INTRODUCCIÓN
Frente a la situación epidemiológica y a las medidas dispuestas para contener la propagación del virus del SARS CoV2, la población infantil se enfrentó a diferentes situaciones, entre ellas: la interrupción de los vínculos físicos con seres queridos, la pérdida de autonomía y de espacios de socialización, la incertidumbre sobre el avance de la enfermedad y sobre las afectaciones que éste causaría a las personas más cercanas1. A medida que el COVID-19 iba avanzando, las consecuencias para la salud mental y el bienestar de los niños y los jóvenes se manifestaban2. Según los últimos datos disponibles de UNICEF, al menos 1 de cada 7 niños se ha visto directamente afectado por los confinamientos en todo el mundo3.
El aislamiento social ha impactado en los diferentes sistemas, en el empleo de los padres, la inestabilidad económica, los altos niveles de tensión y miedo al virus y las nuevas formas de relación que contribuyeron a incrementar los niveles de estrés en las familias más vulnerables y, por lo tanto, el riesgo de violencia4. Además, los cierres obligatorios impuestos para frenar la propagación de la enfermedad, dejó atrapados a los niños en sus hogares, aislándolos de la gente y de los recursos que podrían ayudarlos5.
Entre las medidas de prevención asumidas que afectaron directamente a la población infantil paraguaya, se citan: la suspensión de clases presenciales, el cierre de parques, plazas y espacios de recreación y suspensión de actividades deportivas que incluyan contacto físico o aglomeración de personas; medidas de aislamiento social, en cuanto a visitas fuera del núcleo familiar / social, incluyendo la separación de los niños de los abuelos, quienes en la cultura latinoamericana, cumplen un rol importante como cuidadores de los niños6,7.
Muchos problemas de salud mental comienzan a manifestarse al final de la infancia o al inicio de la adolescencia. La depresión es el trastorno mental que más afecta a los jóvenes y que más discapacidad produce, puede verse asociado a factores psicológicos, biológicos y sociales y a su vez desencadenar otros trastornos mentales complejos8.
La crisis de la pandemia ha exacerbado los factores de riesgo y deteriorado los factores de protección de manera que, en dichas condiciones, las niñas, niños y adolescentes de la región estuvieron más expuestos que nunca a ser víctimas de violencia física o psicológica grave (como, por ejemplo, el uso del castigo físico y humillante como práctica de crianza), negligencia, violencia sexual y bullying9. El aumento de los factores de estrés, como los socioeconómicos y los relacionados con la vida familiar en aislamiento, tienen consecuencias psicológicas que pueden sobrecargar a las personas adultas, afectar su habilidad para responder a las necesidades de niñas, niños y adolescentes, y llevarlos a responder de forma agresiva10. A su vez, los datos empíricos sobre anteriores pandemias y otras emergencias permiten inferir que las mujeres y niñas están particularmente expuestas al riesgo de sufrir agresiones sexuales de forma sistemática durante su aislamiento11.
Dada la importancia de problematizar acerca de los trastornos en la infancia y adolescencia por su gran impacto y repercusión en varios ámbitos de la vida infantil, se ha propuesto como objetivo de la investigación describir las características de la consulta y los diagnósticos de los pacientes que acudieron al Departamento de Salud Mental del Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu, durante la pandemia COVID-19 en el periodo de marzo de 2020 a marzo de 2021.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño y población
Estudio observacional descriptivo, transversal, retrospectivo. Se revisaron las fichas clínicas de los pacientes del Departamento de Salud Mental del Hospital, que consultaron en el periodo de marzo de 2020 a marzo de 2021, a partir de la base de datos del Departamento. Se tuvo como criterios de inclusión que los pacientes nuevos o conocidos, posean un diagnóstico de trastorno psicopatológico y hayan consultado en Salud Mental en el periodo de estudio. Se excluyó del estudio a los pacientes con fichas clínicas incompletas. Los casos fueron incluidos por muestreo aleatorio sistemático, que consistió en dividir el número total de consultas en Salud Mental durante el periodo de estudio, sobre el tamaño muestral calculado. Los criterios utilizados para realizar los diagnósticos estuvieron basados en el CIE 10 y el DSM V y fueron realizados por los profesionales de Salud Mental.
Variables
En un formulario de Google fueron recogidas las variables: edad, género, procedencia, área de reclutamiento, tipo de consulta, modalidad de consulta, motivo de la evaluación en salud mental, diagnósticos, tratamiento, y necesidad de hospitalización.
Aspectos estadísticos
Tamaño de la muestra: aceptando un riesgo alfa de 0,05 y un riesgo beta de 0,2 en un contraste bilateral, el tamaño de la muestra fue de 124 sujetos para detectar un incremento del 10% en diagnósticos psicopatológicos.
Análisis de los datos
El formulario de Google con los datos, fueron descargados en una planilla de Excel, la cual fue exportada al paquete estadístico IBM SPSS v. 21 (demo) para el análisis. Las variables continuas se presentaron en medianas con rangos intercuartílicos, por no tener distribución normal. Las variables cualitativas en porcentajes. La asociación entre variables cuantitativas se realizó por medio de la U Mann Whitney y las cualitativas por medio de la χ2 de Pearson.
Aspectos éticos
Se respetaron los principios de ética en la investigación: autonomía, beneficencia y justicia. El comité de ética institucional (IRH 0000631) aprobó el protocolo con liberación del consentimiento informado según Acta N° 00205 de septiembre de 2021.
RESULTADOS
En el periodo de marzo de 2020 a marzo de 2021 consultaron en el Departamento de Salud Mental del Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu 9637 pacientes, de los cuales, 1200 tenían diagnósticos psicopatológicos. Por muestreo aleatorio sistemático fueron revisadas e incluidas en el estudio cada 10 fichas. Ingresaron al estudio 130 pacientes, la mediana de edad fue de 13.5 años con RIC de 10-16; el 53.8% (70/130) fueron de sexo femenino y procedían del departamento central en el 81.5% (106/130).
El 87.7% (114/130) eran pacientes en seguimiento y el 12.3% (16/130) eran pacientes que consultaban por primera vez. El 69.2% (90/130) realizaron la consulta de manera presencial. Los datos demográficos, clínicos y la modalidad de consulta se observan en la Tabla 1.
Fueron analizados el lugar de la consulta y los principales motivos que llevaron a evaluación por el Departamento de Salud Mental. El 80%, de los pacientes que consultaron eran pacientes en seguimiento, que tenían como motivo principal el tratamiento psicológico y/o psiquiátrico, con ingreso por Salud Mental; los demás fueron derivados de otros servicios. Otros datos se describen en la Tabla 2
Lugar de consulta | n= | % |
---|---|---|
Salud Mental | 105 | 80.8 |
Urgencias | 11 | 8.5 |
Neurología | 7 | 5.4 |
Sala de internados | 4 | 3.1 |
Cardiología | 2 | 1.5 |
Ginecología | 1 | 0.8 |
Motivo de evaluación por salud mental | n= | % |
Seguimiento | 102 | 78.5 |
Intento de autólisis | 6 | 4.6 |
Trastorno del sueño | 4 | 3.0 |
Agresividad | 4 | 3.0 |
Alteración de la conducta | 4 | 3.0 |
Sospecha abuso | 2 | 1.5 |
Dolor torácico | 2 | 1.5 |
Derivación de paciente a servicio de adulto | 1 | 0.7 |
Conductas sexuales inadecuadas | 1 | 0.7 |
Evento paroxístico con características no epilépticas | 1 | 0.7 |
Dificultad respiratoria de causa no orgánica | 1 | 0.7 |
Alteración de la conducta | 1 | 0.7 |
Dificultad del habla | 1 | 0.7 |
Analizando los diagnósticos la depresión se encontró en 51.5% (47/130), seguido de la negligencia o abandono 27.7% (36/130). En la Tabla 3 se agrupan los trastornos más frecuentes en forma genérica. Cada uno de estos diagnósticos fueron complejos mixtos.
n= | % | |
---|---|---|
Depresión | 67 | 51.5 |
Grados de depresión | ||
Leve | 21 | 16.2 |
Moderada | 18 | 13.8 |
Grave | 28 | 21.5 |
Negligencia o abandono | 36 | 27.7 |
Trastornos psicóticos | 35 | 28.7 |
Trastornos generalizados del desarrollo | 24 | 25.7 |
Abuso sexual | 24 | 25.7 |
Trastornos de estrés postraumático | 20 | 15.3 |
Retraso mental | 8 | 7.7 |
Analizando los subgrupos con diagnósticos principales, los pacientes con antecedentes de abuso sexual tenían una mediana de edad de 12.5 años (p25 9 - p75 15 años) y los pacientes sin antecedentes de abuso, de 14 años (p25 10 - p75 16 años) p=0.35 (U Mann Whitney).
Respecto a aquellos pacientes con antecedentes de negligencia o abandono, la mediana de edad fue de 12 años (p25 10 - p75 15,5 años) vs. una mediana de 14 años (p25 10 - p75 16 años) para el grupo sin antecedentes de negligencia o abandono p=0,89 (U Mann Whitney).
La mediana de edad de los pacientes con diagnóstico de depresión fue de 12 años (p25 10 - p75 15 años) vs aquellos sin diagnóstico de depresión que fue de 14 años (p25 10 - p75 16 años) p=0.04 (U Mann Whitney).
La asociación entre el sexo y los diagnósticos de depresión, abuso y negligencia o abandono se observan en la Tabla 4.
El 70.8% (92/130) de los pacientes requirió tratamiento y el 10.8% (14/130) fue hospitalizado.
DISCUSIÓN
Durante la cuarentena, en todo el mundo se registró disminución global de consultas tanto para controles de crecimiento y desarrollo, urgencias, controles del niño sano y aplicación de vacunas11,12.
En el Hospital donde se llevó a cabo el estudio, las consultas en general disminuyeron durante la cuarentena. Mencionando el servicio de urgencias, la reducción fue del 80%, en comparación con las más de 12.000 consultas durante el mes de mayo en los años 2018 y 2019; pero cabe destacar que, si bien acudieron menos pacientes, las necesidades de atención urgente aumentaron, lo que se corroboró con el aumento de un 7% en los niveles I, II y III de prioridad del triage13.
Las consultas por episodios depresivos y los casos de negligencia o abandono, fueron los diagnósticos más frecuentes en el presente estudio. La depresión fue más frecuente en adolescentes del sexo femenino. Similares datos se encontraron en una revisión de 51 trabajos efectuados en países asiáticos sobre el efecto psicológico en niños, niñas, adolescentes y jóvenes, en donde se evaluó a 11.599 individuos, en el grupo etario de 6 a 12 años, se reportaron niveles de ansiedad en el 18 % y de depresión en el 17 %; en el grupo de 12 a 18 años 36 % y 41 %., respectivamente. Se observó claramente que la población adolescente fue la más afectada y, en especial, las mujeres, similar a nuestros hallazgos14. A diferencia de la población adolescente, en niños de 5 a 8 años los síntomas emocionales, alteraciones de la conducta y del sueño fueron los diagnósticos más frecuentes; estos datos también fueron encontrados en otro estudio realizado a través de la red de pediatras de atención primaria en una población catalana15.
Por su parte, en Reino Unido, 168 niños entre los 7.6 años y 11.6 años se observó un aumento significativo en los síntomas de depresión, aunque no se apreciaron cambios estadísticamente significativos en síntomas de ansiedad y problemas emocionales. Sin embargo, recalca el estudio, que faltan muchos más análisis para poder observar la repercusión de la pandemia en la población pediátrica16.
Además de la aparición de sintomatología en población infantil comunitaria, la situación provocada por la pandemia puede agravar los problemas de salud mental ya existentes en niños/as y adolescentes procedentes de contextos clínicos. Durante el periodo estudiado, observamos una gran proporción de consultas de seguimiento de pacientes que ya se encontraban en tratamiento antes de la COVID-19, y de los cuales, sin distinción entre pacientes nuevos o conocidos, en un porcentaje pequeño requirió hospitalización.
Los resultados del presente estudio, presentan similitudes con los hallazgos de una encuesta realizada a 169 psiquiatras y psicólogos clínicos de diferentes provincias españolas, sobre aspectos relacionados con la asistencia prestada a menores de edad, con problemas de salud mental durante el periodo de confinamiento por la COVID-19. La ansiedad-depresión, predominó sobre el resto de las alteraciones psicológicas. El 42% de los problemas referidos por las familias o los/as menores de edad ya los presentaban antes de la COVID, pero se habían agravado17. Aunque no hemos estudiado el agravamiento de las alternaciones psicológicas con el COVID, es posible que haya ocurrido, considerando el elevado porcentaje de consultas de pacientes con patologías previas. Una revisión sistemática encontró un amplio espectro de afectaciones de la salud mental, en los niños durante y en la post pandemia. La ansiedad aumento del 17,6% a 43,7% y la depresión de 6,3% a 71,5%. Observando y analizando los diferentes estudios y las diferencias regionales de las afecciones, pone de manifiesto la necesidad de implementar políticas de estado que incluyan la incorporación de profesionales de la salud mental tanto en el ámbito educativo, social y las instituciones sanitarias de cada país18).
Los resultados de esta investigación instalan la necesidad de poner atención sobre el predominio de casos de maltrato, abuso sexual y depresión en niñas y adolescentes. Estos resultados coinciden con los datos de otra investigación realizada en Paraguay, en donde se revisaron 1356 fichas clínicas, en el período Julio de 2001 a Setiembre de 2009, en donde también las víctimas de maltrato eran mujeres. La negligencia o abandono fue el tipo de maltrato más frecuente (51%), seguido del Abuso Sexual (18.3%). Las víctimas fueron maltratadas con mayor frecuencia por ambos padres (38%), padre (16%) y madre (14%), y además los que habían sido maltratados o abusados por otras personas fuera de su entorno familiar directo, conocían al agresor en un (99%)19).
Los resultados del presente trabajo reportan la complejidad de los diagnósticos psicopatológicos. Los pacientes presentaban más de un diagnóstico, que revela las condiciones previas tales como, la presencia de depresión, el abuso sexual y/o la negligencia y abandono, lo que podría deberse, en algunos casos, a condiciones socioeconómicas desfavorables dentro del núcleo familiar, teniendo un impacto negativo sobre la salud mental.
Entre las limitaciones del trabajo se puede puntualizar que no se realizó una comparación con el periodo previo a la pandemia. Los datos presentados son en la mayoría de los casos de pacientes que ya se encontraban en seguimiento en el Dpto. de Salud Mental. Sin embargo, revela aspectos sobre las consultas por trastornos psicopatológicos y sus características, con los diagnósticos realizados por los profesionales de Psiquiatría y Psicología del Hospital.
CONCLUSIÓN
Acudieron a consulta con mayor frecuencia pacientes adolescentes de sexo femenino, procedentes del departamento central quienes realizaban seguimiento psicológico/psiquiátrico a través de consultas presenciales. Entre los diagnósticos más frecuentes se encontraron los episodios depresivos, acompañados con antecedentes de abuso sexual, observado más frecuentemente en niñas y adolescentes. Fueron frecuentes también los casos de negligencia o abandono.