INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente la actividad forestal en el norte de Argentina ha sido netamente extractiva, sin dar lugar a la innovación tecnológica y a la especialización de la actividad. En varias regiones, la modalidad extractiva, basada en la tala de especies nativas sin reposición, ha reducido el valor forestal considerablemente. La expansión de las fronteras agrícolas-ganaderas, los incendios forestales y el crecimiento de las áreas urbanas también contribuyeron a la disminución del área forestal original en aproximadamente un 70% (Pérez-Carrera, Moscuzza y Fernández-Cirelli, 2008). Actualmente, los usuarios de los bosques nativos reconocen que éstos suministran un amplio rango de beneficios ambientales, adicionalmente a los bienes valiosos como maderas, fibras, leña, plantas comestibles y medicinales (Frey et al., 2019; Weyland et al., 2019). Los servicios ambientales que se reconocen a los bosques incluyen la protección de las cuencas, recreación y la belleza de los paisajes. Se ha demostrado que existen beneficios adicionales, tales como el papel en la estabilización del clima, el secuestro de carbono en la biomasa o como bancos de información genética (Costanza et al., 1997) y en algunos casos en la región chaqueña (Merenciano González et al., 2018). Los servicios valiosos que son suministrados por los bosques, ganan la atención del mundo (Díaz et al., 2019). Por lo tanto, actualmente, los gobiernos, las compañías y los ciudadanos reconocen enormemente el amplio rango de servicios que los bosques suministran. También existen otros servicios como el uso recreativo y su contribución a las bellezas escénicas (Balvanera et al., 2012). La comunidad internacional reconoce la importancia global de los bosques (Costanza et al., 2017) para garantizar todos los servicios ambientales antes mencionados (Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, 2005). Además, los bosques constituyen el medio de vida de más de 2.500 millones de personas en el mundo y proporcionan una amplia gama de beneficios económicos (Peralta et al., 2018; Small, Munday y Durance, 2017), aunque se haya escasa información de estas investigaciones (Frey et al., 2019). La institución WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) reconoce que un buen manejo de los bosques es la única manera de lograr una gestión sostenible de todos los tipos de bosques y deben ser realizadas con urgencia (Peralta, Ayala, Amarilla, Pérez y González, 2018). Por todo eso, el conocer y valorar los bienes y servicios ecosistémicos, permite entender mejor de qué manera los activos naturales afectan la calidad de la vida en la Tierra (Cristeche y Penna, 2008; Daily, Soderqvist, Aniyar, Arrow y Dasgupta, 2000; Folke, 2006; Merenciano González et al., 2018). Por consiguiente, debido a demandas como: diseño de políticas, toma de decisiones, pago por activos ecológicos, etc., se han multiplicado los esfuerzos dirigidos a estimar el valor de los bienes y servicios de la naturaleza, los cuales procuran ofrecer una medida de la capacidad de los ecosistemas para satisfacer necesidades esenciales a la vida. Resulta entonces necesario evaluar y valorar los servicios ecosistémicos del bosque a través de la integración de los contextos natural y socioeconómico, para caracterizar su estado e influencia en el comportamiento del ecosistema (Peralta, Ayala, Amarilla, Pérez y González, 2018; Rótolo, Rydberg, Rydberg y Francis, 2007) , así como también para generar políticas que favorezcan un balance entre los beneficios económicos y el manejo sustentable de los recursos para el bienestar de la región. Una adecuada valoración de los recursos naturales y sus usos permitiría, incidir en la evaluación de los proyectos de desarrollo, e incorporar opciones significativas con menor costo. Además, se podría contribuir a la eficiencia de los procesos productivos (Bruno y Sarmiento, 2017).
El objetivo del trabajo fue calcular el valor económico del servicio ecosistémico de provisión de frutos de algarrobo para la obtención de harinas con fines alimenticios provenientes de bosques de esta especie, en tres localidades de la provincia de Santiago del Estero, Argentina.
MATERIALES Y MÉTODO
La región del Gran Chaco Americano (Figura 1) se localiza en el continente sudamericano, y ocupa una superficie de más de 84.800.000 ha que alcanzan parcialmente a cuatro países (Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina). En Argentina, la región forestal del Parque Chaqueño abarca 67.495.995 ha (Cartografía y Superficie de Bosques Nativos de Argentina, 2002), y es la más grande de ese país, al ocupar casi un 58 por ciento del total.
La provincia de Santiago del Estero posee una extensión de 145.690 km2, y representa un 21,6 % del Parque Chaqueño (Morello, Rodriguez y Silva, 2012). Su territorio es una planicie que presenta una pequeña inclinación en dirección noroeste-sureste. Se encuentra ubicado entre los 25º 35´y los 30º 41´ 20" de Latitud Sur y los 61º 34´ de Longitud Oeste. Es una provincia típicamente mediterránea, que sólo es atravesada por dos ríos: el Dulce y el Salado, disímiles tanto en su caudal como en las posibilidades de aprovechamiento. Santiago del Estero está altamente condicionado por la cantidad, calidad y distribución de sus recursos naturales. Igualmente, la distribución de la población en su territorio es coherente con las posibilidades tecnológicas de aprovechamiento de esos recursos que han existido en cada una de las etapas de su desarrollo. Esta investigación se desarrolló en tres departamentos de la provincia de Santiago del Estero: Atamisqui, Silípica y Robles. Geomorfológicamente, el área de estudio se encuentra dentro de la unidad conocida como Llanura Chaqueña, una amplia cuenca de sedimentación, de poca pendiente e interrumpida por la presencia de paleocauces que definen los únicos elementos del relieve (Angueira, 2007).
La vegetación nativa presente en cada uno de los sitios de estudio comprende a los bosques xerofíticos (Oyarzabal et al., 2018) y semicaducifolios del Chaco Semiárido, que se extiende desde el oeste de Chaco y Formosa hasta el este de Salta y Tucumán incluyendo el noroeste de Córdoba y la totalidad de Santiago del Estero. También presenta formaciones de sabanas tipo parque (Oyarzabal et al., 2018). En el Departamento Robles donde se encuentra uno de los sitios de estudio existe un área con forestaciones con algarrobo blanco en predios de productores forestales quienes se han beneficiado por la aplicación de la Ley 25.080 (Ley de inversiones para bosques cultivados). Las demás áreas de estudio poseen otra situación de disponibilidad de recursos provenientes del monte, ya que no hay forestaciones y la recolección de vainas de algarrobo, es más compleja en su aplicación ya que se adaptan a la distribución natural existente del monte nativo (Sarmiento y Villareal, 2015).
El estudio estuvo enfocado en 3 asociaciones de productores locales: Asociación de Pequeños Productores de las Salinas Atamisqueñas (Dpto. Atamisqui); Asociación Guayacán de Árraga (Dpto. Silípica); y Cooperativa Agronaciente de Colonia El Simbolar (Dpto. Robles). Las mismas se ubican geográficamente en la provincia de Santiago del Estero tal como se muestra en la Figura 2.
En cuanto a la descripción de los sistemas productivos de las familias involucradas en Atamisqui y Árraga son similares, ya que los mismos desarrollan, en mayor grado, actividades de tipo pecuarias (producción de animales menores como cabritos y mayores como bovinos). En otro orden de actividades los pobladores hacen uso del monte mediante la extracción de madera para muebles, leña y una incipiente recolección de vainas de algarrobo (Prosopis alba y Prosopis nigra) destinadas al consumo animal y humano (Sarmiento y Villareal, 2015).
Se aplicó el Método de Valoración Contingente (MVC) clasificado como un método hipotético y directo (Azqueta Oyarzun, 1996) que se basa en la información que revelan las personas cuando se les pregunta sobre la valoración del bien ambiental objeto de análisis (Azqueta Oyarzun, Delacámara Andrés y Sotelsek, 2006). Por lo tanto, un elemento fundamental de este método es el diseño de un cuestionario que recoja la valoración que las personas otorgan a los cambios que se producen en su nivel de bienestar ante una alteración en las condiciones de oferta del bien ambiental (Tello, De Prada y Cristeche, 2018) . De esta forma, se evita el obstáculo que supone la ausencia de mercado para los bienes ambientales enfrentando a los consumidores con mercados hipotéticos en los cuales tienen la oportunidad de mostrar su disposición a pagar (DAP) o la disposición a ser compensados (DAC) por el bien ambiental objeto de análisis (Saz y Suárez, 1998). Es bastante recomendable cuando no existen precios de los bienes que se pretenden valorar (Carson, 2012). El atractivo potencial de las valoraciones realizadas con este método es incuestionable si se lo compara con las valoraciones obtenidas con otros métodos no monetarios, ya que, si las personas son capaces de estimar valores económicos para los bienes ambientales, entonces esta información puede ser de mayor utilidad que aquellos otros valores basados en actitudes o en medidas cualitativas (Bengochea, Fuertes y Del Saz, 2007) aunque se cuestionen los alcances (Borzykowski, Baranzini y Maradan, 2018). Una ventaja adicional de la valoración contingente es su alta flexibilidad para abordar todo tipo de bienes públicos y situaciones. De hecho, puede aplicarse a bienes tan diferentes como son, por un lado, los efectos que, sobre la salud de las personas, provocan la contaminación del aire y del agua y, por otro lado, puede utilizarse para estimar el valor económico de los servicios recreativos proporcionados por un área natural (Barrantes y Flores, 2013; Sarmiento, Rodríguez Castillo y Rivera, 2015; Saz y Suárez, 1998). Como los sostienen estos autores, permite estimar los valores de no uso, como son los valores de existencia y opción, que no pueden ser observados indirectamente en mercado alguno relacionado con el bien público.
La implementación de un mercado hipotético a través de un cuestionario está integrada por tres elementos. En primer lugar, es necesario proporcionar al entrevistado la información sobre el bien que se pretende valorar de modo que éste pueda conocer adecuadamente el problema que se está tratando. En segundo lugar, se ha de abordar la formulación de la pregunta sobre la disposición a Pagar (DAP). Para ello debe quedar claro el vehículo y frecuencia del pago (adquisición de una entrada, incremento de impuestos, contribución a un fondo para la protección de la naturaleza, etc.) así como el formato de licitación, es decir, si la pregunta sobre la DAP es abierta (¿cuánto es lo máximo que usted pagaría?), dicotómica (responder “si” o “no” a una determinada cantidad propuesta) o una combinación de ambas (formato mixto). Respecto al formato de licitación más idóneo, todavía no existe en la literatura una postura común. Por ejemplo, (Hanemann, 1989) señala que el formato dicotómico puede eliminar muchos de los sesgos que aparecen con el formato abierto. Sin embargo, Bengochea, Fuertes y Del Saz (2007) sostienen que el formato abierto proporciona estimaciones más exactas y que bajo el formato dicotómico puede aparecer un posible sesgo al alza ya que el precio de salida mostrado al individuo le proporciona información sobre el bien objeto de estudio. Y, en tercer lugar, se obtiene información de las características socioeconómicas de los entrevistados al objeto de poder estimar una función de valor, donde la DAP declarada venga explicada por esas mismas características y otras variables relevantes en concreto, la DAP puede venir explicada por la siguiente función de (Sarmiento y Prieto Rodríguez, 2005):
DAP= f (Yi, Ai, Ei, Ci)
donde Yi es la renta del individuo, Ai su edad, Ei su nivel educativo y Ci es una variable que mide la calidad del bien ambiental. Mediante esta relación lo que se pretende es probar la validez teórica del método de valoración contingente, ya que el signo de los coeficientes estimados tiene que coincidir con lo que la teoría económica predice. Por ejemplo, debe haber una relación positiva y significativa entre la renta del individuo y la DAP declarada ya que, en caso contrario, se cuestionaría la validez teórica del resultado alcanzado (Borzykowski, Baranzini y Maradan, 2018).
Para analizar la influencia de las variables sociales en la DAP se aplicó una regresión lineal múltiple tomando como variable dependiente la cantidad máxima de dinero (CMa_Din) que estarían dispuestos a destinar los productores al sistema para que mantenga un determinado nivel de producción. Se consideraron para este análisis las variables independientes Ingreso mensual, Género, Nivel de estudios, Ocupación y Edad.
El análisis de esos datos permite obtener el perfil de la curva que los representa. Luego se debe calcular el área debajo de la curva no sin antes realizar el ajuste de la misma para determinar la función (lineal, polinómica, exponencial, logarítmica, etc.) que ajuste mejor a la distribución de los valores de DAP´s. Posteriormente se determina el área debajo de la curva, que representa el excedente del consumidor (EC) de la muestra estudiada, mediante el cálculo de la integral de la función antes seleccionada con el software Symbolab.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados de este trabajo apuntan a determinar cuál sería la suma que estarían dispuestos a pagar (DAP) mensualmente por hectárea para asegurar la permanente producción de vainas para los diferentes usos que le da a las mismas. Para obtener esa respuesta, en la encuesta se ofrecía diferentes sumas para que el encuestado eligiese alguna que represente su disposición a pagar (o a destinar esa suma de dinero). La función que mejor ajusta la distribución de esos datos con un coeficiente de correlación R2 de 0,96 es una Polinómica (Figura 3).
Esa función queda definida en la siguiente expresión.
De donde se obtiene el siguiente valor que representa la superficie debajo de la curva de la expresión anterior.
El Excedente del Consumidor (EC) mensual para la muestra estudiada (n = 111) calculado mediante la resolución de la integral de la función polinómica es igual a 343.369 $/mes.
ECI= EC/n
ECI=343.369$/mes /111 casos
ECI=3.093,41 $/mes/persona (Excedente del Consumidor Individual)
ECT= ECI * N
ECT= 3.093,41 x 1.097
Si se tiene en cuenta que la provisión de vainas dura tan solo 1 mes (enero), el resultado de la valoración queda:
ECAT=3.093,41 $/mes/persona x 1.097 personas x 1 mes/año
ECAT=3.393.470 $/año (para un mes considerándolo al año de provisión).
Esta suma monetaria superior a los 3 millones de pesos (US $113.100,7 a un tipo de cambio de 1 dólar estadounidense a 30 pesos argentinos a agosto de 2018) anuales en la provincia, representa lo que está dispuesta a pagar (DAP) la población de personas relacionada a la producción de vainas de algarrobo blanco, para mantener el nivel de producción de vainas en el ecosistema que viven. El valor de la DAP se debe a que gran parte de los productores consideró muy importante destinar parte de sus ingresos monetarios a mantener los servicios ecosistémicos (de provisión) de sus bosques.
Influencia de variables sociales en la DAP
La figura 4 contiene los resultados arrojados por el programa aplicado al análisis de la regresión.
Como se observa en la figura 4 se analizó la influencia de alguna de las variables de carácter social, en la variable cantidad máxima de dinero. Del análisis se concluye que las variables no poseen incidencia significativa en la variable dependiente.
Tello, De Prada y Cristeche (2018), realizaron un estudio al sur de la provincia de Córdoba, Argentina sobre un remanente de 40.000 hectáreas de caldenal (formación vegetal de Prosopis caldenia) en el que emplearon el método de valoración contingente con formato de pregunta múltiple. Los resultados de ese estudio muestran que el 92,5% de los hogares percibe que el bosque de caldén se reducirá sin la intervención y existe DAP para cambiar el status quo. La DAP promedio varía: entre $19 y $51 mensuales (a valores del 2015) que actualizados al año 2018 pasan a ser $47,7 y $128 respectivamente. Se trata de valores muy inferiores a los obtenidos en este presente trabajo de investigación, que son de $3.093 por mes para las zonas de estudio. Estos valores comparados sugieren que la valoración del bosque de caldén es inferior a la de los algarrobales del semiárido santiagueño lo que podría deberse a la actividad económica que genera en Santiago del Estero la recolección de frutos con fines comerciales.
Por otro lado, Escobar y Erazo (Escobar y Erazo, 2006) realizaron una estimación comparativa de valoración contingente (MVC) y Método del Costo de Viaje en la reserva natural del Bosque de Yotoco, Colombia. La aplicación del MVC permitió obtener el valor económico del Bosque asociado al disfrute paisajístico ante un cambio de calidad, siendo el valor obtenido con el método de costo de viaje una suma expresada en pesos colombianos de $4.395 y con valoración contingente de $4.981 por visitante. Actualizado esos valores anuales al año de estudio de esta investigación, los $4.981 colombianos equivalen a US $47,99 y los $4.395 colombianos a US $42,35. Se puede interpretar que por los valores obtenidos en el trabajo planteado por Escobar y Erazo la población encuestada (visitantes a la Reserva) puede llegar a tener una percepción diferente a la que tendrían los pobladores del lugar. En particular en la presente investigación en Argentina se aplicó el Método de Valoración Contingente arrojando valores diferentes al realizado por Escobar y Erazo en Colombia.
Mantulak et al. (2014) en Misiones Argentina, aplicaron el MVC para determinar los valores que los bosques representaban para los pobladores de Eldorado. Los encuestados asignaron un valor monetario de $2.025 por hectárea y por año al servicio ambiental, y se concluyó que, sin bosque protector, aumentan el caudal máximo y el estado torrencial de la cuenca. En esta situación de Misiones las familias están dispuestas a pagar por los servicios ambientales hidrológicos que brindan los bosques nativos a la cuenca vertiente considerando que esta cuenca hidrográfica desagua en el arroyo Piray Miní, a poca distancia aguas arriba de la toma del sistema público de abastecimiento de agua de Eldorado (Misiones). El importe de $2.025 (año 2014) actualizado a 2018 es $7.019 y es mayor al obtenido en este trabajo de investigación en Santiago del Estero ($3.093), determinándose que la mayor valoración que se otorga en Misiones está condicionada por la función de protección del bosque en la zona estudiada.
En Córdoba, Argentina, Arán, Felsztyna y Yair Huais (2015), realizaron una valoración económica de los habitantes de Río Ceballos sobre el Bosque Nativo de la Reserva, con la hipótesis de que podría crearse un fondo para la conservación de este bien ambiental. El método utilizado fue el de la valoración contingente. También se incluyeron en la encuesta preguntas sobre el nivel de conocimiento del servicio ecosistémico de regulación de cuencas del Bosque. Se obtuvo un valor de 9,13 $ por mes y hogar como disposición a pagar para la conservación del Bosque Nativo de la Reserva La Quebrada. El 79% de los encuestados en Córdoba afirmó conocer el servicio ecosistémico mencionado previamente. Los $9,13 (año 2015) actualizado a 2018 representan $22,68 que multiplicado por 12 meses resulta en 272,16 $/año. La valoración obtenida en la provincia de Córdoba es tan solo un 8,7% del valor obtenido en esta investigación de Santiago del Estero.
Los valores obtenidos y analizados mediante comparación con otros estudios similares permiten confirmar el valor que los habitantes de estas áreas estudiadas en Santiago del Estero reconocen a los servicios ecosistémicos. Asimismo, la DAP obtenida es una cifra que puede ser tomada en cuenta para políticas de uso y manejo de los servicios ecosistémicos de provisión y orientativas para otros valores ambientales.
CONCLUSIONES
Los valores obtenidos reflejan la importancia que los productores/recolectores de vainas de algarrobas les otorgan a las mismas y a la conservación de ellas. El estudio permitió obtener información socioeconómica adicional útil para la interpretación de las respuestas vertidas por los entrevistados.
Los resultados del MVC concuerdan con los valores obtenidos en otras investigaciones similares en otras regiones del país e incluso en otros países. Fue posible la aplicación del MVC si se tiene en cuenta que los productores no habían participado antes en una evaluación de este tipo en el que se intenta encontrar el valor económico de los servicios ecosistémicos.
Las variables socioeconómicas analizadas en este estudio no inciden en DAP.
El valor de la DAP representa la medida en términos monetarios que los usuarios de los bosques en Santiago del Estero les otorgan a los servicios ecosistémicos o contribuciones de la naturaleza.
Se requieren más investigaciones sobre la provisión de otros servicios en el mismo sitio de estudio como son la polinización, el reciclaje de nutrientes, la presencia de plantas medicinales y los recursos genéticos, entre otros, incluidos los servicios económicos y socioculturales.