INTRODUCCIÓN
La tiña de la cabeza, tinea capitis o dermatofitosis es una infección fúngica causada por tres géneros de hongos, caracterizados por su capacidad de invadir los tejidos queratinizados (pelo, piel y uñas) y multiplicarse en esa localización. Estos hongos, en conjunto denominados «dermatofitos», son Microsporum, Trichophyton y Epidermophyton1. La tiña capitis puede clasificarse clínicamente en seca (90 %) e inflamatoria o querión (10 %). El término “querión” se adoptó por primera vez en Roma en el año 30 a.C por Cornelius Celsi que significa “panal”. La Tiña capitis, presenta una alta incidencia en la población pediátrica, cuyo factor determinante se debe a cambios en la secreción y el pH cutáneo tras la pubertad2
El querión es una manifestación grave de tinea capitis que resulta de una intensa respuesta inmune a la infección. El querión se caracteriza por el desarrollo de una placa inflamatoria con pústulas, costras gruesas y/o drenaje 1. Está causada por M. canis en la mayoría de los casos y en segundo lugar M. gypseum. Representa el 4-10% de los casos de tiña capitis y predomina en áreas rurales o suburbanas, donde las condiciones de higiene juegan un papel fundamental, también son susceptibles pacientes con inmunosupresión, enfermedades sistémicas como diabetes, anemia3.
CASO CLÍNICO
Niña de 6 años, procedente de área urbana, acude a la consulta por cuadro de 1 semana de aparición de costras amarillentas en cuero cabelludo con dolor y secreción purulenta. El cuadro se acompaña de fiebre y adenopatías, refiere contacto cercano con familiar con lesiones similares en el cuero cabelludo. Consultó con facultativo quien indicó antibioticoterapia, ante escasa mejoría y aparición de nuevas lesiones acude a nuestro servicio. Como antecedente patológico de la enfermedad actual, la madre refiere que 1 mes antes fue diagnosticada con tiña capitis y recibió tratamiento tópico con champú de ketoconazol al 2 %.
Exploración física
Placa gruesa, con costra amarillenta en su superficie, de aproximadamente 5 x 3 cm, de bordes irregulares y limites netos, con secreción serohemática y dolor a la palpación, que asienta en región parietal izquierda, acompañado de otras lesiones de menor tamaño alrededor (Figura 1). En la región posterior a la placa se encuentra una formación nodular eritematosa de aproximadamente 3 cm de diámetro, fluctuante, con orificios en el centro con el signo de la espumadera presente (Figura 2). Adenopatías occipitales numerosas, dolorosas, móviles. Presencia de liendres abundantes. Se toma muestra para cultivo bacteriano y micológico.
Estudios microbiológicos.
Examen directo y cultivo: ante la sospecha clínica de un proceso infeccioso se realizaron frotis y cultivos para gérmenes comunes y hongos. Los estudios para gérmenes comunes y el examen directo para hongos fueron negativos.
En el cultivo para hongos se observó crecimiento de colonias al mes, compatibles con de Microsporum canis. (Figura 3)
Evolución
La paciente completó el esquema de tratamiento con prednisona 1mg/kp/día por 2 semanas, Ivermectina 12mg y 12 semanas con Griseofulvina a 20mg/kp/día mostrando una buena evolución y curación de la enfermedad.
DISCUSIÓN
La dermatofitosis o tiña es uno de los motivos de consulta más frecuente en dermatología en el mundo (20-25%)4,5. La tiña de la cabeza es una infección fúngica del cuero cabelludo que se presenta clínicamente como zonas de alopecia con prurito y descamación 6. Las especies de hongos dermatofitos TrichophytonyMicrosporumson las principales causas de la tinea capitis5,7
La tiña de la cabeza puede presentarse como una pérdida sutil de cabello acompañada de descamación del cuero cabelludo, alopecia con parches escamosos o alopecia con puntos negros1
Una forma más grave de tiña de la cabeza está representada por el querion de Celso, donde el cuero cabelludo se infecta y produce una invasión subcutánea que destruye el tejido afectado tras una hipersensibilidad mediada por Linfocitos T contra los dermatofitos 1,5.
Clínicamente inicia como una o varias placas pseudoalopécicas, con pelos cortos, escama, eritema, pústulas y costras melicéricas; puede manifestarse con aumento de volumen y salida de material purulento, dando un aspecto de panal de abejas, imagen que le da el nombre de querión. El síntoma principal es el dolor. Sin tratamiento puede desarrollar fibrosis y alopecia cicatricial. Puede cursar con adenopatías regionales dolorosas con afectación al estado general, febrícula o fiebre3,2
La tiña capitis se adquiere por contacto directo con otras personas infectadas (en su casa o en la escuela), animales (caninos o felinos) y objetos inanimados (peines, gorros, ropa de cama, ropa y tierra), por lo que es importante destacar ya que la madre de la paciente refirió que la niña tuvo contacto cercano con otra niña con lesiones sugerentes de tiña capitis en cuero cabelludo1,7
El querion de Celso puede ser confundido con otras patologías como: infecciones bacterianas, dermatitis atópica, psoriasis, dermatitis seborreica, llevando algunas veces a un diagnóstico tardío1,3
El diagnóstico se basa en la clínica y el nexo epidemiológico, para su diagnóstico se han establecido: el examen directo y el cultivo, examen dermatoscópico, examen con lámpara de Wood, o pruebas de reacción de cadena a la polimerasa (PCR)1,2
El tratamiento tiene como objetivo la curación clínica y micológica. Para ello, los dos fármacos antifúngicos de primera línea por vía oral son la griseofulvina (20 mg/kg/día) y la terbinafina (75-250 mg/día según peso, en mayores de 20 kg), se puede tener como alternativa, itraconazol y fluconazol. La duración del tratamiento suele alcanzarse en unas 4-6 semanas1,2,7. Los tratamientos tópicos en forma de champú ayudan a reducir la difusión de esporas y el riesgo de contagio6. También se pueden usar tratamiento combinadas con terapia fotodinámica con antifúngicos orales, con buenos resultados8
Es necesario el uso de corticoides a dosis de 0.5-1mg/kp/día por al menos 2 semanas para evitar la alopecia cicatricial, secuela importante que podemos observar si es que no se limita la reacción inflamatoria del paciente y si no se inicia la terapia antimicótica adecuada2,3
Es de suma importancia el papel del dermatólogo para el diagnóstico e inicio de tratamiento oportuno y rápido para evitar secuelas y complicaciones