INTRODUCCIÓN
El rol del contador en la sociedad es el de favorecer el desarrollo y la transparencia en la economía. El resultado de su labor se convierte en un instrumento de gestión para la toma de decisiones, permitiendo el crecimiento eficiente y competitivo de una nación. Esta importante función se forja desde las aulas en facultades relacionadas al comercio, la economía y la administración, siendo entonces muy relevante comprender cuáles son los tipos de formación que las universidades e Instituciones de Educación Superior (IES) ofrecen a los postulantes (Blanco Alfaro et al., 2018), y a la vez comprometen con empleadores y entidades normativas relacionadas con este campo.
En Paraguay existe la percepción de un contador que es generalista y a la vez especialista. Por una parte, generalista, ya que debe atender y apoyar procesos administrativos, legales, tributarios, laborales, comerciales, de planificación y control, auditoría y un largo etcétera en las funciones que las descripciones del cargo presentan en las empresas. Es también un especialista, ya que en cada una de las sub-disciplinas de la profesión existe reglamentación y mecanismos que otras profesiones no desarrollan y, por lo tanto, es una expectativa empresarial que el contador las domine. Aún con las altas expectativas sobre la profesión, los documentos académicos y profesionales producidos en el país son escasos, y se refieren a temas específicos aludiendo al rol como ministro de fe o perito en casos de litigio (Ferreira de Ruíz Díaz et al., 2017), temas vinculados con la economía (Cicowiez y Galeano, 2019) o comparaciones internacionales de las prácticas contables (Galeano, 1996; Salvioni, 2020; Sánchez y Pincay, 2013).
No se cuenta con una estadística oficial que integre el registro de contadores universitarios titulados de todo Paraguay, sino que cada IES cuenta con su propia nómina de egresados y graduados universitarios de la carrera, sin embargo, la demanda laboral se estima en un 10% para los cargos administrativos, contables y de gestión. En cuanto a la matriculación profesional, no existe ningún requisito para el ejercicio de la profesión contable en el país, el título universitario habilita directamente a desempeñar la labor contable, y es ofrecido por 45 universidades en un universo de 55 instituciones de educación superior habilitadas. Dos gremios agrupan a la profesión.
El más antiguo es el Colegio de Contadores del Paraguay fundado el 9 de junio de 1916, y el Consejo de Contadores Públicos del Paraguay, fundado el 10 de marzo de 2005. Ambos registros son de carácter voluntario y no habilita o limita el ejercicio a los profesionales del área. Estas instituciones buscan promover la calidad del servicio prestado por los profesionales estableciendo ciertos lineamientos, pero en lo que respecta al plan de estudios y perfil de formación de los futuros profesionales contables, no existe una incidencia directa de estos organismos en los proyectos educativos.
La Sub Secretaría de Estado de Tributación, dependiente del Ministerio de Hacienda, cuenta con un registro de auditores habilitados para la realización de auditorías impositivas, este registro es para los profesionales que realicen auditorias tributarias a empresas que se encuentran obligadas por ley, en donde como requisito se encuentra “Título de Grado Profesional equivalente a la carrera de contador público, licenciado en ciencias contables o auditoría”, como se indica en su sitio web.
A pesar de la larga data del desarrollo de la profesión y de la existencia de gremios especialistas, existe un cuestionamiento importante respecto de la calidad en la formación profesional, dado el gran incremento en el número de universidades desde el retorno de la democracia, que surgieron sin normas que establecieran condiciones mínimas de funcionamiento y desempeño y sin el acompañamiento equivalente en ampliación de la infraestructura y preparación e incorporación del plantel docente. La preocupación por la calidad de la Educación Superior es un problema global (Hernández Mondragón, 2006; Martínez Iñiguez et al., 2017), y el Consejo de Normas Internacionales de Educación y Contabilidad (IAESB, por sus siglas en inglés) ha establecido estándares internacionales para el fortalecimiento de la profesión, dictando a su vez Normas Internacionales de Educación, que, se consideran “parcialmente adoptadas” y con una aplicación completa en el 20% de las jurisdicciones (García Ramirez y Tapia Sánchez, 2018).
En Sudamérica encuentra en el MERCOSUR un impulso para la consolidación del Aseguramiento de la Calidad a través de un proceso voluntario de evaluación y acreditación, ARCU-SUR (Acredi- tación Regional de Carreras Universitarias del MERCOSUR), que es ejecutado por las respectivas Agencias Nacionales de Acreditación en los países de la región. Asimismo, algunos países de la región (Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y República Dominicana) se encuentran trabajando en el desarrollo e implementación de Marcos Nacionales de Cualificación (Vargas Zúñiga, 2018), y Paraguay cuenta con una iniciativa incipiente pero que requiere de definiciones fundamentales para su aplicación (Briasco, 2012; Ojeda Cano et al., 2018).
Asimismo, la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior de Paraguay (ANEAES) se creó con la finalidad de evaluar y acreditar la calidad académica de las IES en el país, y producir informes técnicos sobre los requerimientos académicos de las carreras, programas e instituciones, de acuerdo con lo establecido en la Ley N° 2072/03, que regula su actuación en el medio nacional. Así, a partir de su creación, la Agencia viene realizando acciones para contribuir con el mejoramiento de la calidad de la educación superior, a través del proceso de evaluación y acreditación de programas de grado, posgrado e institucional.
En el año 2014, la ANEAES emite los Criterios de calidad para la carrera de Contaduría Pública, según resolución N° 144 del Consejo Directivo en fecha 03 de setiembre de 2014 y actualizado por Resolución Nº 213 del Consejo Directivo en fecha 19 de julio de 2018, estos criterios establecen la estructura básica del plan de estudios y el perfil profesional requerido para la carrera de Contaduría Pública (ANEAES, 2018). El perfil propuesto es uno extenso, que adscribe una amplia variedad de saberes, conocimientos y competencias que un contador podría cumplir.
Las competencias genéricas citadas en el modelo comprenden habilidades de comunicación, investigación, innovación y creación, además de una conducta ética, de responsabilidad social y de conformidad a los principios de prevención, higiene y salubridad en el trabajo, entre otras. Entre las competencias específicas, además de las que están directamente ligadas a la profesión, se menciona la capacidad de planificar, emprender y dirigir nuevos negocios, como así también la de ser asesor de negocios y del empresario. El modelo de la ANEAES propone en su espíritu contenidos temáticos mínimos que no pretenden definir un perfil de egreso único, sino señalar los conocimientos indispensables requeridos para el desarrollo en el campo profesional. Los contenidos mínimos permiten introducir actualizaciones periódicas en un porcentaje del 10 al 15%. Es decir, los obligatorios deberían alcanzar del 85 al 90%, conforme a la Tabla 1.
Área de Conocimiento | Carga horaria referencial | % carga horaria sobre el total |
Básico-instrumental | 240 | 9% |
Técnico - profesional | 1520 | 54% |
Complementarias | 300 | 11% |
Asignaturas optativas | 380 | 14% |
Pasantía y trabajo final de grado | 360 | 12% |
Total general | 2800 | 100% |
Fuente: Elaboración propia con base en los en los Criterios de Calidad para la Carrera de Contaduría Pública establecidos por la ANEAES (Resolución N° 144/2014 y Resolución N° 2013/2018)
Una característica importante del perfil que ha sugerido ANEAES para las carreras de contabilidad, y con el cual se direccionan los procesos de evaluación y acreditación de programas de gra do, es que fue formulado principal y mayoritariamente por pares académicos en representación de un grupo de universidades. El documento identifica como participantes a integrantes de las dos universidades más antiguas de Paraguay, representantes de las asociaciones de universi dades nacionales y de universidades privadas, y gremios profesionales de contadores públicos. El mismo documento no reporta si hubo consulta con gremios empresariales, o con empresas de reclutamiento y selección de personas para representar a los empleadores en la construcción del perfil profesional de referencia, aunque la matriz de calidad para la evaluación sí enfatiza su importancia. La definición de un perfil profesional y el diseño de un programa curricular son procesos complejos con muchas variables por definir (Martínez Márquez, 2015).
Por una parte, existen estándares para la habilitación y acreditación de programas, por otro lado, se evalúa a la competencia a través de benchmarks, y finalmente, cada institución evalúa sus propios recursos y capacidad para comprometerse con la sociedad, con el fin de formar personas y entregar profesionales a un medio competitivo que plantea sus propios desafíos en el desarrollo de la práctica.
Ambos elementos, perfil de egreso y malla curricular, presentan una amplia variedad de competencias, habilidades a desarrollar, saberes y cursos o materias entre los que se debe elegir y decidir si el programa enfatizará algún enfoque en particular o pretenderá formar un profesional generalista. Para poner toda esta información en contexto de manera ordenada y sistemática, se presenta un marco ontológico, como parte de un programa de investigación (La Paz y Armijos, 2020), que permite visibilizar de manera integral los elementos y componentes disponibles en los procesos de diseño y construcción curricular, así como analizar sistemáticamente los constructos académicos implícitos en las carreras que actualmente se dictan.
En el extenso proceso de desarrollo de la disciplina contable, nuestro trabajo busca analizar y describir sistemáticamente la oferta actual de programas de contabilidad, reconociendo desde los datos públicos de las universidades que ofrecen la carrera, si la formación es consistente con los lineamientos de calidad que dicta ANEAES. La pregunta central del estudio es entonces ¿Cuáles son las características principales de las carreras universitarias de contabilidad en Paraguay? Al responder esta pregunta, describiremos las tendencias principales en las universidades que ofrecen la carrera, así como posibles brechas formativas que pudieran afectar el desempeño de los profesionales y que puedan ser mejoradas para continuar fomentando la calidad universitaria y el desarrollo comercial, financiero y económico del país con mejores niveles de transparencia y confiabilidad.
MATERIALES Y MÉTODOS
Un marco ontológico conceptualiza los dominios de desempeño profesional de manera exhaustiva, revelando a través de la organización y estandarización de términos en taxonomías, las posibles combinaciones que finalmente se expresan en un perfil y malla curricular. El marco ontológico incluye las taxonomías que representan a) Objetivo educativo, b) Competencias, c) Productos y d) Dominio de desempeño. Cada taxonomía se construye a partir de referencias académicas, recopilaciones del medio académico y profesional, y en este caso particular, desde la revisión de perfiles de egreso y mallas curriculares de una amplia muestra de carreras de contabilidad, con el objetivo de que cada taxonomía sea completa. La construcción de marcos ontológicos para la comprensión y análisis de fenómenos complejos ha sido utilizada en Educación superior (La Paz y Arrúa, 2019; Ramaprasad, 2011), Sistemas de Información (La Paz et al., 2020; Vásquez y La Paz, 2019), o Gestión en salud (Núñez et al., 2020), entre otras.
La Figura 1 presenta el marco ontológico para carreras de contabilidad. Las taxonomías se organizan de manera tal que al combinar secuencias de elementos de cada una y utilizando conectores intermedios, se forman frases que frecuentemente vemos contenidas en perfiles de egreso y perfiles profesionales. Algunas combinaciones específicas, podrían encontrarse en los programas de curso y syllabus, lo que permite clasificar sistemáticamente los elementos de cada perfil y malla curricular para descubrir los énfasis u omisiones comprometidas por cada IES.
El marco ontológico contiene 47.628 combinaciones distintas. Se puede construir cada combinación seleccionando un elemento de cada taxonomía y leyendo de izquierda a derecha, incluyendo las frases conectoras. A continuación, se presentan algunos ejemplos de combinaciones que se producen con la ontología:
Aplicar habilidades técnicas para auditar sistemas de contabilidad gerencial
Crear habilidades transversales para liderar servicios de auditoria forense
Recordar habilidades técnicas para planificar procesos de finanzas corporativas
Analizar habilidades técnicas para la actualización profesional en normas del área legal-laboral
De un total de 55 universidades habilitadas en Paraguay, 45 instituciones ofrecen grados de licenciatura y títulos profesionales en contabilidad y/o auditoría, y una muestra final de 36 programas cuentan con información pública completa de perfiles de egreso y malla curricular y que duren al menos 8 semestres. Las denominaciones de los programas se agrupan en 15 nombres de carrera, algunos con variaciones menores que describen un título o un grado (licenciado o licenciatura, contador o contaduría), mientras que otras podrían implicar que la institución de sarrolla investigación en esta área (ciencias contables), que se enfoca en dominios de interés público (Contador Público Nacional) o que se especializa en alguna de las sub-áreas (Contabilidad y auditoría). Eventualmente, las diferencias pueden ser menores, pero cabe también la posibilidad que en la práctica se pudieran agrupar competencias, saberes y perfiles, así como mallas curri- culares, con especializaciones de acuerdo a la denominación de la carrera en cada institución. De acuerdo a la tabla 2, los 36 programas con información completa en la muestra se clasifican en el marco ontológico de contabilidad en dos etapas. La primera etapa utiliza las definiciones de perfil de egreso complementado con textos que describen objetivos de la carrera, actuación profesional, campo laboral, habilidades, etc., y clasifica manualmente este contenido en los ele mentos de las primeras tres columnas del marco ontológico (Objetivos educativos, Competencias y Productos), indicando presencia (1) o ausencia (0) de los términos del perfil de egreso en las primeras columnas de la ontología. La segunda etapa, contabiliza manualmente cada curso contenido en las mallas curriculares de las 36 observaciones, en las áreas del conocimiento que la columna correspondiente al Dominio del marco ontológico. En los resultados se mostrarán las frecuencias con que las universidades se comprometen con la formación de los elementos en el perfil de egreso, y el promedio de los cursos ofrecidos en los dominios correspondientes a las carreras de contabilidad.
La clasificación de los datos fue realizada por los 3 coautores del estudio, utilizando primero una muestra de entrenamiento con la que cada investigador trabajó por separado para luego discutir las diferencias en la codificación y unificar el criterio de clasificación. Posteriormente, se distribuyeron las observaciones entre los investigadores, y finalmente se integró y volvió a comparar la clasificación conjunta de la muestra.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Entre los objetivos educativos de las 36 carreras observadas, se destaca con mayor frecuencia analizar (22) y evaluar (17) como una característica fundamental en la formación del profesional contable y con menor frecuencia se encuentra comprender (8) y recordar (2). Entre las competencias técnicas profesionales se destacan asesorar (24) construir (20) y en contrapar- tida entre las habilidades técnicas con menor frecuencia se encuentran emitir opinión (7), diagnosticar (6) y la actualización profesional (6). En cuanto a las competencias transversales con mayor frecuencia se encuentran la ética (24), emprender e innovar (21) y liderar (20) y por otro lado con casi nula o nula consideración explícita a la objetividad (2) y la confidencialidad (0). Como producto de la labor del contador se destacan los informes y/o reportes (24) y con menor frecuencia los proyectos (7) o servicios (7). En este primer análisis podríamos indicar que un perfil típico incluiría “analizar y evaluar información financiera para asesorar y cons- truir informes y/o reportes, con habilidades para liderar, emprender e innovar con ética”.
Escasamente se encontrarán frases como “analizar y emitir opinión” propósito técnico de la auditoría, “crear y diseñar servicios”, relacionado al emprendimiento e innovación, o “comprender y recordar la importancia de la actualización profesional y aplicación de normas y habilidades transversales para el manejo de la información con objetividad y confidencialidad”, cuestión necesaria en el desarrollo de la profesión.
La Figura 2 muestra en las tres primeras columnas, las frecuencias presentadas en los párrafos anteriores respecto de los elementos que se encuentran comúnmente en los perfiles de egreso, tales como objetivo educativo, competencias profesionales y productos, y la última columna complementa esta información con los números promedio de asignaturas asociadas a cada dominio o área de conocimiento. En los dominios de conocimiento que conforman un plan de estudios, y con los que se construyen las mallas curriculares, se destacan las áreas de especialidad en contabilidad (10,5 asignaturas en promedio), legal (5,3 asignaturas en prome- dio) y auditoria (4,1 asignaturas en promedio) con mayores promedios de actividades curricu- lares, y el dominio en áreas generales a carreras de negocio de administración y operaciones con un promedio de 7,2 asignaturas en los programas analizados. Con bajos promedios en cantidad de asignaturas o actividades curriculares, encontramos economía (2,7 asignaturas en promedio), sistemas de información (2,2 asignaturas en promedio) y finanzas (1,9 asignaturas en promedio).
Estos resultados muestran una construcción tradicional de la carrera con una base general en contabilidad y administración, materias usualmente compartidas con otras carreras de economía y negocios, y con especialidades en auditoría y aspectos legales, propias de la profesión. La construcción curricular parece ser similar entre todas las denominaciones y no es posible distinguir sub-especialidades o intenciones formativas para un mejor desempeño en algún sector o industria, por ejemplo, sector público, compañías internacionales, sector bancario-financiero, contraloría interna, tributación u otra que pudiera estar relacionada con alguna de las denomi naciones de la carrera.
A pesar de la generalidad en la construcción curricular de las mallas de estudio, los perfiles de egreso parecen comprometer un resultado de alta complejidad, incluyendo el desarrollo de múltiples habilidades técnicas y transversales que complementan la formación del contador. Esto parece producir una discordancia entre la propuesta formativa formalizada en el perfil de egreso, respecto de la malla curricular diseñada por las IES. Varias razones podrían concurrir para producir esto, por ejemplo, procesos de diseño curricular donde cada especialista participante busca crear más espacios y actividades curriculares para cada sub-disciplina de su interés particular, en vez de la construcción del perfil de egreso coherente con las exigencias actuales del medio empresarial y laboral. Con el fin de comparar la aproximación de las carreras a las indicaciones de calidad y estructura de contenidos mínimos señalados por la ANEAES, se reclasificaron los datos de acuerdo a las áreas del conocimiento descritas en el Modelo Nacional de Acreditación - Criterios de calidad para la carrera de Contaduría Pública. La tabla 3 presenta la clasificación, asimilando la distribución de carga horaria indicada por ANEAES con el porcentaje de materias y/o actividades curri- culares promedio de los programas.
*Contad. Pública incluye: Contador Público, Contaduría Pública, Contador Público Nacional, Licenciado en Contaduría Pública y Licenciatura en Contaduría Pública. †Ciencias Contables incluye: Licenciado en Cs. Contables, Licenciatura en Cs. Contables, Licenciatura en Contabilidad, Licenciado en Contabilidad, Licenciado en Cs. Contables y Adm. De Empresas, y Ciencias Contables.
‡ Cont. y Auditoria incluye: Licenciado en Auditoría de Empresas, Licenciatura en Cs. Contables y Auditoría, Licenciado en Cs. Contables y Auditoría, Licenciatura en Contabilidad y Auditoría.
Fuente: Elaboración propia.
La distribución de las materias no evidencia diferencias importantes con la agrupación de actividades curriculares por área de conocimiento respecto de los contenidos mínimos dispuestos por ANEAES, de hecho, la distribución se ajusta y alinea con la referencia de ANEAES. Es importante notar que la carrera cuenta con 15 distintas denominaciones que al unificar términos como “Licenciado y Licenciatura”, o “Contabilidad y Contaduría”, podrían reducirse a 10 denominaciones, sin embargo, tanto por perfil de egreso como por composición y cobertura curricular, no se aprecian diferencias importantes o tendencias que diferencien las propuestas académicas estudiadas en este análisis.
A pesar de la homogeneidad en la distribución de materias en áreas de conocimiento, se puede notar del mapa ontológico que existe una gran variedad de materias con bajo promedio de cursos en los programas, lo que podría indicar que a través de ellas, las IES buscarían diferenciar sus propuestas, o dar un sello formativo al perfil declarado. Notamos, por ejemplo, en el dominio de Formación complementaria, que el promedio de materias en las carreras es de 14,1 actividades formativas, entre las que se cuentan idiomas, prácticas profesionales y ética, pero que igualmente incluyen otras materias de áreas de formación distante de la actuación profesional del contador.
CONCLUSIONES
La crítica hacia la calidad educativa, el desarrollo de la profesión contable, y las demandas y desafíos que el medio plantea a los proyectos universitarios, han provocado una mayor preocupación e involucramiento de la sociedad en la formalización de mecanismos y procesos de evaluación y certificación de la calidad. Las universidades han respondido a esta motivación con una creciente reformulación de sus programas académicos, buscando a la vez diferenciarse en un medio competitivo mediante la presentación de perfiles de egreso, denominaciones de programas y construcción curricular. Paraguay cuenta desde el año 2014 con un perfil de egreso y contenidos mínimos de un plan de estudio publicado por ANEAES que establece la base de formación del profesional contable, sin embargo, la oferta universitaria presenta disparidad en cuanto a la formación del contador.
De las 45 instituciones de educación superior que ofrecen la carrera, 23 cuentan con la certificación de calidad de la ANEAES, al año 2020. En la muestra obtenida para este estudio, se cuenta con información de 12 universidades que no se han sometido al proceso de evaluación y certificación de calidad, sin embargo, presentan una estructura curricular similar a las acreditadas en cuanto a los contenidos mínimos. Cabe mencionar que existen otras 9 universidades que tampoco cuentan con la acreditación, de las cuales no fue posible obtener la información pública de los perfiles de egreso y malla curricular de la carrera, o que al menos uno de estos elementos no consta en los registros públicos de las propias universidades, por lo tanto, no se puede extender las conclusiones hasta su cumplimiento de contenidos mínimos.
Los planes de estudio develan la formación con un importante predominio de asignaturas del área de administración, operaciones, planificación y dirección y en áreas específicas de contabilidad, que permiten al contador desempeñarse en áreas de administración y gestión de empresas. De esta forma se ve al contador como un profesional generalista con diversas habilidades que pueden aportar en la gestión de una organización, y que lo posiciona en el mundo de los negocios como un profesional competitivo. Sin embargo, las carreras presentan también algunas deficiencias respecto de los requerimientos del medio laboral. Destacamos que en sistemas de información y en finanzas, la proporción y cobertura curricular es baja, siendo estas habilidades muy requeridas y valoradas entre los profesionales contables y las empresas en la actualidad. En la era de la información y la comunicación, en donde el comercio electrónico y la digitalización se encuentran en un notable crecimiento, potenciado recientemente por la situación de pandemia del Covid-19, es fundamental que el contador tenga un mayor dominio de las herramientas tecnológicas para la elaboración, el análisis y la interpretación de estados financieros, a fin de poder asesorar con base en una información confiable para la toma de decisiones.
Se destaca que las directrices de ANEAES parecen tener una resonancia importante en las universidades de la muestra analizada. Por ejemplo, la ética se encuentra declarada en la mayoría de los perfiles de egreso revisados, sin embargo, las actividades curriculares comprometidas son escasas en el promedio, identificando solamente 1,1 materia en promedio, de aproximadamente 50 actividades académicas en las mallas curriculares.
Asimismo, es importante notar omisiones en competencias técnicas muy relevantes para el contador, como son diagnosticar, emitir opinión, o la actualización profesional, así como en competencias complementarias y transversales clave para la profesión, como son la objetividad, integridad, confidencialidad que en general no se declaran en los perfiles de egreso y tampoco son inscritas como actividades formativas en las mallas curriculares.
Es posible que tales tópicos se traten transversalmente en las asignaturas, y por ejemplo que se aborde la objetividad y confidencialidad en los ramos de auditoría, y que la integridad se aborde en las materias de contabilidad y legislación tributaria, además del estudio de la ética profesional. Una limitación de este estudio es que la información obtenida de manera pública pudo llegar hasta perfiles de egreso y mallas curriculares de un 80% de los programas dictados en el país, restando un 20% de la oferta académica en contabilidad que no declara al público y a la comunidad universitaria la información básica completa de un perfil de egreso y una malla curricular. Mucho menor es la información disponible de syllabus, pensum, o programas de curso donde se pudiera verificar el tratamiento de estos temas relevantes en la formación del profesional contable.
Finalmente, pero no menos importante, se hace evidente que un proceso de comparación y benchmark es utilizado en los procesos de revisión o mejora curricular. En algunos casos, los perfiles de egreso son casi literalmente derivados de las recomendaciones de ANEAES, y existe una baja diferenciación de perfiles y mallas, a pesar de la cantidad de denominaciones que parecen bus- car la diferenciación y posicionamiento en el segmento estudiantil y mercado laboral.
Esto genera el riesgo de proponer y ejecutar diseños de proyectos académicos muy centrados en la oferta, o en las posibilidades y recursos de las universidades, y no necesariamente enfocados en la demanda o en los requerimientos del medio empresarial, laboral o de los entes reguladores, que por lo tanto podrían dificultar la inserción laboral de los egresados y el posicionamiento de las universidades y sus académicos, como referentes en el desarrollo de las áreas asociadas que acompañan a la nación en la búsqueda del desarrollo y del progreso. Tales elementos parecen críticos al momento de la realización de este estudio, ya que la falta de información de la de- manda por habilidades, conocimientos y características de este profesional, dificultan también responder preguntas tales como: ¿Cuál sería el perfil ideal de Contador en Paraguay?, ¿Existen distintos tipos de requerimientos (perfiles, especialidades, denominaciones) para el profesional?, ¿Qué temas debería desarrollar la academia paraguaya para enfrentar los futuros desafíos contables?, ¿Cómo pueden ANEAES, CONES, Colegio de Contadores y Consejo de Contadores Públicos aportar para el alineamiento y fomento de la calidad educativa de este profesional?
¿Cuán alineadas con el Marco Nacional de Cualificaciones Profesionales se encuentra la oferta de profesionales contables?
Estas preguntas podrían ser áreas de estudio, cada una por sí misma, y su respuesta podría proveer información muy importante para el diseño y administración curricular que permita desarrollar una lógica sólida en la definición de materias, conocimientos y habilidades del contador paraguayo. Algunas posibles mejoras a la oferta académica para la formación de contadores universitarios, podrían incluir la definición de especializaciones de la carrera (por ejemplo: temas tributarios y fiscales, auditorías financieras y específicas, procesos administrativos y financie- ro-contables en las empresas), y sobre las cuales, las IES podrían optar por destacarse en algún conjunto de ellas, mediante el fortalecimiento de su planta académica y actividad investigativa. De abordarse algún proyecto de tal naturaleza, sería imprescindible que los organismos públicos, las entidades sociales y académicas, como CONES, ANEAES, Colegio de Contadores, Consejo de Contadores, y universidades, robustezcan sus vínculos y coordinación, para diseñar e implementar estrategias que adecúen la actual oferta universitaria en contabilidad a las necesidades del medio laboral, productivo y normativo que Paraguay necesita.