INTRODUCCIÓN
El sueño es el proceso biológico más importante de toda persona que realiza actividades durante el día. Un buen sueño no solo nos garantiza obtener mejores resultados en nuestro bienestar físico sino también nos ayuda con un correcto desempeño tanto en el aspecto psicológico, cognitivo e intelectual1. El sueño está estrechamente relacionado con los diferentes sistemas de nuestro cuerpo especialmente del sistema nervioso central, el cual es el encargado de mantener un correcto funcionamiento del organismo2,3.
El tiempo de sueño requerido varía entre cada individuo ya que puede estar relacionado a diferentes factores, pero como es conocido según diferentes estudios el promedio de sueño que toda persona debe cumplir para lograr un descanso adecuado es de siete a ocho horas4,5. Cuando la cantidad de horas de sueño de forma crónica es inadecuada puede llegar a generar problemas en relaciones interpersonales, pérdida de memoria, cansancio excesivo y falta de ánimo. Por lo que es fundamental que toda persona tome conducta sobre esto y pueda lograr un descanso reparador para tener buenos resultados en su día a día6,7.
La mala calidad de sueño es muy común actualmente en la sociedad debido a diferentes factores, así mismo si se estudia a la población universitaria se puede ver que los más afectados son los estudiantes de medicina, debido a la gran carga horaria que tienen, las horas de estudio que deben dedicar y la falta de pausas en las actividades que se realizan8. Si nos enfocamos a nivel mundial, varios investigadores sostienen que la mala calidad del sueño provocará una crisis de salud en un futuro9. Según datos epidemiológicos de un estudio realizado para conocer la calidad del sueño de estudiantes de medicina de Estados Unidos, Panamá, Argentina, Perú y Colombia se obtuvo que en los Estados Unidos existe una tasa de estudiantes que tienen una buena calidad del sueño comparando así el estudio realizado en Argentina en donde se obtuvo la tasa de estudiantes con la peor calidad de sueño de todos10,11. Los resultados de este estudio fueron obtenidos gracias al índice de calidad del sueño de Pittsburgh (PSQI), que es una herramienta muy útil para conocer datos como las horas que el individuo duerme, qué actividades realiza antes de acostarse y si este utiliza o no medicinas hipnóticas para conciliar un sueño reparador12,13.
En un estudio realizado a nivel nacional utilizando el PSQI en donde participaron estudiantes de medicina entre 18 a 25 años de edad de ambos sexos se obtuvo que solamente un 27% es considerado como un buen soñador y un 73% malos soñadores, con respecto al sexo se encontró una mayor prevalencia de malos soñadores al sexo masculino y entre los malos soñadores se encontró que un 4% utilizaban medicinas hipnóticas14,15.
Por todo lo expuesto se realizó este estudio observacional analítico con el objetivo de determinar la calidad del sueño de los estudiantes de medicina de la Universidad del Pacifico, así también conocer cuál es el curso con la peor calidad del sueño, cual es el sexo más afectado y cuantas personas utilizan medicinas hipnóticas para conciliar el sueño a fin de aportar nuevos datos a este problema que creemos se acentuó en los últimos tiempos.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional analítico de corte transversal en estudiantes de medicina de la Universidad del Pacifico de primero al sexto año de la carrera durante el periodo académico 2023. El muestreo fue no probabilístico tipo bola de nieve. El instrumento utilizado fue el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg (PSQI) que consta de puntuaciones parciales en 7 componentes: calidad subjetiva del sueño, latencia del sueño, duración del sueño, eficiencia subjetiva del sueño (porcentaje de horas dormidas sobre horas en la cama), alteraciones del sueño, uso de medicación hipnótica y disfunción diurna. De esto con un corte de 7 puntos clasificamos a los encuestados en malos y buenos soñadores12, además de preguntas sobre características sociodemográficas de la población de estudio.
El cálculo del tamaño de muestra se obtuvo teniendo en cuenta un intervalo de confianza del 95%, un margen de error del 8%, y una proporción esperada de 26,1% de malos soñadores arrojado por un trabajo realizado por Núñez et al.14 en estudiantes de la Universidad Católica de Asunción obteniéndose 116 estudiantes como mínimo a ser encuestados.
El cuestionario fue enviado mediante la red social WhatsApp a los delegados de todos los cursos y estos nuevamente enviaron a sus respectivos grupos. Se registraron todos los datos en la plataforma Excel y sometidos a un análisis estadístico con la plataforma EpiInfo V. 7.2. Para las variables cualitativas se utilizaron frecuencias y porcentajes, en tanto que para las cuantitativas se utilizó medidas de tendencia central y de dispersión. Para asociar variables se utilizó un nivel de significancia estadística de p<0.05. Fue un proceso de participación voluntaria y anónima, previo asentimiento de los participantes, se respetó el anonimato de todos los encuestados.
RESULTADOS
Se analizaron un total de 158 encuestas, de los cuales el 77,8% (123/158) corresponde al sexo femenino. Las edades comprendidas fueron entre 16 a 35 años con una media de 22,7 ± 2.9 años, el rango predominante fue de 18 a 23 años con un 58,23%% (92/158), el curso con mayor participación fue del 6º con un 45,57% (72/158), como se podrá verificar en la Tabla 1.
Variables | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Sexo | ||
Femenino | 123 | 77,85 |
Masculino | 35 | 22,15 |
Rango de edad | ||
18- 23 | 93 | 58,86 |
24- 29 | 62 | 39,24 |
30- 35 | 3 | 1,90 |
Curso | ||
1ro | 26 | 16,46 |
2do | 18 | 11,39 |
3ro | 10 | 6,33 |
4to | 20 | 12,66 |
5to | 12 | 7,59 |
6to | 72 | 45,57 |
La frecuencia de malos soñadores entre todos los encuestados fue de un 56,96% (90/158). Se encontró una relación estadísticamente significativa entre el sexo y la calidad del sueño, no así entre el nivel del curso y la calidad del sueño como puede observarse en la Tabla 2.
Buenos soñadores | Malos soñadores | Valor P | |
---|---|---|---|
Sexo | |||
Masculino | 47 (38,21%) | 76 (61,79%) | 0,02161 |
Femenino | 21 (60%) | 14 (40%) | |
Cursos | |||
1º - 3º curso | 20 (37,04%) | 34 (62,96%) | 0,27230 |
4º - 6º curso | 48 (46,15%) | 56 (53,85%) |
En cuanto a la frecuencia de uso de medicación hipnótica el 21,52 % (34/158) afirmó utilizarlo, 27 estudiantes de los malos soñadores y 7 de los buenos soñadores. Con respecto a la calidad subjetiva de los malos soñadores el 68,89% (62/90) refirió tener una muy mala o bastante mala calidad del sueño como se puede observar en la Tabla 3.
Calidad subjetiva | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Bastante buena y muy buena | 28 | 31,11 |
Bastante mala y muy mala | 62 | 68,89 |
Total | 90 | 100 |
De entre los malos soñadores se encontró que el 41,11% (37/90) presentaba somnolencia de tres o más veces a la semana mientras conducía comía o desarrollaba alguna otra actividad. Tabla 4
DISCUSIÓN
Los trastornos del sueño constituyen un problema de salud muy importante en la actualidad. La importancia de una buena calidad de sueño no solamente es fundamental como factor determinante de salud sino como elemento propiciador de una buena calidad de vida (14.
En el presente estudio, la frecuencia de malos soñadores es del 56,96%, una cifra inferior a la reportada en estudios similares. En Panamá, un estudio con 81 estudiantes encontró que el 100% fueron clasificados como malos soñadores según el Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh (PSQI)3. Otro estudio realizado por Lezcano et al. en Panamá reportó una prevalencia del 67,6% 2, mientras que Machado et al16., en Colombia, hallaron que el 79,3% de los estudiantes de medicina eran malos soñadores. En Chile, Flores et al. clasificaron al 91,8% de los estudiantes como malos soñadores usando el mismo instrumento17. Estos resultados sugieren que la frecuencia de malos soñadores en nuestro estudio es relativamente menor.
Se encontró una relación estadísticamente significativa entre el sexo y la calidad del sueño, no así entre el nivel del curso y la calidad del sueño, al igual que un estudio realizado por López et al.9 en Chile, Núñez et al. halló una relación significativa entre el sexo y la calidad del sueño, y, a diferencia del presente trabajo también encontró relación significativa con el curso14. Otro estudio también halló relación estadísticamente significativa entre el sexo, el curso y la calidad del sueño realizado en pasantes de medicina18, la relación no significativa entre el nivel del curso se debería a la diferencia de participación de los estudiantes por curso.
En relación al uso de medicación hipnótica, el 21,52% de los estudiantes de medicina encuestados reportaron consumir medicamentos para dormir, de los cuales 27 fueron catalogados como malos soñadores y solo 7 como buenos soñadores. Esta cifra es similar al 25,5% de consumo reportado por Olarte et al.19, y es ligeramente superior al 16% hallado por Berru et al.20. Esto indica una tendencia entre los estudiantes de malos soñadores a recurrir a medicación hipnótica para dormir.
En cuanto a la calidad subjetiva de los malos soñadores, casi el 70% refirió tener una muy mala o bastante mala calidad del sueño, una cifra superior a la reportada en Perú por Silva-Cornejo, donde solo la mitad refirió una mala calidad subjetiva del sueño1. Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad Católica de Asunción encontró que solo un 12,02% perciben una mala calidad subjetiva del sueño, a pesar de que el 76,50% fueron clasificados como malos soñadores, lo que sugiere que una parte de los estudiantes no se percata de la calidad de su sueño lo que refiere el mismo estudio14.
Finalmente, el 41,11% de los estudiantes con sueño de baja calidad informaron experimentar somnolencia al menos tres veces a la semana durante actividades como conducir o estudiar, una cifra menor al 68,7% reportado por De la Portilla et al., quienes usaron un instrumento diferente para medir la somnolencia21. Esta diferencia puede deberse al método de evaluación empleado.
Se puede concluir que la mayoría de los estudiantes de medicina de la Universidad del Pacifico son malos soñadores, destacando el predominio del sexo femenino asociado a una mala calidad del sueño, a diferencia del curso en donde no hubo una relación significativa con respecto a la calidad del sueño pudiendo deberse a que actualmente los estudiantes de los cursos superiores a pesar de las practicas hospitalarias no tienen una gran carga horaria, comparado a los de menor curso en donde cuentan con mayor cantidad de materias y una carga horaria superior. El consumo de medicación hipnótica fue informado en baja frecuencia y entre aquellos que consumían en su mayoría eran estudiantes catalogados como malos soñadores. Se debería de analizar cambios que ayuden a los estudiantes a lograr una mejor calidad de sueño, ya que esto podría ayudarlos a obtener mejores resultados tanto en lo académico como en su calidad de vida.