INTRODUCCIÓN
El Síndrome de Síndrome de Burnout o síndrome de agotamiento por estrés es un trastorno psicológico descrito en 1974 por Freudenberger Herbert, declarado como factor de riesgo laboral en 2000. Actualmente es reconocido como enfermedad en la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11) en 2019 por la Organización Mundial de la Salud 1.
Producto de una exposición crónica al estrés (excesiva demanda de energía, ambiente laboral inadecuado y recursos), el Síndrome de Burnout es una patología multifactorial, resultante del padecimiento de estrés crónico laboral y que puede ser sistematizado en 3 áreas: agotamiento emocional (AE), la despersonalización (DP) y la realización personal (RP)2-4. En el AE se pueden identificar varios aspectos importantes, por ejemplo la pérdida de la energía o agotamiento, causado principalmente por conflictos personales y carga laboral excesiva, lo que genera problemas en el afrontamiento de tareas en el contexto laboral5. La DP es un estado psicológico patológico en el que el profesional puede generar actitudes de indiferencia, egocentrismo, desmotivación, entre otras y la RP que consiste en la disminución o incluso pérdida de autoestima laboral5-8.
El Síndrome de Burnout se presenta con mayor frecuencia en profesionales de contacto directo con personas como el personal de educación, salud, cuidadores, atención al público y asuntos sociales. Afecta generalmente a personas perfeccionistas o extremadamente responsables y comprometidas. Los profesionales sanitarios son un colectivo que se puede encontrar especialmente afectado por este síndrome debido a su carga laboral, tensiones de tipo emocional, directamente relacionados con el ejercicio de su actividad: horarios de trabajo, atención a enfermos, cercanía con la muerte, demandas de las personas insatisfechas con los servicios recibidos9.
La emergencia sanitaria derivada de la infección por Sars-CoV-2 ha saturado los sistemas sanitarios, deteriorando la salud física y mental de los trabajadores de salud, generando un incremento de la carga laboral, preocupación por la exposición a riesgos y peligros por la falta de equipos de protección, falta de apoyo en las instituciones, percepción de injusticia organizacional. Esta situación ha puesto de manifiesto la necesidad de optimizar recursos, tomar medidas de autocuidado y adaptación a las nuevas circunstancias por parte del personal de salud10. El objetivo fue determinar la frecuencia del Síndrome de Burnout en profesionales de la salud del Ecuador y cómo se comporta con factores sociodemográficos y laborales asociados.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, de corte transversal, analítico, en profesionales de la salud de Ecuador de abril a septiembre de 2020. Se incluyeron a médicos especialistas y no especialistas, enfermeras y personal de apoyo a la salud, tomando en cuenta factores asociados como la edad, el sexo, el lugar de trabajo, carga horaria, carga de pacientes.
Instrumentalmente, se utilizó la prueba de Maslach de manera auto administrada, la cual está validada en nuestro idioma y además ha sido utilizada en la mayoría de las investigaciones de Síndrome de Burnout. Las tres dimensiones que se valoran en el instrumento son: agotamiento emocional, caracterizado por la disminución y pérdida de recursos emocionales, presentado como una falta de equilibrio entre demanda y recursos; despersonalización, que es el desarrollo de actitudes negativas, falta de sensibilidad lo que causa tensión psicológica y física y realización personal, que es importante ya que es una autoevaluación con tendencias negativas con características de autoestima afectada y cambios conductuales11-16.
Se calculó una muestra con un nivel de confianza de 95% y una precisión de 0,05, basados en una prevalencia global de la enfermedad y se obtuvo un tamaño muestral de 368 profesionales de la salud. Se incluyeron profesionales legalmente habilitados para su ejercicio en el territorio ecuatoriano que aceptaron participar en el estudio mediante un consentimiento informado. Se excluyeron encuestas incompletas. Se realizó un muestreo por cuotas, se identificaron grupos de médicos de acuerdo a los listados oficiales y se aplicó la encuesta por varias vías: mediante un acceso de auto aplicación y a través de llamada telefónica, se verificó en todos los casos su estatus profesional con la consulta en el registro de títulos con la cédula de identidad.
Los datos fueron incluidos en una planilla electrónica y posteriormente analizados en software estadístico para el análisis descriptivo univarial. Se utilizaron tablas de frecuencia en variables cualitativas y medidas de tendencia central y desviación en variables cuantitativas. Para el cruce de variables se recurrió a tablas de contingencia, las mediciones estadísticas fueron OR, intervalos de confianza y en variables cuantitativas se utiliza la prueba T y ANOVA. Se consideró significativa p<0,05.
El estudio fue observacional y no conllevó ningún riesgo para los participantes, se garantizó el anonimato de la información personal y los profesionales fueron incluidos después de la aceptación mediante un consentimiento informado. Para la realización de este estudio los autores declaran no tener ningún conflicto de interés. El estudio fue financiado íntegramente por los autores.
RESULTADOS
Características demográficas y laborales
Se incluyeron 380 profesionales de la salud, la razón entre mujeres y hombres fue 1:1. La edad tuvo una distribución normal con un promedio de 42 ±10 años, con edades que van desde 23 a 68 años.
Respecto del ámbito laboral, la mayoría de los encuestados ejercen su práctica sanitaria únicamente en el sector público, seguidos por la institución privada y por último con una frecuencia importante en ambas instituciones. El promedio de tiempo de trabajo semanal es de 45 horas, con rangos que van desde las 4 horas hasta las 200 horas. Sin embargo, son datos aislados ya que el 75% de la población trabaja hasta 50 horas (p75). El volumen de pacientes es heterogéneo, ya que dentro de los profesionales de la salud existe gran variedad de carreras y especializaciones, por lo que tenemos personas que no atienden pacientes hasta profesionales que llegan a 250 pacientes por semana (gráfico 1).
Los profesionales incluidos en su mayoría fueron médicos, que sumaron el 90% de la muestra, entre especialistas y residentes. El 42% tiene contacto con pacientes con infección por Sars-CoV-2 y el 34% desconoce del estatus de sus pacientes respecto de dicha infección viral.
Prevalencia del Síndrome de Burnout
La prevalencia de Síndrome de Burnout encontrada varía de acuerdo con el área de la prueba de Maslach. El área de realización o logros personales fue la menos afectada de todas. Sin embargo, al analizar el Síndrome de Burnout severo (alto riesgo), la despersonalización llega al 95% y el agotamiento emocional al 47,8% (tabla 1).
Tabla 1 Prevalencia general de Síndrome de Burnout (n 380)
Logros personales | Despersonalización | Agotamiento emocional | |
---|---|---|---|
Alto | 45 (11,7%) | 366 (95,1%) | 184 (47,8%) |
Bajo/Sin riesgo | 267 (69,4%) | 12 (3,1%) | 142 (36,9%) |
Medio | 72 (18,7%) | 6 (1,6%) | 58 (15,1%) |
Total | 385 | 385 | 385 |
Si analizamos en conjunto las áreas afectadas con riesgo alto, observamos que el 8,59% tuvo afectación alta en las 3 áreas estudiadas, lo que se considera un problema severo y cerca del 42% tuvieron 2 áreas involucradas. Lo más frecuente fue la afectación de la despersonalización por si sola (tabla 2).
Tabla 2 Áreas del Síndrome de Burnout afectadas
Frecuencia | Porcentaje | |
Despersonalización + realización personal | 12 | 3,13 |
No afectados | 18 | 4,69 |
Agotamiento emocional + despersonalización + realización personal | 33 | 8,59 |
Agotamiento emocional + despersonalización | 151 | 39,32 |
Despersonalización | 170 | 44,27 |
Total | 384 | 100,00 |
Síndrome de Burnout relacionado a factores sociodemográficos
Al analizar el Síndrome de Burnout por edad, observamos que los profesionales con mayor severidad tuvieron menos edad, este hallazgo es estadísticamente significativo (tabla 3). En el análisis con sexo, la distribución del Síndrome de Burnout fue homogénea entre ambos, sin encontrar ningún tipo de relación significativa (tabla 4).
El número de hijos fue otro factor que se tomó en cuenta en las variables sociodemográficas, encontramos que el tener más hijos se relaciona con menos severidad de Síndrome de Burnout (tabla 5).
Síndrome de Burnout relacionado a factores laborales
El análisis del factor laboral encontramos que en el agotamiento emocional y en despersonalización existe una correlación directamente proporcional y estadísticamente significativa (tabla 6). Con el número de horas trabajadas no encontramos ninguna relación.
Se realizó un análisis entre los profesionales asistenciales especialistas vs los que no cuentan con una especialidad y encontramos que la probabilidad de tener Síndrome de Burnout es mayor en estos últimos (tabla 7).
Tabla 7 Síndrome de Burnout entre médicos con y sin especialidad
Dimensiones | Especialidad | OR (IC 95%) | p |
Agotamiento emocional | No especialistas | 59 (65%) | 0,00023 |
Especialistas | 109 (42%) | ||
Despersonalización | No especialistas | 90 (99%) | 0,03615 |
Especialistas | 243 (95%) | ||
Realización personal | No especialistas | 22 (24%) | 0,9 |
Especialistas | 16 (6%) |
DISCUSIÓN
En este estudio se determinó la prevalencia de Síndrome de Burnout en profesionales de la salud, incluyendo en el análisis a factores ocupacionales y también demográficos. Este síndrome se ha definido como una respuesta extendida a los factores estresantes interpersonales de larga duración en el ambiente laboral, la respuesta de los profesionales de la salud se caracteriza por sentimientos de agotamiento, cinismo y desapego en varios aspectos del trabajo, sensación de ineficiencia, incompetencia, falta de logro y productividad lo que en un entorno de asistencia a pacientes puede ser riesgoso 17-20.
La demografía de los individuos incluidos en el estudio fue homogénea, igual número de hombres y mujeres, las edades se distribuyeron alrededor de adultos jóvenes y maduros, lo cual es coherente con personas en este tipo de actividad. La prevalencia de Síndrome de Burnout en sus componentes de despersonalización y agotamiento emocional fueron más elevados a diferencia del componente de realización personal, quizás debido a la motivación del personal de salud por permanecer en el sitio de trabajo y su innegable vocación de ayuda.
Respecto a la prevalencia de Síndrome de Burnout, encontramos que fue variable, llegando a valores elevados en despersonalización (95%), aunque el tipo de trabajo, los objetivos y las metas que tienen los profesionales de la salud puede ser altamente gratificantes. También existen condiciones que pueden causar problemas, por ejemplo, extenuantes jornadas, la carga de trabajo percibida, el ambiente de trabajo angustioso que puede estar empeorado por quejas y ausencia de empatía en las relaciones con pacientes y colegas, lo que puede generar el ambiente propicio para aumentar el riesgo de padecer Síndrome de Burnout, especialmente en la estructura que hemos descrito en esta investigación. En el estudio de Corsino de Paiva et al, el agotamiento emocional se asoció con el nivel educativo y el lugar de trabajo debido a que existen puestos de trabajo en donde existen pocos estresores ambientales y la rotación es baja2. Para muchos autores, el agotamiento emocional podría ser la primera etapa del Síndrome de Burnout, conduce a la ansiedad y baja energía, que a su vez causan disminuciones en la salud y la calidad de vida. Incluso cuando solo existen niveles bajos, puede perturbar seriamente la dinámica social, en particular con respecto al equilibrio de poder del hospital entre técnicos y enfermeras, pero también entre compañeros de trabajo en general 5,21,22.
En el estudio de Corredor Pulido et al se describe que existe mayor frecuencia de patrones de conducta tipo A en profesionales más jóvenes y por eso explica la dificultad de afrontar factores estresantes y por lo tanto mayor prevalencia de Síndrome de Burnout23. El reporte de Esteva et al, que se realiza en médicos jóvenes, les llama la atención este fenómeno, especialmente en su contexto en el que tienen pocos meses trabajando en el ambiente laboral en el que se realiza el estudio24. Existen otras investigaciones que afirman la relación del Síndrome de Burnout con profesionales que empiezan su carrera. Son interesantes los resultados propuestos en estudios de gastroenterólogos y médicos de familia25,26. En nuestro estudio encontramos una diferencia similar a la que se reportan, en los que se puede encontrar mayor prevalencia en profesionales más jóvenes27-29.
Respecto al sexo, a nivel de la bibliografía existe mucha variabilidad. En nuestro estudio no encontramos diferencias. Marshall et al no reportan estas diferencias por sexo, Stowe et al plantea que deben añadirse variables al género para poder determinar relaciones y esto puede ser complementado por el estudio de Verweij et al que evidencia la diferente configuración de redes de apoyo de hombres y mujeres profesionales de salud. El estudio de Corsino de Paiva et al demuestra que la despersonalización fue más prominente en mujeres (50,2%) versus hombres (32,0%)2,30-32.
Existieron factores laborales involucrados en el desarrollo del Síndrome de Burnout en profesionales de la salud. Así la carga horaria tuvo una relación significativa, lo que es similar a los hallazgos en múltiples estudios realizados donde se encontró que el riesgo es casi 5 veces mayor en médicos que trabajaron más de 60 horas por semana13-16.
Este estudio tiene muchas fortalezas: la muestra fue amplia y la variedad de análisis de variables demográficas. Además, expresa el momento de pandemia que viven los profesionales de la salud. Sin embargo, la utilidad de seguimientos prospectivos, especialmente con la alta prevalencia que evidenciamos, es indispensable. En el contexto ecuatoriano, la recolección de datos y la tasa de respuesta suele ser baja, lo que limita la cantidad de profesionales incluidos en el estudio. El ambiente mismo de la pandemia hace que se dificulte hacer procesos de seguimiento en terreno para análisis prospectivos.
CONCLUSIONES
La prevalencia de Síndrome de Burnout es elevada en los profesionales de la salud en Ecuador en un contexto de pandemia, lo que pudo convertirse en un factor estresante.
La distribución del Síndrome de Burnout no guardó relación con el sexo del profesional. Los profesionales más afectados eran los más jóvenes y los que no contaban con especialidad.
La prevalencia de afectación severa es alta, la afectación de las 3 esferas de la escala también es importante. Sin embargo, los potenciales efectos en la práctica asistencial podrían inducir o incrementar el error y esto acarrear consecuencias en la seguridad del paciente y/o en implicaciones legales al profesional y a la institución, por lo que el estudio y manejo del Síndrome de Burnout debería ser obligatorio.