INTRODUCCIÓN
La gestión ambiental se define como el conjunto de procedimientos y políticas responsables, así como recursos financieros, que pueden ser aplicados en el sector público y privado (Latan et al., 2018) con la finalidad de proteger los recursos naturales y de esta manera lograr su sostenibilidad (Papagiannakis et al., 2019). A la vez, la gestión ambiental abarca la implementación de estrategias para preservar el medioambiente, como es el caso de la aprobación de normativas emitidas por parte del sector responsable, enfocadas a orientar y definir la manera de actuar de la población para el cuidado de los recursos naturales (Kaplan Hallam & Bennett, 2018), siendo este un proceso continuo que tiene por finalidad buscar un equilibrio entre los aspectos econo mico, social y ambiental (Castro & Pérez, 2016).
La gestión ambiental cuenta con dos etapas: planificación y administración. La planificación requiere de la participación de los funcionarios de las entidades públicas a nivel local, regional y nacional, los cuales realizan el diagnóstico de un problema y luego establecen los objetivos según las necesidades y su cumplimiento en los plazos requeridos. En la etapa de administración, se realiza la implementación de diversas acciones encaminadas al cumplimiento de los objetivos trazados, luego se efectúa el seguimiento para determinar la efectividad de esas actividades; finalmente, se realiza la evaluación con la intención de determinar oportunidades de mejora y/o inconvenientes que puedan ser considerados en futuras planificaciones (Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2012). Se puede decir que la gestión ambiental utiliza el modelo de Deming, el cual se basa en el ciclo «planear, hacer, verificar y actuar» (PHVA), considerado una herramienta de gestión que aborda un problema en su totalidad, con la finalidad de establecer una mejora continua (Deming, 2000).
En el Perú, el año 2004 se crea el Sistema Nacional de Gestión Ambiental conformado por políticas y normativas, cuyo objetivo es el establecimiento de funciones y competencias relacionadas a los aspectos ambientales, abarcando los tres niveles del Gobierno, siendo su prioridad las problemáticas relacionadas al cambio climático, diversidad biológica y manejo de suelos (MINAM, 2019).
Por otro lado, la conducta ecológica ciudadana se define como un conjunto de actitudes y comportamientos que la población adopta con la intención de proteger al medioambiente, por ejemplo, en el manejo de residuos sólidos, ahorro de agua, ahorro de energía, consumo responsable, entre otros (Soto, 2004). El objetivo es enfatizar la toma de conciencia de la población y que reconozcan que sus actividades producen impactos negativos sobre el medioambiente (Hess et al., 1997). De esta manera, se han identificado algunos factores que afectan a la conducta ecológica, como son el sociodemográfico (edad, sexo y nivel educativo alcanzado), psicosocial (creencias y actitudes positivas dirigidas al cuidado ambiental), cognitivo (conocimientos de la población en relación a la protección ambiental) y de intervención ambiental (conductas de la población que pueden modificarse para mejorar la protección del medioambiente) (Hines et al., 1986).
En el Perú, el Gobierno, a nivel nacional, regional y local, sigue impulsando la importancia de cuidar al planeta, los ecosistemas y al medioambiente, considerados ejes centrales en los planes estratégicos de desarrollo. Sin embargo, ello no se ve reflejado en la distribución del presupuesto institucional, por ejemplo, para el año 2021, de las 24 funciones del Estado, la función ambiental representó solo el 1.76 % de los recursos para inversiones (MEF, 2022). Ello es una clara señal de que el Gobierno no ha priorizado la temática ambiental, ni ha impulsado la formación de una conducta ecológica en la ciudadanía.
Por otro lado, nuestro país cuenta con una variada cantidad de recursos naturales. El sector público ha promulgado diversas políticas y estrategias ambientales para su adecuada protección, pese a ello, su deterioro continúa, demostrando la carencia de comportamientos y conductas ciudadanas en favor del cuidado ambiental (Fernández, 2021). Asimismo, el Ministerio del Ambiente (MINAM) ha aprobado políticas para la gestión ambiental, con el objetivo de fomentar la preservación del medioambiente y ecosistemas, así como impulsar la participación ciudadana interesada en dar soluciones a los temas de contaminación; sin embargo, los gobiernos regionales y locales no han logrado que sus iniciativas frente a dichos problemas funcionen en sus respectivos territorios (Álvarez et al., 2021).
En el Perú, se han llevado a cabo investigaciones sobre la gestión ambiental de los gobiernos locales y regionales. Una de estas es sobre la Municipalidad Distrital de Huacrachuco, donde existe una deficiente gestión por parte de las autoridades, lo cual origina que la población no acceda a programas de capacitación, educación y concientización (Campos-Huayanay, 2019), y, por ende, no pueda ser partícipe de la protección del medioambiente. Asimismo, un estudio en el Gobierno Regional de Puno determinó que el tema medioambiental es considerado como no prioritario (Tumi & Escobar-Mamani, 2018).
Respecto al departamento de Tacna, se han identificado problemas ambientales, como la presencia de elevados niveles de arsénico en el agua potable consumida por la población y la generación diaria de 230 toneladas de residuos sólidos destinadas al botadero municipal, porque la ciudad no cuenta con un relleno sanitario (MINAM, 2020). Ello indica que los problemas ambientales no son prioridad para la gestión regional. Además, esto se refleja, por ejemplo, en el presupuesto del Gobierno Regional de Tacna asignado para el año 2021: de los S/ 282 593 349.00, solo el 0.9 % fue destinado para la función ambiental (MEF, 2022). De esta manera, se comprueba el débil nivel de la gestión ambiental de parte de las entidades públicas locales (MINAM, 2020). No se debe olvidar que en la ciudad de Tacna se acumulan los residuos sólidos en distintas calles del cercado y distritos, convirtiéndolos en pequeños botaderos ilegales (La República, 2019), esto resalta que la población carece de un bajo nivel de conducta ecológica y poco conocimiento sobre los impactos negativos al medioambiente, a la vez que vuelve a confirmar la inadecuada gestión del gobierno regional para la educación ambiental y la gestión al no abastecer con suficientes contenedores de residuos sólidos que faciliten una correcta disposición.
Por otro lado, distintas investigaciones demuestran que, si bien la población de diferentes partes del Perú cuenta con un bajo nivel de conciencia ambiental y de prácticas ambientales, estas pueden mejorar luego de que se implementen estrategias de sensibilización mediante talleres y/o charlas informativas (Flores et al., 2019; Cárdenas, 2021; Chucuya, 2016; Hernández, 2020; Rivera, 2016; Valdivia, 2015). Ello evidencia la urgencia de priorizar este tipo de intervenciones para incrementar y/o reforzar los conocimientos de la población en materia ambiental, para así lograr conductas ecológicas positivas, siendo necesario incorporarlas dentro de la gestión ambiental regional.
El presente estudio tuvo como objetivo determinar la influencia de la gestión ambiental regional sobre la conducta ecológica ciudadana en la ciudad de Tacna. Para ello se buscó la comprobación de una hipótesis general, la gestión ambiental regional influye significativamente en la conducta ecológica ciudadana de Tacna, e hipótesis específicas.
Dado el contexto presentado, en donde en el departamento de Tacna existen problemas ambientales desde hace varios años, con autoridades y funcionarios que no prestan la atención necesaria (evidenciado en el presupuesto institucional), el diagnóstico desarrollado en este artículo sobre la conducta ambiental que caracteriza a la población de Tacna, permitirá focalizar intervenciones en temas educativos y de prevención, desde la perspectiva de la gestión ambiental desarrollada por entidades públicas locales y regionales, y en forma conjunta con el sector privado de la Región de Tacna.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio tuvo un alcance explicativo y un diseño no experimental, con corte transversal y enfoque cuantitativo, en donde se consideraron dos variables: gestión ambiental regional y conducta ecológica ciudadana. Se utilizó información de fuente primaria, donde la población estuvo con- formada por 241 162 personas, entre los 15 y 64 años, que residían en el departamento de Tacna. La muestra estuvo conformada por 384 ciudadanos, empleando un muestreo no probabilístico estratificado, con un 95% de nivel de confianza, un 50% de probabilidad y 5% de error. La distribución por provincia se realizó de la siguiente manera: Tacna (357), Jorge Basadre (9), Candarave (10) y Tarata (8).
Las dimensiones de la gestión ambiental regional utilizadas se basaron en la «Guía para el buen gobierno municipal en materia de gestión ambiental» del MINAM (2019), las cuales fueron adecuadas al ámbito regional:
Planes y políticas regionales, referidos a la coherencia y alineamiento del plan ambiental regional con el plan a nivel nacional.
Sistema regional ambiental, busca el fortalecimiento de la sociedad en los temas ambientales para ser sustentables en la economía.
Política regional ambiental, referida a la articulación de capacidades regionales productivas, con énfasis en la protección al medioambiente.
Comisiones regionales ambientales, busca articular de manera interinstitucional la reducción de la problemática ambiental y el trabajo con los comités ambientales.
Respecto a las dimensiones de la variable conducta ecológica ciudadana, se utilizaron las siguientes:
Conservación de la energía, implica el impulso para usar las energías renovables.
Biodiversidad y recursos naturales, comprende el cuidado de los diversos tipos de vida existente.
Conservación del agua, incluye la aplicación de acciones enfocadas al cuidado del recurso hídrico escaso.
Consumo: implica el uso de productos y/o servicios ahorradores de energía y que no contaminen.
Movilidad y transporte: consiste en impulsar el uso de sistemas de transporte que no contaminen.
Residuos: implica usar estrategias para reciclar, rehusar, otros.
Para recabar la información, se utilizó la técnica de encuesta y como instrumento se emplearon dos cuestionarios: gestión ambiental regional (conformado por 16 ítems) y conducta ecológica ciudadana (conformado por 24 ítems). La validación de los instrumentos se realizó en base al juicio de expertos; para la confiabilidad se efectuó una prueba piloto dirigida a 50 ciudadanos, la cual permitió obtener el Alpha de Cronbach, con un valor de 0.893 para el caso de la variable «gestión ambiental regional» y 0.912 para la variable «conducta ecológica ciudadana»; ello permitió concluir que los cuestionarios eran adecuados para ser aplicados en el trabajo de campo. Los ítems utilizados en los instrumentos, presentaron cinco opciones de respuesta, que fueron valorados en base a la Escala de Likert, de la siguiente manera: nunca (1), casi nunca (2), a veces (3) casi siempre (4) y siempre (5).
Para la aplicación de los cuestionarios, se abordaron a los ciudadanos de las cuatro provincias en lugares de afluencia masiva, como centros de abastos, donde se les explicó el objetivo y la relevancia del trabajo, para luego solicitarles el consentimiento informado y voluntario. Además, se indicó que las respuestas serían anónimas y solo se usarían para el presente estudio.
Posteriormente, se consolidó la información obtenida en una base de datos, para aplicar una regresión logística ordinal, considerando las variables: gestión ambiental regional (variable independiente) y conducta ecológica ciudadana (variable dependiente), donde se obtuvo el valor chi-cuadrado y se complementó con el valor de R2 de Nagelkerke, que verifican si el modelo de regresión logística es el adecuado. La prueba de Nagelkerke es una versión corregida de la medida de Cox y Snell, que mejora la escala del estadístico para cubrir el intervalo total de 0 a 1 (Morell, 2013). Para la decisión estadística se utilizó el nivel de significación de p valor < 0.05, equivalente al nivel de confianza de 95%.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Antes de contrastar las hipótesis de la investigación, se determinó si los datos presentaban distribución normal, para elegir la prueba estadística a utilizar. Por este motivo, se utilizó la prueba chi-cuadrado como prueba no paramétrica, que permite probar hipótesis relacionadas a distribuciones de frecuencias. Esta prueba se utilizó tanto para la hipótesis general como para las específicas. La Tabla 1 muestra el resumen del comportamiento descriptivo de cada una de las dimensiones de la variable independiente “gestión ambiental regional”.
Dimensión | Nivel | Ciudadano | Porcentaje |
---|---|---|---|
Inadecuado | 132 | 34,4 | |
Planes y políticas regionales | Regular | 237 | 61,7 |
Adecuado | 15 | 3,9 | |
Inadecuado | 177 | 46,1 | |
Sistema regional ambiental | Regular | 201 | 52,3 |
Adecuado | 6 | 1,6 | |
Inadecuado | 159 | 41,4 | |
Política regional ambiental | Regular | 221 | 57,6 |
Adecuado | 4 | 1,0 | |
Inadecuado | 184 | 47,9 | |
Comisiones regionales ambientales | Regular | 200 | 52,1 |
Adecuado | 0 | 0,0 | |
Fuente: elaboración propia.
Los resultados de la variable gestión ambiental regional, se muestran en la Tabla 2, donde se observa que los encuestados consideran que la gestión ambiental regional, que encabeza el Gobierno Regional, se encuentra en un nivel regular. Para la variable conducta ecológica ciudadana, en la Tabla 3 se presenta el resumen del comportamiento descriptivo de cada una de sus dimensiones.
Nivel | Ciudadano | Porcentaje |
Inadecuado | 148 | 38.6 |
Regular | 229 | 59.6 |
Adecuado | 7 | 1.8 |
Total | 384 | 100.0 |
Fuente: elaboración propia.
Dimensión | Nivel | Ciudadano | Porcentaje |
---|---|---|---|
Conservación de la energía | Inadecuado | 53 | 13,8 |
Regular | 234 | 60,9 | |
Adecuado | 97 | 25,3 | |
Inadecuado | 112 | 29,2 | |
Biodiversidad y recursos naturales | Regular | 261 | 68,0 |
Adecuado | 11 | 2,9 | |
Inadecuado | 51 | 13,3 | |
Conservación del agua | Regular | 228 | 59,4 |
Adecuado | 105 | 27,3 | |
Inadecuado | 106 | 27,6 | |
Consumo | Regular | 263 | 68,5 |
Adecuado | 15 | 3,9 | |
Inadecuado | 58 | 15,1 | |
Movilidad y transporte | Regular | 285 | 74,2 |
Adecuado | 41 | 10,7 | |
Inadecuado | 72 | 18,8 | |
Residuos | Regular | 271 | 70,6 |
Adecuado | 41 | 10,7 |
Fuente: elaboración propia.
Respecto a la contrastación de la hipótesis, la influencia entre las variables de la investigación se muestra en la Tabla 4. Además, se indica la influencia de cada dimensión de la variable gestión ambiental regional sobre la variable conducta ecológica ciudadana.
Conducta ecológica ciudadana | |||
---|---|---|---|
Gestión ambiental regional | Chi-cuadrado | Significancia | R2 de Nagelkerke |
D1 = Planes y políticas regionales | 75.489 | 0.000 | 0.228 |
D2 = Sistema regional ambiental | 64.312 | 0.000 | 0.197 |
D3 = Política regional ambiental | 93.615 | 0.000 | 0.276 |
D4 = Comisiones regionales ambientales | 64.327 | 0.000 | 0.197 |
Total | 101.003 | 0.000 | 0.295 |
Fuente: elaboración propia.
Los hallazgos de la investigación muestran que la gestión ambiental regional influye significativamente en la conducta ecológica ciudadana de Tacna, ello implica que las autoridades regionales deben priorizan la mejora de la conducta ecológica de sus ciudadanos en el mediano plazo, a través de la implementación de las estrategias que conforman la gestión ambiental regional, y siendo necesario articular actividades con las municipalidades, la dirección regional de educación y universidades, entre otros.
Asimismo, se encontró que los ciudadanos del departamento de Tacna presentan comportamientos y actitudes en favor del medioambiente, pero las autoridades regionales no dan priori- dad a la problemática regional ambiental, lo cual concuerda con lo expresado por Mojica-Macías et al. (2019), quienes encontraron que existe una predisposición de la población para participar activamente en la mitigación de los problemas ambientales, pero si bien el involucramiento de las autoridades locales es clave para ello, se considera más importante el compromiso de la población, por lo que es necesaria la sensibilización de la población, principalmente de los jóvenes, porque a través de su activa participación se obtendrá un beneficio rápido y directo.
Al analizar el comportamiento de la variable conducta ecológica ciudadana, se encontró que la principal actitud de la población se enfoca en la conservación del agua y sucede lo contrario con el cuidado de la biodiversidad y los recursos naturales, lo cual concuerda con Cortes et al. (2017), quienes reportaron que los factores que más influyen en la conducta ambiental de las personas, son las actitudes y el entorno de amigos, por el contrario los valores corporativos del colegio y el entorno familiar no tienen influencia; lo cual se debe a que las amistades son un grupo importante que trasmite valores pero sin sentirse obligados a ponerlos en práctica, de esta manera el interactuar con personas que realizan prácticas ambientales positivas desarrollará en las personas las mismas actitudes ecoamigables.
Al demostrar que la gestión ambiental regional influye en la conducta ecológica ciudadana , los resultados concuerdan con el trabajo de Marquez (2021), quien encontró relación entre la gestión ambiental y la participación ciudadana, recomendando que las autoridades locales deben diseñar e implementar políticas de cuidado ambiental, así mismo involucrar a la población a través de su participación en foros y focus group, promoviendo su integración en comités ambientales en su barrios o juntas vecinales, con la intención de concientizar sobre el cuidado del entorno donde habitan, para ser utilizado pero de manera sostenible, considerando que el incorporar acciones en beneficio del ambiente mejorará la calidad de vida de los pobladores.
De la misma manera, al encontrar que la conducta ecológica de las personas es impactada por la implementación de una gestión ambiental, se concuerda con lo reportado por Álvarez (2021), quien concluye que la gestión ambiental se relaciona con la conciencia ambiental, por lo que es necesario que el gobierno local actualice y mejore su plan de gestión ambiental, para concientizar a la población de su jurisdicción, por ser ellos un eslabón importante que permitirá mejorar la calidad ambiental y por ende social, así mismo se reconoce la importancia de involucrar a entidades privadas ubicadas en la localidad, para que efectúen sus actividades cumpliendo las normativas ambientales, así como apoyar a la comunidad respecto al dictado de talleres o capacitaciones enfocadas en el manejo de residuos sólidos. Finalmente, se concuerda con el trabajo de Bernedo y Cazorla (2020), encontraron que existe relación entre la preocupación ambiental y la conducta ecológica, por lo que las actitudes, comportamiento y valores de las personas tienen repercusión sobre la mitigación de los problemas ambientales, tales como consumo de energía eléctrica, consumo de agua, generación de residuos sólidos, entre otros, por lo que es necesario incentivar en la población acciones para prevenir estos problemas en favor de la protección del ambiente y los recursos naturales.
CONCLUSIONES
Se puede concluir que la gestión ambiental regional influye significativamente en la conducta ecológica ciudadana para el caso de la muestra seleccionada en Tacna, lo que implica que la conducta ecológica de las personas se ve impactada por la implementación de las actividades que conforman la gestión ambiental impulsada por el Gobierno Regional de Tacna. Asimismo, la mayoría de la población considera que es importante la gestión ambiental en el departamento, siendo necesario mejorar las comisiones regionales ambientales y el sistema regional ambiental. Para una conducta ecológica en favor del medioambiente, se debe continuar promoviendo la conservación del agua y enfatizar en el cuidado de la biodiversidad y recursos naturales. De acuerdo a lo encontrado en este estudio, se recomienda que para mejorar la gestión ambiental regional se debe lograr un mayor involucramiento de las autoridades regionales y locales que permitan articular actividades y presupuestos en la implementación de los planes en favor del cuidado del medioambiente, en acción conjunta con universidades y demás representantes que conforman las comisiones ambientales.
Además, para mejorar los planes y políticas regionales, el Gobierno Regional de Tacna debe aplicar estrategias para socializar con la población las características e importancia del Plan de Ordenamiento Territorial. De la misma manera, el sistema regional ambiental debe ser fortalecido a través del Gobierno regional mediante la inversión de recursos para la realización de campañas de sensibilización dirigidos a la población respecto al cuidado del medioambiente y los recursos naturales, además de efectuar mayores coordinaciones con los Gobiernos locales para hacer frente a la problemática ambiental del departamento.
Respecto a la política regional ambiental, la entidad responsable debe efectuar campañas sobre el uso de energías renovables en las instituciones educativas, tales como colegios, institutos y universidades, lo que permitirá impactar en la mejora de la conducta ecológica de los estudiantes quienes transmitirán estas conductas a sus familiares y amigos.
Finalmente, en cuanto a las comisiones ambientales regionales, se debe efectuar una mayor difusión sobre el desarrollo de sus actividades, para lo cual se requiere el apoyo del sector privado en la sensibilización sobre cuidado ambiental.