguientes:
Nivel | Frecuencia | Porcentaje |
Normal (sin alteración) | 6 | 7,1% |
Leve | 21 | 25% |
Moderado | 15 | 17,9% |
Severo | 42 | 50% |
Total | 84 | 100% |
Fuente: datos obtenidos mediante la investigación, año 2022.
Resalta mayoritariamente el nivel de afectación severo en la muestra estudiada con el 50%.
Así también, se han referido otras consecuencias por parte de las participantes, específicamente las relacionadas con la pareja, los hijos, el ámbito laboral, académico, otros roles comunitarios y otras consecuencias, las mismas se resumen en la Tabla 6.
Consecuencia | Frecuencia | |||
Mucho | Regular | Poco | Nada | |
Relación de pareja | 18 (21,4%) | 13 (15,5%) | 22 (26,2%) | 31 (36,9%) |
Relación con los hijos | 6 (7,1%) | 9 (10,7%) | 21 (25%) | 48 (57,1%) |
Desempeño laboral | 12 (14,3%) | 26 (31%) | 18 (21,4%) | 28 (33,3%) |
Desempeño académico | 9 (10,7%) | 27 (32,1%) | 22 (26,2%) | 26 (31%) |
Otros roles a nivel comunitario | 8 (9,5%) | 23 (27,4%) | 26 (31%) | 27 (32,1%) |
Otras consecuencias | 10 (11,9%) | 11 (13,1%) | 23 (27,4%) | 40 (47,6%) |
Fuente: datos obtenidos mediante la investigación, año 2022.
Acciones ante la violencia:
Las acciones tomadas han sido: Bloqueo o eliminación de la persona de la red social o chat 44 (52,3%), no denunció 29 (34,5%), ignoró el mensaje 26 (30,9%), denunció 19 (22,6%), habló con la persona para explicarle que su mensaje fue inadecuado 19 (22,6%), respondió con agresividad 5 (5,9%) y respondió con algo jocoso o gracioso 4 (4,7%).
En el caso de las 19 mujeres que denunciaron, el resultado de dicha acción fue: el agresor fue separado del puesto o lugar de trabajo 5 (26,3%), el agresor tuvo pena privativa de libertad 1 (5,2%), no se hizo nada 13 (68,5%).
De las razones por las cuales 29 personas no denunciaron el hecho, resaltaron: el miedo o las amenazas 17 (58,6%), minimizar las agresiones 13 (44,8%), falta de apoyo 7 (24,1%), era familiar 4 (13,7%), sintió vergüenza 4 (13,7%), falta evidencia 3 (10,3%), era un amigo 2 (6,8%), era menor 2 (6,8%), prefiere no mencionar 2 (6,8%) y le pidieron que no lo haga 1 (3,4%).
DISCUSIÓN
La violencia contra la mujer representa un problema de salud pública que atenta contra sus derechos humanos fundamentales. Según la OMS (2021) su frecuencia general (combinando la física, psicológica y sexual) es cercana al 30% (1 de cada 3 mujeres), haciendo de este fenómeno uno de los más preocupantes para la salud física y emocional. En este estudio se ha identificado que el 18,3% de las mujeres han sufrido de violencia telemática, demostrándose su alta prevalencia y sirviendo como uno de los primeros antecedentes relacionados al tema en el contexto paraguayo.
Esta modalidad de violencia, que se caratula como una de las 15 formas de violencia contra la mujer en la Ley 5777/16, ha encontrado un escenario favorable en medio del auge de las redes sociales y de la pandemia del Covid-19 (García & Sequera, 2021).
La frecuencia hallada en este estudio fue mayormente “a veces” (54,8%), y la persona que la provocó fue desconocidas (33%), contactos de la mujer (29,7%), o compañeros de trabajo (28,5%). La pareja (16,6%) y los familiares (11,9%), se han referido en porcentajes inferiores. La principal vía ha sido el servicio de mensajería WhatsApp (71,4%) en forma de mensajes (47,6%). No se cuentan con datos nacionales para contrastar estos datos en relación con la violencia telemática.
De las consecuencias emocionales identificadas a través de la Escala de Impacto de Evento (que mide el grado de sufrimiento de la persona en relación a un evento vital), de las 84 mujeres participantes, solo el 7,1% (6) se encontraron en nivel normal, el resto han puntuado en los diferentes niveles siendo el más frecuente el severo con el 50% (42). Es conocida la relación entre la violencia y un mayor riesgo a padecer depresión, baja autoestima, intentos de suicidio y trastorno de estrés postraumático, así también la afectación que esta produce en los hijos (Aliaga P. et al., 2003; Vargas Murga, 2017).
La afectación en la relación de pareja (21,4%) y el desempeño laboral 14,3%) fueron referidas por las participantes en este estudio. Esto es coherente con otras investigaciones relacionadas (Cruz-Arroyo & Casique-Rodríguez, 2019).
En relación con las acciones tomadas, el bloquear a las personas que realizan este tipo de conductas fue lo más frecuente (52,3%). García y Sequera (2021) en un análisis cualitativo de la violencia de género en internet en Paraguay, también encontraron esta forma de respuesta como una de las más relevantes. Otro punto llamativo es que el 34,5% de las mujeres no hizo la denuncia y 30,9% ignoró el mensaje, con esto se contribuye a que el fenómeno siga siendo invisible, normalizado y continuo (Silva et al., 2019).
Así también, el responder de forma jocosa, pensar que es un familiar, minimizar el hecho, no contar con el apoyo necesario o ser dependiente económicamente (todos identificados en este estudio), son situaciones que dificultan el tomar medidas más firmes ante este tipo de casos, lo que concuerda con la literatura existente (Teodori, 2015). El miedo, las amenazas, el ser menor edad al momento del hecho y la vergüenza, son factores concordantes con otras investigaciones (Puente- Martínez et al., 2015).
Un dato llamativo, es que 22,6% hablaron con la persona para explicarle que su mensaje fue inadecuado, esto puede interpretarse de forma ambivalente, ya que podría indicar la capacidad de la mujer para encarar el problema, o podría catalogarse como exposición de la mujer al agresor, no correspondiendo lo segundo con la Ley 5777/16, que exige garantías de seguridad para la misma y evitar el contacto con el victimario.
Otra situación identificada es que las mujeres no solo han sufrido violencia telemática, sino también otras formas como ser 65,4% violencia psicológica, 21,4% violencia física, y 17,8% violencia sexual. Esto confirma la frecuencia del fenómeno y así como su complejidad, guardando relación con otras investigaciones como la de Ramos y colaboradores (2017), donde hallaron que el 63,4% de los expedientes de las mujeres obrantes en archivos de juzgados de paz de Asunción y Gran Asunción sufrieron más de una forma de violencia (Ramos et al., 2017).
Finalmente, es importante destacar el marco legal, ya que es fundamental para la protección de los derechos humanos de las personas, y específicamente en el caso de las mujeres donde hay deudas históricas en materia de protección. Tanto los documentos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención de Belén, así como la Ley 5777 son armas fundamental para la defensa de los derechos, y que en el caso de esta última es poco o nada conocida por la mayoría de las participantes, por lo que debe trabajarse fuertemente en difundirla y en empoderar a las mujeres (Asamblea General - ONU, 1994; Organización de las Naciones Unidas, 1948; República del Paraguay, 2016)
CONCLUSION
De acuerdo con los datos obtenidos mediante la investigación, se concluye que la violencia telemática es un problema frecuente en la población de estudio (alrededor de 2 de cada 10 mujeres la padecen), esta se observa en frecuencia “a veces”, siendo las personas que principalmente la perpetran desconocidos, contactos o compañeros de trabajo de las mujeres.
La Escala de impacto del evento, que midió el grado de sufrimiento de la persona en relación a la violencia sufrida, evidenció el grado de afectación mayoritariamente en nivel severo, así también las consecuencias en la relación de pareja y laboral fueron frecuentes.
La principal acción tomada ante esta forma de violencia fue el bloqueo de la persona, un porcentaje importante no realizó la denuncia por diversos motivos (miedo, amenazas, minimizar las agresiones, falta de apoyo, entre otras).
Existe evidencia acerca de que la persona ha experimentado más de una forma de violencia, además de la telemática.
El conocimiento de la Ley 5777/16 es poco o nulo en la mayoría de las mujeres participantes.