Para entender la importancia de una medida salubrista, es importante conocer y analizar el origen, el desarrollo y el impacto generado por dicha intervención. Al respecto, el ineludible valor de las vacunas, debe conciliarnos con la historia, para dimensionarlas acabadamente.
La literatura sostiene1 que el excelso momento de la inmunización no comenzó con la primera vacuna en 1796, cuando Edward Jenner demostró con la variolización, protección contra la viruela. Este origen está arraigado en las enfermedades infecciosas y se remonta a épocas tan lejanas como el año 1000 d.C., sustentado en los procesos de inoculación realizados en China e India. Durante 130 años, luego del descubrimiento de Jenner, iniciando con Louis Pasteur en 1885, su vacuna contra la rabia y luego en la década de 1930 con el desarrollo de antitoxinas, vacunas contra la difteria, el tétanos, el ántrax, el cólera, la peste, la fiebre tifoidea y la tuberculosis, se fortalecieron las esperanzas de erradicar enfermedades mediante inmunización.
Durante el siglo XX, la investigación y el cultivo viral en el laboratorio, dio como resultado la vacuna contra la poliomielitis, logrando secuencialmente, inmunobiológicos contra el sarampión, las paperas y la rubéola. Hoy, la línea del tiempo nos ubica en pleno siglo XXI, donde la ciencia unida a nuevas tecnologías, innovó el desarrollo de nuevas plataformas de vacunas como vector viral, ARNm y ADN recombinante, ampliando así los objetivos incluyendo a afecciones no infecciosas como la adicción y las alergias.
A finales de diciembre 20192, la Provincia de Hubei, China nos actualizaba sobre una enfermedad respiratoria que generaba insuficiencia en muy breve tiempo. Los primeros días de enero 2020, identifican al nuevo Coronavirus, y su transmisión se expande, sin respetar espacio, condición ni tradición. Una nueva pandemia se instaló desde el 11 de marzo 20203 y la búsqueda de una vacuna segura y eficaz que la detenga, congregó en una maratónica carrera a varios proyectos, de tres plataformas diferentes y esquemas de vacunación contra el COVID19.
Es justamente, en esta vorágine de innovaciones, donde el rigor de la pandemia, obligó distintos ensayos clínicos, durante el primer semestre 2020, iniciando el proceso de aprobaciones de vacunas contra COVID19, en varios países a noviembre del mismo año. Como muestra de eficacia y seguridad, la OMS aprobó secuencialmente el uso de emergencia de cuatro vacunas: plataforma ARNm de Pfizer/BioNTech (31 dic 2020), Vector Viral de AstraZeneca (15 febrero 2021), la de Johnson y Johnson (12 marzo 2021) y Moderna (1 mayo 2021). A finales de marzo 2021, avalaron la seguridad y la eficacia de las vacunas inactivadas chinas de los laboratorios Sinopharm y Sinovac, aguardando datos para promover su uso en emergencia. No obstante, a pesar de ser aprobadas por varios países, siguen enlistados, aguardando promoción por la OMS, las vacunas, Sputnik V (vector viral), y la de Cansino (vector viral). Mundialmente y a la fecha actual, se están administrando siete vacunas distintas de tres plataformas diferentes y la OMS agregará más aprobaciones en junio de este mismo año4.
La inmunización es una de las intervenciones en salud pública más eficaces (5. El Prof. Dr. Stanley Plotkin enunciaba que no existe una medida de más impacto en salud pública, después del agua potable, ni los antibióticos han logrado lo que las vacunas en el crecimiento y desarrollo de las poblaciones. Esta premisa encierra el impacto positivo de las mismas en el aminoramiento de la carga de las enfermedades a escala mundial. Sin descartar que, vacuna mediante, se ha logrado erradicar la viruela hace exactamente 40 años6, mientras se avanzan pasos firmes para erradicar el virus polio7.
Recientemente, los distintos países del mundo iniciaban sus campañas de vacunación contra COVID198, y complacidos verificamos, como una nación en plena pandemia, merced a un ritmo acelerado de inmunización, cubriendo al 80% de su población, está reactivándose después de 1 año de limitaciones y encierros por cuarentenas. Israel primero y ahora Reino Unido se suman a este logro, siendo el reflejo incuestionable de las vacunas contra la enfermedad.
Si bien la inequidad de distribución de las vacunas contra COVID19 es un denominador común para los países en desarrollo, por ende, la disponibilidad escasa, no existe duda alguna del beneficio que proporcionan comparativamente al riesgo de adquirir la enfermedad. El mensaje inacabable que podemos ofrecer hoy, es que cualquier vacuna es mejor que ninguna, y que es indudable el gran beneficio que las mismas proporcionarán.