Introducción
La familia se constituye como el escenario por excelencia de aprendizaje de valores y reglas sociales. Sin embargo, también es un espacio en donde se desencadenan los mayores episodios de violencia hacia los menores de edad1. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera maltrato infantil a “los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de abuso físico, psicológico, sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder”2,3.
En la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10) se describen diversas modalidades de maltrato, como lo es el abuso físico, entendido como el acto de generar daño o dolor físico en el cuerpo y el abuso sexual, el cual se entiende como cualquier contacto o tentativa sexual sin consentimiento4. Según investigaciones, los diferentes tipos de maltrato pueden generar estrés toxico y, repercutir de manera significativa en el adecuado desarrollo del infante5.
Además, el maltrato se puede manifestar entre diferentes integrantes de la familia, pero son los niños y niñas los más vulnerables en las relaciones familiares6. No obstante, esta situación pasa desapercibida en la sociedad y en la familia dado que usualmente se considera al maltrato físico como un hecho común, propio de la educación del menor y reflejo de la autoridad de los progenitores7.
Por mucho tiempo estas prácticas fueron aceptadas y solo hasta hace poco se han reconocido como una problemática social8; siendo el abuso sexual infantil el que ha suscitado mayor impacto social, psicológico y político en los últimos años9.
Según datos del año 2016, aproximadamente el 20 % de las mujeres en el mundo y entre el 5 % al 10 % de los hombres manifestaron haber sufrido abusos sexuales durante su infancia, mientras que el 23 % de las personas de ambos sexos expresan maltratos físicos en su niñez. Asimismo, se calcula que cada año mueren por homicidio 41 000 menores de 15 años3.
Por su parte, en Colombia durante el año 2013, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia (INMLCF), notificó 68 230 casos de violencia intrafamiliar, de los cuales, 9 708 casos corresponden a violencia hacia niños, niñas y adolescentes, que representan el 14,3 % de los casos de violencia intrafamiliar10. Durante el año siguiente, se presentó un aumento del 7,14 % de los hechos denunciados en comparación con el año anterior, con 10 402 casos de violencia hacia niños y niñas, ubicándola en el tercer lugar de ocurrencia con respecto a los demás hechos de violencia intrafamiliar en el país11.
A pesar de la existencia de un marco legal concerniente al maltrato infantil, las lesiones generadas por estos actos suelen ser clasificadas como accidentales por el personal asistencial, puesto que estás comúnmente ocurren en el interior de la familia, siendo difícil que los propios padres y/o cuidadores se declaren agresores y denuncien el caso. Estos aspectos generan un subregistro de la cifra real de los casos12,13 y de allí que, instituciones de orden internacional y nacional, como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), reiteren la importancia de fomentar en la comunidad hospitalaria el interés por reconocer, notificar y llevar un registro de los casos que acuden a estos servicios, como una estrategia para visibilizar y solventar las falencias que aún existen para la identificación, diagnóstico y seguimiento de la conducta protocolaria en estos casos12,14,15.
De esta forma, el presente estudio realizado dentro del ámbito forense se planteó como objetivo caracterizar los casos de maltrato físico, sexual y homicidio hacia niños y niñas menores de doce años ocurridos dentro del contexto familiar en la ciudad de Medellín-Colombia durante el periodo 2010-2015.
Metodología
La presente investigación es un estudio descriptivo, retrospectivo y transversal, que presenta la totalidad de los registros obtenidos de casos de maltrato físico, sexual, y homicidios ejercidos hacia niños y niñas menores de doce años, ocurridos dentro del contexto familiar en la ciudad de Medellín, desde enero de 2010 a diciembre de 2015.
La información que fue suministrada por el Centro de Referencia Regional sobre Violencia del INMLCF, Regional Noroccidente, encargada de la información analizada sobre indicadores de violencia y accidentalidad en la ciudad de Medellín.
No se reportó ningún dato sobre la identificación de los sujetos implicados en el estudio, conservando así, su anonimato. Se siguieron todas las pautas éticas de acuerdo con la legislación colombiana vigente y se siguieron los principios internacionales de la declaración de Helsinki.
Para la caracterización del maltrato y los homicidios hacia los niños y niñas fueron consideradas variables sociodemográficas como edad y sexo. De igual forma se tuvieron en cuenta variables circunstanciales como la relación víctima - victimario, la clasificación del tipo o modalidad de violencia, y el año del hecho ocurrido. Cabe aclara que en la modalidad de homicidio se tuvo en cuenta el mecanismo causal más frecuente.
A la información recopilada se le aplicó un análisis estadístico descriptivo, en el cual, de acuerdo con el tipo de la variable, se calculó la distribución de frecuencia relativa y absoluta, medidas de tendencia central y de dispersión. El cálculo de la tasa de violencia para niños y niñas se realizó a partir de la información reportada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), considerando el número de habitantes menores de doce años durante el periodo 2010-2015 en la ciudad de Medellín. El procesamiento y análisis de los datos se desarrolló mediante el programa Microsoft Excel 2016 y el paquete estadístico IBM SPSS Statistics versión 21.
Según las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud del Ministerio de Salud Colombiano, el presente estudio se califica como una investigación sin riesgo.
Resultados
Durante el periodo 2010-2015 en el INMLCF se reportaron 3 519 casos de maltrato físico y sexual hacia niños y niñas menores de 12 años, ocurridos en el contexto familiar en la ciudad de Medellín. Cada año, en promedio, se reportaron 587 eventos [Desviación estándar (DE)=29,5], expresados en una tasa especifica de 163,6 casos por cada 100 000 habitantes menores de 12 años (DE=7,9), aproximadamente 50 casos por mes, y entre uno y dos casos diarios de maltrato físico y sexual, a su vez el número de casos por año no posee ninguna tendencia cronológica (Tabla 1).
Asimismo, se analizaron las tasas según el sexo de las víctimas y las edades de estos, en donde se observó que, en los casos de maltrato femenino, la tasa por cada 100 000 habitantes fue de 105,6; por su parte, respecto a la edad de los menores se evidenció que los de 6 años presentaron una tasa mayor respecto a las demás edades (Tabla 1).
Respecto al total de los casos reportados de maltrato el 65 % de las víctimas son mujeres (n=2 272). Los niños y niñas que con mayor frecuencia resultaron vulnerados tenían seis años, seguidos de aquellos con 11 años. Por su parte los menores entre 0 y 12 meses reportaron el menor número de casos (5 %). Se encuentra que la mediana de edad de todos los casos de niños y niñas violentados es de seis años [Rango intercuartílico (RIQ):4-9]. Asimismo, se evidencia una diferencia en la distribución por edad distinta en cada tipo de abuso (Tabla 1).
Al clasificar el tipo de maltrato reportado, se evidencia que los casos de maltrato sexual se presentan con mayor frecuencia que los de maltrato físico. En el periodo de estudio los reportes de eventos por maltrato sexual en Medellín representaron el 57 % (n=2 004) de los casos (Tabla 1).
Respecto a la relación del agresor, según los reportes, el mayor victimario en el maltrato sexual son los otros familiares (58 %) (n=1 172) y por su parte la madre es el principal victimario en el maltrato físico (38 %) (n=575) (Tabla 1).
Durante el periodo de estudio se reportaron nueve casos de homicidios a niños y niñas ocurridos dentro del contexto familiar en la ciudad de Medellín, de los cuales, siete corresponden a víctimas de sexo femenino. Por otro parte, cinco de los casos están ligados a riñas pasionales entre los padres o familiares a cargo del cuidado de los menores.
Según los reportes, las víctimas presentaron una mediana de edad de cinco años (RIQ:1,5-6). Sin embargo, los niños y niñas de 6 años presentaron mayor ocurrencia del evento fatal (33 %) (n=3).
Con relación a las características de los agresores, se identifica como principales responsables a los sujetos de sexo masculino (n=7). Por su parte, los mecanismos más usados para propiciar el homicidio fueron objetos contundentes (n=3) y armas blancas (n=3) (cortante, punzante, cortopunzante) (Tabla 2).
Variables | Tipo de maltrato | Tasa por 100 000 Habitantes | ||||
Físico (n=1515) | Sexual (n =2004) | Total (n=3519) | ||||
Años | 2010 | 203 (13,3) | 383 (19,1) | 586 (16,6) | 161,8 | |
2011 | 261 (17,2) | 362 (18) | 623 (17,7) | 173,1 | ||
2012 | 293 (19,3) | 315 (15,7) | 608 (17,2) | 169,7 | ||
2013 | 248 (16,3) | 289 (14,4) | 537 (15,2) | 150,3 | ||
2014 | 285 (18,8) | 304 (15,1) | 589 (16,7) | 165,1 | ||
2015 | 225 (14,8) | 351 (17,5) | 576 (16,3) | 161,6 | ||
Sexo | Mujer | 651 (42,9) | 1621 (80,8) | 2272 (64,5) | 105,6 | |
Hombre | 864 (57) | 383 (19,1) | 1247 (35,4) | 57,9 | ||
Edad | 0 | 70 (4,6) | 13 (0,6) | 83 (2,4) | 3,8 | |
1 | 63 (4,2) | 37 (1,8) | 100 (2,8) | 4,6 | ||
2 | 73 (4,8) | 139 (6,9) | 212 (6,0) | 9,8 | ||
3 | 80 (5,3) | 242 (12,1) | 322 (9,2) | 14,9 | ||
4 | 108 (7,1) | 208 (10,4) | 316 (9,0) | 14,6 | ||
5 | 136 (9) | 213 (10,6) | 349 (9,9) | 16,2 | ||
6 | 151 (10) | 240 (12,0) | 391 (11,1) | 18,1 | ||
7 | 147 (9,7) | 194 (9,7) | 341 (9,7) | 15,8 | ||
8 | 158 (10,4) | 209 (10,4) | 367 (10,4) | 17 | ||
9 | 154 (10,2) | 174 (8,7) | 328 (9,3) | 15,2 | ||
10 | 170 (11,2) | 160 (8) | 330 (9,4) | 15,3 | ||
11 | 205 (13,5) | 175 (8,7) | 380 (10,8) | 17,6 | ||
Victimario | Padre | 532 (35,1) | 505 (25,1) | 1037 (29,4) | - | |
Padrastro | 110 (7,2) | 311 (15,5) | 421 (11,9) | - | ||
Madrastra | 25 (1,6) | 1 (0,1) | 26 (0,7) | - | ||
Madre | 575 (37,9) | 15 (0,7) | 590 (16,7) | - | ||
Otros familiares | 273 (18) | 1172 (58,4) | 1445 (41) | - |
Variables | Sexo | |||
Hombre (n=2) | Mujer (n=7) | Total (n=9) | ||
Mecanismos usados, n (%) | Arma blanca | - | 3 (42,8) | 3 (33,3) |
Arma de fuego | 1 (50) | - | 1 (11,1) | |
Contundente | 1 (50) | 2 (28,5) | 3 (33,3) | |
Otras | - | 2 (28,5) | 2 (22,2) | |
Victimario, n (%) | Madrastra | - | 1 (14,2) | 1 (11,1) |
Madre | 1 (50) | - | 1 (11,1) | |
Padrastro | 1 (50) | 4 (57,1) | 5 (55,5) | |
Otros familiares | - | 2 (28,5) | 2 (22,2) |
Discusión
Según los resultados obtenidos, los mayores casos de maltrato se dieron en los infantes entre los 6 y 11 años, estos datos coinciden con un estudio español en donde se encontró que los niños y niñas entre cinco y once años son los que mayor abuso sufren16. A pesar de dicha concordancia, se debe aclarar que las tasas de prevalencia del maltrato en Colombia, y en general en América Latina, son mayores que las de Europa17.
Por su parte, se evidencia que, dentro de los contextos familiares, la prevalencia según el sexo y el tipo de abuso cambia, dado que, según los resultados obtenidos, las mujeres fueron las mayores afectadas por el maltrato sexual (80,8 %) mientras que los hombres lo fueron por el maltrato físico (57 %), así mismo esto demuestra que los casos de maltrato sexual se reportan con mayor frecuencia que los de maltrato físico, resultados similares en lo observado a nivel mundial18.
Por otra parte, en Medellín el 44 % de los reportes de homicidio fueron por el subtipo de filicidio, el cual es entendido como la muerte de niños a manos de sus progenitores biológicos o adoptivos, siendo el padrastro el agresor más frecuente. Indicadores similares se han publicado en EE UU, donde la mayoría de los homicidios de menores de diez años son cometidos por el padrastro o madrastra, y en ocasiones el hecho se relaciona con represalias de pareja19,20. Se debe tener presente, que estos hechos socio patológicos son poco estudiados en América Latina.
De igual forma, resulta llamativo que el 78 % de las muertes registradas en la presente investigación corresponden a casos de presunto feminicidio, que según la legislación colombiana (Ley 1761 de 2015)21, deben ser catalogados como la forma más extrema de violencia contra la mujer. Esto concuerda con varios estudios de EE. UU en los cuales se demuestra que las mujeres menores de edad tienen el doble de probabilidad que los hombres de ser asesinadas por miembros de su familia. Asimismo, una revisión hecha en 44 países, presenta como principal víctima de homicidio infantil a las mujeres, hechos perpetrados principalmente por sus familiares o conocidos6,22.
Cabe aclarar, que a pesar de que en este estudio se observaron pocos casos de homicidio infantil, no se debe subestimar la cifra, dado que las implicaciones del maltrato y el homicidio infantil no recaen única y exclusivamente sobre las víctimas de esta violencia, pues sus consecuencias trascienden el núcleo familiar y representan pérdidas irreparables no solo para las familias sino también para la sociedad
Por otra parte, los diferentes resultados obtenidos en el presente estudio no se desvían de lo ocurrido en la población mundial, esto a pesar de las diferencias culturales y normativas23. Sin embargo, en este estudio se logra evidenciar que los niños y niñas más pequeños (menores de 4 años) son las principales víctimas del maltrato sexual en la violencia intrafamiliar en la ciudad de Medellín, mientras que aquellos con más edad (mayores de 9 años) son los más afectados por el abuso físico, estas cifras se distancian de lo observado a nivel mundial, dado que según estadísticas de la OMS esto ocurre de manera contraria23.
Estos actos de abuso son motivo de preocupación puesto que son prevenibles si se actúa de manera eficaz y oportuna, y usualmente no corresponden a hechos aislados. No obstante, para las víctimas por su condición de menores de edad suele ser difícil buscar ayuda y protección24,25. Entre los distintos factores de riesgo asociados al mantenimiento de esta problemática, se destaca el bajo desarrollo económico, el cual a su vez es consecuencia del maltrato y homicidio infantil, lo cual genera mayor desigualdad social17,24.
Por otra parte, la infancia es un periodo crucial para el adecuado desarrollo del ser humano, dado que en este periodo el cerebro tiene mayor plasticidad, lo cual permite que este órgano sea moldeado con facilidad por experiencias tanto de índole positivo como negativo6. Según investigaciones, cualquier interferencia en esta etapa puede ocasionar diferentes consecuencias en la vida y el desarrollo de la persona, tanto a corto como a largo plazo26, dentro de estas consecuencias se hallan deficiencias posteriores en el comportamiento, aprendizaje, bienestar físico y mental27.
Por consiguiente es importante desarrollar políticas públicas encaminadas a los principios básicos de la primera infancia dado que un buen desarrollo en la infancia aportaría a tener una base más sólida dentro de la sociedad; asimismo, la responsabilidad sobre el adecuado desarrollo infantil no solo recae en los padres, sino también en el estado y la sociedad, puesto que estas están en constante relación, y por ende se deben articular y cumplir medidas de forma transversal para que así las políticas públicas basadas en la infancia se cumplan debidamente y estas puedan ayudar en el desarrollo socioeconómico de la comunidad y de cada uno de los sujetos implicados en ella5,27.
En este sentido, se hace el llamado a los profesionales de la salud, para que identifiquen oportunamente estos casos, considerando que tienen ante este problema una doble responsabilidad; por un lado, la legislación actual establece el compromiso de notificar el caso ante la sospecha de maltrato infantil; y por otro, existe una obligación moral, como se pone de manifiesto en estudios prospectivos sobre casos de maltrato, según la cual los profesionales de salud no tomaron las medidas para proteger a víctimas potenciales, y como consecuencia, muchos niños maltratados fueron víctimas de nuevo o sufrieron secuelas permanentes, y de mayor gravedad13,17,28.
Si bien las cifras presentadas en esta investigación son un acercamiento a la dinámica de ocurrencia de la problemática, se reconoce que pueden no ser las cifras reales, en lo que respecta a la ocurrencia del maltrato físico y sexual del cual son víctimas los niños y niñas, puesto que los registros están supeditados a la denuncia del hecho y a la valoración médico legal por parte del INMLCF. Así mismo, esta investigación tuvo varias limitaciones, una de estas es que cierta información no pudo ser tomada en cuenta puesto que esta no fue especifica o no fue dada por parte del INMLCF, por lo tanto, la forma en cómo se recolectaron los datos fue un limitante para poder realizar un análisis exhaustivo de los resultados y poder observar la realidad de la problemática, a su vez, tanto el tiempo de toma de los datos como la descripción de hechos que se dieron en una sola región del país, son factores que pueden no reflejar la realidad actual del fenómeno, por lo tanto es necesario nuevas investigaciones que contengan referencias más actualizadas en donde se puede ver si la tendencia vista en esta investigación permanece, esto con el fin de poder tener mayor información respecto al hecho real para así pensar en medidas que me ayuden a mitigar la problemática. A pesar de lo anterior, la fortaleza de esta investigación es la calidad y confianza de la información presentada, en donde las cifras dejan claro, que el maltrato infantil intrafamiliar en la ciudad de Medellín se constituye como un problema grave, que se repite constantemente y el cual se comporta de manera similar en Colombia y en América latina1,6.
En conclusión, a pesar de la existencia de los planes y programas para reducir las tasas de morbimortalidad asociadas al maltrato infantil en las grandes ciudades como Medellín, se sigue presentando esta problemática de manera frecuente. Esto resalta la importancia de realizar investigaciones multidisciplinarias que aporten una mejor comprensión de la problemática, dado que esto supone la base para que a través de políticas públicas se planifique e intervenga el fenómeno de manera adecuada, fortaleciendo a su vez herramientas en el personal de la salud y operadores de la justicia que permitan la identificación y registro de la problemática de manera precoz.