INTRODUCCIÓN
Los agentes antimicrobianos (ATM) son medicamentos que se utilizan para tratar las infecciones, en concreto las de origen bacteriano. Estos son esenciales para preservar tanto la salud humana como la sanidad y bienestar animal. Un uso excesivo e inadecuado de los mismos induce la aparición de bacterias resistentes a la acción de estos fármacos, hecho que se ha constatado en el transcurso de las últimas décadas. Este fenómeno, deja en riesgo el control de las enfermedades en todo el mundo y supone una preocupación de alto nivel tanto para la salud humana y animal
La resistencia a los antibióticos es responsable de graves consecuencias, tanto clínicas como económicas, y están relacionadas con el aumento de la morbilidad y mortalidad; debido a los tratamientos ineficaces contra las infecciones causadas por bacterias resistentes y los recursos finitos con los que cuentan actualmente los sistemas de salud, ya que los costos que tienen la hospitalización prolongada y el uso de antibióticos más complejos son elevados 1,2.
Según estudios, la transmisión de organismos resistentes a los ATM en los seres humanos es por el uso indiscriminado de los mismos en animales de consumo, debido a la cadena alimenticia. No obstante, la relación estrecha entre animales de compañía y personas también están involucrados en esta transmisión 3,4.
La mayoría de los antibióticos que se emplean en la práctica veterinaria comparten su uso con la medicina humana. En particular, algunos de los que se utilizan en salud animal son aquellos que se preservan para los casos más difíciles en la clínica humana 5.
En un estudio realizado en Chile con el objetivo de aislar, identificar y determinar el perfil de sensibilidad de cepas bacterianas ambientales potencialmente responsables de infecciones nosocomiales, se aisló 48 cepas bacterianas, de las cuales impactó su perfil de sensibilidad, pues el 85% de las cepas nosocomiales aisladas presentó el fenómeno de multiresistencia. Esto demuestra un serio problema en cuanto a la elección de terapia adecuada para las enfermedades infecciosas de origen bacteriano 6.
El objetivo general fue analizar la utilización de antimicrobianos por médicos veterinarios en caninos, que acudieron a clínicas veterinarias agremiadas a una asociación de veterinarios en Asunción y Gran Asunción.
MATERIALES Y METÓDOS
El estudio fue de tipo observacional y de corte transversal. Se realizó una encuesta validada presencial a 31 clínicas veterinarias asociadas a una agremiación de veterinarios de Asunción y Gran Asunción (en las ciudades de San Lorenzo, Fernando de la Mora, Lambaré, Ñemby, Capiatá, Itaugua, Areguá, Luque).
Se confeccionó una encuesta en formato impreso tradicional en base de 3 preguntas de respuestas de tipo abierta y 1 pregunta con respuesta de tipo cerrada para cada aparato y sistema orgánico canino. Las clínicas se seleccionaron por conveniencia y al profesional médico veterinario de turno se le realizó las preguntas de manera presencial, sobre como administra los antimicrobianos de acuerdo a los aparatos y sistemas y en caso de no encontrarse a ningún profesional de turno, se realizó de manera virtual (mediante por correo, llamada o mensaje).
Detalles de la encuesta:
Preguntas con respuestas de tipo abierto.
* ¿Cuáles son los 3 antibióticos que utiliza para afecciones del aparato respiratorio, sistema gastrointestinal, aparato genitourinario y aparato tegumentario? Respectivamente. (Siendo 1 el antibiótico que usa con más frecuencia y 3 el que utiliza con menos frecuencia).
* ¿A qué dosis usa con más regularidad? (no las excepciones).
* ¿Cuál sería la vía de administración, con qué frecuencia y durante cuánto tiempo? (ej.: 6 hs durante 5 días).
Preguntas con respuestas de tipo cerrado (Escala: Sí, No, En algunas ocasiones).
* Para recetar dichos antibióticos, ¿realiza cultivo y antibiograma?
Se recopiló los datos en una tabla en el programa Excel 2007® agrupándolos por sistema sobre el cual se reportó, (aparato respiratorio, sistema gastrointestinal, aparato genitourinario, aparato tegumentario) en donde cada uno de los aparatos y sistemas se organizaron bajo los siguientes parámetros: antimicrobiano por orden alfabético, dosis reportada, frecuencia diaria, duración de tratamiento.
Cada uno de los antimicrobianos obtenidos de las encuestas fueron ordenados alfabéticamente y las respectivas dosis fueron divididos en 3 niveles de acuerdo a la posología según el Manual de Farmacología veterinaria de Plumb, 2010:
* Dosis inferior al rango
* Dosis dentro del rango
* Dosis superior al rango
Los mismos de acuerdo a su frecuencia y duración de tiempo fueron clasificados en:
* Adecuado en frecuencia y duración (AA).
* Adecuado en frecuencia de administración, pero no en duración de administración (AX).
* Adecuado en duración de administración, pero no en frecuencia de administración (XA).
* No adecuado en frecuencia y duración de administración (XX).
* Adecuado en frecuencia y no especificó datos sobre la duración (AN)
* Inadecuado en frecuencia y no especificó datos sobre la duración (XN)
* No especificó datos en cuanto a frecuencia ni sobre la duración (N)
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
De las 31 encuestas realizadas se registró un total de 18 antimicrobianos utilizados regularmente en las distintas afecciones que aquejan a los diferentes aparatos y sistemas del organismo canino. Se esquematizó de acuerdo a la prioridad que hicieron constatar los profesionales encuestados, 12 antimicrobianos son utilizados como primera opción para los diferentes aparatos y sistemas, y 5 antimicrobianos son utilizados como segunda o tercera opción, que se listan en la Tabla 1.
Entre los 5 antimicrobianos utilizados como segunda o tercera opción, resaltan las cefalosporinas de tercera generación (ceftiofur y ceftriaxona), y la tilosina. En el caso de las cefalosporinas de tercera generación, se debe prestar particular interés en el problema epidemiológico que significa su uso empírico e indiscriminado. Dada la capacidad que tienen de inducir la producción de beta-lactamasas y resistencia a otros antibióticos 7,8.
También se constató la utilización de antimicrobianos combinados tanto como primera y segunda o tercera opción como: amoxicilina + ácido clavulánico, amoxicilina + enrofloxacina, ciprofloxacina + metronidazol, penicilina + estreptomicina y gentamicina + sulfonamidas potenciadas.
El más frecuentemente reportado fue amoxicilina + ácido clavulánico, seguidamente de amoxicilina + enrofloxacina, para el cual, en algunas ocasiones se reportaba como si fuera un solo antimicrobiano (enrofloxacina). Estas combinaciones se utilizan para generar sinergia, produciendo un efecto bactericida superior al ejercido por cada uno de ellos por separado. El uso de estas combinaciones se recomienda en infecciones persistentes o complicadas de tratar y previo a estudios microbiológicos 9.
Agrupando todas las frecuencias de los 13 antimicrobianos, sin distinguir por sistema a tratar, se encontró que los 3 con mayor frecuencia fueron: la cefalexina, seguido de la enrofloxacina y por último la amoxicilina. Los tres son bactericidas, sin embargo, la cefalexina posee un espectro reducido en tanto que los otros son de amplio espectro 10.
Estos resultados se asemejan a los encontrados en un estudio descriptivo retrospectivo realizado en la ciudad de Medellín, en donde se demostró que los grupos farmacológicos antimicrobianos más prescritos fueron los betalactámicos (cefalexina y amoxicilina) 11.
Se analizó los resultados porcentuales con respecto al total de los médicos veterinarios encuestados, para cada pregunta realizada. En la Tabla 2, se observa las respuestas en cantidad y porcentajes sobre los antimicrobianos más frecuentemente reportados como primera opción de acuerdo a los aparatos y sistemas afectados. En la Tabla 3 y 4 , se muestra en datos porcentuales la clasificación obtenida comparando la terapéutica reportada con la terapéutica registrada según el Manual de Farmacología Veterinaria Plumb 2010 12.
*AA: Adecuado en frecuencia y duración.
AX: Adecuado en frecuencia de administración pero no en duración de administración.
XA: Adecuado en duración de administración pero no en frecuencia de administración.
XX: No adecuado en frecuencia y duración de administración.
AN: Adecuado en frecuencia y no especificó datos sobre la duración.
XN: Inadecuado en frecuencia y no especificó datos sobre la duración.
N: No especificó datos en cuanto a frecuencia ni sobre la duración.
En la Tabla 5 se ordena que porcentaje de médicos veterinarios solicitan el cultivo y antibiograma como herramienta de diagnóstico y tratamiento.
Lo resaltante sobre los antimicrobianos utilizados para el sistema genitourinario, fue el uso del metronidazol, el cual es más utilizado en medicina humana para afecciones del sistema genitourinario femenino o bien como profilaxis durante y después del embarazo 13,14.
Según lo recabado, los resultados observados en la tabla son bastante semejante a lo encontrado por Cortés Sánchez en Colombia, y por Montone, Dib & Suárez en Uruguay 15; demostrándose entonces que hay una tendencia pareja en cuanto al tratamiento con antimicrobianos empleados en medicina veterinaria, además se prueba que son los antimicrobianos antiguos, los cuales mantienen su vigencia.
Resumiendo, todos los antimicrobianos utilizados para los diferentes aparatos y sistemas son afines a los mismos, ya sea por su acción farmacodinámica y/o farmacocinética.
Comparando las posologías reportadas con las registradas en la literatura, se encuentra, que la mitad de los encuestados dosifican de acuerdo al rango sugerido por esta última y los otros datos que no se encuentran dentro de este margen, se debe, a que se pudo estimar que la mayoría de los encuestados rigen su posología aplicada, según el prospecto laboratorial, el cual sugiere una dosis para todos los aparatos, sistemas y casos, aparte de administrar un volumen determinado a pesos estandarizados, entorpeciendo de esa forma la antibioticoterapia adecuada, ya que se sugiere la administración de miligramos por kilogramos y no mililitros por kilogramos.
Al seleccionar un antibiótico se debe tener en cuenta la dosis terapéutica necesaria para llegar a la bacteria específica, la razón existente entre la cantidad de fármaco administrado y el peso corporal, pudiendo establecer así la concentración deseada en el sitio de acción para un efecto determinado
Sobre los resultados encontrados en cuanto a la dosificación se puede asumir que aplicando la terapéutica reportada se llega a conseguir el efecto deseado y buscado , que es la curación del animal, a parte, que los antimicrobianos son fármacos relativamente seguros para el animal, pues el mecanismo de acción es bastante específico para los agentes bacterianos, entonces es ahí en donde los profesionales se guiarían por experiencias anteriores, sin volver a verificar lo concertado por las literaturas utilizando las mismas dosis.
Teniendo que la terapéutica veterinaria se rige para la dosificación en mg/kg, un hecho relevante de las visitas realizadas a las clínicas veterinarias encuestadas, es la falta de balanzas en una gran cantidad de ellas, el cual dificulta la dosificación correcta, dando más espacio a los tratamientos empíricos.
De esta manera, se recomienda a los profesionales, que aparte de las sugerencias del prospecto, se guíen y actualicen de acuerdo a las literaturas, (dejando en claro también que estas no tienen la verdad absoluta, pero las mismas cuentan con respaldos científicos) y así evitar estas diferencias y contribuir a un mejor uso de los antimicrobianos, esclareciendo que muchas veces por más que la terapéutica prescripta esté dentro de los parámetros sugeridos por las literaturas, no es llevada a cabo por los dueños del paciente, recayendo así en un mal uso de los mismos, es ahí también donde se insistiría a los profesionales, a participar en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, explicándoles de manera corta y sencilla a los dueños, la importancia de realizar una buen seguimiento del tratamiento, teniendo en cuenta la disponibilidad de tiempo y económica de los mismos.
Teniendo en cuenta estos resultados, se prueba ampliamente que en todos los aparatos y sistemas no se utiliza como herramienta, por diferentes motivos, uno de ellos es por el costo que significa para el propietario del animal y la falta de conocimiento del mismo en cuanto a la importancia que tiene esta herramienta en la actualidad referente al uso correcto de los antimicrobianos, y por otro lado es el tiempo que se pierde esperando los resultados.
En un trabajo realizado en Montevideo, en donde se preguntó a médicos veterinarios si ¿Realiza estudios paraclínicos para determinar que microorganismo/s está/n relacionado/s con la situación clínica antes de prescribir un Antimicrobiano?, en donde la escala de respuesta era siempre, frecuentemente y nunca; se constató que un bajo porcentaje de los encuestados respondió que siempre indicó estudios paraclínicos antes de la prescripción de ATM, un 96%(48/50) contestó que lo hace frecuentemente y ninguno de los encuestados respondió nunca 16,17,18.
Si bien es cierto los puntos en contra que tiene la realización de la misma, estos puntos podrían refutarse, explicándoles de manera conveniente a los dueños del animal, la importancia e implicancia que tiene como parte del diagnóstico y la salud pública, también que a la larga el costo que supone realizar la prueba, se nivelaría con los gastos de una terapéutica inoportuna o con una expansión de resistencia antimicrobiana y por último en cuanto al tiempo que se pierde esperando los resultados, en realidad no es desperdiciado y existen hoy en día muchas terapias de sostén, que cumplirían con el fin terapéutico mientras se confirman el diagnóstico.
Se deben realizar pruebas de susceptibilidad a antibióticos en un cultivo puro del microorganismo bacteriano cuando 1) no se puede predecir la susceptibilidad solamente en función del microorganismo identificado, o 2) el animal presenta una reacción adversa al antibiótico seleccionado. El primer objetivo del antibiograma es el de medir la sensibilidad de una cepa bacteriana que se sospecha es la responsable de una infección a uno o varios antibióticos.
El segundo objetivo del antibiograma es el de seguir la evolución de las resistencias bacterianas. Gracias a este seguimiento epidemiológico, puede adaptarse la antibioterapia empírica, revisarse regularmente los espectros clínicos de los antibióticos y adoptarse ciertas decisiones sanitarias.
Hay pues un doble interés: Terapéutico y epidemiológico 17,19,20
CONCLUSIÓN
La tendencia en tratamiento con antimicrobianos en las clínicas veterinarias de Gran Asunción y Asunción encuestadas, está encabezada por los antibióticos β-láctamicos, seguidos de la fluoroquinolona. Los mismos son adecuados y afines para los diferentes sistemas empleados de acuerdo a su farmacocinética y/o farmacodinamia.
Por otra parte, observando los resultados obtenidos en cuanto al uso como herramienta de diagnóstico, el cultivo y antibiograma, se constata que es muy baja la cantidad de profesionales que lo utilizan. Por ello, una sugerencia sería fomentar el empleo de esta herramienta, ergo con la misma se administraría una terapia más específica y efectiva, siguiendo además la evolución de las resistencias bacterianas.
Se recomienda a los profesionales mejorando eficientemente el tratamiento de las enfermedades infecciosas bacterianas y previniendo generar problemas de gran impacto para la salud pública. Además, se insta a los mismos que sean partícipes en esta lucha, desarrollando y formando parte de planes y proyectos que ayuden a controlar la utilización de estos fármacos y a seguir con esta línea de investigación, para seguir sumando conocimientos y llegar a soluciones que disminuyan esta problemática a rever y actualizarse sobre la antibioticoterapia empleada, pues, es mediante esta forma como contribuyen de manera directa o indirecta a evitar la resistencia antimicrobiana, global.